Un fin de semana diferente 3

Tercera parte del relato de un fin de semana pleno de sexo.

Dio unos pasos hacia atrás, dejando lugar para que se acomodaran los otros dos hombres. Yo estaba en cuatro, con mi cola bien parada , sobre el sillón. Martín se ubico a atrás mío, y empezó a darme golpecitos con su pija en la cola y la espalda, mientras me frotaba el clítoris, que ya estaba totalmente mojado, y me daba de probar mis propios flujos. Yo le chupaba los dedos hasta dejárselos totalmente limpios, y nuevamente me mandaba los dedos en la concha, metiendo un dedo mas cada vez. Intento meter su mano entera, pero me empezó a doler demasiado y no siguió intentando.  Hernán se ubico delante mío, estiraba sus brazos para tocarme las tetas, me las apretaba, me pellizcaba los pezones y me los estiraba, hasta que estuvieron bien duros y parados, Cuando tenia la boca libre de los dedos de Martín, Hernán me metía la pija en la boca, y empecé a chuparsela con desesperación, me sacaba la pija de la boca, dejándola en el aire unos instantes, haciéndome desear, y luego la volvía a meter. Yo me sentía extenuada, pero a la vez tenia una calentura que casi no podía aguantar.  Martín ya me estaba masturbando bien fuerte, con tres dedos en mi concha, metiendo la mano cada vez más fuerte y más profundo, y con la otra mano me frotaba el clítoris frenéticamente. Me sentía prendida fuego, quería que me llenaran la concha de pija, y empecé a suplicar, en voz muy baja:

  • Quiero que me cojan …

  • Que dijiste puta? Jorge no se había ido, estaba mirando todo atentamente, sentado en   un sillón y fumando un cigarrillo

  • Que quiero que me cojan ya!!!!

Dejo el cigarrillo en el cenicero, se levanto y camino hacia mi. Corrió a Hernán hacia un lado, me agarro el mentón con una mano, y con la otra me pego un cachetazo.

  • Un macho se coje a una puta como vos solo como favor. Pedilo como corresponde.

  • Por favor, me pueden coger?

  • así esta un poco mejor.

Y dirigiéndose a sus amigos, les dijo

  • Reviéntenle bien la concha y el culo.

Dicho esto, Martín me mando la pija bien a fondo en la concha, en forma salvaje. No me lo esperaba, así que pegue un grito y empecé a gemir pidiendo que me cogiera más fuerte todavía. Perdí la noción de donde estaba y con quien, solamente quería que esa pija se me metiera cada vez mas adentro y me hiciera estallar de placer. Para acallar mis gemidos, Hernán empezó a masturbarse con mi boca, metiendo su miembro cada vez mas profundo, dejándome sin respiración y produciéndome arcadas, empecé a tomarle el ritmo, cuando sacaba su pija de mi boca, tomaba aire, y aguantaba mientras estaba adentro. Después de casi diez minutos de estar así, chupando pija y recibiendo en la concha embates cada vez mas fuertes, me empezaron a temblar las piernas, y sentí que mi clítoris estallaba de placer en un orgasmo infinito, y la onda expansiva recorría cada pedazo de mi cuerpo. Casi no me podía mantener en esa posición, empecé a temblar un poco, necesitaba un descanso, después de todo, ya hacia como cuatro horas que me estaban cogiendo en forma salvaje.

  • Estas cansada puta? Ahora que acabaste, queres descansar, no? Ni lo pienses, esto se acaba cuando yo lo digo ….

sentí la voz de Jorge, lejana …. Mi cuerpo estaba hecho de trapo, pero igual me seguían cogiendo, casi sin piedad. Cambiamos de posición. Hernán, con su pija durísima, inmensa y venosa, se sentó, casi acostado,  en el medio del sillón, y me guío para que me siente sobre el. Mi concha estaba hipersensible, sentí como cada centímetro de su pija se introducía en mí, produciéndome mucho placer, pese al agotamiento. No podía creer como, después de tanto cansancio, todavía mi cuerpo tuviera ganas de seguir, nunca me había pasado una cosa así … Hernán empezó a cogerme despacito, mientras Martín empezó a juguetear con mi cola. No daba mas, quería sentir las dos pijas adentro mío con una desesperación de la que no pensé que fuera capaz. Me di vuelta y le dije, en un susurro:

  • Por favor, rompeme el orto

  • Con todo placer, contesto.

