Un giro a mi vida. Parte 15
Un verano muy especial
Llegó Agosto y mis vacaciones. Las necesitaba. Es verdad que en este relato solo cuento mi vida sexual, pero mi vida laboral era muy estresante. En la oficina había mucho trabajo, y aunque yo era una enchufada por Martín, tenía que trabajar mucho para que nadie sospechase de mi enchufe. Como conté anteriormente, había planificado mis vacaciones desde el 1 al 31 de Agosto, y la primera semana de agosto me iría con Martín a Tailandia, de este viaje casi nadie sabía nada, salvo Mónica mi amiga. Evidentemente en la oficina nadie sabía nada. Yo les había dicho que me iría a Tailandia con una amiga, y ya, como es lógico no iba a decir que me iba con el jefe.
Viajamos a Tailandia y fue una semana bastante reconfortante, conocimos un país con una cultura muy distinta, y estuvimos en hoteles impresionantes a los que me llevaba Martín. Follamos todos los días, a veces varias veces.
Martín tenía 46 años y yo 23, y en muchos sitios pensaban que yo era su hija, pese a que Martín era un hombre muy atractivo y que se cuidaba muy bien, en la cara se notaba que era casi un cincuentón. Martín siempre había intentado algo más conmigo, yo le encantaba y le daba la segunda juventud que necesitaba, tanto en lo sexual como en lo personal. Este viaje fue un intento más para tener algo serio o más serio conmigo, pero como siempre le tuve que parar los pies.
Y es que el día antes de volvernos para España, en Bangkok me regaló un anillo que había comprado, y me pidió matrimonio. Mi cara fue un poema claro, ni si quiera era mi novio, y me estaba pidiendo matrimonio, no ya una relación, matrimonio, con todas las letras. Yo le dije que no una vez más, y le expliqué el tipo de vida que yo tenía. El incluso me dijo que me podría dejar cierta libertad, pero me negué. El último día fue bastante incómodo con el allí. Y además Martín era mi jefe, y la cosa a la vuelta de vacaciones iba a ser muy complicada, pero no quería engañar a nadie, ni engañarme a mi. Yo era feliz así, yo no tenía en mente una relación, ni conocer a un tio para enamorarme, ni para casarme o tener hijos, mi objetivo era follar, disfrutar de buenas pollas y de tios distintos, y aventuras. Eso es lo que me hacía feliz, y lo que a muchas tias como yo les haría feliz, pero que por estar llenas de prejuicios no hacen.
Al regresar, estuve apenas dos días en mi casa de nuevo, lavando ropa y preparando la maleta de nuevo, esta vez para irme al pueblo de Mónica, un pueblo de Toledo en el que eran las fiestas. Desde la nochevieja en la que acabamos follando con Fran y sus amigos yo no había vuelto a ver a Mónica, si que había hablado mucho con ella, y habíamos afianzado nuestra amistad por Whatsapp, pero como ella vivía en Dublin y venía de vez en cuando a España, y yo estaba tan ocupada que no nos habíamos vuelto a ver. Mónica había dado un giro a su vida parecido al mío desde nochevieja, quizás no tan drástico como el mío, pero se había liberado mucho. Yo no soy una chica de tener muchas amigas, de hecho Mónica era mi mejor amiga y la veía muy poco.
Cogí el coche y me presenté en su pueblo a una hora aproximadamente de Madrid. Al llegar me llevó a una casa vieja en el centro del pueblo. Era la casa de su abuela, allí estaban los padres de Mónica, su abuela, y su hermano, un chico adolescente, típico malote con piercing y con acné, rubio y bastante guapo. Les saludé y subimos para la habitación, una habitación con dos camas pequeñas, que parecían bastante incómodas. Allí Mónica me habló del plan que había, salir con sus amigos, hacer botellón, ir a la orquesta, y poco más, lo que se hace en todas las fiestas de los pueblos. Cenamos y salimos a una especie de garaje en el que tenían la bebida sus amigos, me presentó a todos, era un grupo de unas veinte personas, 11 chicos y 9 chicas, había dos parejas, y todos eran más mayores que yo, desde la edad de Mónica que tenía dos años más que yo hasta los 35.
Empezó la noche y tras beber me empecé a calentar bastante. Creo que en el último año todos los días que había bebido siempre había follado, y el alcohol me ponía siempre muy cachonda. Mientras charlaba con varios de sus amigos, empezaba a pensar en follarme a alguno. En un momento que Mónica se acercó y me dijo que quería ir al baño, me fui con ella, y allí la dije que me quería follar a alguien. Y que su amigo Esteban me parecía que estaba muy bien. Esteban era un chico con pelo castaño de 1,75 aproximadamente, tenía 28 años y estaba muy fuerte, opositaba a policia según me dijo Mónica. Al salir del baño empecé a tontear seriamente con él, y según fue pasando la noche nos empezamos a besar allí delante de todos. Cuando ya no quedaba nadie en el garaje, Esteban me llevó a otra sala donde había un colchón, y allí me empezó a besar apasionadamente mientras me metía los dedos en el coño. No tardé mucho en desabrocharle el pantalón y empezar a hacerle una mamada. Tenía una polla bastante grande. Se la chupé durante un buen rato, y mientras lo hacía, él solo buscaba que le hiciese una cubana con mis tetas. No llegó a follarme y ya se había corrido, salió hacia el baño a coger papel higiénico y limpiarme la corrida de las tetas. Estuve cinco minutos después de que se corriera chupandosela y meneandosela para ver si se le ponía y me follaba pero nada. Yo estaba muy nerviosa, para mi era una decepción que no me follaran y más cuando habíamos hecho preliminares y estaba borracha. Me fui con él hacia la orquesta para reunirnos con los demás, le comenté a Mónica que no me había follado, y que yo no podía aguantar sin follar.
