Un Fin de Semana con mis Hermanas [08].

Tan puta como la madre.

Capítulo 08.

Tan puta como la madre.

El juego que propuso Lucía llegó a su punto más candente cuando ella prometió que nos contaría todo lo que hizo con nuestra madre si es que Florencia accedía entregarme el orto. Yo salía ganando por todos lados, y creo que Lucy también. Ella parecía realmente entusiasmada con la idea de que Florencia recibiera una gruesa verga por el culo.

一Antes de que empiecen, te voy a preparar bien 一dijo Lucy一, para que no pongas excusas.

Lucía me pidió que me apartase, se colocó detrás de Flor y se arrodilló. Las nalgas de su hermana le quedaron a la altura de la cara. No dudó ni un instante antes de mandarse a lamerle el culo… sí, directamente el culo, que ya estaba dilatado, así que le pudo meter la lengua. Flor pareció agradecer el gesto porque comenzó a masturbarse enseguida. Mientras estos jueguitos con mis hermanas van escalando en morbo y calentura más pienso que nuestros padres no tendrían que habernos dejado solos. Quizás estas cosas podrían haber pasado en otro contexto; pero no tan rápido.

Nunca me voy a cansar de ver a Lucy chupándole la concha o el culo a Flor. Mientras admiraba este espectáculo morboso, mantuve mi verga bien dura a base de masturbación. Procurando no exigirme demasiado, quería guardar energía para después.

一Tengo que reconocer que esto ayuda mucho a relajarse 一dijo Flor, ella también se estaba masturbando.

一Y no tengas miedo 一dijo Lucy一. Benja la tiene grande, pero sabe lo que hace. Practicó mucho con la novia. Carolina debe tener el orto más abierto que el de mamá.

一Ay, no me digas eso que me las imagino a las dos garchando por el orto.

一¿Ahora te calienta mi novia? 一Le pregunté.

一No dije eso, pero… no puedo negar que Carolina es una chica muy linda y tiene un culo precioso. Qué se yo, creo que sería morboso ver cómo se la meten.

一Si querés después te muestro alguno de los videos que grabé con ella.

一¿De verdad?

一Sí, pero con una condición: mientras los mirás, me tenés que chupar la verga 一fui directo, sé que me arriesgué mucho, pero mi instinto me decía que podía presionar un poco la situación.

一Está bien, trato hecho 一dijo Flor.

一Pero mirá que te puedo acabar en la boca…

一Sí, lo sé.

一¿Tantas ganas tenés de ver cómo le rompen el orto a Carolina? 一Preguntó Lucy.

一La verdad es que sí. Ya lo dije, Caro es una chica muy linda…

一Sí, sí… pero también sé que vos no estás siendo del todo sincera 一interrumpió Lucy一. Ya vamos a averiguar qué escondés vos. Pero para eso hay tiempo. Ahora… a entregar el orto, nena.

Le dio un fuerte golpe, con la mano abierta, en una de las nalgas. Se produjo un fuerte chasquido y todos los dedos quedaron marcados en la piel de Flor.

一¡Auch! ¿Por qué hiciste eso?

一Porque tu culo es tan lindo que provoca azotarlo 一dijo Lucy一. Le tengo que sacar una foto. Me encanta cómo quedó.

一Bueno, pero apurate.

Me daba mucho morbo escuchar a Flor tan complaciente. Definitivamente algo en ella se había quebrado y cada vez quedaban menos rastros del fuerte rechazo que mostró antes. Lucy sacó tres o cuatro fotos y me imaginé que seguiría haciéndolo luego.

一Ahora sí 一dije, acercando mi verga a ese agujero que esperaba por mí一. Última oportunidad para arrepentirse… ¿estás segura de que querés hacer esto?

一No. Pero estoy segura de que quiero que Lucía me cuente todo lo que pasó con mamá… así que, metela… despacito.

一Ajá, sí… quedate tranquila.

