Un gigantesco culo

Reunion de curso ... 2 tragos .. sexo.

Un gigantesco culo

Una vez al mes, me tocaba asistir a la reunión de curso de mi hijo menor. Ese era el acuerdo que habíamos llegado con mi señora, que ella sería el apoderado de la mayor y yo del menor. La verdad no me gustaba mucho asistir a estas reuniones, ya que la mayoría de las apoderadas, mas la profesora jefe eran mujeres y para ponerse de acuerdo en cualquier cosa, le daban muchas vueltas al asuntó.

Fue justamente en una de las reuniones finales del año, donde estábamos preparando el paseo de fin de curso, donde yo y otra apoderada, salimos seleccionados para ver y coordinar el lugar donde haríamos dicho paseo. Claudia era su nombre, madre de unos de los mejores amigos de mi hijo. Era una mujer de unos 35 años, y si bien es cierto su físico no era muy agraciado, por sus exceso de peso, Claudia era una mujer en extremo simpática y agradable, por lo que era frecuente que conversáramos mucho en estas reuniones. Justamente ella fue a que se ofreció para hacer las averiguaciones y me ofreció a mi para que la apoyara.

Al salir de la reunión nos fuimos caminando a nuestros autos y quedamos en que tendríamos que juntarnos un día los dos, a ver el tema. Yo le dije que no tenía problema que era cosa de que ella me avisara y lo veríamos. Ella tampoco tenia problema de tiempo y a la finales decidimos ir algún pub cercanos a beber algo y a ponernos de acuerdo esa misma noche que posibilidades podíamos manejar.

Nos sentamos en una alejada mesa y ordenamos 2 tragos, mientras conversábamos del tema. Sin embargo eran solo ideas, sin tener claro fechas ni valores, no pudimos avanzar mucho y terminamos hablando de otras cosas.

Ahí recién me entere que Claudia era una mujer separada, hace 2 años, y que tenía 2 hijas mayores, mas el pequeño que era compañero de curso del mió. La conversación estaba muy agradable y cunado le pregunté si tenía que irse luego a cuidar a sus hijos, me respondió que no tenía problemas , que sus hijas mayores ya eran independientes y que cuidaban muy bien del pequeños. Siendo a si, ordene otros tragos y seguimos en una amena plática.

La verdad Claudia era muy simpática, coqueta, y me agradaba mucho su compañía. Aun siendo tan diferente al típico prototipo de mujer que me gustaba, Claudia era muy sensual y poco a poco se fue generando una química entre ambos. EN un momento de la conversación le hice saber que me agradaba mucho su compañía, y ella también me lo dijo. Nos quedamos un minuto en silencio, mirándonos directo a los ojos, sin decir nada. Ambos presentíamos lo que estaba a punto de pasar .

lastima que sea casado

eso para mi no es problema

¿de verdad?

Por su puesto .. no busco complicarme la vida

¿te gustaría que fuéramos a otro lado?

Me encantaría

Pague la cuenta y salimos del local. Ella dejó su auto y nos fuimos en el mió a las afuera de la ciudad. En el primer motel que encontré me metí inmediatamente. Ella solo sonreía, conversando de cualquier tema, como si no fuéramos llegando a un motel.

Entramos al cuarto, y mientras yo cancelaba , ella recorrió todo el cuento, admirando las cortinas, el baño etc.

Me puse detrás de ella y la abrace. Ella se dejó llevar y echo su gran cuerpo hacia atrás buscando el contacto de mi cuerpo. Comencé a besar su cuello, mientras mis manos acariciaban sus grandes pechos. Ella estaba muy tranquila y se dejaba tocar, respirando pausadamente.

Era muy distinta a mi delgada mujer, sus grandes caderas, su voluminosos pecho, inclusive su gran barriga, me hacia sentir en extremo caliente al tener una mujer como ella a mi disposición.

No me demoré mucho en desnudarla y en desnudarme yo. Completamente desnudos nos besábamos apasionadamente en la cama, acariciando nuestros cuerpos sintiendo le pasión que se generaba entre esos dos apoderados.

Siempre me habían gustado las mujeres de pechos grandes y claudia tenía en excesos. Dos grandes masas de carne que colgaban por el peso de ellos. Realmente unas tetas deliciosas, enormes, blandas, las que chupe una y otra vez, son grandes pezones rosados, que fueron un manjar para mis labios.

