Un fin de semana en un barco (II)
La mañana siguiente Sofía se levantó a desayunar y se encontró a Simón que ya lo estaba haciendo. Fue un desayuno diferente para los tres
Me despertó el sol que entraba por la ventana del camarote y me daba en los ojos, dormí toda la noche sin darme cuenta de donde estaba. Sofía estaba a mi lado completamente desnuda y despertándome con una sonrisa de oreja a oreja.
- Buenos días rey. ¿Has dormido bien? Yo de maravilla pero estoy muerta de hambre.
Se levantó con mucha vitalidad, no hay nada que me guste más que ver a Sofía cuando se levanta de la cama desnuda y me deja ver su maravilloso cuerpo lleno de curvas como se mueve por la habitación.
Estaba buscando algo que ponerse, encontró en el armario una camisa de Simón y decidió ponérsela. No le quedaba mal diría que hasta sexy, le llegaba un palmo por debajo de la cintura, dependiendo de la postura se intuían las nalgas del culo y los botones los llevaba a medio abrochar, que dejaban ver su maravilloso escote y como se descuidara un poco hasta el ombligo.
Fue a la cocina y estaba Simón desayunando, hacia un olor a café que desde la cama yo lo notaba, se había preparado unas tostadas con miel y otras con mermelada.
Simón, con lo servicial que es, le faltó tiempo para prepararle el café y un par de tostadas.
-¡Buenos días Sofía! ¿Qué tal has dormido? Te he preparado las tostada pero no te he puesto ni mermelada ni miel porque no sé qué te gusta.
- ¡Buenos días! Yo me lo como todo, no tengo problemas- replico Sofía toda decidida, mientras se ponía una de cada.
Mientras recordaban la noche y el juego de ayer, Sofía empezó a comer las tostadas con tan mala suerte que la miel se le empezó a derramar por la tostada y justo cuando se la estaba comiendo se le cayó un poco de miel sobre la parte superior de su pecho, como tenía el escote muy abierto no mancho la camisa de Simón, Sofía toda picarona replicó: - Mira que suerte has tenido, tu camisa no se ha manchado jajajaja.- ¿Me permites que te limpie? le contestó Simón con una media sonrisa, a lo que ella puso cara de aceptación.
Simón puso el dedo índice sobre la miel que tenía en la parte superior de su teta, pero en lugar limpiárselo deslizo el dedo repleto de miel hacia el pezón de Sofía y comenzó a jugar con él. No tardo ni medio minuto en ponerse totalmente erecto, la sensación para Sofía era especial, el tacto era muy diferente, estaba entre contrariada y excitada, no se esperaba una situación así de buena mañana, pero Simón era imprevisible.
De repente Simón tira todo lo que hay encima de la mesa y tumba a Sofía en ella dejándola boca arriba y con la camisa medio abotonada. Ella toda sorprendida dice: - ¿Pero qué haces?. Simón contesta sin pensárselo dos veces: - Pues preparándome el mejor desayuno que uno se pueda imaginar. En ese momento coge la camisa por las solapas y rompe todos los botones de un tirón, la abre de par en par dejándose ver encima de la mesa el cuerpo completamente desnudo de Sofía con los dos pechos bañados en miel.
Simón vuelve a coger el bote de miel y se vuele a recrear el las tetas de Sofía que estaban totalmente duras y los pezones salidos como nunca. De vez en cuando los dedos se los metía directamente en la boca de Sofía que ella chupaba con pasión y desenfreno entre jadeos y respiraciones.
Después de tenerla totalmente excitada con ese masaje tan goloso, decidió limpiarle el cuerpo de tan dulce manjar con su lengua, eso hizo que Sofía explotara de placer, no podía aguantar más pero Simón estaba decidido a no parar, volvió a coger el bote de miel se bajó el bañador y apareció su enorme polla totalmente erecta marcando esas venas a punto de explotar y empezó a embadurnar la punta de su miembro con la miel a la vez que se lo agitaba. –¿Quieres desayunar tu también? – a lo que Sofía replico sin palabras metiéndose aquella dulce polla en su boca sin dilación alguna.
