Un grupo de amigos muy unidos 2

-Ya estamos de acuerdo con que vamos a hacer el intercambio- me dijo mi esposa. -¿Si?. Pero qué bueno- le respondí. -Ahora falta que discutamos algunos detalles de la ejecución- -¿Qué detalles?- -Cosas como si lo hacemos todos juntos o por parejas. En un mismo día o vamos rotando…- -¡Qué organizadas

Introducción

Esta es la segunda entrega de la serie. Espero que les haya gustado la primera. Si no la han leeido, bueno ya saben qué tienen que hacer.

En general hay escenas de sexo heterosexual, pero luego incluirá sexo anal y escenas entre personas del mismo sexo. Digamos que “llevados por el momento”. Si algunas de estas cosas no le gustan, por favor búsquese otra cosa que leer.

Y para los que tienen una mente abierta, ¡disfrútenlo!

Todas las historias son producto de mi imaginación, son de mi propiedad y no pueden ser reproducidas sin mi consentimiento.

Capítulo 2.

Durante el resto de la semana no volvimos a tocar el tema. Cada uno tenía su trabajo y sus actividades y en la noche veíamos TV o leíamos. Yo sabía que ella de vez en cuando conversaba con sus amigas, pero no me decía nada.

El viernes al mediodía fueron a almorzar juntas y luego, en la noche, me informó, al igual que la otra vez, mientras nos preparábamos para dormir:

-Hemos estado conversando sobre la propuesta del intercambio-

-Yo pensé que lo habían desechado-

-Jajaja. ¿Qué te crees? Al contrario, lo que pasa es que hay muchas opciones-

-Si, me lo imagino: Arriba, abajo, perrito, jajaja-

-Jajaja. Eso es cierto, pero no hemos llegado a ese nivel de detalle- dijo Alba riendo -Nivel al que tampoco creo que lleguemos-

-Me lo imagino. A ver cuéntame-

-Básicamente, primero hemos discutido si lo íbamos a hacer-

-Yo pensé que eso estaba decidido-

-Por supuesto que no. Tú y yo estamos de acuerdo. Beatriz, absolutamente, pero faltaban su esposo Nicolás, Carolina y su esposo Oscar-

-Yo hubiese pensado que Beatriz habría hablado con Nicolás antes de hablarte a ti- le dije.

-Jajaja ¿cómo se te ocurre? Una cosa de esas se habla entre amigas antes-

-Claro, ustedes las mujeres y sus conversaciones secretas-

-¡Ni te lo imaginas! El caso es que no  primero lo hablamos ella y yo. Luego lo consulté contigo y después le dije que tenía tu aprobación. Ahora ella va a hablar con Nicolás, pero está casi segura de su aprobación-

-Muy bien- le dije, empezando a excitarme otra vez con la idea. Ella se había acostado en la cama y parecía también buscando guerra.

-La que no está muy convencida es Carolina- me dijo mientras empezaba a acariciarme.

-¿Carolina? Pero ella parece muy lanzada también-

-Si… pero está embarazada-

-Ciertamente ¡Muy embarazada! ¿Cuántos meses tiene ya?-

-Siete. El caso es que se siente gorda-

-¡Está gorda!-

-¡No seas bicho!- me dijo Alba dándome un golpe en el pecho.

-Estoy echando broma- le dije -Primero no está gorda, está embarazada que no es lo mismo. Ella tiene una barriguita linda y dura-

-¿Cómo sabes que está dura?- me preguntó Alba ahora con mirada de celos simulados.

-Porque cada vez que la saludo le agarro la barriga y se la acaricio-

-¿Desde cuando tú tienes permiso de acariciarle las barrigas a mis amigas?-

-¿Pero no me dijiste la semana pasada que me las podía coger y ahora me dices que no les puedo acariciar la barriga?- le dije sorprendido.

-Pero lo hiciste antes de pedirme permiso!-

-Pero yo…-

-Jajaja. No seas bobo, te estoy echando bromas, por supuesto que podías agarrarle la barriga y las tetas y lo que quisieras. Ya habíamos hablado de eso antes ¿recuerdas?-

-Por eso me extrañaba- le dije aliviado de que fuese sólo una broma.

