Un fin de semana en la playa con mis dos amigos.

Un fin de semana en la playa con Javi y Carlos ¿Qué puede pasar?

Era viernes por la noche, mientras cocinaba unas fajitas para Sandra y ara mí, recibí un Whatapps de mi amigo Javi:

Manu, ¿cómo estáis? Hace tiempo que no os veo y mañana Carlos y yo vamos a pasar el fin de semana a la playa al piso de mis padres. Saldremos sobre las 9 de la mañana, ¿Os gustaría veniros?

Carlos era uno de mis mejores amigos junto a Javi, los tres hemos sido inseparables desde la primaria. Carlos estaba casado con Martina, hasta hace 3 años que se separaron. Cuando Javi se fue de nuestra casa se alojó en casa de Carlos y hasta la fecha compartían piso.

Cuando leí el Whatapps me dirigí al salón donde se encontraba Sandra viendo la televisión.

-          Oye Sandra, me acaba de enviar un mensaje Javi, me ha comentado si queremos ir a su piso de la playa a pasar el fin de semana con Carlos y con él.

-          Claro cariño, por mí no hay problema, sabes que me encanta desconectar un poco de la rutina, encima he tenido una semana muy dura en el trabajo, así que intentaremos desconectar. Diles que iremos.

Le respondí a Javi:

Claro amigo, nosotros a las 8:50h estaremos en tu casa con todos los bártulos y el coche, ¿qué te parece?

Nos vemos en mi casa. Un beso a los dos.

Cenamos comentado lo que haríamos el fin de semana, ya que todos los veranos nos invitaban cuando no estaban sus padres. Por nuestra parte ya habíamos olvidado lo que pasó en nuestra casa, fue un encuentro casual que no tuvo mayor importancia y fortaleció nuestra relación.

Nos acostamos pronto para así poder madrugar y estar preparados para el fin de semana. Sandra cogió todo el armario: ropa para salir, bañadores de todos los tipos y colores, modelitos para la playa, y un largo etcétera. Yo en cambio con una mochila: un bañador, una toalla, y la ropa para salir por la noche, me sobraba.

Cuando llegamos a casa de Javi allí estaban los dos esperando con una sola maleta como yo, Sandra ya se estaba riendo de lo simples que somos los hombres.

Carlos era un tío de dos metros, con el pelo largo, ojos oscuros y con una barba bastante larga pero muy cuidada, además suele cuidarse día a día, ya que trabaja como bombero en Valencia. En cambio Javi era un chico delgado, de 1’86 y unos 80kgs. Siempre había sido de constitución delgada aunque comía como el que más. Tenía el pelo corto y siempre llevaba barba. No era un chico guapo pero sí, resultón.

Cargamos las maletas y los dos se subieron a la parte de detrás del coche. Por el camino Javi nos contó el plan que tenía. Primero iríamos a su piso a descargar y dar un bocado antes de ir a la playa. Seguidamente iríamos a la playa y a comer a un restaurante que ya había reservado.

El piso era pequeño pero acogedor, tenía una habitación pequeña con dos camas, que sería donde dormirían Carlos y Javi. Sandra y yo dormiríamos en el sofá cama que era de matrimonio. La cocina estaba en el mismo comedor solamente separada por una barra americana. El piso contaba con un baño y con una terraza que daba a la piscina del complejo.

Descargamos todos los trastos y nos pusimos a cambiarnos.

-          Sandra, entra al baño a cambiarte y los chicos nos cambiaremos en la habitación, dijo Javi.

Los tres nos metimos en la habitación y nos pusimos a hablar de fútbol mientras nos poníamos el bañador. El primero en quedarse en pelotas fue mi amigo Carlos, mi mirada no fue capaz de dirigirse a otro sitio que a su cuerpo. Tenía mucho vello tanto en el pecho como en el pubis, al mismo tiempo tenía una polla gruesa y muy larga. Estaba flácida y apuntaba al suelo. Se puso un bañador tipo turbo (el de los nadadores) y metió su mano y se colocó hacia la derecha aquel enorme falo.  Mi mirada se apartó rápido de aquel aparato y me quité mi bañador y seguí cambiándome, en ese momento Javi pasó desnudo delante de mí. Tenía la polla depilada y más o menos del mismo tamaño que la de Carlos. Aunque ya la había visto en estado de erección me seguía pareciendo enorme.

