Un hecho que cambió mi vida

Nunca me imaginé el estar observando por mi ventana, a mi vecina, iba a cambiar mi vida

Esta historia se inicia cuando tenía 18 años de edad. Era un joven como cualquier otro: alto, moreno,más bien delgado; pero había heredado, de mi madre, unas caderas amplias y rematadas con una nalgas preciosas. Debo decir que esto era motivo de que me acomplejara pues mis amigos se burlaban de mi por este aspecto de mí físico. Me decía distintos apodos como madame popidur, el nalgas de negra; y como me llamaba Juan me decían Naljuan.

Mi vida pasaba, según yo, aburrida. Iba a la escuela, jugaba en un equipo de fútbol los domingos, los entrenamientos, las fiestas, las amigas. Además vivía en un conjunto habitacional donde había más personas mayores que jóvenes y no podíamos armar alboroto so pena de quejas de parte de los vecinos. Así que mis amigos: Edilberto y Panchillo, que vivían en el mismo edificio que yo, nos juntábamos alternativamente en algunos de nuestros cuartos.

Así pasaba el tiempo. Hasta que una mañana vimos que en el departamento, desde donde podía observar ampliamente por sus ventanas, de frente al mío se cambiaba alguien. Movidos por la curiosidad acudimos, con el pretexto de ayudar a la mudanza, a ver a los nuevos vecinos. No nos sorprendió ver a una anciana entrada en carnes ser la nueva vecina. Pero de todas maneras por educación ayudamos a la mudanza. Acomodamos los muebles  y bultos, donde nos dijo la anciana. Nos platicó, mientras tomábamos una refresco que nos había ofrecido como agradecimiento por la ayuda prestada, que venía de una población lejana del sur del país y que nada más era ella y su sobrina las que vivirían ahí. Nos dijo que la esperáramos para que nos la presentara; pero pensamos que si así estaba la anciana así estaría la sobrina.

Pasaron los días y nosotros no nos volvimos a acordar de la vecina. Pero una mañana que había terminado de bañarme, teniendo como era costumbre la ventana sin cortinas, me fije que en el departamento de la anciana, que también estaba sin cortinas, el cuarto que daba hacia mi cuarto había una cama que estaba destendida, como si hubieran acabado de levantarse. Por curiosidad me puse a observar y cual sería mi sorpresa que ví, saliendo del baño, a una escultural mujer; una morena con el cabello ensortijado con unos pechos inmensos con unas areolas y pezones obscuros que se bamboleaban al ritmo de su caminar. Fue una visión fugaz porque se cubrió con una bata de baño y ya no pude ver nada. Pensé esto lo tendrán que ver mis amigos porque si se los cuento no me van a creer.

Me fuí a la escuela, regrese a mi casa y lo primero que hice fue ir a mi cuarto y con la luz apagada me puse a observar la ventana del otro departamento. Pero no sucedió nada. Frustrado me fui a entrenar, con mis amigos, fútbol. Durante la práctica estuve desconcentrado ya que mi mente estaba en lo que había visto por la mañana. De todas maneras a Edilberto ni a Panchillo les platiqué nada.

Al estar en mi cuarto haciendo mis trabajos escolares, me volví a fijar en esa ventana y casi me caigo de mi asiento por la sorpresa: vía a la morena escultural vestida con sostén de media copa (ahora lo sé, antes ni me imaginaba como se llamaban) que dejaba ver sus enormes pechos con sus grandes areolas y pezones erectos y una pequeña tanga, que al voltearse me dejó ver unas nalgas redondas e inmensas que hacían que su cuerpo se viera pequeño a pesar de las tremendas tetas. Además, llevaba un liguero con unas medias en red que le cubrían unas piernas gruesas pero torneadas; lo que no alcancé a ver fueron sus zapatos que después cuando se acostó en su cama supe que eran unas botas hasta la rodillas.

Pero eso no me sorprendió tanto sino lo que vi después: que estaba acompañada por un hombrón, que no había visto en el edificio, un tipo blanco como la leche, musculoso y con una tremenda verga que le colgaba pues aun estaba dormida. Se acercó a la morena y le pone su tremenda verga en la boca y ésta la empieza a darle tremenda mamada. Veía como su lengua recorría todo esa masa de carne surcada por un sin fin de venas del grueso de mi dedos indice, de como se ponía erecta que obligaba a la mujer a levantarse y tomarla con las dos manos que la recorrieron en toda su extensión. De como se la metía toda en su boca hasta tocar con los labios los pelos del pubis; de como con un ritmo sensual la sacaba y la metía en su boca, de como chupaba la tremenda cabeza, que palpitaba y parecía que pronto iban a salir los chorros de leche blanca por su orificio, que parecía como un ojo abierto.

