Un fin de semana muy especial

Hacía mucho tiempo, que quería organizar una inauguración de mi casa, como es debido. He tardado un poco, y no ha venido tanta gente como me hubiese gustado, pero la verdad, es que valio la pena. Y mucho. Espero que os guste

Hoy, lunes 14 de Diciembre, me he venido a trabajar al despacho. En mi casa estan pintando el comedor y el distribuidor, y esta todo patas arriba. Asi que he llamado a Mireia para vernos aqui, y mientras duren las obras, me quedaré a trabajar en el despacho. Uno necesita silencio para concentrarse.

Lo curioso del tema, es que me he encontrado en el ascensor con Célia, a las ocho de la mañana. Me decía que había quedado con Anna, y después de llamarla, se ha dado cuenta que se ha confundido, han quedado para mañana martes.

La he invitado a un café. La verdad es que la chica está tremenda. Vengo de un fin de semana a tope (es lo que os quiero contar), y todo y con eso, me ha puesto a dosmil.

Llevaba puestos unos leggins, unas botas altas, y un jersey de cuello alto, y tapada toda ella con un abrigo tres cuartos, y un fular. Preciosa.

Nos hemos tomado un café donde Conchi, que ultimamente le noto que me hace “ojitos”...

Como es lunes, y soy de los que piensa que solo se vive una vez, le he dicho a Célia, si queria subir al despacho. El no siempre lo tengo.

Y hoy me he ganado un si.

Todo ha sucedido muy deprisa. En el ascensor ya nos comiamos la boca. Al entrar en el despacho me ha dicho que le daba morbo mi mesa.

Me he apoyado en ella, y Célia se ha sentado en mi silla. Me ha desabrochado el pantalón y lo ha bajado de golpe junto con los calzoncillos. Cogiendo mi polla con sus manos, congeladas, ha empezado a chuparme un poco los huevos, y con su lengua, subiendo por mi polla, hasta llegar al capullo. Se lo ha puesto entre los labios, y sin dejar de mastrubarme, se ha metido toda la polla en la boca.

A esta chica alguien la ha enseñado a comer pollas. Y muy bien. Me la ha chupado un buen rato, sin dejar de mirarme a los ojos. Que morbazo chic@s.

Le he pedido que aflojara, y sin hacerme ni puñetero caso, ha seguido chupando y chupando, hasta que me he corrido. Me encanta notar como se lo traga sin dejar salir mi polla de su boca.

Cuando ha acabado, se ha ido al baño a pintarse, mientras yo me subia los pantalones.

Justo en ese momento ha llegado Mireia, que con el fin de semana que nos hemos pegado, trae una sonrisa de oreja a oreja....

Bueno, a lo que iba....Quedamos en casa, con Núria y su hermano que se trajeron dos amigos, Mireia y Judith, y nosotros tres. La idea, ya que no eramos muchos, una cena el sábado por la noche, y hacerla durar hasta que nos cansaramos.

Como comer no era lo más importante, pero había que hacerlo, pedimos un catering, que nos trajeron a las siete de la tarde.

A las siete y media llegaron los hermanos con sus amigos, y ya estábamos todos.

Al ser todos, mas o menos de edades y gustos similares, el buen rollo, estuvo presente desde el principio.

Mi mujer y Núria se comieron la boca durante un largo rato, al presentarlas, parecía como si se tuvieran ganas.

Les enseñamos la casa a los invitados, a modo de tour rápido. A eso de las nueve, llego el proveedor de sustáncias, más conocido como camello, o pizzero como yo le llamo. Más vale prevenir, asi que pense en que no faltara de nada.

Me di una vuelta por la casa, para asegurarme que estaban todos cómodos en sus habitaciones. Los amigos de Marc, estaban en pelotas, cambiándose, y me invitaron a entrar. Logicamente ni me lo pensé. Ver dos pollas, aún pequeñas, para poder comerme....es irresistible...

Entré, y me senté en la cama. Los dos se me acercaron, con sus pollas en la mano.

Les comi la polla a los dos, mientras me sobában todo el cuerpo. Sus gemidos y sus movimientos mostraban dos tios viciosos a más no poder...como yo vamos.

