Un grupo de amigos muy unidos 1

¿Qué tu quieres que yo me acueste con tu amiga y esposa de mi mejor amigo?- -¡Si! y yo me acuesto con él- -Pero, ¿de dónde te vino esa idea?- -A mi no me vino, le vino a ella y se llama “intercambio”-

Introducción

Esta historia es larga y por eso he decidido dividirla en capítulos que se pueden leer independientes, aunque quizás sea preferible llevar la secuencia para que se entienda mejor. En general hay escenas de sexo heterosexual, pero luego incluirá sexo anal y escenas entre personas del mismo sexo. Digamos que “llevados por el momento”. Si algunas de estas cosas no le gustan, por favor búsquese otra cosa que leer.

Y para los que tienen una mente abierta, ¡disfrútenlo!

Todas las historias son producto de mi imaginación, de mi propiedad y no pueden ser reporducidas sin mi consentimiento.

Capítulo 1.

Yo leía mi libro tranquilamente en la cama, mientras Alma, mi mujer, se arreglaba para acostarse. Desde el momento en que decidíamos venirnos a dormir; hasta que yo estaba bajo las sábanas, generalmente pasaban 10 minutos, cepillado de dientes incluidos. Ese mismo proceso duraba media hora para ella. En ese tiempo ella me conversaba y me contaba cosas que yo apenas oía. Ella sabía que yo no le hacía mucho caso, pero no le importaba, igual disfrutaba charlándome. Eso sí, si era una cosa importante, algo que requiriese mi atención, entonces si se buscaba el momento de contármelo.

Como ahora.

-Beatriz me dijo que tiene una amiga  que hace un intercambios de pareja y que le parecía interesante-

Yo la oí e inmediatamente me llamó la atención.

-¿Cómo es la cosa?- le pregunté bajando el ipad.

-¡Ah! Ahora sí me prestaste atención- me dijo Alma, sonriendo mientras terminaba de arreglarse y se metía en la cama a mi lado.

-Eso, que tiene una amiga swinger y a ella le pareció interesante-

-¿Qué significa que le pareció interesante?- pregunté.

-¿Te interesa?-

-Es curioso, cuéntame más-

-Eso, que la amiga le contó que ella y su esposo participaban en fiestas en las que las diferentes parejas se intercambiaban y cada quien se acostaba con otras-

-¿Y eso te lo dijo horrorizada o interesada?- le pregunté. El sueño que tenía se me había quitado de pronto.

Alma tardó en responderme. Primero se metió debajo de la cobija y se acurrucó a mi lado, pasando una pierna sobre mi cuerpo y un brazo sobre mi pecho. Finalmente, cuando estuvo así, me respondió:

-Yo diría que estaba explorándome-

-¿Explorándote?-

-Sí, creo que quería saber qué opinaba yo del asunto. Creo que para ver si proponía algo.

-¿Y tú qué le respondiste?- Mi güevo empezaba a interesarse en la conversación también. Alma lo notó porque su pierna estaba justamente sobre él.

-Yo no le respondí nada- me dijo Alma, jugueteando con mi pecho por encima de la franela de la pijama -Primero le pedí que ella me dijera en qué estaba pensando-

-Ok ¿y?-

-

Bueno, me dijo:

-Nosotros somos muy amigos, dijo refiriéndose a tú y yo, y también están Oscar y Carolina…-

-Vamos Beatriz, le dije, ¿en qué exactamente estás pensando?-

-Jajaja, no la dejaste irse por las ramas- le dije a Alma

-¡Claro! Si no, iba a pasar toda la tarde y nunca me diría nada, pero no me interrumpas-

-Muy bien- le respondí mientras comenzaba a acariciarle el cuello y la cabeza.

-Bueno, eso queee… quizás… nosotros…-

-¿Qué nosotros qué Beatriz?- le pregunté.

-Bueno, que quizás nosotros podríamos…-

-¡Beatriz! Deja de andarte por las ramas-

-Eso, que quizás nosotros podríamos hacer un intercambio-

-¿O sea, que tú te coges a Miguel y yo me cojo a Oscar?-

-Pero bueno, ¡no lo pongas así!.

-Claro que es así. Si no, no es un intercambio ¿no?-

-Bueno, si… reconoció finalmente-

-¿Y tú qué le dijiste?- no pude evitar preguntarle.

