Un Fin de Semana con mis Hermanas [07].
Los Secretos de Lucía.
Capítulo 07.
Los Secretos de Lucía.
Me desperté el domingo, pasado el mediodía, y me encontré con que mis hermanas habían preparado la comida. Antes de almorzar ¿O será desayunar? Bueno, no importa. Antes de comer me di un baño y me vestí con un sencillo short deportivo y una remera blanca bastante gastada. Con lo que ocurrió durante la noche no tendría por qué preocuparme de andar desnudo frente a mis hermanas, pero como ellas también se habían vestido, preferí hacer lo mismo, para no desentonar tanto.
Comí con mucha ansiedad y me aguanté las ganas de hacerle mil preguntas a Lucía. Supuestamente ella nos iba a contar todo sobre ese extraño asunto con mamá y las fotos porno. ¿Por qué Lucía aparecía en ellas? ¿Cómo habían llegado mi madre y mi hermana menor a esa situación?
Florencia parecía aún más ansiosa que yo. Ella no se aguantó las ganas y mientras limpiábamos la mesa dijo:
一Dale, Lucy. ¿Vas a contarnos ahora por qué vos y mamá estaban chupando pija juntas?
一Tranquila, hermana 一respondió Lucy一, ya te voy a contar. Todo a su debido tiempo.
一¿A su debido tiempo? 一Noté cómo la natural ira de Flor iba en aumento一. Anoche prometiste contarnos.
一Está bien, no te pongas así.
一¿Y cómo querés que me ponga? Si esa foto es una de las cosas más raras que vi en mi vida. Suficiente dilema moral tengo con asimilar que mamá le pone los cuernos a papá y que se deja garchar por dos tipos a la vez, como para sumarle que mi hermana menor la acompaña a chupar porongas.
Lucy soltó una risita cargada de picardía, a mí también me hizo sonreír.
一Flor, ¿no te das cuenta que mientras más le preguntes más va a tardar en contarnos? 一le dije一. Lucy está jugando con nosotros.
一En algún momento tendrá que contarnos, y más vale que sea antes de que vuelvan papá y mamá.
一En eso estoy de acuerdo 一dije一. Además yo quiero seguir viendo las fotos que hay en el pen-drive. Si me aburro de esperar, voy a entrar a su pieza a buscarlo.
一¡Hey! 一Protestó Lucy.
一Y yo te voy a ayudar 一dijo Flor, mientras fulminaba con la mirada a nuestra hermana menor.
一Está bien. Les voy a contar ahora. Vayan al comedor y yo llevo la compu.
Al parecer Lucía entendió que hablábamos en serio. Tardó unos quince minutos en organizar todo. Flor y yo nos instalamos en el sofá frente al televisor y esperamos hasta que apareció en pantalla la imagen que había causado tantas discordias.
Era impactante. Los grandes ojos de Lucy estaban bien abiertos, miraba fijamente a la cámara, parecía muy feliz. Dentro de su boca había una gruesa y venosa verga que, evidentemente, no podía tragar completa. Junto a ella estaba Lali, mi mamá, también mirando a la cámara con una radiante sonrisa.
Lucy pasó a la siguiente foto, era muy parecida a la anterior, solo que ahora la verga estaba en la boca de Lali. Pude sentir como la pija se me despertaba dentro del pantalón, no se puso totalmente dura, fue solo el inicio del proceso. No tardaría mucho en quedar completamente rígida. Noté que Flor cruzaba sus piernas, quizás ella estuviera sintiendo algo parecido en su concha. El solo ver a Lali y a Lucy con pijas en la boca nos producía mucho morbo.
一Muy bien 一dijo Lucía一. ¿Y qué es lo que quieren saber?
一Todo 一respondió Flor.
一Está bien, pero no les puedo contar todo a la vez. Hagan preguntas y yo voy a intentar responderlas de la forma más honesta posible.
Al parecer Lucy aprovechó muy bien el tiempo que ganó desde la primera vez que vimos estas fotos hasta ahora, se la veía mucho más serena, como si estuviera mentalizada para encarar un duro cuestionario.
一¿Dónde fue eso? 一Pregunté. Mi intención era empezar con una pregunta sencilla, para de que Lucy se fuera soltando de a poco.
一En la casa de un amigo de mamá. No les voy a decir el nombre, porque no lo conocen.
一¿Y vos cómo lo conociste? 一Quiso saber Florencia.
一Lo conocí ese mismo día, me lo presentó mamá.
一¿No podés explicar un poquito más? 一Se quejó Flor.
一No. Solo voy a responder las preguntas que me hagan.