Y me metió su pija entera dentro del orto, sincronizando sus movimientos con los de su amigo. Fueron incrementando el ritmo, y mis gemidos se transformaron en gritos de placer que no podía dominar. Tuve uno, dos orgasmos, mi cuerpo no me sostenía, me deje caer encima de Hernán, y deje que hicieran conmigo lo que quisieran, no me importaba nada. Cerré los ojos, sentí que me vaciaban los orificios, y enseguida sentí un líquido caliente que me corría por la cola y la espalda.

Hernán salio de abajo mío. Quede tirada en el sillón, sin fuerzas para levantarme.

  • Puta, estas toda sucia de leche. Que desperdicio, tendrían que haberle acabado en la boca, así se la tragaba toda. Total, es lo único que va a comer en todo el fin de semana jajajaja.

La voz de Jorge hablando a sus amigos fue dura, como un reproche.

  • Por eso no hay problema, pero que se limpie un poco jajajaja. Tenes hambre, putita?

No tenia fuerzas ni para contestar, hice un ligero movimiento con la cabeza, que no era ni un si ni un no.

  • Vamos a lavarla un poco y vamos a darle para que se entretenga!

Entre Jorge y Martín me levantaron del sofá. Mis piernas no me sostenían, nunca me habían cogido de esa manera, tenía ganas de dormir el resto del fin de semana.

Tras un par de pasos, Jorge dijo:

  • Si no quiere caminar, entonces que gatee!

Me soltaron al unísono los brazos y caí al piso.

  • Veni puta, el baño es por acá.

Me fueron guiando a través del living y de un pasillo que me pareció infinito, hacia una puerta al final del mismo. Yo gateaba despacio, con Jorge al frente indicándome el camino, y Martín y Hernán atrás. Cada tanto me daban un chirlo en la cola, para que apurara el gateo, pero era imposible, sentía cada músculo de mi cuerpo, y cada uno dolía.

Jorge abrió la puerta. Era una habitación inmensa, un dormitorio en suite. A la derecha había un baño, la puerta no estaba. En el medio de la habitación, una cama King Size con dosel.

Jorge me metió en la ducha, sentada, y abrió las canillas.

  • Limpiate bien puta, que te esperamos.

Me quede un rato en la ducha, inmóvil, sintiendo como el agua tibia corría por mi cuerpo y lo relajaba más todavía. Cabecee un par de veces, casi me quedo dormida.

  • Y puta? Terminaste? Te estamos esperando!

  • Cinco minutos, por favor. Alcance a decir.

  • Si no saliste en cinco minutos, te sacamos de los pelos.

Conseguí levantarme muy despacio, agarrandome de las canillas. Me enjabone todo el cuerpo, y me estaba enjuagando cuando Jorge y Hernán entraron en el baño.

  • Nos cansamos de esperar puta, salí de ahí ya.

Cerré las canillas y salí de la ducha. Jorge me agarro del pelo y me llevo hasta la cama, arrojándome con fuerza. Cuando puedo enfocar bien la vista, estaban los tres ya con las pijas bien duras. Jorge me indico con la vista lo que tenía que hacer. Me arrodille en la cama, mi cuerpo parecía haber retomado fortaleza y podía mantenerme erguida perfectamente, cosa que me sorprendió. Me rodearon los tres, con sus pijas bien al frente. empecé por meterme el la boca la de Jorge, por miedo a que se enoje si me metía la de alguno de los otros dos, y empecé a pajear a los otros con las manos. Mientras, sentía seis pares de manos que me tocaban todo el cuerpo, me manoseaban las tetas y el culo, me apretaban, me pellizcaban, me pegaban pequeños chirlos. No podía creer que me estuviera excitando de nuevo!. Después de dedicarle un buen rato a la pija de Jorge, dándole lamidas desde la base del tronco hasta la punta, para juguetear un poco ahí y luego volver, metiéndome sus testículos en la boca y succionándolos suavemente, lamiéndolos, llegando hasta su cola y volviendo, me dedique a chuparle la pija a los otros dos, en forma alternada, mientras no dejaba de manosear las pijas que no tenia en la boca. Una mano llego hasta mi concha y me introdujo un par de dedos.

  • Que puta, por favor! Otra vez esta empapada!

