Un grito de rebeldía
Un homenaje a una mujer y a las personas que luchan por un derecho.
Un grito de rebeldía.
" Mamá, no puedo volver todavía a Buenos Aires, creo que tardaré unos días más"
" ¿ Tienes dinero? ¿ Estás bien?"
" Estoy bien y tengo dinero. No os preocupéis. Es que me quiero llevar el título del curso y aprovechar para pasar unos días de playa"
Cuando corta la llamada , Sonia se mira en el espejo. Ve una rubia de 24 años con problemas, mejor dicho, con un problema.
Fue el segundo fin de semana del master que cursaba en Madrid. No estaba acostumbrada a beber tanto. Los españoles empiezan temprano a tomar. Así que tras el aperitivo, el almuerzo, las copas de por la tarde , las de la cena y el trasnoche estaba bastante bebida, aunque eso no justificaba lo rápido que cedió a los avances de hombre.
Se despertó al día siguiente en una cama y una pareja que no conocía. Un chico muy guapo, que volvió a cogerla tras el desayuno. El domingo pasó en un suspiro , y suspiros fueron los que salieron de su boca en los continuados orgasmos durante el día.
Volvió a su piso y volvió al curso. No volvió a ver al galán del fin de semana.
El problema surgió cuando pasaron las semanas y la menstruación no llegó ni en forma ni en plazo: estaba embarazada.
No lo dudó, no podía tener aquel niño. Tenía toda la vida por delante y un hijo le cortaba cualquier desarrollo personal. No era el momento. Su novio la esperaba en Buenos Aires. ¡ Cómo iba a volver con un embarazo de dos meses!.
Acudió al médico, le pidió una solución. La cita se la dio para la semana siguiente.
Por eso llama a su madre y miente.
Lleva un mes en Argentina, está tranquila, sigue siendo ella. Busca empleo, ha tenido un par de entrevistas de trabajo, le queda otra más, aunque ya casi ha decidido en cuál se va a comenzar su vida profesional.
Una sorpresa ha sido su ex, se ha puesto en pareja con Marina, una de sus mejores amigas. No le importa, Se siente independiente con un camino a recorrer..
Llega a casa, en el salón está su madre y unas amigas. Meriendan café con leche con facturas. Oye la conversación.
"Es que la Argibay no sabe donde vive. Es una loca. ¿ Cómo se puede aprobar una ley de aborto en Argentina?"
Sonia va a su habitación, se tumba en la cama y llora. Del fondo de su corazón surge un alarido de rebeldía: "¡ OJALA MI PAIS TUVIERA UNA LEY DE DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO!"