Salí de aquella habitación y Sandra ya estaba cambiada, iba con un bikini blanco que le quedaba genial con el color de su piel morena. En ese momento se estaba poniendo la camiseta para ir a la playa. Le di un beso y salimos los cuatro por la puerta dirección al coche para ir a la playa.

Cuando llegamos a la playa estaba llena de gente y nos pusimos detrás de todos.

-          Manu ponme crema en la espalda. Me pidió Carlos mientras se quitaba la camiseta y el pantalón corto que llevaba.

-          Claro, ahora voy.

Miré a Sandra y miró el cuerpo de mi amigo Carlos, yo solté una breve sonrisa que ella no fue capaz de ver, pero por su mirada, le había gustado.

Me puse a ponerle crema a mi amigo por la espalda, cuando escuché la voz de Javi que le pedía a Sandra que hiciera lo mismo.

-          Ponme crema anda, que con lo blanco que estoy voy a quemarme, dijo Javi. Si quieres después te pongo yo por los hombros.

-          Eh, que estoy yo aquí para ponerle crema a mi chica , le dije en tono enfadado pero en plan broma.

-          Vale, para que no discutáis, me la pondrá Carlos. Dijo Sandra riendo.

Carlos levantó las manos en señal de victoria y todos nos reímos.

Cuando terminé de ponerle crema a Carlos me pidió el bote, yo creía que era para ponerse por delante, pero estaba muy equivocado, directamente fue por detrás de mi chica y le puso por los hombros.

-          Vaya manos tienes Carlos son enormes, dijo mi chica.

-          Gracias guapa, voy a seguir poniéndote así no te quemarás, le dijo Carlos a mi chica.

Yo veía como Sandra tenía los ojos cerrados, se veía a Carlos un experto en el arte de dar masajes. Sus manos eran tres veces más grandes que las mías, con unos dedos enormes. Cuando llego a la costura del bikini, le pasó un dedo que posiblemente rozaría la raja del culo de mi chica, pero ella no dijo nada.  Cuando terminó se acostó a mi lado y nos pusimos a tomar el sol.

-          ¿Qué os parece si nos vamos a dar un paseo por la playa?, dijo Javi.

-          Yo me apunto, contesté rápidamente.

-          Yo prefiero quedarme a tomar el sol un poco más, a ver si cojo un poco de color y soy la envidia del trabajo, dijo mi chica.

-          Yo me espero con Sandra, respondió Carlos.

Javi y yo dimos una vuelta por toda la playa. Me contó el divorcio con Rocío, las relaciones que había tenido hasta la fecha y la buena relación que había ahora entre Carlos y él. Cuando volvíamos pude divisar las toallas a lo lejos, pero Sandra y Carlos no estaban. Giré la cabeza y los pude ver dentro del agua dándose un baño y hablando muy animadamente, con mi mano los llamé para que salieran ya que era hora de comer y nos teníamos que ir al restaurante.

Pude ver como salía mi novia, se le marcaba toda la rajita en el bañador y un poco de la rayita de pelo que se suele dejar sin depilar, la verdad que la hace muy sexy con los labios vaginales que tiene. Por supuesto no pasó desapercibido a los ojos de Carlos ni de Javi que la miraron muy descaradamente. Ella quedó mirando cómo se le marcaba el paquete a Carlos, que llevaba el turbo muy pegado a su polla.

-          Javi, ¿vamos al coche nos cambiamos y nos vamos a comer, no? Preguntó mi chica mientras caminaba.

-          Si, así nos ponemos ropa seca.

Los cuatro nos dirigimos hacia el coche hablando del buen día que hacía y del tiempo para estos tres días.

-          Cariño, aguántame la toalla que me cambie así no mojo la ropa limpia.

-          Por mi lo puedes hacer delante de nosotros que no veremos nada diferente que no hayamos visto. Jejejeje. Dijo Carlos riendo.

-          En tus sueños Carlitos, le dijo mi chica, dándole un pequeño golpe con la toalla.

-          Bueno pues como a mí me da igual y a vosotros tres también, no me importa quedarme en bolas.

Al mismo tiempo que lo decía dio un tirón a su traje de baño y lo puso en sus tobillos. Su polla se quedó colgando y se le veía sus pelos mojados pegados a sus piernas y pubis. A mi chica y a mi casi se nos salen los ojos mirándole.

-          ¿Qué pasa Sandra, parece que hayas visto un muerto? Le dijo Carlos acercándose a ella.