一Eso me gusta 一dije, sonriendo.
一¿Pero qué te pasa, Benja? 一Flor me miró con el ceño fruncido一. Lucía prometió que nos contaría todo y ahora nos sale con esto de que solo va a responder lo que le preguntemos.
一Es un juego, Flor. ¿No te das cuenta? 一Le dije一. Como el que hicimos ayer, mientras mirábamos las fotos. Lucy quiere que pensemos muy bien las preguntas antes de hacerlas.
一Así es 一dijo Lucy一. Benja entendió todo. ¿Quieren jugar?
一Si esa es la única alternativa para que nos cuentes todo… 一dijo Flor.
一Sí, pero si vamos a jugar tiene que haber ciertas reglas.
一¿Como cuáles? 一Pregunté.
一Para que sea un juego, tiene que haber condiciones de victoria y derrota. Tienen que pensar en un castigo para cuando pierdan.
一¿Otra vez con los castigos? 一Preguntó Flor一. Estoy segura de que me vas a hacer chupar la verga de Benja si pierdo.
一No, nena 一dijo Lucy一. Después del garche que te pegaron anoche, hacerte chupar la pija sería una tontería.
一¿Y qué me vas a pedir? ¿Que te chupe la concha?
一No, estamos en la misma. Anoche me chupaste bien rico la concha 一Lucy guiñó un ojo, Flor se puso colorada.
一¿Entonces?
一Tenés que meterte la pija de Benja por el orto.
一¿Qué? ¿Estás loca? ¿Vos viste el pedazo de pija que tiene Benja? Me va a partir al medio.
一Yo creo que no 一dijo Lucy一. Benja debe tener experiencia en sexo anal. ¿No es cierto?
一Sí, bastante 一respondí一. A Carolina le encanta que le dé por el culo.
一Pero Carolina debe tener el orto re abierto 一dijo Flor一. Seguramente le metieron muchas pijas… con el orto que tiene, y lo puta que es… a mí nunca me la metieron por el culo.
一No te creo 一dijo Lucy.
一¿Y vos qué sabés, pendeja? 一Protestó Flor一. Acaso estuviste en cada experiencia sexual de mi vida.
一No… pero sospecho que te dieron por el orto, y que te gusta.
一¿Y qué te hace pensar eso?
一Esto.
En pantalla apareció un culo que llenó casi toda la pantalla. Era una foto sacada apuntando el celular hacia un espejo, el culo se veía en primer plano. La concha estaba bien apretadita y por el agujero del orto estaba entrando un consolador negro de buen diámetro… aunque no tan ancho como mi verga. Me llevó un rato darme cuenta que la de la foto era mi hermana mayor. Florencia sostenía el celular y miraba hacia la pantalla del mismo con una expresión de placer en su cara.
一¡Apa! ¿Le robaste ese consolador a mamá? 一Pregunté.
一¿De dónde sacaste esa foto, pendeja?
一De ningún lado. Estaba acá, en el pen-drive. No sé por qué mamá tiene una foto porno tuya. Me parece que vos también tenés mucho que contar.
一No tengo nada que contar. No sé cómo consiguió esa foto mamá. Capaz que me revisó el celular… qué sé yo. Evidentemente mamá tiene muchos secretos. No me extrañaría que me ande revisando las cosas. Acá la que tiene que dar explicaciones sos vos, no yo.
一Al menos tenés que admitir que no tenés el culo virgen 一espetó Lucía.
一Está bien, me metí un consolador en el orto. Lo admito. Eso no significa que tenga experiencia con el sexo anal. Lo hice… para probar. Qué se yo, me pareció buena idea tener una foto así, por si algún día conozco a alguien a quien se la pueda mandar.
一Porque querés que te den por el orto 一dijo Lucy.
一No, nada que ver. Solo porque me parece sexy la foto.
一Ese alguien te va a querer romper el orto, Flor 一aseguré一. Si vos le mandás esta foto a un tipo, lo primero que va a preguntarte es: ¿Cuándo entregás la cola?
一Así es, es una invitación a que te rompan el culo, hermanita. Y bueno, pensá bien tus preguntas, porque si perdés, Benja te entierra la pija en el orto. No hace falta que la meta entera, con que tengas que sentarte un ratito en el pedazo me alcanza.
一No digo que lo vaya a hacer o no… pero todavía no entiendo por qué perdería al hacerte una pregunta. ¿O cómo pagarías vos si nosotros ganamos?
一Yo pago respondiendo las preguntas, con información.
