Un fin de año diferente...

No sé como llegamos al extremo que llegamos mi novia de entonces y sus amigas... demasiadas drogas y alcohol, imagino...

Y pensar que estuve a punto de irme, que así lo quería...

Son las 7 de la tarde y acabo de llegar a casa y darme una ducha.

Estoy agotado pero debo dejar constancia escrita de lo que ha ocurrido durante esta noche para al despertar, no pensar que fue un sueño.

Es uno de enero de... da igual el año, y da igual que en realidad no te llames Carmen.

Cena con mis amigos, rioja tinto a mares, más pavo, brindis, canciones, risas... todo el mundo se va a una fiesta en Mataró, excepto nosotros que hemos quedado con tus amigas en Barcelona.

Por el camino, me temo que has bebido demasiado y que en cualquier momento tirarás la toalla y me pedirás que te lleve a casa. En el poco tiempo que llevamos saliendo ya ha ocurrido más de una vez, y es una más de las cosas que no me gusta de ti.

Probablemente esta relación durará poco, y si no fuera por el increíble morbo que me despiertas y por lo bien que nos lo pasamos en la cama, ya habríamos terminado. Por lo tanto, disfrutemos mientras dure.

Llegamos a un local grande cerca de la Gran Vía, una nave industrial alquilada para esa noche y engalanada para la ocasión. La fiesta es privada. Media nave sirve de aparcamiento para los "VIPS", que no somos otros que los amigos de los cuatro espabilados que han montado esto. Mucha niña progre engalanada de mujer fatal para la gran noche de fin de año... o esa es la pretensión, por que la mayoría parecen salidos de un álbum de fotos de bodas, bautizos y comuniones.

Tus amigas ya han llegado, aparcamos al lado de su Ford Escort negro, también lavado y pulido para ser lucido en la noche de la ocasión. Te animas de pronto, saltas del coche y pareces resucitada, quieres otra copa... te digo que tengas cuidado que ya contienes más alcohol del recomendable. Te sacas una papelina del bolso y me miras entre furiosa y salvaje... hoy voy a reventar, me dices, y con la agilidad que siempre demuestras, te haces una ralla encima del capó de mi coche con una habilidad y rapidez que no deja lugar a dudas al que observa a cerca de tu práctica en estos menesteres.

"Ni te molestes en ofrecerme"

Se gira agresiva, me coge una mano y me la pone en sus tetas, y la que le queda libre me la pone en el paquete... "lo que me gusta de ti es esto y que me cueste nada encenderlo".

Nos besamos, me besa, como una salvaje, le apreto el pecho hasta hacerle daño, se aparta y se ríe de mi. Ven me dice, y me arrastra hasta detrás del coche de su amiga.

Se pone en cuclillas y me baja la bragueta y me saca la polla con una sola mano. Es realmente hábil, se la mete hasta la campanilla y empieza a salivar para lubricar.

Escucho un portazo. El coche sobre el cual tengo apoyadas las manos se mueve... entran?... no, salen... cuanto tiempo llevarían ahí no sabría decir, pero me temo que todo... todo el puto tiempo.

"La parejita sabe divertirse... Carmen, ¿te ayudo a inflar el muñequito?" Saltan como locas, tía esto, tía lo otro... y yo allí empalmado como un mono y con la polla empapada de saliva. Me saco el pañuelo y empiezo a limpiarme, con toda tranquilidad. La puta de Alicia... para mí que es una lesbiana amargada, siempre busca restregarse con cualquier tía. Tiene un aire a la teniente O’Neil, con el pelo casi rapado... "Había salido a por una china para montar un porro, pero me dan ganas de follarme otra cosa... fumarme, en que estaría pensando..." Se parten de la risa con sus gracias. A lo mejor han cenado payaso.

"Pues si quieres nos lo fumamos a medias, como los porros, y se siguen riendo." Me guardo el rabo entre las piernas y nos vamos a la zona de barras y baile. Sólo es la una de la mañana, menuda noche me queda por delante, pienso que debí irme a Mataró...

Delante de mí van las dos marías agarrándose del culo, al ver que me quedo atrás, Alicia exagera el moviendo de sus caderas, me mira de reojo y se ríe mientras le comenta algo a Carmen que se desternilla de risa otra vez.