-Ya va, primero quiero saber qué opinas tú- me dijo entonces Alma.

-¿Cómo que qué opino yo?- le pregunté.

-Eso. ¿Qué opinas tú de un intercambio con nuestros amigos? ¿Te gustaría cogerte a Beatriz o Carolina?-

-No sé… nunca lo había pensado- le respondí. Mi güevo ya estaba completamente duro y Alma me lo acariciaba con la pierna, mientras su mano ya se había introducido bajo mi franela y me acariciaba el pecho.

-No seas mentiroso. Yo te he visto como las miras cuando se ponen esos bikinis chiquiticos en la piscina-

-¡Eso es otra cosa!- protesté.

-¿Cómo que otra cosa?- me dijo Alma pellizcándome una tetilla con fuerza.

-¡Ay!-

-Eso te pasa por mentiroso, jajaja-

-No, en serio. Una cosa es que yo las mire y vea que están buenísimas y otra que quiera acostarme con ellas. Son las esposas de mis amigos ¿no?-

-Bueno. Ahora te lo pregunto directamente: ¿Te gustaría cogerte a Beatriz?-

-No sé…-

-No me voy a poner celosa, te lo prometo. Si quieres te digo yo primero. Si, a mí me gustaría cogerme a Nicolás. No es que pensara hacerlo, pero él está buenísimo y me parece que sería un buen polvo-

Yo me quedé un poco chocado con la revelación de que a mí esposa, con la que tenía ya 4 años de casados y más de 5 viviendo juntos, quisiese cogerse a mi mejor amigo.

-Eso no significa que quiera cambiarte por él. De ninguna manera. Sólo me refiero a un deseo genérico. Es decir, una vaina absolutamente animal. Tú eres mi esposo, él sería sólo un polvo-

-Bueno, visto así- le dije reaccionado después de la revelación -A mí también me gustaría cogerme a Beatriz y a Carolina-

-¿Aunque Carolina esté embarazada?-

-Bueno, yo siempre he tenido un gusto especial por las embarazadas-

-¿Si?... mmm... - gimió de placer Alma, moviendo sus caderas para restregar su pubis contra mí.

-A ver… - continuó -Cuéntame qué le harías a Beatriz-

-Jajaja ¿Quieres saber qué le haría a Beatriz?-

-Mmmjuuu…-

-Muy bien- le respondí -Primero nos besaríamos largamente.

Entonces busqué su boca y empecé a besarla, metiendo mi lengua profundamente en su boca.

-Mmmm…- gimió Alma mientras seguía restregándose contra mí.

-Luego me aseguraría que está bien preparada- dije levantándome y moviéndome en la cama para quedar boca abajo entre las piernas de Alma. En ese momento me di cuenta que ella no se había puesto pantaletas. Seguramente había estado preparándose para esto cuando se puso la pijama.

-¡Hey!- protestó un poco, para disimular.

-Como no conozco sus gustos sexuales, tengo que revisar cómo tiene el coño a ver si está suficientemente excitada-

-Mmmm… ok- respondió Alma acomodándose abriendo las piernas más.

-Por lo que veo aquí, ya parece estar preparada- le dije pues tenía toda la vulva brillante con las secreciones que manaban de su vientre-

-Sii… creo que siii está-

-Igual voy a asegurarme-

Entonces comencé a acariciarle el clítoris con la lengua. Ya se le veía la cabeza por lo que me fué muy fácil jugar con ésta.

-Mmmmmffff-

Entonces puse mis labios alrededor del mismo y se lo chupé como si quisiera meter dentro de mi boca.

-Siiii…. queee… ricooo…-

-¿Tu crees que eso sería lo que diría Beatriz?- le pregunté.

-No sé… a mí me encantó- respondió Alma con la voz ronca por la excitación.

Entonces le puse la lengua plana y empecé a lamerle toda la vulva de abajo a arriba.

-Uuuhhh… eso no se… si le gustaraaá... tanto a Beaaaatriz…- comenzando a arrastrar las palabras.

-Jajaja. Muy bien, probemos otra cosa entonces-

Y mojándome en saliva mis dedos índice y medio, comencé a metérselos por la vagina. En realidad estaba tan mojada que no hubiese necesitado nada, pero más vale prevenir…

-Oooohhhh… siiii… eso… le va… a… gustar… a… Beatriz…-

Entonces, mientras buscaba su punto G, volví con mis labios sobre el clítoris. Cuando se lo chupé, ella reaccionó con un brinco.