No quería que ella sufriera mucho al principio porque temía que eso la llevara a arrepentirse, por eso usé bastante lubricante y la fui metiendo de a poco, esto me trajo buenos recuerdos de algunas de mis experiencias sexuales más interesantes… y no todas incluían a Carolina.

La mitad de mi verga entró y Florencia comenzó a emitir un suave quejido, ya lo había escuchado antes. No estaban provocados por el dolor, sino por el placer.

一Parece que a la putita le está gustando 一dijo Lucy.

一Más puta serás vos 一le respondió Flor一. Te cogiste quién sabe cuántos tipos… ¡y con mamá! Ahí tenés, Benja me la está metiendo… podés empezar a contarnos todo… y mostranos las fotos que faltan.

一Ahora no, porque si yo cuento todo, vos no vas a cumplir con tu parte del trato.

一Podemos hacer una cosa 一sugerí一. Vos nos contás todo siempre y cuando yo se la esté metiendo a Flor. Si ella dice que no puede o no quiere más, entonces vos dejás de contarnos.

一Mmmm… es un trato justo.

一Pero contá rápido, no des tantas vueltas 一dijo Flor一. Ya la conozco a esta hija de puta. Va a contar todo lo más lento posible para que a mí me dejen el orto bien abierto.

一Hagamos lo siguiente 一dijo Lucy一. Si vos aguantás que Benja te de fuerte durante un rato, yo hago que la historia avance más rápido.

一Mmm… no sé…

一A mí me parece una buena idea 一aseguré, y empecé a marcar un ritmo en mis penetraciones.

一¡Pará, Benja! Ahora no me des fuerte, porque me partís al medio. Esperá a que yo te diga cuándo estoy lista.

一Sí, quedate tranquila. Bueno, Lucy… empezá a contar… y queremos ver las fotos.

一¿Y qué es lo que quieren saber exactamente? 一Preguntó, comenzando con sus evasivas.

一Cómo se dio todo 一dijo Flor一. Cómo fue que convenciste a mamá de que te dejara participar en eso y cuántos tipos se cogieron, dónde y cómo… en fin, queremos saber todo. Si me van a romper el orto, quiero que al menos valga la pena.

一Bueno, lo primero que tienen que saber es que mamá le es infiel a papá.

一De eso ya nos dimos cuenta 一dije.

一Sí, pero me refiero a que es sistemáticamente infiel. Le pone los cuernos casi todos los fines de semana… y esas reuniones en su “club social” 一dibujó las comillas con los dedos一, no son más que una excusa para ir a coger. Descubrí todo esto el día que la sorprendí garchando en casa. Prácticamente la obligué a contarme todo.

Ahora la historia iba cobrando sentido, yo intentaba concentrarme en lo que decía Lucy, pero al mismo tiempo la verga me palpitaba y me pedía a gritos que le rompiera el orto a Flor. Por suerte, con mucha práctica, aprendí a controlar estos instintos. Mantuve la calma y seguí penetrándola lentamente, sin metérsela hasta el fondo.

一Un día 一continuó Lucy一, ella me dijo que iba a reunirse con unos amigos y yo le dije: llevame. Por supuesto que al principio se negó, pero yo soy muy persuasiva…

一De eso también me di cuenta 一dije, con media sonrisa en los labios. Solo bastaba ver cómo había convencido a Flor de que se dejara taladrar el culo por su hermano.

一Bueno, lo que pasó ahí ya lo saben, por las fotos. Fue una hermosa experiencia poder compartir dos pijas con mamá… pero yo quería más, porque sabía que había más. Sospechaba que mamá se había dejado coger por más de dos tipos a la vez, y como ya estábamos empezando a desarrollar más confianza, un día me dijo: “Tengo una sorpresita para vos”. La acompañé a una de esas reuniones en su supuesto club. En realidad fuimos a la casa de un amigo de ella… y ahí nos estaba esperando mi sorpresa.

Lucía reprodujo un video. En la pantalla pudimos ver, desde cerca, la cara de Lali y la misma Lucy. Las dos tenían las mejillas enrojecidas y gemían de placer. Se notaba que estaban en cuatro y detrás de cada una de ellas había un tipo, metíendoles la verga.

