Un fin de semana diferente (I)

De como un fin de semana se presentaba aburrido y una llamada telefónica cambió completamente la situación.

Para ponerse un poco en situación, recomiendo leer el anterior relato (Unas vacaciones intensas, repartido en dos partes). De todas maneras, todo lo contado en este relato es pura ficción. Que lo disfruten.

Después de pasar aquellos días en el campo con los amigos, tan solo puede verme con David un par o tres de veces, para ir al cine y a tomar algo. Habíamos decidido aprovechar ese verano para sacarnos el carnet de conducir y ambos lo conseguimos. La diferencia entre los dos era que yo no disponía de vehículo mientras que David tenía a su disposición uno de segunda mano que le habían comprado sus padres.

El verano estaba llegando a su fin y los días se sucedían con aburrimiento cuando recibí una llamada de David.

  • Hola Juan, ¿Qué tal estás?
  • Aburrido, esperando que empiecen las clases en la universidad.
  • ¿Te apetece pasar un buen fin de semana conmigo?

La pregunta era absurda, evidentemente me apetecía volver a estar con él, seguía coladito por él. * Pues claro, David. ¿Qué tienes pensado? * Como ya sabes, mis padres tienen un apartamento en la costa y este fin de semana se van a pasar los dos días allí. * ¿Y tú hermano? – Tenía un hermano de 21 años que estaba igual de bueno que él. * Mi hermano esta tarde se irá a casa de su novia y también nos dejará solos. * Bueno, parece que no puedo desaprovechar la ocasión, todos los astros se han alineado a nuestro favor. * Eso parece, solo te pido que vengas con los depósitos llenos porque vas a pasar un fin de semana de sexo de lo más variado. – me sorprendió esta proposición. * Siempre estoy a punto para satisfacerte, pero me inquietas con tanto misterio. * Tú no te preocupes y déjate llevar!. * ¿A qué hora quieres que me pase? – le pregunté. * Cuando quieras, mis padres se irán después de comer, tú mismo. – me contestó. * Bien, a media tarde estaré por tu casa. * Perfecto, aquí te espero. * Bye!.

Aquella propuesta me había dejado intranquilo, pero nada malo podía venir de su parte, así que acabé relajándome y me dejaría llevar, tal y como él me había pedido.

Prepare algo de ropa que puse en una bolsa de deporte y tras despedirme de mis padres, me fui hacia su casa. Llame al timbre, subí las escaleras y no tuve necesidad de picar a su puerta porque ya estaba abierta. Entré justo cuando él venía a recibirme, vestido con una camiseta de tirantes y unos bermudas. Me dio un beso y con su mano derecha me apretó los huevos por encima del pantalón, lo que me provocó un respingo, no me lo esperaba. Entramos en su casa y me dijo que su hermano aún no se había ido, así que tendríamos que ser pacientes. Nos quedamos en el comedor mirando la tele y comiendo unas palomitas para ir pasando el rato.  Su hermano se estaba duchando y cuando lo vimos aparecer, estaba hecho un modelito, casi se me cae la baba!. Hacía tiempo que no lo veía, nos saludamos, estuvimos charlando un rato y nos dijo que estaría todo el fin de semana con su novia, que fuésemos sensatos ya que estaríamos solos en casa. David le regañó porque ya éramos mayores de edad y sabíamos lo que hacíamos. Cruzó la puerta y se marchó, ya estaba la casa a nuestra disposición. Seguimos durante un rato mirando la tele, no fuera que su hermano regresará inesperadamente.

David no tardó en pasar a la acción. * No están dando nada bueno por la tele. Vamos a poner una película que nos animará mucho más.

Se fue hasta su habitación y trajo una película. No vi el título pero con las primeras escenas entendí perfectamente de que se trataba. * Vamos a ponernos cómodos. – Acto seguido se quitó la camiseta y los bermudas hasta quedarse tan solo con los bóxers.

Hice lo propio y también me quite la ropa mientras no dejaba de mirar la tele. Se veían tres tíos que estaban follando, uno se la metía al segundo mientras el primero se la mamaba al tercero. La escena me puso bien cachondo y no pude evitar tocarme. Miré a David y ya se había quitado el bóxer y se la estaba meneando mientras tampoco perdía detalle de la escena. Desconocía de donde había sacado aquella película pero ahora ese detalle me traía sin cuidado. Me quité el bóxer y David se acercó para susurrarme: * ¿Te gusta mi polla depilada? – me preguntó. * Me gusta tu polla esté como esté, pero es verdad que así se la ve más grande – le respondí. * Pues vamos a hacer lo mismo con la tuya. – Y sin que me lo esperara me cogió de la mano y me llevó hacia el baño.

