Un fortuito encuentro

Los encuentros fortuitos son los mas sabrosos

La comida de Empresa se alargó hasta pasada la una de la madrugada. Quizá aquella cena fuese la más animada que se recordase desde que instauró esta costumbre. En la actualidad ya se sobrepasaban los noventa empleados que celebraban la llegada de la Navidad y el Año Nuevo. En su mayoría eran hombres los que participaban en aquella cena. Algunos de aquellos participantes lo aprovechaban para tomarse unas horas de canas al aire dejando en casa críos, suegra y la parienta, era una salida adecuada.

Los unos al terminar de iban a un Club de Nenas y otros a una Discoteca de Carrozas, se entiende carrozas sin caballos. Cuando terminaron de cenar y con un puro en la boca el Evaristo decidió hacer una escapada a una Discoteca de Salou de estas de los Carrozas sin caballos, de la que había oído hablar bastantes veces y muy favorablemente. Por lo que le habían dicho allí se podían encontrar Damas gozadoras con unos añitos de más como también kg. y con ganas de tomate del bueno. La música de aquel local era la adecuada para bailar bien agarradito sin peligro de sufrir una caída, bueno, Uds. ya me entienden. Cuando entro allí el Evaristo ya lo hizo sin el Puro, por aquello de la prohibición. Pero tan lleno estaba que para dar un paso se tardaba una eternidad. Detrás del Evaristo iba una podríamos decir, Dama, de esas que te quitan el hipo e incluso el corazón que siempre es mejor que la cartera. Llegó un momento en que la Dama que le precedía y sus pechugas le tocaban la espalda cosa que a él no le molestó en absoluto. Siempre era mejor aquello que le pusiera el codo algún guripa de modos más bien rocosos. Un momento que pudo volver la cabeza lo que vio de aquella Dama le gustó. Era lo que hubiese deseado cualquier gachó de los que por allí revoloteaban. El Evaristo no tenía problemas para comunicarse, aunque fuese con un Policía sin afeitar, y volviendo la cabeza a la Dama que lo procedía le dijo al oído " Si lo sé no vengo' ella que tampoco era corta de entendederas le contesto "si no hubieras venido tampoco habrías tenido la oportunidad de bailar conmigo" Tienes razón, forastera. Será mejor así, no crees. Puede que sí puede que no, depende. Depende de que, pues de que va a ser, le contesto ella igual hubiese podido encontrar algún millonario con yate incluido. Bueno, millonario yo no lo soy, pero tengo una cosa que los millonarios no tienen y puede saberse que cosa es. Deja que lleguemos al rincón del lado de la orquesta y te lo diré A estas horas los secretos no cuelan vaquero ,le contesto ella socarronamente Por fin pudieron llegar al único pequeño espacio que había, Me concede este baile Sra. mía ? Concedido está. Pero es solo este o bien querrá más Caballero ? le contesto con pícara sonrisa. Yo creo Sra. mía que tendrían que ser todos hasta las 4 de la mañana en qué tengo que llegar a casa, o de lo contrario mi suegra me sacudirá con la escoba. Como veo que es un hombre sincero yo también le diré que mi marido si llego más tarde de las 4.30 me calentará las nalgas Vaya, pues como ya somos dos los de la canita al aire, me siento menos pecador para gozar de la noche. Ambos abrazados y sin casi mover los pies del mismo sitio fueron moviéndose lentamente, muy lentamente. Durante casi dos horas fueron bailando apretaditos, muy apretados, tanto, que el Priapo del Evaristo se clavó entre las piernas de ella para hacerla gozar tanto como gozaba el. Ambos con las mejillas apretadas y los ojos cerrados, fueron moviéndose muy lentamente hasta que sin poder contenerse juntaron sus labios en un encendido beso. Cuando ya era la hora de irse ambos al salir a la calle ella le dijo que la acompañase hasta su coche para despedirse mucho mejor, y que aquella despedida fuese algo para recordar siempre. Y como son las despedidas para recordar siempre le pregunto socarronamente el Evaristo. Pues como las hacen las personas bien que tienen que llegar a su casa puntualmente Un momento después ella arrancó el coche y poniendo la calefacción abatió los asientos quedando una cama para lo que viniese. Una vez desnudos totalmente ella le metió el chocho en la cara para que se lo lamiese mientras cogiéndole la Iniesta polla se la fue chupando hasta que le llenó con su caliente leche la boca.

Como el Evaristo aún tenía arrestos para continuar le metió su duro Priapo por el culo. El chillido que lanzó se debió oír desde muy lejos por qué fue como el de una sirena. Después ella desnuda como estaba se bajó del vehículo y con la botella de agua que llevaba se lavo el chocho y el culo y con un puñado de clínex se lo seco. Después también se lo hizo al Evaristo. No vamos a llegar a casa con los restos de esta canita al aire, Vaquero, no sea que nuestras parejas encuentren sabores extraños. Vamos, te llevo hasta tu coche y si te he visto no me acuerdo. El Evaristo cuando llegó a casa aún no había amanecido, sin hacer ruido alguno se acostó al lado de su mujer. Al cabo de un momento la mano de ella la tenía en su zipote y en cuando lo tuvo a punto se subió encima y se lo metió en el coño. Vamos Evaristo, jodeme bien mi amor que te tengo ganas.

FINE.