Un giro a mi vida. Parte 24
Otro nuevo año y una buena dosis de realidad para Sara
El nuevo año prometía, o eso pensaba yo, pero no.
Mi relación con Martín había derivado en algo que ya sospechaba yo que pasaría. Nuestra empresa no iba bien y se rumoreaban despidos en mi departamento. El no quedar apenas con Martín (Pese a que follamos en navidad) me hacía pensar que yo iba a estar en la lista. En mi departamento era el quien decidía. Y efectivamente a mediados de Enero me encontré con la sorpresa. Un sábado por la tarde me llamó Martín. Yo estaba en casa con Fran viendo una película.
Me fui a la habitación.
- "Hola Sara"
- "Si dime"
- "Pues nada te llamo para darte una mala noticia"
- "¿Qué ocurre?"
- "Pues nada, que como ya sabes la empresa quiere hacer recortes por la situación económica actual, y tu al llevar poco en ella, vas a ser de las personas que prescindamos"
Me quedé blanca, empecé a pensar sobre todo en que mi tren de vida y la independencia que tenía trabajando en esta empresa me iba a costar recuperarlo.
- "Martín esto no tendrá nada que ver con que ya no quedemos ni nada"
- "No no Sara de verdad, es una decisión de arriba, y yo la tengo que ejecutar, de verdad que si me entero de algún puesto en la empresa de algún amigo te llamo"
- "Me siento fatal de verdad, con lo mucho que he currado aquí"
- "Yo también lo siento, de veras"
Colgué, y empecé a darle vueltas a la cabeza, tenía claro que si me lo hubiese estado follando como antes de que Fran llegase a mi casa, seguramente no me hubiese echado a mi, y hubiese elegido a otro u otra. Se lo conté a Fran y me dijo que no me preocupase, que el iba a estar ahí etc..
Acudí el Lunes a por la carta de despido. Empecé a pensar en que iba a hacer ahora con el alquiler de mi piso y todos los gastos que tenía. Fran me ayudó al principio. Los primeros tres meses en el paro al menos en mi vida persona fueron buenos, la compañía de Fran en casa era de gran ayuda, follábamos continuamente y éramos como una pareja, llevaba desde el inicio del nuevo año sin quedar con nadie más.
Pero a mediados de Marzo una mañana al volver a casa de una entrevista de trabajo, encontré a Fran haciendo la maleta. No entendía nada
"¿Que haces"
"Sarita, lo siento pero me voy, llevo un tiempo un poco preocupado porque no se muy bien lo que estoy haciendo con mi vida. Me voy a alquilar un piso yo solo cerca de mi trabajo. Me gustaría que nos siguiésemos viendo de vez en cuando"
"No entiendo nada de verdad"
"No hay nada que entender, somos amigos, y siempre lo hemos sido, pero necesito mi espacio"
Apenas me despedí de él, no entendía nada, estábamos muy bien, casi como una pareja. Pensé que posiblemente el estar así tras tantos años con María, se había agobiado de estar conmigo como en pareja. Mi cabeza no dejó de dar vueltas
Ahora a mi se me planteaba un problema, yo no podía hacerme cargo del piso mucho tiempo sola y sin trabajo, iba tirando de mis ahorros y del paro pero aun así no era suficiente, y tenía dos opciones, volver a casa de mis padres, algo que sinceramente no me apetecía nada, seguro que todos los que os habéis emancipado me entendéis. Y la otra buscar a alguien para compartir piso. Mi piso no se podía compartir porque era de una sola habitación, asi que me tendría que ir de allí.
Me puse manos a la obra a buscar una habitación en un piso compartido. Cerca de la zona centro, donde yo vivía. No entendía nada, por primera vez en mucho tiempo el sexo no ocupaba mi primer pensamiento en la cabeza. Con Fran posiblemente había pensado cosas que no eran, me había acostumbrado a una vida digamos en pareja, que no era real, y al final recibí una bofetada de realidad.
Al cabo de unos días encontré una habitación que me gustaba bastante, era para compartir con dos chicas estudiantes de universidad, en un piso bastante amplio.