Mientras Simón, que aún tenía en los dedos restos de miel, comenzó tocarle el clítoris, lo tenía totalmente erecto, el placer era inmenso para Sofía, la suavidad de la miel en su clítoris hizo que comenzara a moverse de un lado para otro mientras seguía comiendo la polla a Simón hasta que no pudo más y Sofía se corrió.
Sofía es de las mujeres que tiene orgasmos clitorianos y vaginales, y es capaz de tener uno detrás de otros sin descanso.
Nada más acabo de correrse le dijo a la oreja de Simón:- Quiero que me folles. A lo que Simón, con su polla reluciente, le faltó tiempo para entrar en su coño totalmente empapado de los líquidos de Sofía, empezó a embestirla encima de la mesa sin parar, cogiéndole el culo con las dos manos y abriéndoselo al máximo mientras ella con las piernas totalmente abiertas disfrutaba de esa enorme polla que entraba y salía con fuerza de su interior. Estaban follando salvajemente de vez en cuando, él le iba pegando azotes en el culo a lo que Sofía respondía con más jadeos y gemidos hasta que Simón pego un grito corriéndose por completo dentro de ella.
Cuando acabaron Simón se fue a la cubierta del barco para llevar el barco a puerto otra vez, Sofía se quedó relajada encima de la mesa sin moverse, yo desde la puerta de la habitación estuve observando todo el espectáculo que me habían ofrecido, ella sabía desde el principio que yo estaba allí, eso le puso más cachonda todavía, ser observada por su propia pareja.
Si moverse de la mesa me hizo una señal de que me acercara, y me dijo a la oreja: - Estoy muy cachonda cielo, necesito que me folles.
Con el calentón que llevaba después de la escena erótico-alimenticia que me habían brindado, no tarde ni medio minuto en despojarme de toda mi ropa y enseñarle mi polla totalmente erecta dispuesta a satisfacer todo lo que ella me pidiera.
La imagen era espectacular, ella tumbada encima de la mesa, con la camisa azul clara totalmente abierta, las piernas dobladas apoyando la planta de los pies encima de la mesa, y dejando ver su precioso coño desprendiendo aun el semen de Simón que se perdía entre las profundidades de su ano.
Mientras ella se iba tocando el clítoris me dijo: - Quiero que te corras dentro de mí, por favor estoy muy caliente-. Mientras iba acelerando los movimientos con sus dedos.
Me quede un poco parado al ver esa imagen, nunca me había follado a Sofía con su coño ya lleno de leche de otra persona, la situación era otra vez inesperada, pero altamente provocativa.
Con la mano dirigí mi polla hacia su coño, y la empecé a mover de arriba abajo, de izquierda a derecha como si de un consolador se tratara, por encima de su clítoris, su vagina, su ano, mientras ella se iba chupando los dos con restos de todos los sabores que habían pasado por su cuerpo esa mañana.
Estaba a punto de correrse otra vez, a lo que me suplico que se la metiera de una puta vez, sin pensarlo dos veces metí mi polla a punto de explotar dentro de su coño totalmente mojado, la sensación fue muy diferente, estaba caliente más que otras veces, mas lubricado y más receptivo. Sofía me abrazo con los brazos y las piernas al mismo tiempo que me arañaba la espalda, eso es señal inequívoca de que esta punto de correrse, la embestí con todas mis fuerzas y con movimientos rápidos fuertes no tardamos ni décimas de segundo en corrernos al mismo tiempo. Yo note cada una de las descargas dentro de su coño, creo que fue la corrida más grande que había tenido o por lo menos esa fue mis sensación.
Los dos caímos abrazados encima de la mesa exhaustos, mientras Sofía me acariciaba el pelo y me decía: - Te quiero mucho, gracias por este fin de semana tan maravilloso y por los momentos nuevos que hemos vivido juntos.