Un giro a mi vida. Parte 25
Aparte de una golfa, también era una buena samaritana
Pasaban los días y yo llevaba sin saber de Fran desde el día de la espantada de mi casa.
Llena de orgullo no pensaba escribirle, para mi había sido una gran decepción su marcha de casa sin previo aviso, y de un día para otro. Desde que se vino a mi casa tras echarle María y demás, había sido la persona que sostenía mi vida, que me daba lo que necesitaba, sexo, diversión y me hacía sentir agusto.
Ahora en aquel piso compartido mi vida era distinta. Estaba cómoda con las chicas, especialmente con Jessy, que como fui viendo con el tiempo era bastante parecida a mi en el aspecto sexual. La encantaba quedar con tios y follar, sin más. Y ser libre.
Vero era distinta, era una niña pija, que quería buscar un príncipe azul, apenas había tenido relaciones sexuales, con un novio en Córdoba y ahora quedaba con uno pero iba despacio. Me recordaba a la Sara anterior a conocer a Fran.
En la convivencia las cosas iban bien, ambas éramos maniáticas de la limpieza, y nos complementábamos bien, y cenábamos juntas todos los días.
Un Viernes por la noche decidimos tomarnos unas copas las 3. El alcohol ayudaba como siempre a que la confianza entre las tres creciera.
"Oye Sara, llevas aquí 3 semanas y todavía no te has traído a un tío para follar ni nada" dijo Jessy entre risas
"Deja a la muchacha Jessy" dijo Vero, reprendiéndola
"Pues si os soy sincera me da un poco de corte todavía, pero os voy a confesar una cosa" las contesté
"Cuenta cuenta" dijo Jessy sorprendida
"El otro día estuve con un tío aquí por la mañana"
"Qué cabrona, le traes por la mañana para que esta y yo no le veamos" mientras se reía dijo Jessy
"Es que me da corte, además en estas semanas tampoco he visto que hayáis traído a nadie"
"Pues porque estoy de exámenes si no siempre me traigo a alguno, yo necesito sexo para relajarme, pero tranquila que los míos pasan la noche aquí me follan bien y se van" dijo Jessy
"Yo no, yo no suelo traer a nadie, voy poco a poco, esta es que es muy golfa" dijo Vero riéndose
Yo respiré aliviada del buen ambiente y de que con el tiempo podría traer tios a casa. Aunque todavía no las iba a decir nada sobre el tipo de tia que soy, en plan trios, y demás historias ya contadas.
Cuando ya eran las 3 de la mañana Vero se fue a dormir, y nos quedamos en el salón Jessy y yo, charlando y la verdad que no estuviese Vero nos liberó mucho para hablar de sexo.
"Oye y el negro ese que vino a ayudarte a mudarte qué?" Refiriéndose a Wilmer
"Es un muy buen amigo, con el que normalmente follo, es el clásico follamigo" contesté
"Joder es que está buenísimo, y tendrá una polla descomunal como todos los negros. Yo me he follado alguno y es una barbaridad hasta donde te la consiguen clavar los muy cabrones" dijo ya muy borracha y cachonda.
"Ya te digo Jessy, ¿oye quieres follártelo? La dije
"Pero tía que es tu follamigo"
"Exacto y no es nada más que eso, yo te digo que vas a disfrutar mucho con él, si quieres le digo que venga mañana
"Pues mira me vendría muy bien para afrontar los exámenes, y además mañana por la tarde esta se va con el chico ese que es su medio novio" refiriéndose a Vero.
"Venga le voy a escribir"
Se acabó el alcohol cerca de las 5 de la mañana y nos acostamos, le había puesto a Wilmer un mensaje de que si se quería follar a mi compañera de piso, a la alta gordita, que conoció el día de la mudanza. Jessy era alta en plan 1,75, gordita pero atractiva a su vez, y tenía una 110 de pecho fácilmente, algo más grandes que las mías.
Me desperté resacosa a las 12 de la mañana, y tenía la contestación de Wilmer.
¿Como? , ponía.
Le expliqué bien la situación, y me dijo que si que encantado y que Jessy le había parecido atractiva. Le cite a las 6, pues Vero se iba 5 y media aproximadamente.
A las 6 llegó y la dije a Jessy que abriese ella, y yo me metí en la habitación sin que me viese Wilmer. La habitación de Jessy estaba al lado de la mia pared con pared. Allí en seguida tras una conversación de no más de 5 minutos entre ambos, empecé a escuchar golpes muy duros que sonaban de las embestidas de Wilmer a Jessy, y gemidos de ella. Me puse una película y sobre las 9 de la noche escuché a Wilmer irse. A los 10 segundos vino Jessy a mi habitación.
"Joder que folladón me ha pegado tía"
"Qué tal cuenta"
"Pues me ha dejado reventada, hemos echado como 3 polvos, y anal que yo pensaba que me reventaba, y no veas la leche que le sale cuando se corre, es increíble"
"Ves como te dije que ibas a disfrutar mucho"
"Joder mil gracias tia"
Yo estaba orgullosa de haberla presentado a Wilmer. Para nada me importaba que Wilmer se follase a otras la verdad, con él siempre tuve claro que nuestra relación era una amistad con mucho sexo. Al rato miré el móvil y tenía un mensaje de Wilmer diciéndome que le había gustado mucho follarse a Jessy.
Los días de después Jessy me decía que estaba reventada físicamente, y sentía lo que sentí yo los primeros días que me follaba a Wilmer, una polla tan descomunal, gorda y un tío que folla tan bien, esa suma de cosas te destrozaban pero te hacían sentir un alivio increíble. Sabía que la cosa con Jessy prometía.
Estaba dejando mi vida sexual apartada eso si, y esa misma noche pensé que yo no podría estar sin follar mucho tiempo más y que tendría que empezar a quedar como antes con uno o dos tios por semana.
Justamente ese Lunes me llamaron de un trabajo, realmente era un trabajo donde eché la solicitud por echarla, pero yo estaba buscando un trabajo de oficina, como el que tuve anteriormente y después en La Oficina de Martín. Me habían llamado de una conocida cadena de restaurante para ser camarera. No tenía necesidad económica porque tenía dinero ahorrado y además vivía del paro, pero la verdad es que siempre es importante cotizar, y acepté aunque con la mentalidad de que fuese algo temporal, puesto que mi ideal de trabajo no era ese.