Me a cuatro patas en la cama, y me follaron los dos. Por suerte, pues no quería entretenerme, no tardaron mucho en correrse. Uno en mi boca, y el otro en mi culo....

Esto acababa de empezar.

Una vez todos acomodados en sus habitaciones, fuimos al comedro para cenar.

Anna se puso un conjunto negro, ligueros, tanga y sujetador, con una bata semitransparente negra también, y sus labios pintados en rojo.

Yo lo unico que se me había ocurrido, era ponerme los calzoncillos típicos, que te dejan el culo descubierto, pero con pantalones, logicamente.

Al llegar al comedor, observé que todas las chicas se habían puesto conjuntitos para la ocasión. Todas impresionantes, Núria llevaba un par de trozos de tela que le tapaban lo justo, atadas con un trocito de cuerda a modo de cinturón, y un sujetador a conjunto.

Mireia, un vestido negro, transparente de mi mujer, el que le compré en las Vegas. Judith un vestido muy muy corto, sin ropa interior.

Todas impresionantes.

Los chicos, para estas cosas somos simples complementos.

Estuvimos en la mesa durante un buen rato. Corría el vino y el cachondeo. Como siempre, en estas ocasiones, se trata de que alguien dé el primer paso. Normalmente soy yo, en algunas ocasiones Anna se va soltando, pero el sábado fueron Núria y su hermano Marc.

Se levantaron y fueron a los sofás. Ni cortos ni perezosos. Marc se quedó en pelota picada (la calefacción estaba puesta a toda pastilla) y su hermana empezó a comerle la polla. El resto, nos sentamos alrededor suyo.

Cuando Marc tuvo la polla dura como una estaca, su hermana se puso de espaldas a él. Marc le apartó un trozo de tela largo que le tapaba el culo, y se la follo.

Me quedé embobado viendo los dos hermanos follar, y cuando giré la cabeza, Anna se había quitado la bata, y se había quedado en ligueros (buff...esta espectacular os lo aseguro). Oriol, uno de los amigos de Marc, le estaba comiendo el coño, y mi mujer le agarraba la cabeza con fuerza para que no dejara de hacerlo.

Mireia y Judith le empezaron a comer la polla a Tete, que también la tenia dura como un palo. El otro amigo de Marc, Jordi, se las ingengió para metérsela en la boca a mi mujer, que no le hizo ascos.

Me levanté, y me dirigí a la mesa del comedor, a preparar una bandeja con polvos. Y después de dar cuenta de un viaje, sin dejar de observar a mis amigos, me acerqué a Núria, por la otra parte del sofá. Me desnudé y le metí la polla en la boca.

Me la chupó durante un buen rato, hasta que su hermano llamó mi atención. Me puse a cuatro patas en el sofá, al lado de Núria. Me besé con ella un poco, mientras noté como algo se abría paso en mi interior. Era Marc metiéndome su polla por el culo. Entró despacito, con cautela, y después de lubricarlo bien, empezó a follarme de lo lindo.

Vi que Núria se iba del sofá, pero no alcancé a ver donde, y , sin darle más importáncia continué disfrutando de la follada que me estaban pegando.

Marc no tardó en llenarme el culo con su leche.

Me levanté para limpiarme un poco, y observé que nos habíamos quedado los cinco chicos solos. Tete estaba con Oriol y Jordi.

-donde están las chicas?-pregunté en voz alta.

Los tres pararon e hicieron gestos de no tener ni idea.

Como la noche era larga, y había de todo para todos, no le di más importáncia, y después de que Tete me cogiera de la mano, me puse a cuatro patas encima de la alfombra (pobre alfombra). El cubano se sentó en el sofá y empecé a comerle la polla, mientras uno de los chicos me la clavaba por detrás.

Cuando los tres me habían follado un rato, y aun sin correrse, Marc me hizo sentar en el suelo, y agarrándome la cabeza por el cuello, me forzo a abrir la boca. Los otros tres, uno por uno, fueron pasando a vaciar sus pollas. Marc con su mano me obligaba a mantener la boca abierta, y con la otra me metía los restos de semen que me rebosaban o se quedaban en mi cara. No pude hacer nada más que tragar y tragar.