Se llamaban Vero y Jessy, ambas eran cordobesas, tenían 20 años, y ambas eran muy atractivas. Vero era rubia, de aproximadamente 1,70, muy pija y tenía muchísimo pecho. Jessy era gordita, bastante alta, como 1,75 y también con mucho.
Empecé la mudanza, a la que me ayudó Wilmer al que presenté a ellas como un amigo.
Ya después de dejar mi casa, la primera noche en el nuevo piso con ellas cenando:
"Oye Sara ese amigo negro tuyo, menudo hombre eh" me dijo Jessy con mucha picardía.
"Si, es un muy buen amigo. ¿Te gusta o qué?" La pregunté.
"Es que está muy aparente el chico la verdad" dijo Vero más educadamente.
"¿Es amigo, amigo o es follamigo?" Contestó Jessy animando la conversación.
"Digamos que si, que es amigo y follamigo pero no os preocupéis que lo puedo compartir" las contesté riéndome, mientras ambas soltaron el típico uyyy...
"No te preocupes Sara, tu aquí te puedes traer al tío que quieras, eres libre" dijo Jessy
Entendí que las dos, especialmente Jessy se llevaban tios al piso, y me alivió bastante, cuando vi el anuncio del piso en internet, no iba a preguntarlas si se podían traer tios a menudo, por lo que pudiesen pensar claro.
Al principio no llevé ningún tío allí. Pero las semanas pasaban y desde la última vez con Fran no había follado, llevaba 3 semanas, la vez que más con diferencia desde mi cambio de vida, pues con Gabriel había veces que nos podíamos tirar mes y medio sin follar. Los días pasaban y ellas por la mañana a aproximadamente las 8 y media se iban y volvían muchas veces después de comer, por tanto me tiraba sola toda la mañana en el piso. Wilmer descarté que pudiese, pensé en Víctor o Mike como se hacía llamar el chico que vino a follarme en mi cumpleaños y luego posteriormente a follarnos a Mónica y a mi en verano. Pero miré su última conexión y era de madrugada, recordé que ahora trabajaba de gogó en fiestas privadas.
Al final me decanté de nuevo por la app de ligue, entré y vi que la tenía que actualizar, pues desde verano en la playa no la usaba. Esa noche busqué un tío que viniese a darme el desayuno a la cama, la verdad es que medio resuelta la situación de mi vida y mi piso, me apetecía mucho follar, pensaba en alguien follándome duro, y dándome leche caliente.
Encontré a un tío que gustó bastante, se llamaba Rafa, no es que tuviese un cuerpazo , era de mediana estatura, no muy alto para ser hombre, con el pelo pobre y entradas (lo que me recordó a Fran) y además tenía 35 años y su forma de ser en el chat de la app, muy caradura y decidido, como a mi me gustan, me hizo rápido darle mi whatsapp. Enseguida nos calentamos y le dije la verdad, quiero que venga un tío a follarme y darme leche caliente mañana a partir de las 9 (Para asegurar que se hubiesen ido Vero y Jessy) pero antes "Quiero que me enseñes la polla" yo no quedo con cualquiera, le dije. Me la mandó y aprecié una buena polla cercana a 20 centímetros y de buen grosor
Clavadas las 9 en punto sonó el telefonillo, le abrí con un camisón sexy rosa, y debajo con un tanga, según entró por la puerta nos besamos, como si no hubiese tiempo que perder.
Le tiré sobre la cama y le desaborché el pantalón haciéndole una mamada de varios minutos que le puso la polla dura como una roca. La foto no había engañado, era una buena polla. Después tras cabalgarle y darme a cuatro patas cumplió con lo prometido, me dió una buena ración de leche por toda la cara, que fui rebañando con la lengua hasta tragarme toda. Se quedó un rato conmigo abrazado y charlando, era muy simpático, me contó que era camarero. Antes de irse follamos otra vez, le encantaba mi culo y follarme a 4, en la segunda vez se corrió en la espalda soltando otra buena ración de leche. Me quedé muy a gusto y aliviada tras despedirme de él