Un fin de semana diferente (II)
Segunda parte del relato.
Segunda parte del relato.
A media mañana nos fuimos despertando. Tras desayunar David propuso ir a la playa a pasar lo que quedaba de día. Me pareció buena idea pero no había traído bañador.
- No te hará falta, iremos a una nudista. –me dijo.
- ¿Vamos a estar desnudos delante de toda la gente? – le repliqué.
- ¿No te mola? – preguntó.
- Pues…no mucho pero si a ti te apetece… iremos.
- Perfecto, nos lo pasaremos bien, ya verás.
No lo tenía nada claro pero lo veía tan seguro en sus palabras que decidí seguir adelante, tampoco sería la primera vez que alguien me vería desnudo.
Nos fuimos con su coche hasta llegar a la playa que él tenía pensado. Tuvimos que andar un poco, bajamos por unas escaleras y recorrimos casi toda la playa para situarnos en el extremo opuesto. Toda la playa tenía un bosque de pinos por el que veía bastante gente que se adentraba. Mientras andábamos note como éramos observados por la gente que estaba tomando el sol, completamente desnudos. Todo eran tíos, así que David me había llevado a una playa gay! Nos quedamos en un sitio donde no había mucha gente alrededor y nos fuimos quitando la ropa. Hacía mucho calor así que tan pronto estuvimos desnudos nos tiramos al agua corriendo. Estaba buenísima!!, la sensación de bañarse desnudo era una pasada, pese a que lo habíamos hecho cuando nos bañamos en aquellas vacaciones, en el mar era distinto. Estuvimos un buen rato en el agua hasta que salimos para tomar el sol. Comimos en la playa y seguimos alternando el baño con el sol. Me vinieron ganas de mear y decidí acercarme al pinar para hacerlo. David estaba medio dormido así que no le dije nada. Mientras estaba orinando, me pareció oír unos jadeos. Fue entonces cuando detrás de unos matorrales me pareció ver a una pareja en la que uno de ellos se la estaba mamando. La curiosidad me incitó a fijarme mejor y efectivamente estaban en ello. Pero no era el único que disfrutaba de este espectáculo gratuito, ya que un poco más retrasados había tres tíos que se la estaban pelando mientras gozaban de la escena. A mi polla también le gustaba así que no tardó en alzarse y mi mano la cogió para menearla suavemente. Subía y bajaba el pellejo para dejar el capullo al aire, que estaba endureciéndose por momentos. Vi como el chico al que se la estaban mamando me hacia una señal para que me acercase. Me quede alucinado, no sabía qué hacer y mientras estaba dudando en si acudía o no a su llamada, una mano me agarró la polla. * No te asustes, soy yo – me tranquilizó David, tras notar mi sobresalto. * Joder!!! me has asustado, cabrón – le recriminé. * Veo que estás asistiendo a una fiesta y no me has invitado. * Bueno…es que…he ido a mear y me he encontrado con esto sin saberlo. – le dije. * Sí, pero veo que no tenías intención de venir a buscarme. * No te enfades, es que…. * No me enfado, al contrario…estoy contento que descubras nuevas maneras de disfrutar del sexo. * Es verdad, me pone cachondo.
Sin pensárselo dos veces, se puso delante y empezó a mamarme la polla. Yo no sabía dónde mirar pero al final me dejé llevar y disfrutar de la mamada que David me estaba haciendo. Se tragaba a toda velocidad la polla y me estaba produciendo placer y morbo a la vez, pues los mirones tenían a dos parejas para satisfacer sus miradas. David se paró y me hizo girar para poner el culo en pompa. No tardó en ser perforado, me estaba follando delante de toda aquella gente! Y lo mejor de todo es que me lo estaba pasando en grande!. Con tal excitación tuve la necesidad de meneármela mientras era penetrado brutalmente por David que bombeaba su polla dentro de mi culo a toda velocidad. * Fóllame David… me voy a correeeerrrr!!!
En ese momento lancé todo mi semen mientras noté como David también se estaba corriendo, su leche resbalaba lentamente por mis nalgas. Nuestros espectadores se habían acercado un poco más y ya no eran dos sino que teníamos delante a seis o siete personas que habían gozado de nuestra follada. Nos besamos y fuimos directamente a bañarnos. * Ha sido bestial! – le dije. * Ya lo sé, es muy excitante follar mientras sabes que están mirándote. Me alegro que te lo hayas pasado bien. – concluyó.
Estuvimos un rato más en la playa pero como ya era media tarde, decidimos emprender el viaje de regreso. Al llegar al coche sonó el teléfono de David. Era el vecino del piso de arriba que nos estaba invitando a cenar unas pizzas. Cada vez que pensaba en los que había pasado en la playa me ponía burro perdido y mientras estaban hablando no pude evitar sobarle la polla a David por encima de los bermudas. Noté como iba cambiando su estado y se endurecía, así que no perdí el tiempo y la liberé inclinándome para succionarla. Jadeó levemente y no tardó en despedir a su vecino confirmándole nuestra asistencia. * !avisa cuando me hagas estas cosas! – me recriminó riéndose. * Estas cosas no se avisan, se hacen! – y me volví a poner aquella cabezota rosada en la boca.