Nos quedamos los cinco sentados en los sofás. Jordi tuvo la atención de sentarse a mi lado y comerme la polla. Esta vez fue Oriol el que se sentó encima mio, cuando la tuve bien dura, y metérsela hasta dentro. Su culo estaba super dilatado. Cuando llevábamos unos minutos follando, Marc vino por detrás suyo. Nos hizo quedarnos quietos y con mucho cuidado le metió la polla dentro también. Ahora la cosa cambiaba por completo. De follar un culito más bien dado, habíamos pasado a follar un abujero completamente cerrado y estrecho. Solo se movia Oriol para que no se le salieran ningúna de las dos pollas.

No pude aguantar mucho rato y me corrí dentro de su culo. Marc aún estuvo asi un ratito más y al fina se corrió también.

Eso me puso super cachondo, y me puse entre ceja y ceja que el próximo que tendría dos pollas dentro sería yo.

Nos quedamos un buen rato tirados en los sofas, con la bandeja y tal.

Me levanté para ver que hacían las chicas. Fui a mi habitación y no había nadie. Bajé al gimnásio, y allí estaban las cuatro, encima del tatami donde mi mujer hace Yoga.

Me quedé un rato en la puerta, observando. Aunque me vieron desde el principio, no me hicieron caso.

Anna y Núria estaban culo contra culo, con un vibrador doble. Mireia y Judith estaban haciendo un 69.

Se me puso dura rapidísimo, asi que me acerqué, y sin pedir permiso ni nada, se la metí a Mireia en el culo, pues era el abujero que me quedaba más accesible.

Nadie se quejó, al contrario. Los gemidos de Mireia aumentaron una barbaridad.

Anna se me acercó, y me susurró al oído: “vamos a nuestra habitación”.

Fuimos los cinco. Mi mujer abrió nuestro cambiador, y me invitó a entrar en él. Abrió un cajón, el cajón.

Entre las cuatro me vistieron de Susana. Mireia me peinó la peluca, Núria y Judith me maquillaron, y con la ayuda de mi mujer, me puse un conjunto parecido al que llevaba ella. Ligueros incluidos. Me miré al espejo, y tuve una erección. Estoy rebuena vestido de mujer.

Para rematar la faena, mi mujer, después de lubricarme un pelin el culo, me puso un plugit para dilatarlo. Es como un pequeño vibrador, con una anilla para ponerlo y quitártelo. Si lo llevas pueso evitas que el ano “se cierre”.

Núria y mi mujer, me acompañaron al salón.

-chicos, os presento a Susana-dijo mi mujer.

Tete me había visto asi muchas veces, pero los otros tres no, y os aseguro que les encantó.

Se levantaron los cuatro y me rodearon. Marc y Jordi jugaban con mis tetas, mientras Oriol me llenaba el cuello de besos. Cuatro pollas para mi...menudo berenjenal...

Me arrodillé en la alfombra, y como en las pelis, una el la boca, otra en cada mano....y aun me sobraba una....

Tete se dió cuenta que llevaba el dilatador, asi que no tardó en apartarme el hilo del tanga, sacarme el dildo, y meter uno de verdad. Suerte que el juguetito había cumplido su cometido, de lo contrario Tete me hubiese reventado el ojete.

Cuando Tete tuvo su ración de culo, aguantándose las ganas de correrse, Oriol (creo) se sentó en el sofá, y yo encima de el. Marc nos ayudo a meter la polla de su amigo en mi culo, que entró con mucha facilidad. Acto seguido, Marc metió la suya. Ahora si me sentía que explotaba. Encima, Tete me acercó la polla a la boca. Como Oriol y yo estábamos pegados el uno al otro, entre los dos se la comimos.

Mis movimientos eran muy suaves, para que no se saliera ninguna y para disfrutar del momento al máximo.

Marc me agarraba por las tetas. El tio las disfrutaba como si fuesen de verdad. Sin quitarme el sujetador, las estrujaba de lo lindo, mientras no dejaba de jadear.