一¿Les estaban dando por la concha o por el orto? 一Preguntó Flor.

一Por la concha, porque hasta ese momento yo no me había animado al sexo anal.

一Pero ya sabemos que te metieron cinco pijas en el orto 一le recordó Flor.

一Sí, pero hasta ese momento no me habían metido ninguna.

一De todas formas ya no me resulta tan impactante verlas coger con dos tipos 一dije, aunque no era del todo cierto, solo fue un torpe intento para que Lucy soltara un poco más la lengua.

一Esperá y mirá 一dijo.

El video continuó, Lali y Lucy se sacudían por las duras embestidas, cuando apareció una tercera verga en pantalla, justo delante de ellas, al alcance de sus bocas. Ellas empezaron a chupar al instante, sus lenguas se entrelazaron sobre ese glande, como si estuvieran peleando entre ellas para ver quién era capaz de lamer más. Luego mi mamá se tragó la verga, la tuvo dentro de la boca por un rato y después le llegó el turno a Lucy de hacer lo mismo.

一¡Ay, pero qué putas! 一Exclamó Flor.

Instintivamente empecé a acelerar el ritmo de mis penetraciones. Mi verga ya podía deslizarse con mayor facilidad dentro del culo de mi hermana.

一Callate, nena, que si vos hubieras tenido tres pijas para probar, estoy segura de que te las hubieras comido todas 一Lucy parecía muy convencida de sus palabras.

一Mentira… ¡Ay! 一La exclamación de Flor se debió a que esta vez avancé un poco más con mi verga一. Ay, no… no… pará…

一¿Te duele? 一Pregunté.

一No… es que… está entrando mucho… uf… se siente raro.

一Como se nota que nunca te metieron una pija grande por el orto 一dijo Lucy一. Relajate un poco, nena. Yo sé por qué te lo digo.

Lucy cambió las imágenes de la pantalla, vi pasar rápido algunas fotos de mi madre siendo penetrada por la concha o de Lucy chupando verga. Cuando la sucesión de fotos se detuvo, pudimos ver una  hermosa imagen de Lucy sonriendo a la cámara, acostada y con las piernas bien abiertas y levantadas. En su culo estaba entrando una gruesa y venosa verga y mamá le estaba acariciando la concha. En la siguiente foto vimos que la verga estaba más adentro y esta vez Lali se había acercado mucho a la concha de Lucy, tanto que le estaba tocando el clítoris con la punta de la lengua. Vimos una foto más, la verga había entrado casi completa, la cara de Lucy ya no era una sonrisa, sino una mueca que mezclaba dolor y placer. Además se hizo muy evidente que Lali le estaba chupando la concha.

一Ay ¿te chupó la concha mamá? 一Preguntó Flor.

一¿Por qué lo decís como si te sorprendiera? 一Preguntó Lucy.

一Es tu mamá… ¿cómo no me va a sorprender? No sé cómo se animó a hacer una cosa así con su propia hija.

一Me parece que estás siendo un poquito hipócrita 一dijo Lucy一. A ver, hagamos una cosa…

Ella se acercó al sillón y se sentó sobre uno de los reposabrazos, abrió las piernas y su concha quedó justo frente a la cara de Flor. Ni siquiera le pidió permiso, Lucy agarró la cabeza de su hermana y la hizo pegarse contra la concha. Flor empezó a chuparla al instante. Esto me llevó a acelerar el ritmo de mis penetraciones, que ya eran lo que yo llamaba “Mi ritmo normal de una cogida”. El culo de Flor ya no oponía resistencia y a medida que mis penetraciones se iban haciendo más intensas, lo mismo pasaba con la chupada que le daba a la concha de Lucy.

一¿Ves? Vos también me estás chupando la concha… y soy tu hermana. ¿Cómo es que te animás? ¿Eh? Simple: porque te calienta. Además no te molestó que yo te chupara la concha cuando me mostrabas tus tanguitas. ¿Te gusta? Sí, se nota que te gusta… mirá cómo me la chupás.

