Un fin de semana diferente....

Una pequeña visita a mi tío.

Era un día cualquiera, tenía pensado ir a pasar el fin de semana a casa de mi tío Pablo. Hacía poco que regreso de Italia y no lo había visto en meses. Me vestí bastante sencilla, decidí ponerme un vestido hasta las rodillas, tenía un bonito escote que resaltaba mis pechos y debajo solo llevaba un tanga como ropa interior, había estado trabajando toda la semana y no tuve apenas tiempo de lavar toda la ropa acumulada. Habíamos acordado encontráramos en su casa a las 10:00 am, y así fue, a esa hora me encontraba en la entrada apretando el timbre. Fue un viaje bastante corto en metro, pero un poco incomodo, los hombres se quedaban mirando mi escote sin disimulo alguno, casi podía ver como babeaban.

¡Hola Amanda! -mi tío abrió la puerta, emocionado y me recorrió con la mirada de arriba a abajo antes de hundirme en un intenso abrazo de reencuentro- mis pechos se aplastaron cuando me apretujo en su regazo.

Tío, ¡cuánto tiempo! realmente hacía mucho que no le veía y había cambiado notablemente, deduje que en el tiempo que paso en Italia habría ido al gimnasio, tenía los brazos duros como piedra y su barriga cervecera se había convertido en unos abdominales tonificados. El hecho de verlo así, me puso un poco cachonda, no lo voy a negar.

-Pasa, preciosa. Estas en tu casa.

Atravesé el jardín y tomé asiento en uno de sus muebles de hombre ricachón, eso de ser empresario parece que le estaba dando resultado.

  • Te apetece beber algo?

  • Una cerveza?

-Si, claro, enseguida te la traigo

Me dio la espalda y fue a la cocina, no tardo nada en regresar con una botella en cada mano.

  • Has cambiado mucho, princesa - dijo sin quitar la mirada de mis pechos-

-Oh si, -dije incomoda por la situación- tú también tío, te ves más joven.

  • Has visto! -dijo con una sonrisa de oreja a oreja mientras intercalaba su mirada entre mis tetas y mis ojos, era como si no pudiera dejar de mirarlos, eso me estaba poniendo muy caliente-

Estuvimos un buen rato hablando, nos pusimos al día contándonos lo que paso con nuestras vidas en los últimos meses. Cuando hablaba buscaba excusas para tocarme, al reírse por alguna historia, ponía su mano en mi muslo y apretaba suavemente deslizando su mano de arriba a abajo poniéndome más cachonda.

De vez en cuando volvía a hacharme una ojeada y no paraba de tírame indirectas. Incluso me pregunto si tenía pareja y me dijo que ya quisiera no ser mi tío para poder ligar conmigo. No sabía muy bien cómo actuar ante esos comentarios, me ponían incomoda, pero a la vez hacían que mi cuerpo subiera más de temperatura.

-Espera aquí un segundo, te he traído un regalo, voy a buscarlo - me dijo con una expresión de alegría en el rostro-

Subió las escaleras de dos en dos y me entrego una pequeña caja negra parecida las de anillos de matrimonio.

-Ábrela, lo escogí especialmente para ti, princesa. espero que te guste.

Era un colgante precioso, con un dije de mariposa, él sabía que me encantan.

-Es muy bonito tío, muchas gracias. no debiste molestarte

  • Date la vuelta, te lo pondré, a ese escote perfecto le hace falta un detalle.

Me di la vuelta y me puse el pelo por delante de un hombro. Cuando abrocho el colgante, me dio un beso delicado en la parte descubierta de mi cuello. Me gire sorprendida.

  • Te queda precioso - dijo sin quitar la mirada de mi pecho- Los dos nos quedamos mirándonos fijamente, y sin saber en qué momento ocurrió, me planto un beso suave en la comisura de los labios.