-          Ehhhh, nada nada, estaba mirando al suelo y me había quedado embobada… dijo cortada mi chica.

Carlos cogió un nuevo bañador y se lo puso. Javi hizo lo mismo que yo y se cambió detrás de unos matorrales que había en la playa. Mi chica se cambió con la toalla que le aguanté.

Cogimos el coche y fuimos a un restaurante donde teníamos pedida una buena paella. Mientras comíamos las botellas de vino iban cayendo, y los GinTonics de después de comer también. Carlos no bebía alcohol, así que cogió el coche y nos fuimos al piso.

En la calle hacía un calor espectacular, Javi dijo que cerráramos el piso y encendiéramos el aire para poder hacer la siesta. Sandra y yo abrimos el sofá cama y Javi y Carlos se fueron a la habitación.

Cuando la puerta de la habitación se cerró Sandra empezó a besarme.

-          Ufff no podía aguantarme más, he estado cachonda desde que he visto el pollón de Carlos en la playa.

En ese momento me bajó los pantalones hasta las rodillas y con la mano acercó mi polla flácida a su boca. Se la metió entera e iba succionando cada vez más rápido mientras con la otra mano movía mis huevos. La polla iba creciendo en su boca y cuando la tenía dura succionaba la punta y me hacía una paja. Sandra me miraba a los ojos, yo la miraba y se escuchaba el chapoteo de su mano mezclado con su saliva.

Estaba en completo éxtasi cuando la puerta se abrió y apareció Carlos en slips y se quedó de piedra, yo me quedé mirándolo y esbocé una sonrisa, pero Sandra seguía chupándomela con los ojos cerrados. Cuando los abrió y me vio la cara se giró de golpe con mi polla en la mano mirando a Carlos.

Ella de repente soltó mi polla y dejó de chupármela.

-          Joder Carlos ¿qué haces ahí?

-          Menuda mamada le estabas dando a mi amigo. Dios mío. Sigue, sigue yo solo iba al baño.

Mientras Carlos se iba a mí me entró risa de ese comentario y me reí.

-          Tú eres imbécil, deja de reírte tonto. ¿Tú sabes lo cachonda que estoy? Me dijo mi chica mientras me pegaba una palmada en el pecho.

-          Lo se guapa. Ahora cuando salga Carlos sigues, que estaba a punto de correrme.

-          ¿Para qué esperar? Ahora ya nos ha pillado.

Ni corta ni perezosa Sandra cogió otra vez mi polla y empezó como antes. Por la situación se me había bajado toda la erección. Ella seguía succionando cuando Carlos salió del baño otra vez.

-          Joder vosotros a lo vuestro eh. No os preocupéis, yo voy a aguantar los ronquidos que da Javi.

-          Carlitos, si nos lo dices así te puedes quedar. No sé si fue por el alcohol pero me hizo responder de esa forma.

-          ¿Estáis seguros? Preguntó incrédulo.

-          Sí. Contestó mi chica.

Carlos se sentó en una silla delante de nosotros. Sandra, mientras me pajeaba se rio y bajo su cabeza para seguir chupándomela. Lamía todo el tronco y chupaba el glande. Ella me miraba a mí y a Carlos cuando se incorporó y me dijo al oído.

-          ¿Podemos jugar los tres? Me gustaría estar con los dos. Sabes que me pone mucho tu amigo.

-          Por mí no hay problema, si tú quieres…. le respondí.

Ella se levantó y se dirigió a la silla donde estaba Carlos. Sin decirle ninguna palabra lo cogió de la mano y lo acercó a nuestra cama. Se acercó a su boca y lo besó con fuerza. Mientras pasaba su mano por encima de su paquete. Este iba creciendo cada vez más. Hasta que él acercó sus manos al elástico y lo fue bajando. Una mata de pelo salió junto con una polla muy gorda y grande.

-          Uffff, dijo mi chica.

La cogió con su pequeña mano y empezó a masturbarla. Ella giró la cabeza y me beso.

-          ¿Te puedo pedir un favor? Me dijo Sandra.

-          Siéntate en la silla donde estaba Carlos y mastúrbate lentamente.

Yo asentí con la cabeza y le di un largo besó. Mientras las manos de mi amigo recorrían el cuerpo de mi chica por encima de la ropa. Ella lo masturbaba despacio y yo me levanté y me senté en la silla.