-El caso es que no importa si la barriga está dura o no, ella siente que está gorda, que tiene unas tetas enormes y que está horrible-

-Pero no- le repetí a Alba mientras le acariciaba sus tetas pequeñas comparadas con las de Carolina, pero por supuesto que no iba a hacer esa comparación -Tú sabes, además que a mí me encantan las embarazadas. A veces, cuando veía porno, buscaba alguno con mujeres embarazadas-

-¿Si? Mira tú, eso no lo sabía yo-

-Siempre puedes aprender algo nuevo de mi-

-¿Y hay muchos videos porno de embarazadas?-

-Muchos no sé, pero lo suficiente. Pero como en todo, hay muchos muy malos y peores. A mí los que me gustaban o mejor dicho, me gustan son los de mujeres jóvenes con una barriguita… no sé, justo como la de Beatriz. No las que ya están a punto de parir y tienen una barriga enorme, además de ser gordas-

-Me tienes que enseñar uno que te guste-

-Seguro, mañana cuando esté con el computador-

-El caso es que ella está insegura y no sabe si quiere participar-

-Podemos dejarlo para cuando haya parido-

-Lo conversamos, pero faltan dos meses para que tenga el bebé. Luego habrá que esperar un tiempo a que todo vuelva a su lugar, no sé 4 meses más. Luego habrá que dejar el bebé. No si vamos a esperar tendremos que posponer los planes por un año y ninguna de las tres, incluyéndola a ella, quieren esperar un año-

-¿Y entonces?- pregunté.

-Yo creo que ella va a aceptar, sólo tiene que acostumbrarse a la idea. Le voy a transmitir tu fetiche de que te excitan las embarazadas, para ayudarla ¿no te importa?-

-Por supuesto que no me importa-

Para ese momento ya nos estábamos acariciando más seriamente. Alba tenía su mano bajo el pantalón de mi pijama y me masturbaba despacio, mientras yo le acariciaba las tetas.

Entonces Alba se subió la blusa e infló su barriga, lo que causó una barriguita mínima.

-¿Te gustaría que yo estuviera embarazada?-

-En este momento no, pero por la complicación de tener un hijo ahora, pero en un futuro cercano-

-Mmmm…. ¿y si estuviera embarazada cómo me harías el amor?... o mejor, ¿cómo le vas a hacer el amor a Carolina?-

-¿Qué cómo le voy a hacer el amor a Carolina- le respondí a Alba -Primero que nada me la comería a besos-

Y la halé hacia mí, para comenzar a besarla en la boca.

-¡Hey! Cuidado que con esta barriga no puedo- me respondió mientras se metía una almohada bajo la franela de la pijama. Luego se acomodó sobre mí y empezamos a besarnos apasionadamente.

Yo prácticamente sólo le podía acariciar el culo, porque las tetas las tenía tapadas con la almohada, pero después de un rato me separé y le dije:

-Ya debes estar suficientemente caliente, ven ponte en cuatro para comerte por detrás-

Entonces Alba se acomodó en la cama, boca abajo apoyada en los brazos y las rodillas. Yo me coloqué detrás de ella y le bajé las pantaletas. Quedándome por un instante admirando su hermosísimo trasero.

-No me sigas viendo- me dijo -estoy muy gorda-

-No estás gorda- le dije -estas embarazada y muy, muy sexy-

-No, mi culo está muy grande y parezco una vaca con estas tetas enormes colgándome-

-No. Tu culo está perfecto- le repetí acariciándoselo -y las tetas están perfectas-

No pude acariciarle las tetas, pero mis dedos sí seguían deslizándose por sus nalgas, que estaban casi todas bronceadas con la excepción de un pequeño triángulo blanco al final de la espalda, donde el minúsculo tanga tapaba un poquito el sol.

Finalmente, me agaché y metí mi cara entre sus nalgas y con la punta de la lengua le recorrí todo el culo, distrayéndome con un par de vueltas alrededor del ano.