Mis dos folladores amenazaron con correrse, asi que rapidamente me levanté, y volví a arrodillarme en el suelo. Jordi no desaprovechó el ver mi culo en pompa, asi que mientras yo me disponía a tragar, me metió su polla por detrás.

Aprisioné la polla de Tete entre mis labios, y empecé a chupar. En pocos movimientos tenía su leche en la boca. El siguiente fue Marc, que tampoco me costó mucho. Es increible los distintos gustos del semen según la persona. Y me encantan todos.

Tragué sin parar, también a Oriol, y por último Jordi, que lo hizo en mi culo, pues vió que no le daba tiempo. Me agarró fuerte por las caderas, y quedándose inmóvil dentro mio, me lo soltó lo más adentro que fue capaz.

Eran más de las tres de la madrugada. Yo llevaba tragando todo el rato, y aún tenía ganas de más.

Nos quedamos sentados en el sofá un buen rato, después de pasar todos por la bandeja, y de beber algo fresco. Me volví a poner bien el conjunto, y me dejé caer en el sofá al lado de mi amigo cubano.

-donde están las chicas?-preguntó Marc.

-antes estaban en el tatami del gimnásio, las cuatro enredadas.

Marc, que domina el arte de la felación, se ofrecio para hacernos un tutorial de como hacer una auténtica garganta profunda. Tete que es todo generosidad, se quitó los calzoncillos, ofreciéndonos su pedazo de polla a todos.

El primero fue logicamente Marc, que se limitaba a meterse toda la polla en la boca. La cosa cambió cuando se le puso bien dura. Entonces era mucho más complicada. La polla de Tete no solo es muy larga, sino que también es muy gorda. Su capullo es enorme, y os lo digo yo, que me la mete hasta la traquea cada dia, o casi.

El chico hacía auténticos esfuerzos para meterse en la boca todo lo que era capaz. Después probaron Jordi y Oriol, con una suerte más o menos parecida.

En mi opinión, al tema le faltaba salíba. Asi que se la fui chupando bien, de arriba abajo, ensalibándola bien. La aprisioné con mis labios y fui bajando. Ya la notaba en mi garganta. Con la lengua fuera, abrí más la boca y pude bajar un poquito más. La sensación era asquerosa, pero se volvía muy morbosa cuando respiraba por la nariz. Un poquito más. Tete me agarró la cabeza, y me forzó un poco más.

No la tenía entera, ni mucho menos en la boca, pero os aseguro que la notaba en la tráquea. Tete me aguantó asi unos segundos. Con movimientos milimétricos conseguí un poquito más.

Me incorporé, cogí aire, estaba medio mareado.

-vamos a probar de otra manera-dije, mientras Tete se ponía en pie, y Oriol no dejaba de masturbarlo.

Me tumbé en la mesita que hay entre los dos sofas, boca arriba. Dejando caer mi cabeza por el borde, todo mi cuello quedaba recto con respecto a mi cuerpo. Lo malo es que la postura era incomodísima, pues tenía la cabeza colgando.

Tete se arrodilló en el suelo, y fue metiendo poquito a poco. El tio no dejaba de jadear. Marc y otro chico pasaban sus manos por mi sudado cuerpo, como ayudándome a relajarme. Aguanté todo lo que pude. Ahora en la garganta ya ni me molestaba. Empujó un poquito más. Cada vez tenía sus huevos más cerca de mi nariz. Señal que la cosa iba bien, o bueno, que iba para adentro. La presión que hacía el pollón de Tete en mi cuello era tremenda, sus huevos estaban muy cerca de mi nariz, y continuó su implacable camino hacia dentro de mi boca. Al final al notar el roce de sus huevos

le hice una señal para que parara.

Cuando me incorporé, estaba mareado y a punto de devolver. Con la ayuda de Marc me senté en el sofá.

Las chicas habían venido al comedor. Malvestidas, se notaba que se lo habían pasado en grande.

-me dejais probar?-preguntó Judith, seguramente la más experta.