Allí cogió espuma de afeitar y me la puso por toda la zona. Después con una maquinilla de afeitar empezó a rasurarme los rizados pelos que rodeaban mi polla. Siguió con los huevos hasta que me dejó libre de aquella mata de pelos. Era la primera vez que me afeitaba la polla y me sorprendía verla de aquella manera. Me puso crema hidratante y con tanto manoseo la polla volvió a coger tamaño. David me dijo que lo esperara en su habitación que se iba a buscar una cosa. No tardó ni un minuto en aparecer de nuevo: llevaba una cuerda y un trozo de ropa. * Túmbate en la cama y déjate hacer. Seguro que te va a gustar.

Cogió la cuerda para atarme a los barrotes de la cama (sin presionarme en exceso) y después me vendó los ojos con el trozo de ropa. Perdí toda noción de lo que hacía y más aún, de lo que tenía pensado hacer. No tardé en comprobarlo, salió de la habitación unos segundos y al volver oí como agitaba un bote. Pensé que era espuma de afeitar y querría depilarme los pocos pelos que tenía en el pecho pero no fue así, el bote en cuestión era nata y me roció un poco en la boca. Nos besamos mientras se fundía la nata entre nuestros labios. Siguió agitando el bote para rociarme una buena cantidad por mi pecho. David se puso a lamerme los pezones que se pusieron duros como piedras. Siguió hacia el ombligo, lamiéndome todo el cuerpo. De nuevo volvió a rociarme de nata, esta vez le tocó a mis genitales. Noté como David empezaba a chupar mi polla erecta empezando a bajar el prepucio para dejar el capullo libre de su protección natural. Después la engulló por completo mientras me retorcía de gusto sin poder abrazarlo ni verlo, hecho que aún me excitaba más. La mamada era excepcional, tenía una facilidad en provocarme espasmos de placer que eran la antesala del orgasmo. Él lo sabía y poco antes de que me corriera, se detuvo evitando mi eyaculación inminente. Se levantó y abrió la puerta del armario, seguía sin poder ver nada de nada. Me cogió las piernas elevándolas hacia mi cabeza y se puso a lamerme el culo, que se fue dilatando conforme entraba su lengua. No tardó mucho en ser ocupado pero no era su polla…me estaba metiendo un consolador!!! Empezó entrando suavemente pero poco a poco lo fue moviendo con más energía. Mientras, su boca volvió a ocuparse de mi polla, David alternaba los movimientos del consolador y los de su boca succionándome el capullo hasta que la separó al notar cuando me iba a correr. El orgasmo fue brutal y descargué toda la leche que tenía almacenada durante días.

David acercó su boca a la mía, la tenía llena de leche que nos fuimos pasando uno al otro saboreando ese curioso manjar que acababa de soltar. Pero David aún quería más, así que se arrodilló encima de la cama y me puso su polla delante de la boca. Lamí ese capullo que me volvía loco de placer y fui engullendo ese rabaco centímetro a centímetro. El ritmo lo imponía David que era quien se follaba a mi boca. No tardó en sacarla para correrse en mi cara que fue la receptora de su lefote. Fue entonces cuando me liberó las manos y me quitó la venda. * ¿Te ha gustado? – me preguntó sonriendo. * Ha sido genial, David, te lo has currado un montón. * A mí también me ha excitado la situación, estaba súper cachondo aunque no me vieras – declaró. * No te he visto pero eso ha hecho que el ambiente fuese especial. * Pues esto ha sido solo el principio, nuestro fin de semana de sexo no ha hecho más que empezar.

Estas simples palabras, que no tenían ninguna malicia, escondían un grado de perversión que me gustaba.

Estuvimos un buen rato estirados encima de la cama, abrazados, acariciando nuestros jóvenes cuerpos desnudos y besándonos apasionadamente. El tiempo pasó rápidamente hasta que decidimos pegarnos una ducha. Lógicamente nos metimos los dos juntos, pasando la esponja  y el roce de los dos cuerpos volvió a ponernos a tono. Agarré la polla de David y él hizo lo propio con la mía. No tardaron en estar duras de nuevo, fui bajando hasta alcanzarla y me la metí en la boca. Seguía estando cachondo y David no lo estaba menos, pues ese pollón gritaba ser engullido por completo. La estuve mamando hasta que no pude aguantar más y puse a David con el culo en pompa para penetrarlo. Se la entré de golpe, el agua caía por nuestros cuerpos y eso aún me ponía más burro. Lo follé con todas mis fuerzas mientras él se apoyaba en las baldosas para aguantar las embestidas que le propinaba. Lo agarré por la cadera acelerando el ritmo hasta que volví a correrme. La leche resbaló por su agujero mezclada con el agua de la ducha. David se giró mientras se masturbaba y me indicó que me agachara y abriera la boca. No tardó en soltar la leche que le quedaba en los huevos, varios disparos salpicaron en mi cara pero el agua no tardó en limpiármela. Nos abrazamos mientras el agua corría a toda velocidad por nuestros cuerpos.