-Ohhh- gimió.

-Agáchate un poco más para poder alcanzar el clítoris- le pedí.

Alba se agachó más, apoyando la cabeza en la cama, con lo que el culo quedó más empinado y su vulva completamente a mi disposición.

No había ninguna duda de que estaba muy excitada, pues tenía los labios mayores inflamados y muy abiertos, dejando salir los labios menores que además estaban completamente mojados. Abajo (desde mi perspectiva) el clítoris estaba presente, la cabeza ya descubierta y mojado.

-Déjame ver si estás lista- le dije deslizando despacio mi lengua a todo lo largo de su vulva hasta llegar al clítoris y jugando un poco con éste.

-Mmmmm… siiii… mmmm- gimió Alba de placer.

-Si, yo creo que estás lista-

-¿Lista para qué? ¿Qué me vas a hacer?-

-Te voy a meter este hermoso güevo que tengo en la mano hasta que te llegue al fondo-

-Siii… métemelo tooodooo…-

Entonces me agarré el güevo y empecé a deslizarlo por todo la vulva, mojándolo con sus jugos y acariciándole en clítoris con la cabeza, para luego devolverme hacia arriba hasta llegar a su ano y jugar a metérselo por el culito-

-No, por ahí no- protestó.

-Si, por ahí si…- le dije -pero no ahora-

-Mmmm…-

Entonces empecé a metérselo despacio por la vagina.

-Mmm… - gimió -¿No estoy... muy gorda?-

-Estás divina…- le respondí empujándoselo hasta el fondo de repente.

-Aahhhh… siiii-


Y así pasó el siguiente fin de semana, sin saber si todas las parejas estaban de acuerdo. El siguiente viernes, volvimos a tener una conversación.

-Bueno, ya parece que todo el mundo está de acuerdo- me informó mi esposa.

-¿Si? ¡Qué bueno!-

-Si, Carolina decidió que si a ti te gustaban las gordas, que ella estaba de acuerdo en darte el gusto-

-Jajaja. ¡Ella no está gorda!-

-Bueno, bueno. No importa. Eso se lo dices a ella-

-¿Y los maridos?-

-También están “in”-

-¿Cuál te gusta más?- la provoqué -¿A cuál le tienes más ganas?-

-¡A tí!- me respondió agarrándome el güevo que ya había empezado a ponérsele duro con la noticia.

-No, este lo tienes a tu disposición desde hace tiempo. Me refiero a quién prefieres entre Oscar y Nicolás-

-Bueno. No sé que decirte. Cada uno tiene sus encantos. Oscar es un gordito simpático y divertido. Supongo que tirar con él estará asociado con muchas risas. Nicolás me parece más bien un muchacho y me provoca, no sé, enseñarle, guiarlo. Aunque quien sabe, a lo mejor sabe tirar mejor que tú, jajaja-

-No sé, jajaja- Le dije comenzando a acariciarle las tetas -Siempre ha tenido mucho éxito con las mujeres y le conocí muchas parejas. No las mantenía mucho tiempo, pero seguro que tiene mucha experiencia. Oscar, por el contrario, era mucho más gordo antes y por eso le costaba conseguir mujeres, pero cuando adelgazó mejoró su suerte. En cualquier caso, tiene menos… cancha-

-Habría que ver el efecto de las respectivas parejas. A lo mejor Carolina le ha enseñado más a Oscar y Beatriz menos a Nicolás-

-Ya nos enteraremos-

-Eso me lleva al siguiente punto en la decisión- dijo Alba, mientras se metía mi güevo en la boca.

-Mmmm- gemí disfrutando de sus mimos, mientras esperaba a que me contara el punto a decidir.

Por fin, después de mamármelo deliciosamente por unos 10 minutos, se levantó y sentándose sobre mí, se lo encajó completo.