La pequeña (de estatura) amiga nuestra, acompaño a Tete a sentarse a mi lado. Al igual que yo, y ante la atenta mirada de todos, la ensalibo mucho, y bajando bajando, se la metió entera en la boca. Para flipar. No contenta con eso, le hizo una mamada sin usar las manos, metiéndose toda la polla dentro. Los gemidos de Tete eran increibles.

En pocos movimientos más, Judith tuvo su premio, y Tete le soltó una pequeña corrida en la boca.

Justo me senté en el sofá, junto con todos, y después de dar cuenta de una señora ralla, para espavilar, apareció Núria con un arnés puesto. Tal y como entró en el comedor, vino directa hacía mi. Antes de que se me acercara, me levanté, y me puse de rodillas en el suelo, apoyándome en la mesita del centro.

Se puso detrás mio, me apartó el hilo del tanga, y después de embadurnar el vibrador en lubricante me lo clavó en el culo. Se pegó a mi, aplastando sus enormes tetas en mi espalda.

-quiero que jimas como una zorra Karlo-me susurró al oido.

Entonces me agarró fuerte por las caderas y empezó a follarme. Mi mujer, justo a mi lado no perdía detalle. Se vuelve loca cuando ve como me follan. Su mano izquierda se perdió en su entrepierna.

Cerré unos instantes los ojos, como queriendo retener el gustazo que estaba sintiendo, para no olvidarlo. Entonces volví a abrirlos. Ahora tenía a mi mujer emparedada entre Oriol, y Mireia que la estaban follando por delante y por detrás. Sus gemidos llenaron la sala.

En un instante, miré al otro lado, y Judith hacía lo mismo que mi mujer pero con Marc y Jordi. El único que miraba, era Tete, que se me acercó, con su flacida polla entre las manos. Se sentó en la mesita, y empecé a chupársela. Con mas calma que antes, ya que las envestidas de Núria eran considerables.

Conseguí, no sin esfuerzo, que la polla de Tete se pusiera bien dura. Entonces me levanté, y después de que el cubano y Núria me la chuparan un rato, invité a sentarse a la chica, encima de Tete. Su coño se tragó la polla del cubano como si fuese un juguete. Yo por mi parte, empecé con un dedo, pero en poquito trabajo, pude meterle la polla a Núria por el culo. Ahora si que gemia como una béstia.

En realidad, los gemidos en el comedor eran tremendos.

Cuando acabamos, o mejor dicho, cuando acabé yo, pues Tete se estuvo un buen rato aún, me arreglé un poco el conjunto, y aún con los tacones puestos, fui a la mesa del comedor, a prepararme una copa. Bueno, en realidad fue una Coca-Cola, pués noté que necesitaba azúcar.

Poco a poco fueron acabando. Anna se junto conmigo en la mesa, y ambos fuimos a la cocina. Estábamos muertos de hambre.

Preparámos algo para desayunar, fruta, y algunas pastas. Estaba pensado para cuando nos levantáramos, pero eran las siete de la mañana, y llevábamos follando literalmente toda la noche.

Hubo un momento de silencio. Mi mujer y yo nos miramos, y nos dio por reirnos por el aspecto que teníamos. Ella en un conjunto de lenceria muy muy sexy, con el pelo recogido y el cuerpo pringoso. Yo, con un conjunto parecido, con un aspecto masculíno, claro está, y con zapatos de tacón.

-yo por lo menos llevo el tanga-le dije a mi mujer entre carcajadas.

-es que necesito que le dé el aire cariño-me contestó ella.

Justo al salir al comedor con las bandejas para comer algo, escuchámos a Núria con su orgasmo, al tiempo que Tete se corría con ella.

-este tio es una béstia-le dije a mi mujer “por lo bajini”.

-joder que si es una béstia.

Y es que en casa, lo sabemos bien.

Todos se vistieron, o más o menos, y se acercaron a la mesa. Desayunámos los nueve, y nos fuimos a nuestras habitaciones. Como eramos muchos, y mi cama es enorme, Mireia se quedó a dormir con nosotros. Los invitados en dos cuartos, y Judith con Tete, al igual que nosotros, no era la primera vez que dormian juntos.

Al llegar a mi habitación, nos desnudamos, para darnos una ducha.