Me lamenté una vez más por haberme perdido esos momentos, sin embargo ahora me sentía un privilegiado, no solo estaba viendo cómo Flor le comía la concha a Lucy, sino que además yo estaba disfrutando de su culo.

一Igual no todo fue tan sencillo como se ve en las fotos 一comentó Lucy一. No me animaba a entregar el orto. Tenía miedo de que me partieran al medio con esas pijas. ¿Viste lo que son? Casi tan grandes como la de Benja, y esa era igual de ancha. Mamá se portó muy bien conmigo. Empezó a chuparme la concha y el culo… mientras a ella le hacían el orto, por supuesto. Esto me calentó un montón y también me relajó. Además, mientras me la iban metiendo despacito por el culo, mamá no dejó de chuparme la concha. Fue hermoso.

一Pará, Benja… pará… 一dijo Flor.

一¿Qué pasa ahora?

一Nada. Te digo que pares.

一Bueno, bueno…

A pesar de que no quería detenerme, tampoco quería forzarla. Me retiré dejando mi verga erecta y confundida. Pude ver por un segundo lo dilatado que había quedado el culo de Flor justo antes de que ella se pusiera de pie. Sin decir nada se fue hasta su cuarto y se encerró.

Lucía y yo nos quedamos mirando sin entender nada.

一¿Qué onda con ustedes y la manía de encerrarse en la pieza? 一Le dije.

一Hey, yo tenía un buen motivo para hacerlo. Me puse nerviosa cuando aparecieron esas fotos. Pero… no entiendo qué mierda le pasó a Flor.

一La puta madre… me dejó con las ganas.

一¿A vos nomás? ¿Te creés que yo no estaba disfrutando de la chupada de concha? La flaca tiene talento para esto.

一¿Qué le habrá pasado?

一No tengo ni idea. Capaz que se ofendió por algo que dije.

一¿Otra vez con lo mismo? Anoche se dejó coger… no creo que hoy se ofenda porque insinuamos que le gusta el incesto… y también te chupó la concha a vos…

一Sí, no creo que se haya ofendido porque insinué que le gustan las conchas.

一Solo hay una forma de averiguar qué le pasa. Tenemos que hablar con ella.

Me acerqué al cuarto de Florencia con Lucy siguiéndome de cerca. Esto de andar desnudo frente a mi hermana, con la chota dura, tiene su encanto. En especial porque ella también está desnuda y no le molesta si me sorprende mirándole las tetas o la concha.

Golpeé la puerta y desde adentro llegó un seco: “¿Qué quieren?”

一Queremos saber si estás bien 一le dije一. ¿Te enojaste por algo que dijimos?

一No. No estoy enojada con ustedes. Quiero estar sola. Váyanse.

一Pero…

一¡Quiero estar sola!

一Ok… si necesitás hablar con alguien, acá estamos.

一Qué tarada 一dijo Lucy en voz baja, mientras nos alejábamos de allí.

一Mirá quién habla. Vos nos gritaste de la misma forma…

一Pero yo…

一Pero nada, las dos son unas taradas que, en lugar de hablar de las cosas, prefieren encerrarse en sus piezas y putear a todo el que quiera ayudar. Son unas chiquilinas 一Lucy hizo puchero一. Y no me mires con esa cara, porque sabés que tengo razón.

一Al menos sabías por qué yo estaba encerrada. Lo de Flor es un misterio.

一Vamos a darle un rato, a ver si se calma. Aunque la verdad es que me gustaría que saliera, al menos para que nos cuente qué mierda le pasa.

一Flor puede estar todo el día encerrada ahí. Tenemos que encontrar una forma de hacerla salir. ¿Cómo podemos hacer?

一Se me ocurre una idea.

Ya habíamos llegado al comedor, Lucy estaba pasando frente a la mesa, seguramente para desconectar la compu, pero la tomé por la cintura antes de que llegara a hacerlo. Apunté mi verga, la dejé bien encajada entre los jugosos labios de su concha, y entré…

一Aaaaa…. Ah.. Ay… Ay ay ay…

一¿Siempre reaccionás así cuando te clavan una pija?