一Eso no es suficiente 一dijo Flor一. Yo quiero ver lo que hay en el pen-drive.
一Hagamos una cosa 一intervine一. Si conectamos tres preguntas buenas seguidas, vos nos mostrás otra foto. ¿Te parece bien?
一Me parece bien.
一¿Y qué diferencia una pregunta buena de una mala? 一Quiso saber Florencia.
一Una pregunta buena 一comenzó explicando Lucy一, es una pregunta concisa. Algo que yo pueda responder en pocas palabras. Como las preguntas que me hicieron hace un rato. Una mala pregunta sería una demasiado general. Que requiera dar muchas vueltas o muchas explicaciones.
一¿Y quién decide cuando es buena o es mala?
一Benja. Ya vimos que él es bueno haciendo de juez.
一Pero si Benja es juez, no puede hacer preguntas.
一Claro 一dijo Lucy, con una maquiavélica sonrisa一. Acá la que tiene más ganas de saber lo que pasó sos vos. Y yo preferiría no contar nada. Esto, hermanita, es entre vos y yo. Benja será el juez.
一Por mí perfecto 一dije.
一¿Cómo no te va a venir perfecto? 一Se quejó Flor一. Vos te salvás de que te metan cosas por el orto.
一Por supuesto… y además te puedo meter la pija en el orto a vos, si perdés. Y si pierde Lucy, me entero de lo que pasó. De cualquier forma, yo salgo ganando. Lucy quiere hacerlo así, y yo también. Somos dos contra uno.
一Los odio 一La cara de Flor se puso roja de rabia一. Está bien, lo vamos a hacer así. Empecemos de una puta vez.
一No, esperá 一dijo Lucy一. Antes de empezar hay que tener todo listo. Vos tenés que quedarte en concha, y te sugiero que traigas el lubricante. Lo vas a necesitar. Y vos, Benja… tendrías que tener la pija dura, por las dudas. Así que te sugiero que te hagas una paja.
一Se me ocurren formas mejores de pararme la verga. ¿Por qué no me ayuda alguna de ustedes?
一Sos un vivo 一dijo Flor一. ¿Acaso también querés que te haga un pete para que se te ponga dura la pija?
一Nunca dije que tendrías que hacerlo vos. Me parece que Lucy se puede encargar perfectamente de eso. 一Me dio la impresión de que Flor parecía algo desilusionada一. Mientras tanto, andá a buscar el lubricante… ese culo te va a quedar bien abierto.
一No, si puedo evitarlo 一dijo, y se fue hasta el dormitorio de nuestros padres.
一¿Me vas a ayudar, Lucy?
Ella me miró con una sonrisa llena de picardía. Se acercó a mí sin decir una palabra y se puso de rodillas. Sacó la verga flácida de adentro de mi pantalón y le dio un fuerte chupón. Lo hizo con mucha naturalidad, como si llevara años chupándole la pija a su hermano. Creo que puedo acostumbrarme a esto tan rápido como ella.
Agarré la parte de atrás de su cabeza con ambas manos y empujé hacia abajo, obligándola a tragarla completa. Mi verga se fue poniendo dura dentro de su boca y ella no tuvo más remedio que dejar salir lo que no podía contener.
Florencia volvió completamente desnuda, con el pote de lubricante en una mano y el consolador en la otra.
一¿Para qué trajiste el dildo? 一Le pregunté.
一Para prepararme, en caso de perder. Porque si me llegás a meter toda esa pija de una vez, me partís el orto. Mi culo no está acostumbrado a que le metan cosas, mucho menos tan grandes.
一A mí me parece que ya te metieron varias pijas por el orto 一dijo Lucy, limpiándose el exceso de saliva de la boca.
一¿Y a vos, nena? 一Preguntó Flor一. ¿Cuántas pijas te metieron en el orto?
一Benja. ¿Tomamos esa pregunta como parte del juego? 一Quiso saber Lucy.
一Sí, ¿por qué no? Y es una buena pregunta. Se la doy válida. Es bien concisa. La podés responder con una sola palabra.
Flor le sacó la lengua, en un infantil gesto de burla.
一Está bien, pago mi parte 一dijo Lucy, sin dejar de sonreír. La pija se me puso muy tiesa. Me moría de ganas de saber si a mi hermanita ya le habían estrenado el orto一. En total, me metieron cinco pijas por el culo.
一¿Te garcharon cinco tipos y prácticamente te la das de virgen con nosotros?
一¡Hey! 一Intervine一. Esa es una pregunta poco específica. Perdiste.
一¿Por qué? Puede responder “Sí” o “No”.