-Siii… aaaaahhh… siii… asii…-

Con los dos dedos, ya sobre el punto G, empecé a presionar rítmicamente, mientras trataba de mantener el mismo ritmo con los labios.

-Si… sigues… si…. sigueess.. asi… Bea… triz… vaaa….a….acabar… pronto…-

Por supuesto que yo redoblé mis esfuerzos e hice que Alba tuviese un delicioso orgasmo.

-AAAHHHHHH…. SIIIIII…. AAAAAAHHHH-

El cuerpo se le tensó y sus piernas empezaron a temblar, mientras de su vulva salía un chorro de líquido mojando mis manos… y la cama.

-Mmmmm…. me gusta cómo Beatriz acaba…-

Alma empezó a relajarse y sus espasmos vaginales que los sentía claramente en mis dedos, se fueron haciendo cada vez más suaves.

-¡Wow! Yo creo que, si le haces eso a Beatriz, se va a sentir muy contenta- me dijo finalmente cuando se recuperó -Pero ahora quiero hacerte otra pregunta, pero tienes que acostarte primero-

-Jajaja. Muy bién- respondí poniéndome boca arriba.

-Espérate… quítate la pijama primero-

Una vez quitada la pijama, me acomodé sonriente en la cama.

-Y ahora- dijo Alma acariciándome el pecho con una mano y el güevo con la otra -si éste que está aquí no fueses tú sino Oscar…-

Entonces ella se puso sobre sus rodillas, poniendo una a cada lado de mi cuerpo, me agarró el güevo y apuntándolo hacia arriba se empaló hasta el fondo.

-Mmmmmmm…- gimió cuando mi güevo la llenó completa, para luego preguntarme:

-Entonces ¿Y si este fuese Oscar y yo me lo estuviese cepillando así?-

Entonces, apoyando sus dos manos en mi pecho, se levantó hasta que solo le quedó la punta del güevo dentro, para luego bajar nuevamente despacio.

-Mmmmm-

Luego giró las caderas en redondo, haciendo que mi güevo la revolviera por dentro.

-¿Qué dirías tú si se lo hiciera a Oscar?-

-Mgmrmg- gruñí de placer agarrándole las tetas con fuerza y exprimiéndolas duro.

-La verdad es que no sé... qué decirte- comencé a responderle, pero me costaba pensar con todo lo que Alba me hacía -Por una parte, sentiría mucha... envidia, porque me imaginaría… lo que… mmm-

-Lo que… mmm… lo rico… mmm que es…-

-¿No te pondrías celoso?- dijo Alba metiendo una mano hacia atrás y agarrándome las bolas.

-¿Podemos… puedooo… responder… después…?-

-¿Despues de qué Oscar?-

-Mgmfmfmgmr- gruñí cuando me dijo el nombre de mi amigo.

-¿Te gusta cómo te cojo Oscar? ¿Te gusta cómo me muevo?-

-Mgmfmfmgmr-

-Cómo me gusta cuando giro y puedo restregar mi clítoris contra tu duro güevo, mmmm-

-Mgmfmfmgmr-

Entonces Alma comenzó a acelerar sus movimientos sin hablar más, aparte de gemir claro.

-Mgmfmfmgmr-

-Siii… aaaaahhh-

-Mgmfmfmgmr-

-Siii… aaaaahhh-

-Mgmfmfmgmr-

-Siii… aaaaahhh-

Entonces exploté. Empujé hacia arriba con todas mis fuerzas, tratando de metérselo lo más adentro posible y allí comencé a eyacular todo el semen que tenía rato acumulando.

AAAHHHHHH…. SIIIIII…. AAAAAAHHHH… SIIII…- gritó entonces Alba alcanzando su segundo orgasmo para caer sobre mí, agotada.

Al día siguiente, mientras nos desayunábamos, le dije a Alma:

-¿Sabes? Esta mañana me quedé pensando en lo que me preguntaste-

-¿En lo que te pregunté? Te pregunté muchas cosas-

-Me refiero a si me importaría que te cogiera alguno de mis amigos. A ver, lo primero es lo primero. Yo estoy casado contigo porque te quiero y tú me quieres. Me gusta como hablas, lo que dices, lo que piensas. Me gusta como cocinas y como cuidas la casa-

-Caramba, gracias- me respondiste sonriendo y mientras le dabas un mordisco a tu tostada.