一Cuando me clavan sin aviso, sí… ay…

一Qué abierta tenés la concha, pendeja… se nota que los amigos de mamá te dieron de lo lindo.

一Auu… y… fueron varias veces.

一¡Qué puta!

Tenía muchas ganas de coger y Lucy estaba dispuesta. Empecé a darle más fuerte, supuse que ella podía soportarlo, ya tenía experiencia lidiando con pijas grandes. Sus gemidos se fueron haciendo cada vez más fuertes, eso era justo lo que quería. La agarré de las tetas y empecé a darle tan rápido como pude.

一Ay… ay… sí, así… 一Ella se aferró a la mesa y dejó salir todos sus gemidos一. Fuerte… más fuerte… me la banco. Dame más fuerte.

Eso fue exactamente lo que hice. Empecé a darle de la misma forma en la que cogía con Carolina: bien duro y parejo.

Los gemidos de Lucy llenaron toda la casa. Estuvimos así durante unos minutos hasta que escuchamos que la puerta del dormitorio de Flor se abría.

Bajé el ritmo pero seguí manteniendo la pija dentro de la concha de Lucy. Cuando llegó Flor nos quedó mirando.

Cuando le vi la cara, sí me detuve en seco. Incluso Lucy dejó de gemir. Florencia había estado llorando, sus ojos estaban enrojecidos, al igual que sus mejillas.

Saqué la verga de la concha de Lucy y no supe qué decir.

一Ay, nena… ¿qué pasó? 一Preguntó Lucía一. ¿Por qué estuviste llorando? ¿Fue por algo que dije? Sabés que a mí me gusta molestarte un poquito, pero no para hacerte llorar.

一No es tu culpa 一dijo Flor, mientras se dejaba caer en el sofá一. La culpa es de ella.

Señaló la pantalla, allí todavía se veía la foto de Lali chupándole la concha a Lucy.

一¿De mamá? 一Pregunté一. ¿Por qué? 一Me senté a su izquierda y Lucy se sentó del otro lado.

一Porque no entiendo… ¿por qué llevó a Lucy a coger con esos tipos… y a mí nunca me dijo nada?

Me quedé boquiabierto. ¿De verdad estaba celosa porque mamá no la invitó a participar en una orgía?

一Ay… no lo pensé así 一dijo Lucy, abrazando a su hermana一. No pensé que te pondrías mal por esto.

一Es que… ustedes compartieron momentos muy íntimos juntas… y más de una vez, vos misma lo dijiste. Pero a mí nunca me dijo nada de esto. Ni siquiera me lo sugirió.

一¿Vos hubieras ido a coger con tres tipos? 一Le pregunté.

一Ese no es el punto 一respondió Flor, secándose las lágrimas一. Lo que me molesta es que me haya dejado afuera de esa manera. ¿Por qué estas cosas las hace con vos y conmigo no? Yo también soy su hija.

一Ay, Flor… pero… es que… conmigo lo hace porque yo la sorprendí cogiendo con ese tipo. Y después tuve que insistirle un montón. Incluso, la primera vez que cogimos con dos tipos, ella no quería. Me dijo: “Hija, no quiero que seas una puta como yo”. Me contó que ella empezó a engañar a papá porque el sexo con él no la satisface… y no es porque papá sea malo en la cama. Sino porque, para ella, coger con un solo tipo no es suficiente. Me contó que para ella el sexo se volvió como una adicción, y no quería que me pasara lo mismo a mí.

一¿Y vos qué le dijiste? 一Preguntó Flor.

一Le dije que probar un poquito de pija no me iba a volver puta. Para ser puta hace falta constancia. Yo solo quería vivir ese momento junto a ella. Ya la había visto coger… ¿sabés el morbo que da ver coger a tu propia madre en vivo y en directo?

一Solo me lo puedo imaginar… aunque reconozco que me dio mucho morbo ver los videos y las fotos. 一Al decir esto, Florencia agarró mi verga y empezó a masturbarme lentamente. Al parecer su calentura estaba regresando一. ¿Y qué dijo mamá?