一Sí, pero solo estaría respondiendo una parte de la pregunta.
一Benja tiene razón 一dijo Lucy一. Así que… a ver… cómo te entra esta pija en el orto.
一No, pará. No estoy lista. Ni siquiera empecé con el dildo… además vos no terminaste de pagar por la pregunta anterior. Además de responder, tenés que mostrarnos otra foto. Son las reglas.
一En eso tiene razón 一dije一. Miremos la siguiente foto.
一Nop 一dijo Lucy, cruzándose de brazos一. Porque el juego consistía en que yo mostraba una foto cada tres preguntas acertadas.
一No, no no… 一se quejó Flor一. Eso fue solo una sugerencia de Benja. Estoy segura de que debe haber como doscientas fotos ahí dentro. Si vamos de a una cada tres preguntas, no terminamos más. A mí me van a meter una pija en el orto cada vez que haga mal una pregunta. No me parece justo.
一¿Quedan muchas fotos por ver? 一Pregunté.
一Mmm… bueno, sí… son bastantes.
一¿Tantas como para que tengamos que hacer al revés? Es decir, por cada pregunta, vos mostrás tres fotos. Sé que no sos ninguna tramposa, decí la verdad.
一Bueno, sí… está bien. Quedan un montón de fotos… aunque yo no estoy en todas.
一De todas formas las queremos ver 一dijo Flor.
一Entonces vamos a mirar tres fotos 一dije一. Porque el pago que tiene que hacer Flor es demasiado grande.
一Gracias 一dijo Flor一. Por un momento pensé que te habías puesto de su parte.
一Yo solo estoy de mi parte 一les aseguré一. Pero tenés razón en algo: no es justo que a vos te metan una pija en el orto y que ella solo tenga que responder una pregunta. Que muestre al menos tres fotos. Dale, Lucy.
一Ufa, está bien.
La pequeña se acercó a la computadora y pasó rápidamente las tres siguientes imágenes. Cuando estuve a punto de decirle que no las pasara tan rápido, porque queríamos verlas bien, ella retrocedió una por una, esta vez más lento, y luego volvió a avanzar otra vez. Esta vez vimos a Lucy y a Lali chupando no una, sino dos pijas bien gruesas y venosas. Una era la misma que antes, pero la segunda era nueva. Ni siquiera me pareció que fuera una de las que se había comido antes mi mamá.
一¿Esto pasó el mismo día que las fotos anteriores? 一Preguntó Flor.
一Sí.
一Buena pregunta, tres fotos más, Lucy.
En las siguientes imágenes vimos como mi hermanita y mi mamá intercambiaban de pija, incluso en una foto se pudo ver como las dos lamían la misma, sus lenguas casi se tocaban. Yo comencé a masturbarme lentamente, y Flor subió los pies al sillón, separó sus piernas y comenzó a acariciarse la concha.
一Ya pagué mi parte 一dijo Lucy一. Y dos veces. Ahora le toca a Flor pagar lo que debe.
一No puedo meterme la pija de Benja en el orto.
一Esta vez, por ser la primera, te la dejo pagar con el consolador. Yo te ayudo.
Lucy se acercó a Florencia, se puso de rodillas frente a ella. Lo primero que hizo fue lubricar bien el dildo, luego se mandó de frente a lamer la concha de su hermana mayor. Mientras ella lo hacía, yo me masturbaba lentamente, preguntándome qué tan lejos llegaríamos con estos “jueguitos de fin de semana”. Lucy apoyó la punta del dildo contra el culo de Flor y dio inicio a la ardua tarea de meterlo.
Bueno, lo de llamar “ardua” a esta tarea lo digo porque pensé que el culo de Flor iba a oponer mayor resistencia. Sin embargo, a un ritmo lento pero constante, Lucy consiguió que el glande plástico se perdiera dentro de ese agujero. Flor ni siquiera se quejó. Ella se mantuvo con los ojos cerrados y presionó la cabeza de su hermana, como si quisiera más lamidas en la concha. Poco a poco el dildo fue entrando y saliendo. Cada vez se perdía más dentro de ese agujero.
一¿Te duele? 一Le pregunté a Flor.
一Un poquito… pero Lucy lo está haciendo bien, sin presionar más de la cuenta.
一Se ve que es cierto que tiene experiencia con el sexo anal 一dije, apretándome con fuerza la verga. Una ola de placer surgió desde mi miembro y se extendió por todo mi cuerpo.
一Ya lo creo. De lo contrario ya me hubiera hecho gritar de dolor.