Mientras ella no dejaba de tocar mi pico que se encontraba duro como una roca, esperando el momento de estar dentro de ella. Pero ella no quería que se la metiera aun, quería prologar ese momento al máximo, y besándome el pecho, comenzó a bajar hasta sentir como se metía toda mi masculinidad a su boca.

Lo chupaba deliciosamente, una y otra vez, jugando con el dentro de su boca, degustando con su lengua cada centímetro, para volver a meterlo hasta el fondo de su garganta.

Era divino sentir mi pico en su boca, pero mas divino fue sentir como lo metía entre sus tetas, y me lo masé ajaba entre ellas, mirándome directo a los ojos, con una mirada de hembra caliente. Me tenía a 100 y lo único que quería era tenerla dentro de ella , asi que la levanté y besando sus grandes tetas, con mi mano busque su jugosa concha.

La tenía muy peluda y en extremo mojada. Mis dedos se deslizaron por ella sin ni un problema, estaba completamente abierta esperando alojar toda mi virilidad. Sin esperar mas, me tome el pico en la mano y orientándolo hacia esa húmeda cavidad comencé a penetrarla lentamente.

Si bien es cierto Claudia tenía unas tetas enormes, no eran nada comparado con su tremendo culo. Era un culo enorme, de dimensiones gigantescas, que mis manos apenas daban abasto para tocárselo completamente. El morbo de tener semejante poto entre mis manos me calentaba en extremo y con mayor placer se la metía una y otra vez, haciendo salir de Claudia grandes gemidos, mientras me frotaba sus grandes tetas en la cara.

Una y otra vez mis manos recorrían ese tremendo pedazo de carne, amasándolo a mi antojo, apretándoselo, realmente era exquisito sentirlo.

Era una obsesión tenerlo entre mis manos y no podía dejar ni un segundo de tocárselo. Era algo completamente diferente para mi y realmente exquisito. Claudia no paraba de moverse y desesperadamente subía y bajaba enterrándose mi pico, mientras yo aguantaba cada embestida de esa poderosa mujer.

No pasó mucho rato cunado Claudia moviéndose aceleradamente comenzó a acabar pidiéndome que le chupara fuertemente las tetas. Un gran chorro recorrió mis piernas, era muy abundante y Claudia no paraba de moverse. Aun con muchas ganas de acaba r con ella, me contuve para poder hacérselo a lo perrito y disfrutar de la vista de sus enorme culo. Cuando dejo de moverse, le pedí que se pusiera en esa posición y arrodillándome detrás de ella , teniendo una completa imagen de sus grandes nalgas, no me contuve y antes de metérsela, comencé a besárselas.

Era un morbo increíble sentir esas grandes masa de carne en mi boca, y dejándome llevar por la calentura, le separe las nalgas y le metí la lengua por su ano. Claudia al principio no quería, pero al sentir como mi lengua trajinaba ese apretado orificio, apoyó su cara en la cama y levantando bien el culo, dejo que ese apoderado le trajinara completamente el ano con su lengua.

Cunado me cansé de chuparle el ano, completamente caliente, me levante y bruscamente le hice ponerse en cuatro patas, buscando la entrada de su vagina, sin ninguna compasión comencé a culiarmela otra vez, mientras elle gritaba de placer. Me pedía que se la metiera mas y mas adentro.

Veía como mi cuerpo chocaba contra esas nalgas, la tomaba de la cintura y la hacía echarse mas para atrás , haciendo que la penetración fuera la máximo. A veces me dedicaba a manosearle todo el poto, y de repente buscaba la entrada de sus ano para meterle algún dedito, pero eso hacía que Claudia se detuviera y me pedía que por favor no le hiciera eso.

Pero tenerla así era mas que suficiente y luego de estar un buen rato metiéndosela y sacándosela, Claudia alcanzó su segundo orgasmo , mientras yo tratando de aguantar al máximo , hasta que ella terminara, cumplí mi fantasía y acabé fuera de ella esparciendo mi semen por todo su gran trasero.

Ella se lavó y luego de darnos unos cuantos besos, salimos del Motel . La dejé en su auto y me marche rumbo a mi casa. Al estar acostado con mi mujer, la abracé por detrás y sentí la gran diferencia de cuerpo en relación a claudia. Y aun después de haber tenido esa excelente sesión de sexo, le hice el amor a mi esposa.