一Me dijo: “¿Estás segura de que te vas a animar con dos tipos? Mirá que estos no andan con vueltas… te garchan de una”. Para ese entonces los tipos me miraban con una carita de lobo feroz tremenda, para colmo yo tenía puesto un minishort que dejaba la mitad de mi culo a la vista. Me querían partir al medio… y eso me dio más morbo. Pero… era muy primeriza en esto del sexo, a pesar de que, literalmente, había hecho un trío con mi mamá. Me daba un poco de miedo lanzarme a las garras de esos lobos, y eso se lo comenté a mamá. Lali se mostró muy comprensiva, y también entendió que yo tenía ganas de verdad, solo que no me animaba a empezar. Así que me dijo: “Arranco yo… y si en algún momento te querés sumar, lo hacés”.

一Oh… me da mucha ternura 一dijo Flor. Nunca pensé que ella fuera capaz de comprender el significado de la palabra “ternura”.

一Así que Lali se mandó, se arrodilló delante de uno de sus amigos y empezó a chuparle la pija. Le hizo señas al otro y se comió las dos vergas. Cuando vi eso casi me muero de la calentura. No podía creer que estuviera viendo a mi propia madre comiéndose dos pijas. Se notaba que ella ya tenía experiencia en el asunto… y eso me dio aún más morbo. ¿Cuántas pijas se habrá comido?

一Seguramente muchas 一dijo Flor一. Con lo linda que es, no deben faltarle candidatos.

一Y bueno, ver eso me sirvió para animarme. Ahí fue cuando pasó lo que vieron en las fotos. Con mamá aprendí a chupar pijas.

一Mostrame cómo lo hacés… con la pija de Benja 一dijo Flor.

Lucy sonrió y yo me emocioné al instante. Esa era la actitud que quería ver.

一Bueno… yo empiezo 一dijo Lucy一. Si ves que te gusta, te podés sumar vos también.

一¿Las dos? 一Preguntó Flor, con una sonrisa picarona.

一Y… ¿no querés hacer un pete con tu hermana favorita?

一Por supuesto…

Lucy se puso de rodillas delante mío, agarró la pija y sin dar vueltas comenzó a chuparla. Su mamada fue potente desde el primer momento, tragó tanto como pudo y movió rápidamente la cabeza, como si quisiera demostrar lo buena que es haciendo petes.

Yo me estremecí, todo mi cuerpo se dobló e instintivamente puse mis manos sobre su cabeza y la ayudé a tragar un poco más de pija. Definitivamente Lucy tenía práctica y era capaz de hacer una “garganta profunda” como si fuera una actriz porno. Esta vez fui yo quien se preguntó cuántas pijas se habrá comido. Dijo que cinco le metieron por el culo. Es posible que haya chupado más.

La escena pareció entusiasmar a Florencia. Ella se arrodilló junto a Lucy y esperó a que su hermana menor le pasara la verga. Flor la agarró con timidez y empezó a lamer la punta del glande.

一Con ganas, nena 一dijo Lucy一. Cometela toda… chupá como si fueras una petera experta. Sin miedos. Sin remordimientos. Disfrutalo.

Flor sonrió, abrió grande la boca y tragó tanto como pudo. Tuvo que sacarla de su boca al instante y empezó a toser.

一No puedo tragarla como vos.

一No te preocupes, con el tiempo vas a aprender a hacerlo. Lo importante no es que tragues mucho, sino que le pongas onda… mostrá tu actitud de petera.

一Veamos si me sale…

Volvió a tragar mi verga y esta vez la chupada cobró un ritmo encantador. La cabeza de Flor comenzó a bajar y a subir rápidamente y pude sentir cómo su lengua jugaba con mi glande.

一Así.. así… vas muy bien, pendeja 一le dije. Agarré su cabeza como lo había hecho antes con Lucy, pero sin presionar demasiado. Sabía que Flor no podría con todo.