Me encantaba la polla de David, era hermosa, grande, dura, con ese capullo gordote que sobresalía y que invitaba a ser engullido. Chupé y chupé sacándole brillo hasta que conseguí que llegara a tener otro orgasmo, rociándome la cara de leche calentita que no desperdicié. Los asientos del coche quedaron algo manchados de semen y antes de ponernos en marcha tuvimos que limpiarlos un poco.
Al llegar a casa, nos duchamos antes de subir al piso de su vecino. Yo no lo conocía pero David me comentó que era un buen chaval. Se llamaba Carlos, era de estatura media, pelo moreno corto, ojos grandes y…sí, verdaderamente estaba bueno!. Pasamos al salón y pedimos las pizzas por teléfono. Mientras esperábamos la comida empezaron a correr las cervezas y tras la cena le dimos a bebidas con más graduación, fumamos un poco y estuvimos mucho rato charlando. Estábamos sentados en el sofá y noté que me empezaba a entrar el sueño. No pude evitarlo y me quede dormido, no sé por cuánto tiempo. Cuando me desperté, vi que me había quedado solo en el salón, sí que fui en busca de mis compañeros. Pasé por varias habitaciones y cuando llegué al dormitorio vi una escena que no pensaba pudiera llegar a pasar!. Carlos estaba con unos bóxers blancos estirado frente a David, que estaba completamente desnudo y arrodillado encima de la cama: Carlos tenía la tiesa polla de David dentro de la boca, que entraba y salía lentamente dejando ver el brillante capullo ensalivado. Mi primera intención fue acabar de entrar en la habitación y joderles la mamada pero mis piernas no respondieron. Me quedé absorto mirando la escena y me fui poniendo cachondo en ver a David como gozaba de lo lindo. Ninguno de los dos se había percatado de mi presencia así que seguí apoyado junto a la puerta mientras mi mano empezó a palpar mi polla por encima del pantalón. Se fue endureciendo, mi mano pasó por dentro del bóxer para seguir pajeándome. Fue entonces cuando David giró la cara y me vio. Sonrió y con la mano me indicó que me uniera a la fiesta, que no tardé ni un segundo en hacer. Me acerqué a su lado, me despojé de la ropa y puse mi polla a la altura de la boca de David que la engulló de golpe. Notaba como su lengua recorría mi capullo, su boca se acercaba y alejaba de mí recién rasurado pubis, mientras Carlos iba tragando el rabaco de mi amigo. Estuvimos un rato así hasta que tumbamos a Carlos en la cama para quitarle el bóxer. Acaricié su bulto por encima, aparentaba ser un buen miembro descapullado, lentamente le fui quitando la prenda y su polla saltó de golpe como un muelle. Su rabo era enorme, mayor que el de David aunque algo más delgado. Empecé por lamerle los huevos y David por el capullo hasta que nos encontramos las dos bocas para fundirnos en un apasionado morreo. Ambos alternábamos mamarle la polla a Carlos, jugábamos con su miembro tragándolo cada cual hasta donde podía, chupándole todo el cuerpo, ombligo, pezones, pies, la cuestión era tener la boca ocupada. Después David se puso a su lado y tenía las dos pollas a mi disposición, a cual más larga y dura. Intenté tragarlas juntas pero mi boca no era tan grande así que me conformé en ir chupando un rato cada una, dejándome casi sin saliva. Tenía mi polla a punto de explotar así que coloqué a David de rodillas para penetrarle, lo agarré de la cintura y empujé la polla en aquel agujero que tanto me gustaba ocupar. Carlos se puso delante de David para que le siguiera chupando la polla que no tardó en ser engullida. David no paraba de jadear con las embestidas que le metía, me gritaba que lo follara más fuerte y rápido hasta que mi leche no pudo ser retenida por más tiempo y eyaculé en su espalda. David se incorporó y me puso en la misma posición que estaba él para meterme su pollón dentro de mi agujerito. Carlos tampoco perdió el tiempo e hizo lo propio con David. Ambos empujaban sin parar y mi rabo se tambaleaba de lado a lado chocando entre mis piernas. De pronto se pararon, se colocaron delante de mí y empezaron a machacarse el rabo hasta que saltaron chorros de lefa en todas direcciones, dejando la cama completamente salpicada. Estábamos extasiados, sudorosos pero completamente felices, nos tumbamos los tres en la cama hasta quedarnos dormidos.