Mi chica hizo sentarse al borde de la cama a Carlos, ella se arrodilló delante de él y escupió sobre su glande. Con la mano esparció la saliva sobre el tronco. Acercó la boca y empezó a succionar la cabeza, lo hacía despacio e intentó meterse parte de su polla en la boca. Era difícil meterse la mitad, pero ella lo intentaba. Las arcadas las podía escuchar mientras me masturbaba despacio disfrutando del momento.

Carlos tenía la cabeza hacia detrás y Sandra me miraba mientras se la comía. Cuando estaba completamente ensalivada, ella se puso de pie y se bajó el pantalón y las braguitas. Estaba completamente mojada y tenía una enorme mancha en ellas. Además, se quitó el sujetador y dejó sus pechos a la disposición de mi amigo.

Ella puso una pierna sobre la cama y cogió con una mano su polla. Sandra la dirigió a su pequeña rajita y la restregó a lo largo de esta. Un pequeño gemido salió de su boca.

Poco a poco se fue sentando sobre ella. Desde mi posición no podía ver su cara, pero si veía como su chochito se iba abriendo por el grosor del pene de Carlos.

Dios mío como me estaba poniendo. Ya estaba casi toda dentro cuando mi amigo dio un pequeño empujón que hizo que mi novia resoplará y tirará su cabeza hacia detrás. Él poco a poco se iba moviendo.

-          No te muevas tan rápido por favor, me duele un poco. Dijo Sandra.

En ese momento el la apartó hacia un lado y la acostó en la cama boca arriba. Él se levantó y puso su cabeza entre sus piernas, escupió dos veces sobre sus rajita, y pasó su lengua por el agujerito.

Carlos, se incorporó y se cogió con una mano la polla, la puso sobre su agujerito y poco a poco fue metiendo su polla. Con la otra mano levantó su pierna hasta que tenía media polla dentro y cogió su otra pierna poniendo las dos sobre sus hombros.

Empezó a bombear lento, mi novia le pedía que lo hiciera despacio. Me levanté y me dirigí delante de mi chica. Ella sola acercó mi polla a su boca y acostada empezó a chupármela mientras gemía de placer.

Mi amigo cada vez bombeaba más deprisa y ella chupaba a la misma velocidad, las embestidas se escuchaban por todo el piso y los gemidos ahogados de mi chica también.

-          ¿Cambiamos Manu? Me encanta la mamada que me estaba dando tu chica.

-          Por supuesto.

Al mismo tiempo que me separaba de mi chica, Carlos se levantó y cambiamos de posición. Sandra giró la cabeza y se metió la polla en la boca, yo me acerqué al coñito de mi chica, estaba muy abierto. Metí sin problemas mi polla de un solo empujón y no notaba casi el roce. Ella supongo que tampoco, ya que se dirigió a mí y me dijo:

-          ¿Por qué no coges el lubricante y juegas con mi agujerito de detrás?

-          ¿Me dejas? Le pregunté incrédulo.

-          Si, hoy quiero intentarlo, pero a ti solo guapo. Dijo mirando a Carlos.

Me levanté y ellos cambiaron de posición. Se puso a cuatro patas y mi amigo empezó a follarle la boca. Ella llevaba el pelo suelto, mi amigo hizo que Sandra abriera la boca y él le follaba la boca cogiéndola del pelo. Los hilos de saliva mojaban la cama y los sonidos de las arcadas se oían perfectamente.

Cogí el bote de lubricante y tiré gran cantidad en su culo y en mis dedos. Acerqué mi mano y metí un dedo sin ningún problema. Lo tuve dentro para que se fuera acoplando y poco a poco lo saqué y lo metí durante un rato, volví a hacer el mismo proceso y metí dos dedos.

-          Cariño ponte un preservativo y métemela, quiero que os corráis ya. Me pidió mi chica que no había parado de chupársela a Carlos.

Me puse un preservativo y puse una gran cantidad de lubricante sobre mi polla y su culo otra vez. Acerque mi glande y con un poco de fuerza entró dentro de su culo. No me moví ni ella tampoco. En ese momento tiró un poco el culo hacia atrás y entró la mitad y con otro empujón entró toda. Me quedé parado y mi amigo soltó una sonrisa. Mi chica estaba empalada por los dos.

Empecé a moverme despacio y ella también, notaba sus gemidos de dolor y placer a la vez. Su agujero apretaba mucho mi polla y el roce era increíble.