Cuando sacó la verga de su boca las dos empezaron a turnarse para chuparlas, lo que pasaba entre sus lenguas era increíble. Incluso llegaron a besarse en varias ocasiones.

一Pasame tu celular 一le dije a Lucy一. Si me van a hacer un pete mis hermanas, quiero tenerlo grabado.

A Lucía le pareció una excelente idea y Flor no se quejó. Agarré el celu de mi hermana menor y comencé a grabarlas. Ellas chuparon sin dejar de mirar hacia la cámara, como si estuvieran grabando una película porno.

Aguanté todo lo que pude, pero llevaba largo rato con la verga dura y mis huevos necesitaban descargar con suma urgencia.

La leche empezó a saltar para todos lados, cayendo sobre las caras de Lucy y Flor, ellas recibieron el semen con mucho gusto, incluso sacaron sus lenguas para poder saborearlo.

Cuando ya estuvieron bien llenitas de leche les saqué varias fotos. Ellas posaron mostrando la “V” de la victoria y amplias sonrisas salpicadas de blanco. Definitivamente me voy a hacer un millón de pajas con este material.

一¿Te gustó? 一Preguntó Lucy.

一La verdad que sí, no lo puedo negar. 一Respondió Flor一. Es raro hacer esto con ustedes, pero… el morbo que da es tremendo.

一¿Ves? Ahora entendés un poquito mejor lo que sentí al compartir esos momentos con mamá. Y no te pongas mal, te prometo que voy a intentar hablar del tema con ella… aunque sea de forma indirecta. Quizás algún día considera invitarte a alguna de sus aventuras.

一Ay ¿en serio? 一Flor abrazó a su hermana con fuerza y empezó a lamer el semen de su cara como si fuera una gatita.

一Sí, pero le voy a decir que lo haga de a poquito. No es fácil animarse a coger con dos o tres tipos que no conocés.

一Sí, me lo puedo imaginar. No me animaría. Pero… quizás con uno sí. ¿Y le chupaste la concha a mamá?

Lucía mostró una sonrisa lujuriosa. Se puso de pie y caminó hasta la computadora. Tocó un par de teclas y un nuevo video comenzó a reproducirse en la pantalla del televisor. Evidentemente lo había grabado nuestra madre, la cámara mostraba su propio punto de vista. Entre sus piernas estaba Lucía, prendida a esa concha como si no hubiera un mañana. La chupaba con muchas ganas, moviendo su cara de un lado a otro. Detrás de Lucy había un tipo metiéndole la verga.

一Lo más lindo 一dijo Lucy一 es que mientras le chupaba la concha a mamá, me estaban dando por el orto.

一Uf, qué rico se debe sentir eso 一dijo Flor.

一Me parece que al final te gustó el sexo anal 一le dije, con una sonrisa de triunfo.

一Mmmm… no está tan mal como me imaginaba. Lo puedo soportar. Y eso de chupar una concha mientras te dan por el culo parece interesante.

一Nena, acabás de hacerlo hace un rato 一dijo Lucy一, cuando me la estabas chupando a mí… antes de que…

一Em… este… pero no lo hicimos de forma apropiada. Es decir… mirá cómo te da ese tipo…

Miramos la pantalla. La cámara ahora tomaba la escena desde atrás. Pudimos ver que el tipo rebotaba contra las nalgas de Lucy y que éstas se sacudía. La gruesa pija aparecía casi completa y luego se volvía a enterrar en el dilatado agujero de ese culo. Simplemente desaparecía. Me costó asimilar que ese culo era el de mi hermana menor.

一¿Y vos querés que te den así mientras me comés la concha?

一No sé… quizás… me da un poquito de miedo hacerlo con la pija de Benja. Es muy grande.

一Sí, antes de que Benja te pueda coger el orto de esa forma, va a tener que meterte la pija muchas veces… o vas a tener que estar sentada ahí durante un largo rato.

一Mmm… quizás podemos probar más tarde 一dijo Flor一, cuando a Benja se le pare otra vez… y a mí se me pase el dolor de culo.