Cuando me desperté todavía estábamos desnudos encima de la cama. Me deleité mirando como dormían David y Carlos, era una sensación sumamente agradable. Acariciaba lentamente el cuerpo de David, empecé por su espalda, nalgas, piernas, pies hasta que se giró para mostrarme como su juguetito estaba poniéndose a tono y quería ser acariciado. No tan solo fue acariciado sino que cuando ya estuvo totalmente erecto mi boca fue directamente a por él. De arriba abajo fui absorbiendo aquel mástil recreándome en aquella cabezota que sobresalía del miembro. Seguí por lamerle los huevos hasta alcanzar su ano, empecé introduciendo la lengua que poco a poco fue abriéndose camino en aquel agujero negro pero apetitoso. Carlos despertó y su miembro también al ver la escena que tenía delante pero dejó de lado sus deseos y permitió que siguiéramos jugando. Cogí las piernas de David, las alcé y fui introduciendo mi polla lentamente, hasta que dilató lo suficiente para incrementar el ritmo. Al mismo tiempo David se pajeaba su polla y Carlos también, lo que me ponía más cachondo al verlos. * Ahhhh, ahhhh… fóllame mamón!!!, córrete encima de mí!!! – gemía David.
Sus palabras no hicieron más que incrementar mi excitación, saqué mi juguete de su culo y eyaculé con todas mis fuerzas, la leche salpico en su polla y llegó hasta sus pezones. Carlos se levantó y se pajeó delante de David hasta correrse en su cara, dejando descansar su polla en la boca de David que lamió durante un rato, poco tiempo ya que empezó a jadear y liberar toda la leche que tenía acumulada en sus huevos por todo su cuerpo. Al terminar, volví a meterme su polla en la boca que aún tenía semen que le resbalaba y que tragué sin pensar, ese sabor ácido me ponía a mil.
Nos duchamos y después de desayunar dejamos a Carlos en su casa y volvimos a la de David. Nos cambiamos de ropa y salimos a la calle para dar una vuelta, estaba todo cerrado pero nos sentamos en un bar y estuvimos hablando. Fue entonces cuando David se sinceró conmigo, eso que nunca quieres oír pero que es mejor saberlo de boca de tu amigo. * ¿Cómo han ido este par de días? – preguntó. * Bien, siempre van bien cuando estoy a tu lado – le respondí embobado. * Justamente de esto quería hablarte. Sé que estás enamorado de mí y eso me halaga pero debo decirte que… * ¿No me quieres? – le pregunté aturdido. * No es eso, no te quiero de la misma manera que… – respondía lentamente y no le dejé terminar. * ¿Qué… quieres decir? – dudé en hacerle esa pregunta pero era inevitable hacérsela. * Quiero decir que…lo que tú sientes por mi es amor, amor verdadero…yo sin embargo…- le costaba encontrar las palabras – te quiero pero de otra manera. No quiero herirte al decirte todo esto, por el momento yo tan solo quiero sexo, quiero probar experiencias nuevas, en nuevos sitios, con gente distinta, no quiero estar atado a una sola persona – concluyó. * Entiendo…así es que… - no sabía que decir, tenía los ánimos bajo mínimos. * No Juan…lo que quiero decirte es que cuando te apetezca tener sexo conmigo estoy a tu disposición pero no me obligues a que seas el único tío que me folle, porque entonces la herida que sufrirás al verme con otro tío te dolerá mucho más. * A Carlos, ¿ya te lo habías cepillado antes? – le pregunté con voz temblorosa. * Nos conocimos un día por la escalera, hubo feeling y…sí he estado con él un par de veces, nada más, por eso te cuento todo esto antes de que… * …Antes de que te sientas culpable – le acabé la frase. * No me siento culpable, ahora veo las cosas de esta manera y tengo que obrar según mi cuerpo me dicta. No descarto que algún día quiera una relación estable y…me encantaría que fuese contigo…pero por el momento no te puedo prometer fidelidad. – dijo con voz suave pero segura. * Querría preguntarte una cosa… ¿puedo acompañarte en este viaje que quieres emprender? – le pregunté con los ojos llorosos. * No te entiendo – dijo. * Si acepto que te tires a quien te parezca, o participo en alguno de tus propósitos, estaré cerca de ti y a lo mejor, con el tiempo….decides quedarte a mi lado. * Será duro para ti y no sé si aún te hará más daño no parar a tiempo, pero… si es tu decisión, la aceptaré con mucho gusto. – y me dio un dulce beso en los labios. * Será duro pero más duro va a ser perderte de golpe. De todas formas, este fin de semana me lo he pasado genial y aún nos quedan muchas cosas por probar juntos. – le dije. * No le demos más vueltas, lo que tenga que pasar pasará. Si por tu parte no hay inconveniente al saber que he follado con otro sin tu presencia, puedes acompañarme en “este viaje” que tú dices. Lo que te aseguro es que no te vas a aburrir. * Lo probaremos y si no funciona siempre estoy a tiempo de dejarlo…o dejarte! * Efectivamente, no hay compromiso por ninguna de las dos partes.
Después volvimos a su casa y tras despedirnos regresé taciturno a la mía. Tenía muchas cosas en que pensar, pero no cabía duda que aquel fin de semana sería un punto de inflexión en nuestra relación.