Un fin de semana de a tres
Desde que mi mujer me contó lo ocurrido en el colectivo con ese tal Eduardo, me quedó rondando la cabeza la proposición de ella de ir a pasar un fin de semana los tres juntos a coger hasta no dar más.
Un fin de semana de a tres
Desde que mi mujer me contó lo ocurrido en el colectivo con ese tal Eduardo, me quedó rondando la cabeza la proposición de ella de ir a pasar un fin de semana los tres juntos a coger hasta no dar más, hasta quedar exhaustos, realmente estoy contentísimo con el cambio de actitud frente al sexo que ha transformado a mi esposa en una verdadera ninfómana, les cuento que hasta que se produjo milagrosamente nuestro trío en las vacaciones, ella era una mujer que no aceptaba nada más que lo estricta y socialmente tradicional y permitido por esta moral pacata que impera en la sociedad de mi País. A partir de ese momento y con mi ayuda fue aceptando variantes sexuales que antes hubieran sido impensadas e imposibles de llevar a cabo con ella...
Comenzó a descubrir cosas en el sexo que la llevaban a gozar hasta alcanzar el paroxismo de placer, poco a poco se transformó en una verdadera ninfómana que sólo piensa en coger todos los días, en mamarse una buena tranca, en hacerse mamar hasta acabar violentamente en la boca de su compañero de cama (casi eyaculando y despidiendo un olor a sexo bestial), le encanta que la enculen, dice que por su culito también acaba (es tan puta que le creo), ahora bien Uds. dirán que soy un carnudo conciente, yo digo otra cosa, el hecho de tener una mujer así es verdaderamente maravilloso para un hombre (cualquier tipo que sabe de lo que hablo me envidiaría), y me alegra ser el cornudo que soy, no se imaginan lo que es llegar a casa luego de trabajar y ser recibido por una mujer arreglada, que se cuida en detalle, que se pone una lencería capas de hacerle volar la cabeza a cualquiera y con besos, caricias, manoseos que casi siempre terminan en la cama, jamás un dolor de cabeza, un "estoy muy cansada" o un "No, todavía están despiertos los chicos" no, no, nada de eso, siempre dispuesta a hacer el amor, diría más, siempre desesperada por coger, a llevar a la realidad las fantasías, o lo que yo le proponga si de coger se trata. Si hablamos de hacer un Trío es algo muy especial, ya que ver a tu mujer gozando con la pija de otro clavada hasta los huevos produce un morbo tan, pero tan, libidinoso que vuelve loco a cualquiera haciendo que las acabadas a las que uno llega sean muy, pero muy fuertes, que el placer alcanza niveles insospechados, ahora eso sí, uno, una ves que se mete en este juego ya es imposible salir, porque a partir de ello nada se compara, y todo lo tradicional parece aburrido e insatisfactorio, por eso creo que la libertad sexual comienza en nuestra cabeza, y nos enseña a separar el amor del sexo para no sentir culpa ni celos, una ves logrado esto, podemos comenzar a disfrutar a pleno de todas nuestras fantasías, de toda nuestra sexualidad que no todos conocen a fondo, y no me van a decir que nunca fantasearon con compartir a su mujer y ver como la cogen, como goza con otro, como se mama una pija que no es la de uno, pero lo mas morboso es ver la carita de puta que ponen las mujeres en esta situación, no me mientan, que no se animen a realizarlo y disfrutarlo es otra cosa, pero que lo hayan fantaseado no me cabe ninguna duda, a no ser hipócrita, esto es buenísimo por lo caliente, creo que no lo discute nadie, ¡Vamos anímense, no se arrepentirán!
Pensamos ir a una casa que mi hermano tiene en Cariló y que nos presta sin problemas, es un lugar sumamente tranquilo en esta época del año porque hay muy poca gente, seguro allí nos encontraremos muy a gusto los tres sin nadie que nos moleste.
Me dispuse a llamar por teléfono a Eduardo para hacerle la invitación, cuando él contestó y me presenté, me di cuenta que quedó desorientado, le dije que no se hiciera problemas ya que estaba enterado de lo ocurrido en el colectivo con mi mujer y que me había encantado lo sucedido, entonces lo queríamos invitar el fin de semana a pasarlo junto a nosotros disfrutando del sexo compartido. Luego de algunos rodeos producto de la natural desconfianza que producía la poco común invitación aceptó, quedamos en que lo pasábamos a buscar por su domicilio el viernes alrededor de las 22:00 Has.
