Un gran dia (cap1)

Todo sobre el día que pedí matrimonio

Me desperté con el sonido del despertador, me removí entre las sabanas para alcanzar con mi mano el despertador y apagarlo con mi mano de un soberano golpe. Dirigí mis manos a mis ojos para poder quitarme la modorra de encima. En mi mente solo venían imágenes de una terrible pesadilla donde un malvado monstruo se acercaba hacia mí y un grupo de gente. Lo que más recordaba es que por mucho que intentaba avisar a las demás personas de que se avecinaba  dicho monstruo nadie me hacía caso, aunque gritara a pleno pulmón. Suerte que el despertador me arrebato del sueño, fue una siesta con poco descanso.

Tenía todo el cuerpo empapado de sudor y me levante con la única idea de quitarme dicho sudor con una buena ducha. Ya eran las cinco de la tarde y tenía que empezar a prepararme para la gran noche que se avecinaba. Ese día celebraba cuatro años de relación  con mi pareja y quería aprovechar dicha ocasión para proponerle matrimonio y solo esperaba que dijera que si para unificar mas nuestra relación. Solo pensar en el matrimonio me hizo olvidar la terrible pesadilla, a si que, de un salto me levante de la cama y me dirigí directamente al baño para meterme bajo el agua y purificar mi cuerpo del sudor de mi cuerpo.

Empecé a desnudarme y arroje la ropa al suelo sin ningún tipo de preocupación y me observe delante del espejo durante unos segundos. Repase mi cuerpo por todos lados y me recorrió un pensamiento de satisfacción al ver que no estaba nada mal a mis treinta y cuatro años.  Una vez perdidos esos momentos frente al espejo abrir la puerta de la mampara y extendiendo mi mano abrí el grifo de la ducha y acerque la mano bajo la caída incesante del agua para graduar la temperatura más adecuada. Una vez creí que la temperatura era de mi agrado entre de lleno en la ducha sintiendo el agua recorriendo mi cuerpo, en ese momento oí que alguien entraba en casa y seguidamente el sonido del cierre de la puerta. Un Hola se escucho y reconocí la voz al momento, se trataba de mi pareja.

Rápidamente conteste con un hola que resonaba en todo el baño. La puerta del baño se abrió pero no se podía distinguir nada ya que el vapor del agua caliente había hecho estragos en el cristal de la mampara impidiendo ver más allá del cristal, solo se podía intuir como una silueta se iba quitando la ropa, en ese momento ya pude adivinar las intenciones. Mi pareja entro totalmente desnuda en la ducha conmigo. Nos miramos fijamente a los ojos y sonreímos con una sonrisa tonta. Con sus manos cogió mi cadera y me dio la vuelta y aprisiono su cuerpo contra el mío, pasando sus brazos por mi alrededor.

Lo primero que note fueron sus pechos contra mi espalda, en  ese momento me entro un escalofrió de excitación. Balanceamos nuestros cuerpos unidos un par de veces antes que ella empezara a acariciar mi cuerpo con sus manos mientras besaba mi cuello. Yo levante la cabeza hacia arriba con mis ojos cerrados haciendo hincapié en  sus movimientos con las manos y como sus labios jugueteaban por mi cuello. Ella acariciaba mis pechos con una de sus manos y con la otra acariciaba en círculos mi vientre, todo eso mientras el incesante choro de agua nos caía encima.  Con la mano que me manoseaba los pechos la dirigió hacia mi pezón derecho y con dos dedos empezó aprisionarlo con rudeza y con la otra mano empezó a bajar hacia mi bajo vientre hasta acariciar los pelos de mi pubis y haciendo el amago de llegar hasta mi coño, yo no soportaba que hiciera eso, yo solo quería que bajara mas para poder sentir sus dedos encima de mi raja pero no fue el caso, ella seguía jugando con los mis pelos, hasta que con un movimiento suave llego a acariciar mi clítoris. En ese momento yo me derretí por completo pero tuve que decirle que parara porque tenía ganas de orinar, ella paro por completo el masaje y me dio la vuelta hasta que nuestras caras se miraran.

Coloco su frente contra la mía y se rio, acerco sus labios a los míos y nos besamos de forma apasionada. Se separo de mí y con una sonrisa malvada en su cara se puso en cuclillas sin parar de mirarme a los ojos, yo ya veía sus intenciones. Una vez en cuclillas me dijo que le diera todo lo que tenía a sí que intente relajarme para poder orinar. Cuando estuve suficiente relajada empezó a salir ese líquido amarillento de mi coño, en ese momento ella acerco su boca  a mi vagina como si me estuviera morreando en la boca tragándose todo mi orín.  De vez en cuando pasaba su lengua por mi clítoris haciéndome estremecer  de placer. Aunque creía que eso cortaría mi meada no fue así, no paraba de orinar aunque ella estuviera jugando con mi sexo. Al terminar de mear ella se separo y me miro sonriente, yo estaba temblando de la excitación y quería correrme de una vez por todas, así que la agarre la cabeza y la aprisione contra mi coño para que siguiera con el cunnilingus, ella lo entendió enseguida y volvió al trabajo, a si que no lo dudo y empezó a lamer una vez más mi clítoris con su lengua como si no hubiera un mañana.