En ese momento me plantee si era ninfómana. No me podía concentrar en divertirme hasta que no me follasen bien. Acabó la orquesta y eran aproximadamente las cinco de la mañana y no había follado. Mónica se quería ir a casa, puesto que iba a ser casi una semana de fiesta no quería darlo todo la primera noche. Yo me hubiese quedado más, al menos hasta que Esteban me follase bien, pero me tuve que ir con ella. Al llegar, Mónica se fue hacia la habitación con la idea de acostarse, y yo me fui al baño y descubrí que su hermano me espiaba desde su habitación. Decidí dejar abierta la puerta del baño y me fui desnudando. En apenas cinco minutos el hermano salió desde su habitación y se quedó observándome desde la puerta, mientras yo ya estaba en tetas y con un tanga negro, el se estaba haciendo una paja mirándome. De repente le hice un gesto de que entrase, y ni se lo pensó. Era un chico joven poco formado pero con una buena polla que deducí que tenía que desvirgar. Sin hablar y sobre todo sin hacer ruido para que no nos escuchase nadie, le senté encima de la taza del wc, y se la empecé a chupar despacio, a él le encantaba, y a los cinco minutos me puse a cabalgar sobre él, ni dos minutos cabalgando sobre su polla, se abrió la puerta de golpe y nos pilló su hermana:
"No me lo puedo creer" dijo mientras me observaba cabalgando sobre su hermano
"Jope, Moni no te enfades" levantándome de la polla de su hermano y empezándome a vestir
"Pero joder tía, que haces follándote a mi hermano, ¿estás loca?"
"He llegado muy cachonda, y le he visto que me espiaba y no me he podido resistir, lo siento de verdad" Mientras la perseguí hacia la habitación
"Sara que me da igual, haz lo que quieras, pero acaba lo que has empezado" mientras lanzaba una media sonrisa y apagaba la luz y se tumbaba
Su hermano se había quedado como un mueble en el baño, y eso que cuando llegué la tarde anterior me parecía un malote, pero estaba ante su primera experiencia, y que te pille tu hermana tiene que ser complicado. Yo volví a salir hacia el baño y cuando entré le vi como se estaba vistiendo. Le quité el calzoncillo de nuevo, y me le volví a follar encima de la taza del báter. No duró apenas tres minutos, mientras le follaba me tocaba las tetas con mucho misterio, como si fuesen las primeras que veía. Se corrió dentro de mi, me despedí con un beso con lengua y me fui a la cama.
Me despertó Mónica a la mañana siguiente, y me pidió expicaciones. Yo le conté como había surgido y poco más, porque ella evidentemente no quería detalles de como me había follado a su hermano pequeño.
Durante el día en la casa los ratos que coincidiamos con su hermano la situación era tensa, y en la comida con sus padres y su abuela aun más. Esa misma tarde nos fuimos a una especie de piscinas naturales que había a unos kilómetros del pueblo. Mónica cada vez se reía más de la situación vivida;
"Joder Sara, es que estás desatada"
"Ya lo se. Moni, si es que como Esteban no me pudo follar me quedé con ganas de más, y tu hermano aunque es muy joven está bastante bien"
Ella medio enfadada y medio de broma alucinaba conmigo.
Esa misma noche al volver al garaje donde íbamos a beber, entre copa y copa me senté en un sofá que había con Esteban y Jose, rubio 1,85 y delgado de 27 años, y empezamos a hablar de sexo con total confianza, como si les conociese de siempre.
De mamadas, de sexo anal, y yo les empecé a calentar bastante, eso era una de las cosas que aprendí con Fran al principio. A el le gustaba calentar mucho la situación, y yo esa noche buscaba hacer un trio con Esteban y su amigo. Se fue marchando la gente y nos fuimos quedando los tres. Mónica no Estaba muy al sexo, se notaba que era su pueblo y estaba bastante cortada, como guardando una reputación.
Según nos quedamos solos, Esteban fue a cerrar la puerta del garaje para que no entrase nadie, y al volver yo ya me estaba liando con Jose, y estaba en tetas. Esteban se puso de pie frente a mi y me metió la polla en la boca, y Jose me empezó a comer el coño de rodillas, mientras yo estaba sentada en el sofá;
"Hoy no te voy a fallar Sara, hoy te folló bien duro"
"A ver si es verdad, quiero que me reventéis el coño entre los dos"
Me quité el tanga rosa de encaje que llevaba y me puse a cuatro patas sobre el sofá, enseguida me agarró Jose de las caderas y me empezó a embestir duro, mientras se la chupaba a Esteban, luego cambiaron, y a los díez minutos ambos de pie se pajearon sobre mi y me llenaron la cara y las tetas de leche.
Nos fuimos a la orquesta de nuevo, y allí le conté a Mónica lo que había ocurrido. Ella efectivamente me dijo que en su pueblo no se podía deshinibir tanto como lo hacía yo, porque la gente conocía a ella y su familia. Cosas de los pueblos ya se sabe. Pero estaba deseosa de follar. Al llegar a las seis de la madrugada a la casa de la abuela de Mónica recibí un whatsapp de Fran. Me dijo que antes de su boda en Septiembre, le gustaría venir a mi casa y quedar conmigo. Pero aun me quedaban varios días en el pueblo de Moni más mis días de playa, y preferí no contestarle..