Una vez arreglado todo, con mi mujer comenzamos a disfrutar por anticipado, ya que al meternos en la cama no paramos de coger fantaseando todas las maneras que se tragará esa terrible tranca de 22x8 y también comenzamos a hablar de una doble penetración que era una cosa que aún no habíamos experimentado y que era parte de las fantasías que más la calentaban y aún nos quedaba por llevar a la realidad. Nos metíamos en la cama y no pasaban 5 minutos que ya estábamos en bolas metiendonos mano por todos lados y cuando le abría las piernas y le veía esa concha con poco bello y sumamente cortito, cosa que me permite ver toda sus formas. Ver sus labios mayores gordos, abiertos por la calentura, hinchados, muy protuberantes y rápidamente húmedos hace que me desespere por acercar mi cara y disfrutar del aroma que despide, Uds. no podrían creer el olor que tiene su concha, es riquísimo capas de resucitar a un muerto de lo sexualmente libidinoso que resulta cuando ella se excita, yo voy bajando con mi boca por la cara interna de sus muslos pasando la lengua y mordisqueando suavemente (eso la pone a 100 de la calentura) hasta llegar casi hasta su entrada, allí separo apenas mi cara de su piel y comienzo a olfatear, sintiendo que me invade el olor de su vulva, me calienta tanto que hace que mi pija me duela de lo dura que se pone (es totalmente real), llega a latirme de la excitación, la calentura de ella a esa altura de los acontecimiento hace que se le hinche y comienza abriéndose de abajo hacia arriba dejando ver a medida que se abre el hoyito de la vagina y el brillo causado por el incesante flujo que le brota, se le pone roja y mojada por sus propios flujos, imagínense hasta donde le clavo la lengua, en ese momento se los juro, quisiera meterme entero dentro de su concha, es realmente divina, no la cambiaría a mi mujer por ninguna, me fascina como es (así de puta), y creo que no podría encontrar otra igual, como será que creo que si publicara una foto de su sexo Uds. no podrían parar de hacerse la paja hasta quedar de cama. Imagínense entonces cuando yo la comparto con un tercero, éste se pone como loco de la calentura al descubrir semejante manjar, por eso yo les cuento de lo fabulosamente morboso que resulta compartir a la mujer de uno al verla gozar desde fuera, jadear y gritar de placer, esto hace que se mezclen sexo y morbo al más alto grado de excitación (realmente la mezcla más explosiva que conocí hasta ahora), el nivel de libido liberada es realmente desconocido, solo aquel que lo haya disfrutado es capaz de entender lo que digo.
Bueno llegó el viernes, ella preparó el equipaje mientras yo trabajaba, es decir que cuando llegué a casa alrededor de las 19:00 Has ya estaba todo listo, entonces nos metimos en la ducha para asearnos y no pudimos evitar meternos mano como para ir "calentando motores". Mi mujer ya estaba muy excitada, claro no parábamos de hablar de todo lo que podríamos disfrutar con Eduardo, y se notaba por como se le mojaba de manera continua y abundante, eso avecinaba un fin de semana muy caliente, y a mi también la pija no paraba de despedir líquidos preseminales y de mantenerse permanentemente semirrígida, los deseos de ambos iban creciendo con el consecuente aumento de la libido, luego de la ducha cada uno se vistió, comimos algo y nos dispusimos a iniciar el fin de semana.
Llegaron las 21:30 y nos fuimos en el coche a buscar a Eduardo, quien ya nos esperaba muy ansioso en la puerta de su casa con una sonrisa dibujada en su cara ¿Por qué sería tanta dicha?, luego de las lógicas presentaciones comenzó el viaje, yo manejaba con mi esposa al lado y el invitado en el asiento trasero, todos estábamos muy felices y la conversación trivial que habíamos iniciado al principio no tardó en girar al tema que nos llevaba de viaje, Eduardo nos preguntó como nos habíamos decidido a llevar a la realidad nuestras fantasías y le explicamos que nuestro matrimonio había entrado en una zona de tediosa rutina sexual que ya no nos satisfacía, si bien Estela está muy buena y es una divina, con el pasar del tiempo la rutina y esa moral castradora que caracterizó a la educación de nuestra generación había erosionado de tal manera nuestra relación que había que buscar una solución al problema, ella estaba completamente conciente de esta situación. Por ello comenzamos a introducir primero juguetitos que cumplían el rol del tercero y eso fue haciendo cada vez más placenteras las relaciones y más natural la idea de un invitado, lo que hizo que germinara en nuestra cabeza la idea de llevar la fantasía a la realidad, y ese mismo verano cuando llegaron las vacaciones debutamos de a tres.