一Sé lo que hago 一la voz de Lucy llegó apagada, porque casi no se separó de la concha. Sus lamidas eran muy intensas, y el dildo entraba cada vez más.
一A la próxima sí que la vas a tener que pagar en serio 一le dije a Flor.
No pensaba perderme la oportunidad de meterle la verga por el orto. Una intensa fuerza en mi interior me decía “tenés que hacerlo, tenés que hacerlo”, a pesar de que sabía que estaba mal. Que no era apropiado. Pero tampoco fue muy apropiado lo que ocurrió la noche anterior… y mis hermanas también lo disfrutaron.
一Sí, prometo que la próxima vez que pierda pago como acordamos… y como no quiero hacerlo, estoy pensando bien las preguntas.
Eso me preocupó, el juego no era demasiado difícil. Flor solo tendría que pensar bien sus preguntas antes de hacerlas, y sería raro que fallara. Para colmo no podría recurrir a la trampa y darle por incorrecta cualquier pregunta, Flor lo notaría y me cortaría las pelotas.
一¿Cuál es tu siguiente pregunta? 一Dijo Lucy, sin alejarse de la concha.
一Mmmm… ¿Esa fue la primera vez que hiciste algo así con mamá?
一No 一respondió Lucy, esta vez si retrocedió un poco, pero dejó el dildo bien metido en el culo de su hermana一. Fue la segunda.
一¿Y dónde fue la primera vez?
一Acá, en casa.
一Bien… 一dije, con mucha curiosidad por saber lo que pasó, sin embargo a mí no me correspondía hacer las preguntas一. Dos aciertos para Flor. Tenés que mostrar seis fotos.
一Okis.
Ella se lo tomó con mucha calma, al parecer estaba disfrutando del juego. Se acercó a la computadora dando saltitos y pasó por seis imágenes de la misma forma que había hecho antes, avanzando y retrocediendo, para que podamos mirar bien todas ellas.
Con Flor nos quedamos boquiabiertos, ya que en tres de esas fotos se podía ver a Lucy con las piernas abiertas y recibiendo una de las pijas dentro de la concha… y mi mamá estaba ahí, sosteniendo una de sus piernas. Para colmo las fotos estaban tomadas casi en primer plano, la concha y la verga era lo que más se veían, pero también se podía ver la cara de Lucy asomando por detrás, con una amplia sonrisa. Lali también sonreía para la cámara.
Una vez más me invadieron los celos. ¿Quién era el hijo de puta que le estaba metiendo la verga a mi hermanita? Los celos, como había pasado antes, vinieron acompañados por el morbo de poder ser testigo de una escena tan erótica que involucraba a Lucy.
一Pero… ¿cómo permitió eso mamá? 一Preguntó Flor. Aquí es donde yo conservaba la ventaja, Flor no dejaba de asombrarse por lo que estaba viendo y hablaba sin tomar en cuenta el juego.
一Esa no es una pregunta precisa 一dije一. ¿Cómo podría hacer Lucy para responder a eso?
一Así es 一dijo Lucy一. Ni siquiera sé la respuesta. Qué se yo por qué lo permitió. Eso deberías preguntárselo a mamá.
一La puta madre 一dijo Flor.
一Sí, la misma puta madre que ves en las fotos 一le respondió Lucy.
Yo sonreí y me agarré la pija con fuerza.
一Bueno, Florcita 一ella detesta que le digan así一. A entregar el orto. Así que… sacá el dildo. ¿Cómo querés hacerlo? ¿Te sentás arriba de la verga?
Ella me miró con los ojos muy abiertos, como si estuviera procesando que esto estaba ocurriendo en verdad y que mi pija terminaría dentro de su culo.
一Y nada de poner excusas 一dijo Lucy一. Yo pagué mi deuda y te permití pagar la primera con el dildo.
Flor abrió la boca, es característico de ella protestar por todo; sin embargo esta vez soltó un suspiro y dijo:
一Prefiero que lo hagas vos. Yo no me voy a animar a sentarme en esa cosa. 一Señaló mi verga como si se tratase de un monstruo lleno de dientes.
一Bien 一dije, poniéndome de pie一. Entonces date vuelta.
一¿No te incomoda saber que vas a meterle la verga por el culo a tu hermana? 一Preguntó Flor.
一¿Y a vos no te incomodó cuando anoche te enteraste de que yo te estaba metiendo la pija?
一Es que… estaba demasiado caliente. No podía pensar con claridad.
一¿Y ahora no estás caliente? 一Le preguntó Lucy一. Después de la chupada de concha que te di… y del dildo en el orto…
一Bueno, un poquito sí. Pero no tanto como para tomarme a la ligera que mi hermano me meta la verga por el culo.