Una vez aseados, nos dispusimos a cenar la comida que su madre nos había dejado preparada. Más tarde nos arreglamos un poco para salir de fiesta. Fuimos de bar en bar hasta que terminamos en una discoteca. David ya tenía una buena cantidad de alcohol ingerida y empezó a tontear con varios tíos. He de reconocer que me puse celoso pero era habitual que David tuviera éxito, era muy extrovertido y guapo. La situación se empezaba a desmadrar y le pedí a David para regresar a su casa. Hizo caso omiso a mi petición y siguió bailando sin parar, no quería verlo así que me fui hacia la barra del bar para tomar algo pero sin perderlo de vista. Al cabo de unos minutos se acercó un chicho para entablar conversación conmigo, no me apetecía hablar pero después quise devolverle mis celos a David pagándole con la misma moneda. David no tardó en verme acompañado pero tras una sonrisa picarona, siguió bailando en la pista sin inmutarse en absoluto. El chaval, que se llamaba Mike, tenía una mirada preciosa, unos labios carnosos que empezaban a hipnotizarme y una pinta de macarrilla que me ponía palote. Empezó tocándome el paquete y me cogió la mano para que hiciera lo mismo. Era una situación excitante pero mis sentimientos estaban desencajados, quería pero no podía. Me abrió la bragueta para palpar mi polla por encima de los bóxers, la magreaba de tal manera que logró ponerla a punto de caramelo. Justo en ese momento apareció David y Mike sacó su mano de golpe, quedando algo perplejo. Los presenté y seguimos los tres charlando en la barra y tomando unas copas hasta que Mike nos invitó a su casa para estar más cómodos. Era una invitación en toda regla, no conocíamos de nada a ese chico pero el morbo nos acabó por dejarnos llevar. No vivía muy lejos de la disco así que en pocos minutos llegamos a su casa. Nos invitó a pasar, preparó unas copas mientras nos decía que nos pusiéramos cómodos. David parecía estar en su salsa pero yo tenía mis reparos, pero conforme nos fuimos poniendo cómodos fui tomando confianza. Nos quitamos las camisetas mientras nos besábamos, caricias por todo el cuerpo, después nos despojamos de los pantalones y cuando vi a David con aquellos bóxers blancos y aquel bulto que se adivinaba debajo, no pude evitar lanzarme a por él para palparlo. David hizo lo propio con el de Mike que pronto liberó de su calzón para empezar a comérselo. Relamía los bóxers palpando la polla de David que palpitaba para ser liberada pero que me resistía a hacerlo, gozaba con el olor característico a polla que se desprendía del pronunciado glande sobresaliendo de la goma y lo fui lamiendo hasta que le bajé los bóxers completamente y me metí su pollón en la boca. * Cómemela entera chaval, así… ahhh!!!, sigueee, sigue chupando... – Jadeaba Mike.

No iba dirigido a mí sino a David pero daba lo mismo, sus palabras motivaron que chupara con más intensidad la polla de David y que éste también jadeara como un loco. Mi lengua pasaba por todo su miembro erecto y seguía más abajo hasta encontrarme con aquellos duros huevos que seguí relamiendo. Lo masturbaba mientras un dedo buscaba entrar en su dilatado ano que no tardó en ser engullido. Lo movía en todas direcciones para dilatarlo más hasta que no puede aguantarlo más y me fui a buscar la boca de David, que seguía mamándosela como un poseso. Acerqué mi polla a la de Mike para que David fuese alternando las mamadas mientras Mike y yo aprovechábamos para acariciarnos mutuamente nuestros cuerpos. * Joder como la chupa tu amigo!!, sigue así…chupa, chupaaa… me voy a correrrr… - exclamó Mike.

Puse a David con el culo en pompa y le metí mi rabo hasta que mis bolas hicieron tope, lo cogí por la cintura y empecé a mover mi polla dentro de su ano cada vez incrementando el ritmo hasta que aquello entraba y salía a toda velocidad. Mike se separó para correrse en la cara de David, que recibió todo el lefazo en varios disparos. Yo seguía bombeando y cuando noté que me venía, saque mi rabo para correrme en la espalda de mi amigo, seis trallazos de leche más líquida, y es que no le daba tiempo a las pelotas para fabricar material.

Nos aseamos y después de un rato de charla nos fuimos hacia el piso de David, queríamos cama pero esta vez para dormir, la jornada había sido movidita y aún nos faltaban dos días!!!  Nos besamos, unas caricias y sin darnos cuenta, quedamos profundamente dormidos.

Continuará.