Eduardo mientras yo le contaba la historia le acariciaba y besaba el cuello a Estela y ella me acariciaba el paquete que ya lo tenía bien parado. Nos abstuvimos de tomar acciones en el viaje para disfrutar tranquilos cuando llegáramos a destino.
Alrededor de las 01:30 de la madrugada estábamos estacionando y comenzando a bajar el equipaje que no era mucho ya que no pretendíamos andar vestidos por mucho tiempo ese fin de semana. Una ves que nos acomodamos nos servimos unas copas y pusimos música y mi putita esposa empezó a hacernos un streeptase lento, con movimientos muy eróticos y cadenciosos. Primero se movía muy sexualmente, tocándose con las palmas de la mano, recorriendo todo su cuerpo y poniendo una cara de viciosa fantástica, su pubis que es bien protuberante se le marcaba mucho porque tenía puesta una calza muy ajustada que se le metía en la concha y que nosotros no habíamos advertido porque llevaba la remera por fuera y no se le veía, ella se pasaba la yema del dedo mayor por encima de la calza pero abriendo su rajita y recorriéndola toda, comenzó a desprenderse de la ropa (que no era mucha, apenas la remera, su calza y la ropa interior, para entonces ya estaba descalza) primero lo hizo con su remera con la sorpresa de que no tenía sujetador saltando sus paraditas tetas con las aureolitas oscuras y pequeñitas, los pezones duros, rozaditos, y que ya estaban erectos, muy parados de lo excitada, entonces ella tomaba un pecho con su mano y se lo llevaba a la boca comiéndose ella misma el pezón, nosotros ya estábamos en bolas y con la pija dura en la mano, les cuento que cuando le vi el armamento a nuestro amigo me quedé sin respiración, ahora entiendo la calentura de Estela por coger con él, es una verdadera maravilla de la naturaleza por lo gruesa, larga y venuda, con un capullo enorme y por supuesto ya estaba brillosa de mojada. Estela comenzó a sacarse la calza y nuevamente tuvimos una sorpresa, era lo único que llevaba puesto, no se había puesto ropa interior la muy puta, por eso se le marcaba tanto la concha ya que la calza se le metía dentro partiéndosela en dos, pareciendo que no tenía nada puesto de cómo se le veía.
Siguió bailando desnuda, metiéndose el dedo en la concha y lo sacaba mojado de flujo, se lo olía poniendo su mejor cara de puta para luego chupárselo, nos estaba volviendo locos con este espectáculo cachondo que nos ofrecía, de pronto ya no era el dedo mayor el que se metía en su vagina, sino que se metió tres dedos juntos y cuando los sacó todos mojados casi chorreando de flujo bailando se acercó a Eduardo y se los puso en la nariz, cuando éste se percató del olor a sexo que tenían le agarro la mano y se los metió en la boca saboreándolos con máximo placer y metiendo los suyos en la cuevita mojada. Para esto yo ya estaba en el paraíso viendo el desarrollo de las acciones y con mi pija en la mano, ella siguió con el jueguito de pasarse los dedos por la concha y cuando se acercó a mi y me los puso en la nariz, ese olor sexualmente bestial que tenían me hizo acabar como un burro derramándome en sus piernas es que toda la escena era muy pero muy caliente, ella juntaba la leche con sus dedos y se los metía en la boca chupándolos como si se tratara de una pija, estábamos los tres con un nivel de calentura que auguraba una orgía fabulosa. Eduardo la tomo de atrás y le apoyo su falo en el culo, pero ella se dio vuelta rápidamente y lo tomó con las manos y agachándose con las piernas abiertas pero sin doblar las rodillas y se lo empezó a mamar furiosamente, esta posición dejaba a mi vista su concha bien abierta, hinchadísima y empapada de flujo de lo caliente, chorreaba sus jugos por las piernas ofreciéndome un cuadro erótico formidable, me zambullí entre sus piernas para comérsela toda, el sabor de su concha era realmente maravilloso, fuerte y excitante, el olor ni que hablar a esa altura de la noche ya había inundado el ambiente transformando el lugar en un altar del sexo, mi mamada le arrancaba gritos de placer al igual que ella se los arrancaba a Eduardo con la suya, a esa altura Eduardo comenzó a llenarle la boca con una tremenda acabada que parecía no tener fin haciendo que de la boca cayeran hilitos de esperma que no podía tragar por la abundancia, la fiesta había comenzado.