一Si lo que te falta es temperatura, yo te puedo ayudar 一dijo Lucy. Se acercó a nosotros otra vez一. Ponete en cuatro y avisanos cuando estés lista para recibir la verga.
Flor no respondió, pero hizo lo que su hermana pequeña le pidió. Lucy se arrodilló delante de ella y volvió a lanzarse a chupar su concha. Mientras tanto comenzó a meter y sacar el dildo con más fuerza. Los gemidos de Flor no se hicieron esperar, ella de verdad lo estaba disfrutando. Estoy seguro.
Me imaginé cómo reaccionarían nuestros padres si entraran a la casa en este preciso momento. A mi papá le daría un infarto, pero ¿y mi mamá? Por lo que sé de esa mujer, y por lo que pude descubrir, ya estoy comenzando a sospechar que no se tomaría tan mal el asunto.
Lucy sacó el dildo del culo de Flor y pude ver lo dilatado que le había quedado, aunque solo por un segundo, porque la lengua de Lucy se metió ahí y empezó a hacer de las suyas.
一¡Ay, hermana! Estás totalmente loca 一dijo Flor, mientras se aferraba con fuerza al respaldar de sofá.
一Este culo me vuelve loca, lo sabés 一Lucy sacó la lengua solo un segundo para decir eso, y luego volvió a lamer.
Por los gemidos de Florencia entendí que mi momento había llegado… o quizás fue solo la ansiedad que me produjo ver ese culo dilatado. A mí también me vuelve loco.
Me paré junto a Lucy, apunté la verga y comencé a empujar hacia el agujero, mientras mi hermana menor me lamía el glande.
一Vos sí que sabés 一le dije.
Ella soltó una risita.
一No estoy lista 一dijo Flor.
Pero yo sabía que nunca iba a estarlo, no del todo… a menos que sintiera la verga entrando. Empujé hacia adentro y luego de hacer un poco de presión, ese culo se tragó todo mi glande.
一¡Ay, por dios!
一¿Viste que pedazo de pija? 一Dijo Lucy一. A mí me metieron una así de grande por el orto y me hicieron ver las estrellas. Fue hermoso…
一¿Y mamá estaba ahí? 一Pregunté.
Pensé que a Lucy le molestaría que la pregunta la hiciera yo, eso no era parte del juego. Sin embargo, respondió.
一Sí. ¿Quién pensás que me convenció de probar? Yo solita no me hubiera animado. Flor, relajá el culo y dejá que la verga entre. Disfrutalo. No tengas miedo, ya estás bien dilatada.
一Está bien 一dijo Flor, me dio la impresión de que estaba apretando los dientes.
Bajó su cabeza y la apoyó sobre el respaldo del sofá.
Empujé con más fuerza y como vi que la verga no iba a entrar mucho más, la saqué y le hice señas a Lucy para que me pasara el lubricante. Ella entendió enseguida, se encargó de lubricar bien mi verga y el culo de Flor. Volví a la tarea de meterla, esta vez mi miembro se deslizó con más facilidad. Pude sentir cómo el culo de mi hermana se abría.
一¡Ay… por favor! Esto es muy distinto al dildo 一comentó Flor.
一Y no solo por lo ancho 一dijo Lucy一. Es muy distinto sentir una pija de verdad a una de plástico.
一¿Lo decís por experiencia? 一Preguntó Flor.
一Sí, yo tengo mis propios consoladores. Me los regaló mamá.
一Qué putita que sos 一dijo Flor一. Y ya van dos preguntas que respondés. Tenés que mostrar seis fotos.
一¿Dos? Pero si hiciste una sola.
一Yo sí… pero también estuvo la pregunta de Benja. No es mi culpa que vos seas tan boluda como para responderla.
一Tiene razón 一dije, mientras retrocedía con mi verga y volvía a meterla. No entró ni la mitad, y tampoco quise ir más allá, el culo de mi hermana todavía necesitaba aclimatarse.
一Uy… uy… bueno, bueno, ya está 一dijo Flor一. Ninguno dijo que me la tenían que meter hasta el fondo. Creo que ya pagué mi parte.
一Yo se lo doy por pagado 一dije. Sería una imprudencia seguir forzando la entrada.
一Gracias.
Saqué la verga y Flor se acarició una nalga, como si eso fuera a mitigar el dolor.