  • Yo te dije que era buena. Quien se la coge primero?

Martín se acostó en la cama, me tomo de la cintura, me coloco en cuclillas con mis piernas una a cada lado de sus caderas, y agarrandome de la cintura, me metió la pija y me empezó a subir y bajar. Yo seguía con mis manos ocupadas pajeando a los otros dos, y alternadamente me metía una pija en la boca. Los cuatro empezamos a gemir, y los gemidos me calentaron todavía más. Como no estaba cómoda, me senté directamente sobre la pija de Martín y me empecé a mover, mientras el, con sus manos libres, me apretaba las tetas. Sus gemidos se fueron incrementando, y con los de el, los míos, hasta un nuevo orgasmo me atravesó como un latigazo. No lo pude disfrutar demasiado, porque Martín me agarro de la cintura y me arrojo como si fuera una bolsa de trapos al otro lado de la cama, dejándome con el culo para arriba. No se quien me agarro, me escupió el culo, desparramo bien la saliva por todo mi ano, y me la metió de una, y me empezó a coger muy fuerte. sentía como sus testículos pegaban en mi clítoris, aumentando mi placer. había quedado con la cara enterrada en la cama, así que la corrí hacia un costado, y en cuanto abrí la boca para gemir me encontré con la pija de Martín, casi a punto de acabar. Tras un par de mete saca, me agarro la cabeza con una mano y me enterró la pija hasta el fondo de la garganta, la sentí temblar un poco dentro de mi boca mientras trataba de dominar mis arcadas, y toda su leche, que por suerte no fue demasiada, se derramo directamente a mi garganta. Tras un par de sacudidas, me saco la pija de la boca, y tome aire como si hubiese estado a punto de ahogarme. Mientras, alguien me seguía dando por el culo sin descanso; por los gemidos, me di cuenta que era Hernán, que estaba a punto de acabar también. Me saca la pija del orto, me da vuelta, Jorge me abre bien las piernas y me mete su pija bien hasta el fondo en la concha, levantándome las piernas para que entre mas profundo. Hernán gira mi cabeza al costado, me mete la pija en la boca y me empieza a manosear las tetas y a pellizcar mis pezones, Empiezo a sentir otra vez el agotamiento, así que me deje hacer, como si fuera una muñeca, solo movía mis labios y mi lengua, dándole placer a Hernán, que se contenía para alargar el instante y no acabar. Pero después de un rato no pudo más, y me lleno la boca de leche, mientras me gritaba:

  • No te la tragues todavía, quiero verla en tu boquita antes de que te la tragues

Fue un poco difícil, porque estaba acostada y lo natural hubiera sido que la leche fuera directo a la garganta, pero logre incorporarme un poco y no tragar. Derramo su leche con mi boca abierta, así que se me escurrió algo por las comisuras.

  • A ver puta, mi leche en tu boca. Mmmmm, que lindo, ahora trágatela

Me la trague de una sola vez, haciendo gestos que indicaban que lo estaba disfrutando.

  • Que linda puta, como se traga toda la leche.

Limpio con su dedo lo que se había chorreado por el costado de la boca, y me lo dio para que se lo limpie. Se lo chupe con fruición, dejándolo impecable.

Jorge seguía cogiendome como si hubiera empezado recién, mientras yo me frotaba el clítoris con fuerza, provocándome varios orgasmos, de los que perdí la cuenta, eran tan seguidos que casi no podía distinguir uno de otro, parecía que mi cuerpo no se agotaba nunca del placer que estaba recibiendo. Hasta que Jorge me saca la pija de la concha, se sienta encima mío, me inmoviliza la cabeza con sus rodillas y me mete la pija en la boca hasta los huevos, y me larga un chorro de leche que casi me atraganta. Me la trague enseguida, para no ahogarme y me quede inmóvil sobre la cama, con los ojos cerrados. Jorge salio de encima mio, y los tres hombres salieron del cuarto. Alcance a escuchar un pequeño dialogo entre ellos:

  • Que buena puta, Jorge. Muy aguantadora. La mejor de todas las que trajiste hasta ahora.

  • Y esto recien empieza!!! Se rieron los tres.

  • Va a aguantar bien. A esta le gusta mas coger que respirar. Mas tarde viene Julia, vamos a ver si ahí la pasa tan bien.

(continuara)