Ese espectáculo me produjo una nueva erección, le puse mi glande en la entrada de la conchita y con un movimiento seco de mi pelvis se la enterré hasta los huevos, no les cuento como entró de lo mojada que la tenía, la comencé a serruchar con un mete saca infernal y a los pocos instante se vino jadeando y gritando, Eduardo que estaba tirado sobre el sillón viendo la escena se masajeaba la pija que poco a poco le crecía tomando nuevamente el tamaño bestial, al ver esto Estela se la tomó con las manos pajeándola, mientras me decía:
Más, más, me estas haciendo acabar riquiiiiiiiiiiiiiiiiísimo, dale más duro, por favor no pares, seguí acábame, lléname bien la concha de leche ahora, así Eduardo puede enterrar esta enorme pija en mi concha.
La verdad con esas palabras y la calentura que tenía, yo no pude aguantar y me vacié entero, sentí que me moría de placer, parecía que mi orgasmo arrancaba desde las uñas de los pies llegando a la punta de mi pija que reventaba de la calentura, cuando terminé de llenarle la cueva se la saqué y me desplomé sobre un sillón, estaba cansado y sudado de la excitación.
Eduardo que ya estaba repuesto y con su pija dura la recostó en la alfombra le puso las piernas en sus hombros y le acercó el glande a la conchita, verdaderamente pensé que no iba a poder entrar por lo enorme que se le veía, pero para mi sorpresa empujó y entró hasta el fondo arrancándole un grito mezcla de dolor y placer, la dejo quieta hasta que se acostumbró al nuevo tamaño, comenzó a cogerla con suavidad pero cada ves un poquito más fuerte, ella gritaba y jadeaba y le decía
Que rico me cojes hijo de puta, dale más fuerte, rómpemela toda, la quiero toda, toda adentro no dejes nada afuera me estas haciendo acabar aaaaaaaaah que riiiiiiiiiico, si así duro dámela duro por favor.
Eduardo la comenzó a coger violentamente con un mete saca brutal, yo creí que la rompía toda, pero por lo contrario ella se corría en un orgasmo múltiple que dejaba ver el tronco de la verga de él con hilos blancos y espesos de la acabada de ella, era formidable verla tragándose semejante tranca y al mismo tiempo gozar como puta pidiendo pija a los gritos, yo estaba a mil me dolía la verga y los huevos de la calentura, gozaba muchísimo con todo el morbo de la situación. En eso empezó él a gritar y a darle aún más fuerte arrancándole gritos de placer, jadeos interminables, ella tenía la concha bien abierta, de par en par, mientras ese tronco bestial entraba y salía dejando ver el clítoris muy parado y duro, la pija entraba y salía con violencia, la acabada que estaba teniendo era bestial inundándola de leche que le brotaba por los costados y chorreando por el culo y muriendo sobre la alfombra, fue realmente un polvo formidable diría "de antología", yo estaba encantado del principio de este fin de semana de locura que prometía mucho más de lo fantaseado, realmente no sabíamos hasta donde podríamos llegar, Estela estaba feliz y eso es lo que importaba.
Ya eran como las 5 de la mañana y estábamos cansadísimos no del viaje, sino de la tremenda sesión de sexo que habíamos tenido, con lo cual nos acostamos en bolas como estábamos los tres juntos en la cama matrimonial e inmediatamente nos quedamos dormidos.
En el próximo relato les contaré lo que ocurrió ese sábado por la tarde y la noche que seguramente hará que se tengan que atar sus manos, o bien no les alcance.
Saludos, hasta el próximo.