一Bueno, está bien. Entonces ¿seis fotos? 一Preguntó Lucy. Luego volvió a acercarse a la computadora一. A ver qué más hay por acá…
Pasaron las siguientes seis imágenes. Las primeras eran casi idénticas a las anteriores, la pija a veces aparecía más adentro de la concha de Lucy, la otra más afuera. La cuarta imagen trajo una variante importante. Lali estaba junto a Lucy, con las piernas abiertas, esperando por la pija que le correspondía a ella. Y en la quinta foto ya se podía ver a las dos bien penetradas, sonriendo a la cámara. A las muy putas se las cogieron juntas. No pude dejar de pensar en lo afortunados que eran esos tipos. Muchas veces tuve la fantasía de coger a una madre y a una hija… especialmente con mi novia, Carolina. Su mamá es bastante chapada a la antigua, muy “ama de casa” de los ochenta. Pero… ¡qué orto que tiene! Hubo pocas veces en las que la vi con algún pantalón ajustado y me quedé maravillado. Con ese culo no tiene nada que envidiarle a la hija. Para colmo, la muy puta no se enoja si yo me le acerco por atrás, la abrazo para decirle lo contento que estoy de tenerla de suegra… y le arrimo un poco el pedazo. Se hace la santa, pero creo que se muere de ganas de probar una buena poronga… y a mí me vuelve loco imaginar que en ese momento Carolina también va a estar presente.
Estos tipos pudieron cumplir mi fantasía, le metieron pija a la madre y a la hija.
La sexta foto las mostraba a las dos dándose un beso en la boca, mientras se las garchaban.
一Apa… ¿y ese beso? ¿Acaso hubo algo entre ustedes?
一Ay, Flor 一dije, poniendo los ojos en blanco一. ¿No te das cuenta de lo boluda que sos? 一Sé que esto es un gran insulto para ella. Florencia odia que cuestionemos su inteligencia. Me miró con ojos llenos de rabia一. Otra vez perdiste.
一Así es 一me secundó Lucy一. Decir “Algo” es muy poco específico. Algo puede ser, literalmente, cualquier cosa.
Flor apretó los dientes y puso su boquita fruncida de “estoy enojada con todos”. Sin embargo, no dijo nada. Simplemente se puso en cuatro otra vez y esperó por su castigo.
Contento, me acerqué a ella una vez más. Tenía la pija muy dura y con ganas de más acción. Apunté a su culo y conseguí enterrar casi la mitad. Luego la saqué y volví a entrar. Repetí esto dos o tres veces, hasta que ella soltó un agudo grito de dolor. Ahí me retiré y le di por pagada su parte.
一Va entrando 一dijo Lucy, con una gran sonrisa一. Cuando te entre toda, te vas a volver loca. Te lo aseguro.
一¿Alguno de esos tipos te la metió por el orto? 一Preguntó Flor.
一Sí. Los dos.
一¿Fue ese día?
一No. Ese día no hubo sexo anal… al menos no para mí.
一¿A mamá le dieron por el culo?
一Eso lo puedo responder mostrando más fotos. Total, con esta pregunta, ya tendría que mostrarles como nueve.
Lucía pasó las siguientes imágenes. Pudimos ver cómo los tipos le enterraban la verga. El sexo es mecánico y repetitivo, por eso las fotos no fueron muy diferentes a las enteriores. Solo cambiaban ligeramente de posición. Sin embargo, sobre el final, llegamos a unas fotos en las que las dos se ponían en cuatro sobre lo que parecía ser un somier. A Lucy la clavó por la concha… el otro tipo, así que esa era la segunda pija que le metían por ahí. Y a mamá… bueno, Lali recibió la pija que antes tenía Lucy… pero por el orto. No me sorprendió verla practicar sexo anal, ya sabía que ella lo hacía. Pero a Florencia casi se le cae la mandíbula al piso.
一¡La muy puta entrega el orto!
一¿Por qué tanta sorpresa? 一Preguntó Lucy一. Si hasta vos te metiste un consolador por el culo.
一Porque ella me dijo que no hacía esas cosas.
一Y vos dijiste que no te hacías la paja 一le respondió Lucy一. Y sabemos que es mentira. Estoy segura de que te debés pajear más que yo y que Benja juntos.
一¿Por qué estás tan segura?
一Porque nosotros tenemos con quien coger, vos no.
一Eso es lo que vos pensás 一dijo Flor.
A mí me dio la impresión de que no estaba siendo del todo sincera; pero no quise lastimar más su orgullo. Opté por devolver la atención a lo que en verdad importaba.
一Te quedan dos fotos 一dije一. Con estas solo van siete.
一Bueno, ahí van.
