Un gran cambio en mi vida (5)

Una salida a cenar con mi jefe y una noche de puro sexo y placer. Valoren por favor. Gracias!!!

Un gran cambio en mi vida(5)

Me decidí por un vestido blanco con pequeñas flores, ceñido bajo mis pechos que me llegaba un poco más arriba de la rodilla. Era sutil, casual y a su vez sexy y provocativo, ya que dejaba ver mis senos por su gran escote. Me coloque unas sandalias de tacón y tome un abrigo de media estación.

Baje la escaleras y allí parado frente a la puerta de calle estaba Pablo. Llevaba puerto un jeans de vestir color chocolate, con una camisa blanca abierta los tres primeros botones, los cuales dejaba ver el pecho bien torneado y depilado del abogado. Estaba para comérselo, y pensar en como podría terminar la noche, hizo que mi tanguita se mojara un poco.

Me acerque, le di un beso en la mejilla y lo invite a salir. Nos despedimos de mi madre y nos dirigimos al auto.

-Donde quieres ir?

-No lo se- respondí – Sorpréndeme.

-Esta bien.

Fuimos a uno de los restaurantes más caros de la ciudad y nos sentamos en el rincón mas apartado de todos. Allí lo lleve con la excusa de poder hablar tranquilos. La cena fue amena y llevadera y solo cuando llego la hora del postre, las cosas comenzaron a calentarse un poquito.

-Y dime Malena. ¿Cómo es que tu hermano consiguió esas fotos?

Baje la cabeza tratando de ocultar mi cara, la cual por el calor que sentía debía de estar colorada.

-Oh esta bien, si no quieres contarme no lo hagas, solo pregunte de curioso.

-No, no te contare, es que… me da mucha vergüenza.

-Ya te dije, si te incomoda, no me lo cuentes.

-Veraz hacía más de dos años que no tenia un contacto con un hombre, cuando mi hermano me encontró en una situación comprometedora, dándome placer a mi misma y me chantajeo. Creo que la falta de cariño hizo que confundiera el oportunismo de mi hermano, con una relación, aunque prohibida, una relación al fin.

-Si, entiendo.

-En esos encuentros que tuvimos, me deje llevar nuevamente por el placer que me daba y el morbo de saber que era mi hermano, por lo que me deje fotografiar. El resto ya lo sabes.

-Lamento que hayas pasado por eso, pero…además me alegro.

.¿Te alegras?

-Si, me alegro. Malena hace mucho tiempo que tenia una ganas tremendas de

-Cogerme?

-Bueno si. De eso y de llegar a conocerte mejor.

-Mmmm. Ya veo.

Me saque la sandalia mientras seguí escuchando como Pablo trataba de seducirme y empecé a frotar mi pie contra su pierna. La cara asombro y alegría del abogado me dio el permiso que buscaba para seguir avanzando. Mi pie siguió su camino hasta encontrarse con la bragueta de su pantalón y comencé a mover el tocar su miembro, el cual ya empezaba a ponerse en erección.

Me pregunto si quería que fuéramos a un lugar más tranquilo y ante mi picara y perversa sonrisa, le pido la cuenta al camarero y nos retiramos.

Una vez en el auto, me pregunto donde quería ir, a lo cual solo le respondí recostándome sobre el, abriendo el cierre de su jeans y sacando su verga de su envoltura. Esta estaba en estado de relajación y la tome entre mis manos mientras levantaba mi cabeza y miraba como Pablo se quedaba tieso ante mi reacción.