Estaba tan excitada que mis pies se pusieron de puntillas mientras arqueaba mi espalda, no podía parar de jadear, el orgasmo estaba próximo. Mis dedos sujetaban fuertemente su cabeza mientras mis caderas hacia un movimiento de vaivén para frotar bien  mi coño con su boca. Por fin llego el orgasmo deseado y unos gritos ahogados salieron de mi boca juntamente con unos fuertes espasmos musculares que iban des de la cabeza a la punta de los dedos de los pies.  Una vez volví a ser yo misma note una punzada en las plantas de los pies, estaba derrotada por el placer de ese gran orgasmo que tuve. Solté su cabeza lentamente y ella se levanto mirando mi cara de cansancio y sonrió de felicidad. Cuando recupere la compostura empecé acariciar sus senos y su miembro para compensar el trabajo realizado anteriormente, quería que ella también tuviera su momento de gloria, pero no fue así, ella agarro mis manos las puso frente a su pecho, acerco su cara a la mía y me susurro a los oídos que después de la cena podría compensarla que era tarde y teníamos que prepararnos.

Ella agarro el pote champú, puso una cantidad generosa en su mano y empezó a lavarme el pelo con rudeza pero erotismo, pasando sus manos por doto mi cuero cabelludo.  Cogió la alcachofa de la ducha y aclaro mi cabeza quitando todo el jabón dejando todo mi pelo libre de jabón, siguió con el acondicionador y con mi cuerpo pasándome la esponja por todo mi cuerpo de forma sensual sin dejarse ningún rincón sin limpiar, pasando por mis pechos, mi culo y  mi vagina. Al terminar de limpiarme me dijo que era su turno y tenía que ducharse ella, así que me mando salir de la ducha e irme a vestir mientras ella se duchaba. Al salir de la ducha me agarro del brazo para acercarme a ella y besarme de nuevo. En ese momento me dijo que en el cuarto, encima de la cama, tenía una sorpresa.

Salí del cuarto de baño con una toalla alrededor de mi cuerpo y me dirigí a la habitación, al entrar encontré una caja de cartón blanco  con un lazo a su alrededor. Quite el lazo y abrí la caja y en su interior había un conjunto de ropa interior, un tanga de encaje negro, un sujetador de  copa abierta a conjunto con el tanga, una minifalda de piel sintética, una camisa de color negro y unos zapatos de tacón con plataforma de color rojo y negro.

Sin dudarlo empecé a vestirme con toda aquella ropa sin perder ni un minuto. Al terminar de vestirme me observe en el espejo y me éxito verme a si de sexi, normalmente no vestía ese tipo de ropa. Mientras me observaba en el espejo entro ella al cuarto con una toalla alrededor de su cuerpo y otra enrollada en el pelo, me observo de la cabeza a los pies sonriendo, se acerco a mí, me beso y me dijo que estaba muy elegante y sexi.

Cuando dijo eso me miro el torso y con la puta de su dedo rozo mis pezones que se me marcaban atreves de la camisa, de forma instintiva me aparte y puse mis brazos enfrente de mi cubriendo mis pechos y soltando una risotada con desaprobación, ella se rio la muy cabrona y me pidió que me fuera a maquillar y que la esperara en el salón.  Me dirigí de nuevo al baño y empecé a peinar y a maquillar, lo típico, un poco de sombra de ojos, unas líneas finas de negro en mis ojos, un poco de rímel y un rojo y brillante para mis labios. Una vez terminada la sesión de maquillaje me dirigí al salón, y aproveche ese momento en que ella se vestía y se maquillaba para preparar mi bolso y coger el anillo de compromiso que tanto me había costado encontrar.  Una vez lista me senté al sofá a esperarla.

Al cabo de unos quince minutos ella apareció en el salón vestida con un vestido rojo muy ajustado que remarcaba  mucho su figura. Era un vestido muy provocativo con un gran escote que la parte inferior no llegaba para nada a sus rodillas. También se podía intuir que no llevaba sujetador alguno ya que podía observar sus pequeños pezones  resaltados en el vestido. Llevaba unos zapatos iguales a los míos y un maquillaje igual que el mío. Su melena pelirroja ondeaba a cada paso que daba, ese pelo era la admiración de muchas chicas. Se acerco a mi cogiéndome de las manos y me levantándome del sofá me agarro de la cintura y me pregunto si estaba lista, yo di un movimiento leve afirmativo de cabeza  y nos dispusimos a salir hacia el restaurante. Al salir a la calle pedimos un taxi que nos llevaría al restaurante, durante todo el camino en taxi no nos saltamos de la mano, nos mirábamos como dos tontas enamoradas sin decir absolutamente nada. Realmente estábamos muy enamoradas, y en esos instantes savia que ella sería mi pareja para toda la vida.

Durante el trayecto pudimos ver a trabes del retrovisor del conductor como no miraba con lascividad. Nosotras lo sabíamos y en ese momento pensamos en hacerle una jugarreta al conductor. Al llegar a nuestro destino y pagar la tarifa del recorrido yo salí del taxi pero mi pareja se quedo sentada justo en el medio del asiento trasero, se abrió de piernas mientras se subía el vestido, la cara del taxista era un poema, ella se aparto el tanga con su mano mostrando una cosa que el conductor no se esperaba, su cara era todo un poema. Ella se rio y salió pitando del taxi, al momento que ella era fuera metí mi cabeza dentro del taxi y le dije al taxista que eso era su propina. Al decirle eso me fije bien en su cara y no pude parar de reír, cerré la puerta del taxi agarre a mi pareja por la cintura y nos dispusimos a entrar en el restaurante.

Continuara…