-No, en serio. Es todo el paquete, inclusive cómo tiras, jajaja-

-Pensé que eso no lo ibas a mencionar-

-Me gusta el paquete completo-

-¿Cuando voy al baño también?-

-Bueno, esa parte no me gusta tanto, podrás comer rosas, pero cuando cagas…-

-Jajaja. ¡Mira quién habla!-

-Bueno, volviendo a lo que decía. El caso es que te quiero, aunque haya cosas que haces que no me gustan a mí. Por ejemplo, odio comer remolacha y a ti te encanta-

-¡Ah!, jajaja, cierto. Casi nunca las preparo por eso-

-Gracias, pero lo que quiero decir es que sería justo que te impidiera comer remolacha-

-De acuerdo-

-Hay otras cosas que disfrutas haciendo sola, como salir a comer con tus amigas-

-Cierto-

-Tampoco sería justo que te impidiera hacerlo. El caso es que tú puedes hacer las cosas que te gustan, siempre y cuando no me dañen a mí, ni nuestra relación-

-Entiendo- dijo Alma dejando de comer para mirarme a los ojos.

-En otras palabras, sería injusto que no pudieras, por ejemplo acostarte con Oscar, si eso no daña nuestra relación-

-Pero esa es justamente la pregunta ¿dañaría nuestra relación?-

-Pues la respuesta es que si lo haces de mutuo acuerdo conmigo no debiera haber problemas. Es más, no lo habría si estamos de acuerdo-

-¿Estás seguro?-

-Recuerdas la fiesta de fin de año?-

-¿El año pasado?-

-Si, el año pasado. ¿Recuerdas que fuimos a bailar y bailamos todos con todos?-

-Claro que me acuerdo-

-Bueno una de las canciones recuerdo que era una cosa que lamentablemente ya pasó de moda que era la Lambada. Allí las mujeres no sólo mueven mucho las caderas, sino que lo hacen contra su pareja-

-Jajaja. Realmente-

-Bueno. Esa pieza la bailé justamente con Beatriz y te puedo asegurar que ella me restregó su pubis con toda la mala intención y no precisamente contra mi pierna. Buscó y logró que se me parara y luego, cada vez que podía se restregaba contra él-

-¡Oh! no me di cuenta-

-¡Claro! si tú estabas haciendo lo mismo con Oscar-

-Jajaja. Y Carolina con Nicolás, ¡Todas estábamos en lo mismo!-

-Y cuando terminamos de bailar, todos regresamos a la mesa con las caras enrojecidas, riéndonos y diciendo que era el cansancio, pero la verdad es que los hombres teníamos los güevo tiesos y las mujeres las totonas mojadas ¿cierto?-

-Jajaja. Cierto, por lo menos la mía… y puedo dar fe, que a Oscar también se le paró-

-A lo que iba era que todos estábamos contentos y alegres y nadie pensaba que en quitarle la pareja a los demás. Lo mismo puede ser ahora. Pasar un buen rato y luego cada oveja con su pareja-

-Bueno, no muchos maridos piensan así-

-Yo no soy cualquier marido-

-Jajaja. No lo eres y por eso te quiero tanto-

-Bueno, lo que quiero decir es que, si tu opinas que hacer un intercambio con nuestros amigos no va a afectar nuestra relación, no tengo ningún problema-

-Igual pienso yo- me respondió Alba mirándome con mucho amor.

-¿Qué hora es?- me preguntó de pronto.

-Las… 8:05 am ¿porqué?-

-Creo que tenemos tiempo- dijo y pasándose a mi silla se sentó sobre mí, cabalgándome de frente. Luego, mientras se sujetaba con una mano en mi hombro, me abrió la bragueta con la otra, me sacó el güevo, que ya estaba duro, se apartó la pantaleta y se lo metió con un gemido.

-¿Crees que puedas acabar en 5 minutos?- le pregunté.

-¡Y en tres, si dejas de preguntar pendejadas!- respondió moviéndose enérgicamente arriba y abajo.

Orlando, Fl, USA

Julio, 2021

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