Tu conduce, le dije y baje mi cabeza tomando su pene entre mis labios e introduciéndomelo entero en la boca. Este movimiento hizo que mi jefe diera un respingo y su verga se puso dura como una roca en solo segundo. Mi lengua comenzó a lamer aquel trozo de carne que tanto me apetecía comerme. Chupaba y succionaba mientras el auto avanzaba y los gemidos de mi acompañante eran cada vez más fuertes. Yo excitada hasta más no poder, saque su mano de la palanca de cambio y la lleve a mi sexo, el cual estaba empapado y deseoso de ser penetrado. Cuidadosamente introdujo dos dedos en mi vagina y su esfuerzo fue agradecido, pues me metí su pene todo entero en mi boca y subía y bajaba descontroladamente sobre el, provocándole una eyaculación. Su semen se estrello contra mi cara y mis tetas. Por lo que pase mi mano sobre ellas y me la lleve a la boca enseñándole como me tragaba todo.

El auto ya estaba estacionado en una cochera por lo que bajamos y nos montamos en un ascensor. Los besos y lametazos que habían comenzado en el auto ahora los reproducíamos allí, solo que esta vez en nuestras bocas. Pablo tenia todavía sus dedos dentro de mi vagina y poco le importo cuando la puerta de ascensor se abrió y dos muchachas rubias se subieron en el. Pablo seguía ausente del mundo que lo rodeaba, y solo tenía ojos y manos para mí, por lo que siguió masturbándome allí, frente a las chicas.

Aquello me dio tanto morbo que comencé a gemir allí mismo y las extrañas, quienes estaban siendo testigo de aquella escena se bajaron en el piso siguiente, no sin antes reír a carcajadas. Lo cual muy poco nos importo.

Al llegar a la puerta de entrada de aquel departamento, el cual debía de ser la casa de pablo, yo ya estaba subida a su cintura y comiéndole la boca. Entramos, escuche como se cerro la puerta y automáticamente, las manos del mi jefe desabrocharon su cinturón y su pantalón y me introdujo su verga de un solo golpe. Gemí tan fuerte como pude y baje el escote de mi vestido, dejándole mis pechos descubiertos al alcance de boca, la cual se apodero de un pezón y lo lamía, besaba y chupaba de una manera que eme extasiaba.

Se sentó sobre un sillón del living dándome la libertad de moverme como quisiera por lo que empecé a cabalgarlo. En una de las bajadas sobre su pene erecto sentí como un dedo se introducía en mi ano e instintivamente me levante.

-No por favor, así no. No tiene nada para lubricarlo.

-Espérame aquí- me dijo y se perdió tras una puerta. Momento en el que aproveche y me quiete el vestido.

Cuando volvió traía en su mano un pequeño frasco de lubricante, también se había quedado completamente desnudo. Se acerco, me tomo de la cintura y me puso en cuatro pata con el culito hacia su pene. Me lleno mi ano de gel , luego su verga y lentamente comenzó a hacer presión. Los primeros intentos dolieron un poquito, pero poco a poco mi agujerito se fue dilatando y su pene entro por completo llenándome las entrañas. Me alegre mucho da haberme dado aquel baño tal pulcro y exhaustivo antes de la cita.

El sonido que provocaba el choque de muestras cuerpos me saco de mis pensamientos y empecé a disfrutar de ser cogida por aquel semental que llenaba mi culo con su verga, lamía mi cuello con su boca y con una mano introducía dos dedos en mi vagina dándome placer y tratando de que llegara al orgasmo. El cual no se hizo desear demasiado. Mi cuerpo estallo en el momento justo y los espasmos ocasionados desencadenaron el orgasmo de Pablo quien se vino dentro de mi culito, llenándolo de su espeso y dulce semen.

Caímos los dos rendidos de cansancio sobre la alfombra que cubría casi todo el piso del living y allí abrazados nos quedamos casi en un estado de coma, por casi un cuarto de hora. Cuando volvimos a estar concientes de nosotros mismos, me enseño donde quedaba el baño y hacia allí me dirigí.

Me duche, me vestí y arregle el peinado y el maquillaje y salí.

Pablo ya estaba en la cocina vestido de cintura para abajo y preparando café. Se acerco, me dio un sonoro beso y me levanto en brazos para depositarme sobre la mesa.

Pero esa…. es otra historia.

Continuara.