Mientras observaba esto me saqué mi verga, que no se comparaba con la de aquel hombrón y me la empecé a masajear, a masturbarme muy despacio porque quería gozar hasta el último momento. Mientras los actores de esa obra erótica continuaban con su trabajo: él metiéndosela por la boca y ella mamandose la hasta dejarle la verga roja y más hinchada. De repente, ella con movimientos sensuales  se despoja de su ropa, dejando ver un escultural cuerpo, sí es valido decirlos pues apenas le tapaba lo indispensable. Y aun no terminaban las sorpresas pues lo que vi casi me hicieron que me cayera al piso: la morena también tenía tremenda verga y esta estaba como un mástil de barco, su forma era como si tuviera una cabeza de hongo con el resto un poco más delgado pero de muy buen calibre, núnca havía visto esto. El hombrón toma con las dos manos, a esa verga palpitante, y le empieza hacer una buena paja, suben y bajan sus manos de esa masa de carne, luego se acomda de tal forma que se pone en posición de una 69 y empieza a mamarle la verga a la morena, yo no sabía que tanto hablaban o si gemían de placer porque no alcanzaba a oír nada; pero, con el movimientos de sus cuerpos y gestos de sus caras me imaginaba los ruidos que hacía y el gozo que se proporcionaban ambos. Así estuvieron un buen tiempo hasta que la morena se coloca en cuatro patas, ofreciendole su culo al hombrón, éste se abalanza y se lo empieza a mamar y después le mete la tremenda tranca en su ojete de un solo golpe; por la cara que puso la morena le ha de haber dolido, pero pronto puso cara de placer. Ya con la verga adentro del culo de la morena, el hombrón empezó a moverse como si la quisiera perforarla y después de un buen tiempo dejaron de moverse. El hombro sacó del culo, de la morena, su tremenda verga aun en erección y escurriendo, por ese ojo, todavía leche, se la ofrece a la morena y ésta se la empieza a mamar hasta sacarle todo lo que le quedaba aun, veía cómo se deleitaba con ese líquido en su boca, de cómo lo paladeaba y despues lo tragaba.

Estuvieron un tiempo acostados uno al lado del otro, yo no podía observar bien lo que estaban haciendo, hasta que la morena (que después supe que se llamaba Jessica) se colocó acostada sobre su espalda, lo que dejó ver su masa de carne erecta y el hombron le estaba haciendo tremenda paja hasta que se vino con una abundante leche la que recogió con una mano y se la ofreció a Jessica quien la bebió como si estuviera comiendose un rico postre. Se levantaron y se fueron al baño. Salieron los dos como si nada hubiera pasado. En eso entró la anciana desnuda, que me tenía reservado otra sorpresa, pues también tenía una verga de regular tamaño y su cuerpo no se veía tan avejentado, sus pechos eran grandes aunque colgaban aun parecían juveniles y tenía las nalgas aun firmes y sin gran cantidad de grasa en el abdomen en una palabra si desquitaba una buena cogida . Se hinca y empieza a proprocionarle tremenda mamada al hombrón, recién bañado, hasta que le puso la verga en posición de un nuevo pleito: lo acuesta y veo como se sienta sobre esa tremendo leño y se deja caer hasta que lo introduce totalmente en su culo y empieza a moverse tremendamente hasta que en minutos después hace que se venga en su culo. Veo como al levantarse, la anciana, se escurre el esperma, que le acababa de sacara a la verga del hombrón, por sus piernas y de como sale por borbotones de su culo. Luego con una lienzo y agua le lava la verga, al hombrón, no sin antes darle unas mamaditas para sacarle el resto de leche que le quedaba y por último le da de besitos muy amorosos en agradecimiento de como le llenó su culo de leche.

Se quedan platicando los tres en la recámara y luego se levanta y apagan la luz dejando en obscuridad el lugar. Yo por lo tanto continuó con mi maravillosa paja que al terminar me sale un chorro que salpico hasta los libros en que estaba estudiando. Todo me parecía un sueño pues ignoraba que alguna mujer pudiera tener verga, y no nada más había visto una había visto dos mujeres con vergas y un macho con tremenda verga, bueno para ser franco la verga en la que más me fijé fue la de ese hombrón y me había parecido hermosa, lo más bello que había visto hasta ese tiempo. Quise quitar de mi mente ese pensamiento pero no pude, no regresaban las escena de las hembras con verga, no, lo que regresaban eran las escenas de la verga rígida y dura y surcada con unas venas del calibre de mi dedo indice y que parecía tener un ojo abierto en la punta por donde, me podía arrojar una lechita caliente y por la cara que puso Jessica cuando se la estaba tragando, también rica.

Me dormí. Durante el sueño lo que pasaba era que la Jessica y su tía me tomaban de las manos y me sentaba en la verga del hombrón, este batallaba pero al fin lograba metermela, me dolía al principio y  ellas con ambas manos hacía que me levantara y me sentara sobre esa hermosa verga blanca como la la leche que le iba a sacar, pero, después me empezaba a mover solo y el dolor se transformaba en gozo en un placer que nuca había sentido; que gozaba tanto que hasta me hacía que me viniera abundantemente y después, mi Goyo, me vaciaba toda su leche en mi culo palpitante y que al sacar la verga de mi culo me la ofrecía para que terminara mi faena con una lujuriosa mamada, dandome  una leche de sabor agridulce que me la tragaba, despues de haberla tenido en mi boca, con mucho placer. Esto hizo que despertara y cuando me toco el calzón éste lo siento mojada por un líquido pegajoso, el sueño me había hecho que me viniera abundantemente. Estaba tan excitado que mi verga aun continuaba rígida asi que me masturbe hasta venirme de nuevo, la imagen que utilice para que se me para excitarme y lograr venirme, de nuevo, fue la imagen de la verga de ese hombrón (después supe que se llamaba Gregorio).

Durante la semana mi pensamiento se centraba únicamente en lo que había visto. Continuaré este relato despues.....