-          No aguantaré mucho , le dije.

Su mano empezó a frotar su clítoris y mis empujones cada vez eran más rápidos, me iba a correr y mi amigo aún seguía follandole la boca a mi chica, no se corría.

-          Me corrooooo, me dijo. Empezó a gritar . Aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh me corrooooooooooooo aaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

-          Y yo cariño.

Con dos empujones empecé a correrme y a llenar el condón. No lo saqué de su culo. Ella paró de chupar y yo saque mi polla de su culo. Me quité el preservativo y lo tiré a la basura. Sandra se fue directa al baño y mi amigo se quedó con su pollón durísimo sentado en la cama.

-          Joder, como os habéis corrido, no habéis durado nada en esa posición.

-          Lo sé, estaba súper cerradito. Le dije riendo.

-          Normal, a mí nunca me han dejado meterla por el culo.

-          Es normal cabrón, con ese grosor cualquiera te deja.

En esos momentos entró Sandra por la puerta y preguntó.

-          ¿No te han dejado qué? Carlos.

-          Pues hacer lo que has hecho con Manu. Meterla por el culo.

-          ¿Y quieres probar?

-          Uff, me encantaría.

-          Bueno si lubricas bien, podemos probar. Ponte un preservativo y lo intentamos, hoy voy a poder con los dos. Dijo riendo.

Mi amigo se levantó de golpe y se fue a su habitación. Vino con un preservativo en la mano. Magnum XL ponía en el envoltorio. Lo abrió y se lo puso.

-          Siéntate en la cama. Ordenó mi chica.

Carlos se sentó y cogió el bote de lubricante. Tiró casi la mitad de lo que quedaba sobre su enorme polla. Mi chica se puso de espaldas a él y en dirección a mí, me miró y cogió por debajo de sus piernas la polla con la mano. La dirigió hacia su culo e intentó meter el glande. Entró con facilidad, pero más despacio fue metiendo la polla.

-          Joder, me quema, dijo mi chica.

-          ¿La saco? Preguntó Carlos.

-          Ni se te ocurra, tú te vas a correr hoy en mi culo. Dijo mi chica.

La tranca de mi amigo fue entrando, tardó un poco y solo la mitad, cuando Sandra se levantó y volvió a coger el bote, tiró otra vez y así entró más fácil. Cuando ya la tenía dentro empezó a hacer círculos con su cadera. De esta forma intentaba abrir más su agujerito y adaptarla.

-          Ahora sí. Dijo ella.

Empezó a hacer sentones sobre la polla, entraba y salía toda de su culo. Sus gemidos y los soplidos de él me pusieron más cachondo aún.

Mi amigo la cogió de la cadera y empezó a follarla duro, su polla entraba a gran velocidad de su culo. Ella acercó otra vez su mano y empezó a frotarse. Estaba muy mojada y sabía que iba a volver a correrse.

Ella siguió frotando hasta que un segundo orgasmo invadió todo su cuerpo. La había hecho correrse metiéndosela por el culo.

Él le dijo algo al oído y ella se levantó. Mi amigo cogió con fuerza su polla, me miró. Ella se puso de espaldas a mí. Yo no sabía que estaba pasando.

Él se puso de pie y ella arrodillada, se quitó el preservativo, lo tiró cerca de mí y me miró a los ojos. Sandra acercó su boca a su polla, esta tenía la boca cerrada. Carlos empezó a masturbarse delante de ella y en dos o tres sacudidas, una gran cantidad de semen impacto en la cara de mi chica. Unos 6 o 7 disparos dejaron la cara de mi chica perdida. Carlos se la sacudía con fuerza y resoplaba como un toro. Ella sacó la lengua y chupo lo que quedaba por su glande.

Se levantó del suelo, se acercó a mí dandome un beso.

-          Te quiero , me dijo. Y se fue directo al baño.

Yo me quedé sentado en la silla mirando a Carlos que seguía en el sofá resoplando con la polla flácida reposada sobre su pierna derecha y aún toda llena de semen.

Nos quedamos mirando y se hizo el silencio.

MUCHAS GRACIAS A LOS LECTORES Y LAS LECTORAS QUE ME ENVIÁIS VUESTROS MENSAJES Y FOTOS. ME GUSTA QUE OS GUSTEN LOS RELATOS.

UN SALUDO

MANU