-Aaaahhh… que rico y grande lo tienes, mi amor. Yo creo que es el más grande de los tres… mmm-

-Yo los he visto desnudos, pero nunca con el güevo parado, así que no sabría informarte-

-Y yo he bailado con los tres y se los he sentido. Quizás el de Nicolás sea largo, pero definitivamente… mmm… más delgado… mmmm...me cuesta concentrarme cuando tengo el tuyo metido hasta el fondo… y definitivamente el de Oscar parece el más pequeño-

-Ya tendrás oportunamente de compararlos-

-Sí, aunque recuerda el dicho: “Lo importante no es lo largo ni lo grueso, sino lo tieso”-

-Jajaja-

-Aunque yo tengo… mmm… mi opinión…-

Con la conversación Alba se había excitado más y había comenzado a moverse más rápido, doblando mucho la cadera para asegurarse que la base de mi güevo se restregase contra su clítoris.

-Creo… que… vamos… a… mmm… aajjj… tener…que dejar... la conversación... coño… me voy… Aaaaahhhhh-

Unos momentos después yo también acabé y comencé a derramar mi semen dentro de Alba, abrazándola duro.

-Te decía- continuamos después de limpiarnos en el baño y acomodarnos en la cama de nuevo -Que tenemos que tomar otra decisión-

-¿A ver?- le pregunté.

-¿Tú qué prefieres? ¿Todos juntos en el mismo sitio o separados?-

-¿Cómo que juntos o separados?-

-Eso. Que podríamos estar juntos los seis en una sala, por ejemplo en casa de Carolina que es más grande y empezar a jugar a algo, desvestirnos y esas cosas y allí mismo nos emparejamos. O habría que decir que nos desparejamos y lo hacemos delante de todos-

-¿Y la otra posibilidad?-

-Que cada “pareja” se vaya a una habitación-

-Mmmm- le dije pensando -No sé si todos juntos así, la primera vez sea demasiado rudo ¿no crees?-

-Yo estoy de acuerdo contigo. La otra es como más privada, Cada pareja hace lo suyo y luego nos reunimos como si llegáramos de… otro lado- dijo Alba.

-Estoy de acuerdo-

-También pienso que no es conveniente que sea en la casa de nadie. Por ahora. Para la primera vez podríamos irnos a un hotel, no sé-

-¿Qué te parece un fin de semana en la playa? Buscamos un hotel bonito, contratamos tres habitaciones y llegamos… déjame ver, el viernes. Yo en una habitación, Beatriz en otra y Carolina en la tercera. Esa noche ustedes se cambian, es decir Oscar o Nicolás la pasa conmigo, tú con Beatriz y el tercero con Carolina. Al día siguiente, nos encontramos para desayunar y pasamos todo el día en la playa. Cada quien tiene chance de hablar con su pareja y contarse o no contarse nada y a la noche hacemos el segundo intercambio, es decir, el otro cambio. Así, todos habremos estado con todos y el domingo nos venimos a nuestras casas, espero que felices y bien cogidos ¿qué te parece?-

-¡Creo que es una idea excelente!-

Para celebrarlo, empecé a cogerme a Alba estilo misionero.

-Mmmm...No tenemos que tirar cada vez que... hablamos de esto- me dijo con una sonrisa.

-No, pero si lo hacemos ahora tan frecuente con sólo hablarlo, imagínate cuando lo hayamos hecho-

-Mmmmm… no es que esté quejando...- dijo en un suspiro -Por cierto, también hablamos de otras posibilidades.

-¿Otras posibilidades?- le pregunté agarrándole las piernas por las corvas y doblándoselas hacia arriba con lo que mi penetración fue más profunda.

-Mmmm… me vas a… mmm… mataaar… mmm- gimió para luego seguir -A ver, ¿qué opinas de los tríos? ¿Cómo te sentirías y en este momento le estuviese comiendo el rabo a Nicolaaas… mmm?-

-Mmmm… no lo había pensado… mmmgggrrr- me estaba acercando al orgasmo, pero todavía pude decirle: -¿Y si no fuese le rabo de Nicolás sino la concha de Beatriz?-

-AAAAHHHHHH… Siiii- gimió Alba explotando casi simultáneamente conmigo.

Orlando, Fl, USA

Agosto, 2021

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