Un Glúteo Rojo y Caliente Siempre Se vera Hermoso
Continuación de mi primera Sesión BDSM con mi Nena... espero les guste...y claro que hay rosas!
Mis armas estaban listas y preparadas para la guerra, fui a mi antigua residencia para buscar todo mi arsenal, una fusta, una vara, dos metros de cuerda roja, una mordaza rosada, un acostumbrador anal y unas pinzas para pezones, otro día usaría las esposas, claro, no podía faltar mi corset de encaje rojo sangre con detalles en cuero negro y unas pantis igual negras.
Le ordene a mi Nena que se desnudara completamente y me esperara con de pie con el rostro pegado a la pared de nuestro cuarto, sus glúteos todavía estaban rojos por los azotes que le había dado en el baño del cine, y créanme, un glúteo rojo y caliente siempre se vera hermoso.
Sin media palabra la agarre fuertemente por su cabello y jalándola hacia atrás la obligue a levantar sus glúteos para mi, mientras con mi otra mano acariciaba ese trasero hermoso, con ese contraste rojo/blanco que tanto me excita.
Sin contemplación le propine un fuerte azote con mi mano desnuda de nuevo en sus glúteos, a lo que ella respondió con un fuerte gemido de sorpresa y placer, y tengo que decir disfruto del calor que queda en mi mano luego de azotar un glúteo suave y terso.
Repetí el azote 5 veces más hasta que sus piernas empezaron a desfallecer, acaricie de nuevo sus glúteos y los abrí para ver su botón prieto y hermoso, que hoy profanaría por fin sin lugar a duda, baje lentamente mi rostro hasta el, y con mi lengua le regale un beso negro que hizo que llegara a un orgasmo que no pudo evitar.
-Tu no tienes permiso de acabar hasta que yo te lo diga, aprende eso, porque te voy a castigar Nena Perversa- le dije, mientras me incorporaba.
Su respuesta me sorprendió, aunque no se lo había pedido, y prácticamente no lo hubiéramos conversado me dijo. –Si mi señora, perdóneme mi señora.- en ese momento lo entendí, mi Nena había nacido para ser sumisa, y seria mi sumisa, mi novia, mi vida.
Primero agarre las pinzas para pezones, colocándoselos en sus pequeños y perfectos pechos, sus pezones grandes sufrieron con la presión de las pinzas, pero mi Nena soporto el dolor mordiendo sus labios fuertemente.
Luego Agarre la vara y con un rápido movimiento le propine un latigazo que dejo un hilo rojo vivo en sus hermosos glúteos, su grito fue ahogado por sus propias manos, y aunque pensé que no soportaría el dolor, aguanto como las grandes y con su movimiento de caderas me pidió otro latigazo.
Yo sin contemplaciones le propine no uno, si no dos latigazos más lo que dejaron tres hermosas líneas rojas en su blanco trasero, deje la vara sobre la cama y agarre el acostumbrador, le ordene que se lo metiera en la boca y lo lubricara con su saliva.
Mientras yo trenzaba un nudo para amarrar sus piernas y manos dejándola a gatas sobre el piso, con el trasero levantado y una visión espectacular de su botón y sus labios grandes, vibrantes y empapados de sus jugos.
Le saque el acostumbrador de la boca para colocarle la mordaza, y agarrando sus propios jugos con mis dedos se los pase por su esfínter para ayudar a la lubricación.
Puse la punta del acostumbrador en su prieto botón y suavemente empecé apretar para ver como las paredes de su esfínter cedían ante el grosor de ese invasor que por primera vez entraba en su interior.
Mi Nena quiso gritar de dolor, pero inmovilizada y amordazaba como estaba solo pudo jadear y dejarse hacer, sus ojos empezaron a llenarse de lagrimas, pero cuando amague con detenerme su suave movimiento de cadera me dieron permiso de proseguir.
A los pocos minutos, en una lucha suave pero constante el acostumbrador entro en su totalidad en su interior, mientras que mi Nena respiraba fuertemente con el rostro pegado a la alfombra de nuestro cuarto.
Metí un par de dedos en su entrepierna y empecé a masturbarla con rápidos movimientos como recompensa por haber aguantado semejante castigo en su primera vez, y con una suave caricia en su rostro le di permiso para que se corriera con un impresionante orgasmo que lleno mis manos completamente con sus calientes jugos.
En ese momento agarre la fusta y empecé a castigar sus glúteos, intentando concentrar mis golpes en la punta del acostumbrador, sus quejidos de placer empezaron a ser cada vez más fuertes, y justo en el momento que iba a llegara un nuevo orgasmo, agarre su cabello fuertemente y de un tirón saque el invasor que tenia en su trasero.
Los estímulos fueron demasiado para mi Nena que llego a otro orgasmo mientras caía de lado rendida y completamente exhausta, con delicadeza quite poco a poco sus ataduras, y con suavidad removí las pinzas de sus pezones completamente erizados y rojos por la presión.
Por ultimo le quite la mordaza, para en un largo y dulce beso calmar las emociones, me acosté con ella en el piso rodeándola con mis brazos y nos quedamos dormidas sin decirnos nada…
Ya nos esperaran nuevas y mejores sesiones de perverso placer… pero esas historias están en marcha, así que más adelante las contare, gracias por leerme…
Siempre suya… y siempre de TodoRelatos….