-yo que quieres que te diga Karlo, me gustas mucho más así-me dijo Mireia, en plan sincera, al verme completamente desnudo, sin el “disfraz” de Susana.

-a mi me pasa igual-replico Anna-pero cuando lo veo entre unos cuantos tios, me pone muy caliente verlo vestido de zorrita.

Asentí, y me metí en la ducha. Ellas entraron, justo cuando yo salía.

Salí al comedor, para fumarme un canuto, para dormir.

Se escuchaban gemidos. Los fui siguiendo por el pasillo, hasta llegar al cuarto de Núria. Se la escuchaba gemir, menuda máquina pensé yo.

La puerta estaba entreabierta. Bueno, estaba cerrada pero sin el paño. Me asomé y la vi follando con su hermano. Que cachondo me puse.

En ese momento, se me vino a la cabeza mi hermana pequeña (tiene cinco años menos que yo), y no, para nada me puse cachondo. Y eso que mi hermana es preciosa. Pero joder, es mi hermana no paraba de repetirme.

Pensé en entrar y unir-me a los dos hermanos, pero decliné la opción, ya que supuse que si estaban allí los dos solos, no era para atender mas participantes.

En la habitación de Tete se escuchaba silencio absoluto, y en la de los chicos también. Asi que me acabé mi canuto y me fui a dormir.

Al llegar a mi cuarto, las chicas salían de la ducha y se ponían su ropa para dormir.

Me pone tan cachondo verlas en lenceria, como con unas braguitas y una camiseta cortita. Así tienen un aire más juvenil.

Les dije en francés que se sentaran en mi falda, una en cada pierna.

Me hicieron caso. Anna me dió un señor beso y se sentó a mi izquierda, y Mireia, también busco mi boca, y se sentó a mi derecha.

-que quieres mi amor?-me preguntó mi mujer.

Sin decirles nada, metí mi mano en sus respectivos coños. No tardaron mucho en mojarse. Y así, sin más, las masturbe a las dos. Nos íbamos comiendo la boca los tres.

La verdad es que tuve una erección tremenda, en dos o tres segundos.

Cuando tuvieron su orgasmo, llegó mi momento. Me comieron la polla a dos bocas.

Estában las dos preciosas. Tengo una foto que certifica.

Le pusieron muchas ganas en la mamada, y no aguanté mucho rato, hasta que me corrí. Mi mujer se tragó mi semen. Acto seguido nos dimos un besito los tres, y a dormir.

Muchos, estareis pensando, que dormir con dos peazo de mujeres asi, es como un sueño erótico o algo parecido. Y si, es brutal, al verlas y tal. Pero la realidad, es más bien distinta: Anna se mueve en la cama una cosa exajerada. Por eso tenemos una cama enorme, hay veces, que me la encuentro del revés, o en perpendicular a mi. Es tremenda, y Mireia, sin ser tan exagerada, és más o menos lo mismo.

Nos pusímos a dormir a las ocho de la mañana, más o menos. A las diez, me desperté, pues mi mujer me había obsequiado con un severo codazo en el brazo. Me la encontré casi atravesada, Mireia en una punta a punto de caerse, y yo en la otra. Así que me levanté y me fui al sofá.

El silencio era absoluto en la casa, así que con una mantita, después de quitar la funda que habíamos puesto para la orgia, me tumbé y me quedé frito.

El despertar fue lo mejor. Noté que alguien me estaba pasando la lengua por la polla.

Abrí los ojos ligeramente, y vi una polla acercarse a mi cara. Asi, literalmente. Ni buenos dias.

Abrí la boca, y Oriol me folló la boca. El que me la chupaba era Jordi.

Oriol se sentó al pie del sofá (mierda, sin funda, pensé en ese momento), separó mis piernas, y después de huntarme un poco de lubricante me follo el culo, y su amigo, la boca. Asi, como si nada, para despertarme....

Me fui a mi habitación, pues quería ir al baño. Las dos princesas seguían dormidas. Al final me fui al vestuario del gimnasio, que era el único sitio de la casa que nadie frecuentaba.

Aquella casa, en aquel momento, parecía Sodoma y Gomorra.

Estaba todo patas arriba.