Un giro a mi vida. Parte 8

Llegó el nuevo año y los nuevos propósitos

Tenía un caos en la cabeza enorme, por un lado al día siguiente me tocaba reencontrarme con Martín tras la pillada de su mujer el día antes de nochebuena y quien sabe si todo eso habría llegado a oídos de mis compañeros a través de su mujer. Y por otro lado pensaba en la nochevieja que había vivido, comparándola con la del año pasado. Un año antes estaba celebrando la nochevieja con Gabriel en su casa, con su familia de una manera formal, y ahora mi vida era todo lo contrario..

Llegó el 2 de Enero y apenas sin dormir, llegué a la oficina nerviosa. Llegué algo pronto y tomé café con varios compañeros, y noté que nadie sabía nada ni por asomo. Durante la mañana me llamó Martín y fui a su despacho. Al entrar cerré la puerta y me contó lo que había sucedido con su mujer. Ella le había echado de casa, después de pillarle no solo conmigo, si no en varias fotos con otras mujeres que había hecho un detective que contrató e incluso entrando a un conocido prostíbulo de Madrid. Ella le había denunciado y le quería sacar toda la pasta. En cuanto a mi me dijo que no me preocupase porque su mujer no iba a remover nada. Por tanto quedaría así. Respiré tranquila.

Yo noté que Martín que ahora vivía en el piso donde follábamos habitualmente me insinuaba que nos tuviésemos algo, digamos serio. Pero yo fui clara y le dije que no, que mi vida no era esa y que yo no quería nada serio. Si quería seguir quedando para follar esporádicamente vale, pero más no. Fui bastante clara con él. Cuando salí de su despacho respiré porque tenía miedo a lo que hiciese su mujer, o incluso había pensado en que lo arreglasen y ella le convenciese para echarme. Pero claro ahora su mujer sabía que yo era una más. Simplemente la que tocó la noche que le pilló con las manos en la masa.

Pasaron unos meses hasta Semana Santa y aunque seguía quedando con mis tres follamigos, Wilmer, David y Martín, ultimamente notaba que me faltaba algo, algo distinto no se. Una experiencia como el trio con Fran y Rober en el hotel o como la de la mañana de año nuevo. Es verdad que no me faltaba sexo, y que los tres que eran muy distintos me tenían muy bien servida. Wilmer con esa polla descomunal y con su forma de ser y calentarme, seguía con Miriam su novia pero una media de dos veces al mes venía a casa y follábamos. David era alguien más de mi edad que no es que fuese un tipo muy interesante pero me daba mucho placer, y Martín con el cual tenía la relación más seria entre nosotros pero que en la que había un sexo descomunal, y una experiencia que yo notaba, me doblaba en edad y para mi la experiencia es un grado.

Me había interesado por el mundo swinger (Intercambio de parejas) y había estado indagando en Internet sobre un club swinger bastante interesante en El Centro de Madrid. Pero claro tenía que decidir con quien ir, y sinceramente con el que más me veía en un sitio así era con Wilmer. Que además podría llenar de placer a la mujer de la pareja que nos tocase. También con Fran, pero como a Wilmer le veía más decidí proponérselo a él.

Extrañado me dijo que si. No creo que ningún hombre piensa que alguna vez una mujer le va a proponer algo así, pero yo no soy una mujer normal como veis.

Antes de inscribirme a ese club swinger seguí indagando por internet y encontré una red social para gente swinger, allí me hice un perfil sin foto y me decidí a encontrar a alguien. Curiosamente a mi no me llamaban la atención las parejas jóvenes, yo siempre buscaba parejas entradas en años pero con buen físico. Finalmente me decidí a escribir a ParejaMadrid45, efectivamente y aunque en las fotos salían con antifaces se podía ver que era una pareja de 40 y algo y con buen físico, ella pelirroja alta y con poco pecho pero muy buen culo, y el un maduro no demasiado alto y medio calvo, pero con torso de gimnasio.

Me contestaron al día siguiente y desconfiando de mi por no tener foto y pensar que era un salido más que les escribía, les dije que si querían hacíamos una videollamada, conecté la web cam del portátil y me vieron. Con mucha vergüenza hablé con ellos y les dije que tenía un novio negro de 34 años, la altura y describí incluso su polla. Ellos cachondísimos accedieron a quedar ese mismo fin de semana.

Seguí en contacto con ella vía Whatsapp para quedar, se llamaba Anna y él Manuel. Hablé con Wilmer y nos fuimos el sabado por la noche a casa de ellos, que vivían en un pueblo a las afueras de Madrid.

Llegamos a la casa y nos recibieron, era un matrimonio bastante simpático. Entre risas y copas nos pusimos en dos sofás distintos, Manuel conmigo y Wilmer con Anna, y empezamos a liarnos.

Manuel tenía una polla sorprendente, estaba muy por encima de la media y además era bastante gorda, como a mi me gustan, además tras chupársela y dejarla muy dura me la metió y sabía perfectamente como hacerme llegar al orgasmo y así hizo en continuas ocasiones, incluso haciendo que en una de ellas me corriese con un chorro como nunca me había pasado. Casi me doblaba en edad pero disfrutaba muchísimo con él. De repente y mirando al otro sofá vi como Anna no se hacía con el rabo de Wilmer y le decía que parase. Le dije que se uniese a nosotros y mientras Manuel terminaba de follarme a cuatro yo le chupaba la polla a Wilmer que estaba a punto de correrse. Finalmente lo hizo en mi boca a la vez que Manuel lo hizo en mi espalda.

  • "Joder yo no puedo con una polla así" dijo Anna mientras Manuel me limpiaba la espalda de leche con un trozo de papel
  • "A mi me costó hacerme, pero luego disfrutas muchísimo" la dije yo mientras todavía tenía restos de su leche dentro de mi boca y Wilmer y Manuel reían..

Nos tomamos alguna copa más y nos fuimos de allí, aunque Anna insistió en quedar otro día para disfrutar bien de esa polla negra..