Yo no podía aguantar más, estaba demasiado caliente como para desperdiciar esa oportunidad. Le puse una mano en la nunca, hundiendo mis dedos en su pelo mientras el me agarraba el culo con sus dos manos y me seguía besando. Se sentía muy bien estar tocándolo, y el hecho de que fuera mi tío me ponía aún más cachonda. Baje una mano suavemente desde su hombro hasta su entrepierna y aprete con suavidad su paquete, haciendo que soltara un pequeño gemido de placer.

Seguimos besándonos y llegamos a parar al sofá, yo estaba tumbada debajo de él, mientras devoraba mis labios carnosos. Se incorporo, con una rodilla en cada lado de mis caderas y yo lo miraba de arriba a abajo ansiosa por lo que estaba pasando. Metió una mano en su bolsillo y saco un condón. Abrí los ojos como platos y me incorporé, pero no podía salir porque sus rodillas me tenían en una emboscada.

-Emm... Creo que debería irme, tengo cosas que hacer - en verdad no quería, solo sabía que follar con mi tío iba a estar muy mal-

Me empujo por los hombros, haciendo que cayera de nuevo al sofá.

-Cállate y disfruta. Dios eso me puso tan caliente que sentí como mi tanga se empapaba cada vez mas de mis fluidos.

Le desaté el pantalón y saqué su polla dura, dios era enorme ya quería tener eso dentro de mi coño recién depilado. Se coloco el condón y me quito el tanga con apuro.

  • Esto te va a gustar cariño, he estado esperándolo hace mucho

  • Cállate y métela ya - le dije desesperada por sentir su polla venosa dentro de mi-

Me dio una embestida que me hizo gemir gritando de placer, hacia mucho que nadie me follaba de esa forma.

  • JODERRRR!!! NO PARES AHHH

-A si me gusta zorra - que me hablara de esa forma me ponía aún más cachonda-

Me metía su polla una y otra vez mientras yo gemía pidiéndole más y más. Me quito el vestido en un segundo y quede con mis pechos rosados descubiertos

-Si que eres mi puta, mira que tetas más ricas tienes.

Le dio un pequeño pellizco a cada pezón, cosa que me hizo retorcer de placer y dolor a la vez. Se las llevo a la boca y me recorrió los pezones con su lengua. Yo solo quería que nos corriéramos los dos a la vez.

-Si sigues así te hare visitas más a menudo – dije en voz baja gimiendo-

-Parece que te encanta que te follen zorrita eh, con gusto te recibiré las veces que quieras

Continuó follandome intensamente mientras me besaba a mí y mis pechos. Yo no aguantaba más, estaba muy caliente y quería correrme. Y como si pudiera leer mi mente, me dijo:

-No te correrás hasta que yo te diga, zorra

No sabía si reír o llorar, pero si él no me ordenaba que me corriera no podía hacerlo, no quería que me destrozara. El muy hijo de puta después de decir eso comenzó a embestirme cada vez más rápido y profundo.

-Joder, para ya no puedo más AHHH!!

-Todavía no.

Aguanté todo lo que pude, se me había olvidado hasta mi nombre, necesitaba llegar a ese orgasmo ya.

-En 3...2…1... Puedes correrte.

-AHHHHHH Siiii!!! JODER

Los dos nos corrimos a la vez, se sentía tan bien, yo estaba toda mojada y sudada. Me sentía como en el paraíso.

-Ha sido el mejor polvo de mi vida, eres una putita pervertida- me dijo dándome un pico-

-Lo fue, pero creo que bebo irme.

Comencé a vestirme rápidamente y el no paraba de mirarme mientras lo hacía, con cara de satisfacción. También se vistió y me acompaño a la salida.

-Fue un placer volver a verte sobrina.

-Lo mismo digo, nos veremos pronto.

-Eso espero – dijo mientras me daba una nalgas a en el culo en cuanto le di la espalda para irme-

Lo miré inocentemente y me fui.

Holaaa este es mi primer relato, espero que os guste y que leáis en próximo <3