一¿Te duele mucho? 一Preguntó Lucy, con cierta preocupación.

一No, mucho no… pero tengo una sensación incómoda… como si me hubieran metido toda esa pija por el orto 一las dos se rieron.

一Yo no tengo ningún problema en probar otra vez 一aseguré一. Lo que más me gusta es meter la verga en lindos culos.

一¿Y ustedes se imaginaban a mamá cogiendo por el orto? 一Preguntó Lucy.

一Em… se puede decir que yo tenía una ligera sospecha de que lo hacía 一dijo Flor一. Aunque creí que lo hacía con papá.

一¿Y por qué esa sospecha?

一No sé 一se encogió de hombros一. ¿Intuición femenina?

一Mmm…

一Yo estaba seguro de que ella lo hacía por el orto 一dije. Mis hermanas me miraron sorprendido一. Mamá me lo contó.

一¿Qué? ¿De verdad? 一Flor parecía incrédula一. No te imagino hablando de esos temas con mamá.

一Ni yo 一dijo Lucy一. ¿Cuándo te lo contó? ¿Por qué?

一Em… bueno 一me senté en el sofá一. Fue después de que la descubrí haciendo algo que una madre no debería hacer… mucho menos en su propia casa, donde vive su marido y sus hijos.

一¿Vos también la sorprendiste cogiendo con un tipo? 一Preguntó Lucy mientras acercaba una silla, mi historia parecía tenerla muy interesada.

一No, con un tipo no… con una mujer.

一¿Qué? 一Flor abrió mucho los ojos y se sentó a mi derecha一. O sea, es obvio que mamá chupó conchas… lo vimos con Lucy y seguramente lo hizo varias veces antes…

一Puedo dar fe de eso 一dijo Lucy一. La vi chupando más de una concha, no solo la mía. A mamá le calientan las mujeres casi tanto como las vergas.

一Eso no lo sabía 一dije一. Yo pensé que lo de chupar conchas era solo una etapa para ella.

一Me dan mucha envidia 一dijo Flor一. Los dos tienen historias interesantes con mamá. Yo no.

一A mí me parece que nos estás escondiendo algo 一dijo Lucy.

一No es cierto…

一Sí, te hacés mucho la misteriosa.

一Quizás lo hago para no quedar como una boluda que nunca hizo nada. Ustedes tienen vidas sexuales muy activas, yo no… y soy la mayor. Eso me hace sentir muy mal. ¿Quieren saber mi secreto más humillante? Solo tuve sexo con mi novio… y pocas veces. Ninguna fue muy buena. Pensé que vos, Lucy, estabas más o menos en la misma situación que yo… pero ahora veo que me llevás un montón de pijas de ventaja… y sos más chica que yo. Soy un desastre.

一No entiendo por qué tuviste tan pocas experiencias sexuales 一dije一. Con lo linda que sos, más de un tipo o más de una mina te habrá ofrecido coger.

一Sí, eso es cierto… pero siempre termino enojándome cuando me hacen una propuesta así. No sé por qué…

一Quizás sea porque te da miedo admitir que otra persona te calienta 一dijo Lucy一. O simplemente te da miedo que te metan la pija y que te digan que sos una puta. En fin, pueden ser un montón de cosas.

一Mi vida es muy triste 一dijo, bajando la cabeza一. Nunca viví experiencias sexuales interesantes

一¿Te parece? 一Preguntó Lucy一. ¿Cómo podés decir eso después de todo lo que pasó en estos días? 一Estas palabras hicieron que Flor mostrara una sonrisa tímida一. Y todavía nos queda el resto del domingo y todo el lunes… para probar cositas 一le guiñó un ojo.

一En eso tenés razón 一dijo Flor, sonriendo aún más.

一Y ahora Benja nos va a contar qué fue exactamente lo que vio y por qué mamá le contó que le gustaba el sexo anal.

一Pónganse cómodas porque esto les va a gustar 一dije一. Ya vieron lo puta que es mamá… pero sé que esto las va a sorprender.