En las otras dos imágenes pudimos ver cómo la pija se clavaba bien profundo en el hermoso culo de Lali, al igual que la otra verga lo hacía en la concha de Lucía. ¡Qué bien que la habrán pasado estas putas cogiendo de esa manera!
一¿La primera vez que hicieron esto también había dos tipos? 一Preguntó Flor.
一No, había uno solo.
一¿Ese tipo estaba cogiendo con mamá cuando lo conociste?
一Sí, la primera vez que lo vi fue en la pieza de mamá. Le estaba dando por la concha.
一Qué puta 一dije一. Es muy arriesgado coger acá en casa.
一Sí, y ahí lo descubrió 一dijo Lucy一. Desde ese día ya no lo hizo más en casa.
一Seis fotos más, Lucía 一le dije一. Fueron dos preguntas válidas. Mi comentario no lo cuento porque no fue una pregunta.
一Bien, me parece justo 一dijo Lucy, y pasó las siguientes fotos.
En algunas de estas imágenes vimos más de lo mismo, pero otras mostraban a mi mamá recibiendo una doble penetración. Un tipo por cada agujero. Evidentemente a estas fotos las sacó Lucy, porque a ella no se la veía por ningún lado, y las fotos estaban tomadas desde el costado de la cama. Mi mamá sonreía a la cámara, como si estuviera super orgullosa de ser tan puta y de dejar que dos tipos la llenaran de pija delante de su hija menor.
一¿Cómo te animaste a hacer esto? 一Preguntó Flor.
一Ay, nena 一dijo Lucy一. Date vuelta y entregá el orto.
一No, pará. ¿Por qué? Eso lo podés responder fácil.
一¿Ah, si? ¿Y cómo? ¿Cómo responderías si te pregunto por qué te animaste a que Benja te cogiera anoche?
一Porque estaba caliente.
一Esa no es toda la respuesta, nena, y lo sabés. Hay algo más.
一¿Algo como qué? 一Preguntó Flor, desafiante.
一No sé… pero hay algo más. Y yo no puedo responder a esa pregunta diciendo solamente “estaba caliente”, porque estaría dejando de lado un montón de factores.
一Ufa… está bien. Ya me estoy cansando de este jueguito 一abrió las nalgas y esperó por mi verga.
Mientras se la enterraba una vez más me di cuenta de que estaba de acuerdo con ella. El jueguito era entretenido, especialmente por las recompensas que yo recibía, pero me moría de ganas de saber todos los detalles sobre Lucy, Lali y sus andanzas.
一Flor tiene razón 一dije一. Así vamos a tardar mil años en saber lo que pasó.
一Lo sé 一dijo Lucy一. Es porque no quiero contarles.
一¿Y qué tenemos que hacer para que nos cuentes? 一Preguntó Flor, mientras mi verga se iba enterrando en su culo一. Digo, para que nos cuentes todo completo, sin poner condiciones.
一Mmm… se me ocurre algo, pero no vas a querer.
一Decime qué es… ¡Ay, Benja, despacito!
一Perdón…
一Tiene que ver con lo que están haciendo ahora. Si vos dejás que Benja te de por el orto, yo les cuento todo.
一Ya me está dando por el orto.
一No nena, así no. Me refiero a que te la meta toda, como anoche. Que te pegue una buena cogida.
一¿Y por qué nos contarías todo si yo permito eso?
一No sé 一Lucy se encogió de hombros一. Supongo que es porque quiero ver cómo te rompen el orto… o solo para hacerte sufrir un poco. En fin, vos lo decidís. Si entregas el orto hasta que Benja te lo deje bien lleno de leche, yo les cuento todo lo que pasó con mamá, y les muestro todas las fotos.
一A mí me parece una buena idea 一dije, sacando la verga.
一Claro, porque a vos no te rompen el orto. La que tiene que entregarlo soy yo.
一Te prometo que voy a ser cuidadoso…
一Y yo te prometo que te va a gustar 一dijo Lucy一. Estoy segura.
Florencia meditó durante unos segundos.
一¿Si hago eso no vas a poner más condiciones? ¿Vas a contar todo… absolutamente todo?
一Sí, prometo que les cuento todo lo que sé del tema.
一Está bien. Sé que me voy a arrepentir de esto, pero acepto. Entrego el orto si vos nos contás todo.
一Excelente 一dije.
Esto iba cada vez mejor para mí. Ahora tenía frente a mí una chance inmejorable para hacerle el culo a Florencia. Además me enteraría de todo lo que Lucy había hecho con mamá. Estoy impaciente por saber qué más hicieron juntas… y qué veremos en las fotos que quedan.