Tomamos al asalto una zona despoblada entre una columna y una de las barras fuera de los senderos de paso que se hacen en las discos como en los hormigueros, barra-lavabo, lavabo-salida, barra1-barra2, etc...

En cinco minutos están allí, además de Alicia, Cristina, y Laura. Esta última una mulatita de infarto novia de un tipo cachas, pero perdidamente gilipollas que se hace llamar Alan, en lugar de Alejandro. El armario ropero de Alejandro, por cierto, me da un abrazo y dice que se alegra de verme el subnormal, me pregunta que qué quiero tomar y se va a pedirlo... ya vuelvo a verlo en toda la noche.

A la media hora hago la pregunta de cortesía y de rigor de quien quiere algo, y me voy para la barra con un encargo de 5 copas más la mía. Tengo que dar dos viajes, cuando llego del primero, Alicia esta bailando en plan guarro con Carmen, a saco, mientras unos tíos babean y aúllan. Cuando llego con la segunda tanda, Carmen está suelta hablando con uno de los babosos y Alicia le pega un morreo a Laura, meándose de risa las dos ante la cara de panolis del resto del grupo de tíos. Uno va y me dice "qué suerte tienes tío" y Laurita chocolate se me enrosca por detrás, metiéndome la mano por debajo de la camisa y la lengua en la oreja. Miro a Carmen por si lo ha visto y sí, cogida de la cintura del otro tío le ordena riéndose a su amiga que suelte ese culo que es de ella. Alicia grita que nadie es de nadie y me hace un sándwich con Laura, metiéndome la lengua hasta la campanilla. Carmen te va matar, le digo cuando se separa, y me contesta, hoy Carmen me va a comer el coño. Todos se ríen y nadie escucha como le digo que me encantaría verlo.

Tras la tercera copa, voy al lavabo y al salir me encuentro con Cristina haciendo cola. Me pide que la acompañe a mear fuera que no puede más. Cristina es rubia, bajita tiene cuerpo de niña, casi sin pecho, muy delgada, no debe pesar mas de 45 kilos, a pesar de sus treinta y tiene una cara niña traviesa que enloquece a los tíos. Se ha separado hace dos meses. Puede que sea la única del grupito con algo en la cabeza. La acompaño, orina agachada entre los coches, y luego se levanta llorando. Me voy me dice, discutimos a cerca de la conveniencia de irse así, vivo al lado, me traje el coche por el frío, pero no hay ni doscientos metros hasta el parking. Le pido que me llame cuando llegue a casa, quedamos en que me mandará un sms.

De vuelta a la arena, las otras ya empiezan a estar mosqueadas con los pesaos. "Donde estabas." "Meando. Cristina se ha ido." "¿Has ido a despedirla?" "Debí irme con ella." Nos largamos sin preaviso. Los moscones han bebido mucho y empiezan a estar pasados. Habíamos decidido marcharnos después de la fiesta ha tomar el chocolate con churros tradicional a la torre de los padres de Carmen, en una urbanización de Lliçà, donde yo las dejaría de camino a mi casa. Las pongo a 170 por la Ronda del Litoral. Con el pedo que llevan deben de creer que van a 300. Laura grita: "Si a mi me diera tanta caña Alejandro no sería tan puta". Todas meadas de risa. Tardamos nada en llegar.

Los padres de Carmen se había marchado a celebrar las navidades al pueblo, así que tenían la casa para ellas. "Mete el coche en el garaje que luego los vecinos hablan" así lo hice. Llegamos y yo me fui directo al baño, oriné y mojé la cara para refrescarme, estaba inclinado sobre el lavabo, cuando la puerta se abrió y Alicia me cogió los huevos por encima del pantalón. "¿Quieres chocolate o café?" Di un respingo y me incorporé dándome la vuelta, me había asustado. "Tú déjate llevar y déjanos a nosotras" Me pegó un morreo y salió del baño dejándome con una erección descomunal.

Volví al salón y me tumbé en el sofá. "Míralo, como un puto rey" dice Carmen. De eso nada, que ayude dice Alicia, haznos de criado, que me ponen los tíos sumisos. "Pues yo tengo bastante con que sean cachondos", es la aportación de Laura.

Por un lado la situación no puede ser más morbosa, pero también estoy harto de esto, de estas imbéciles que lo tienen todo tan fácil y por eso no valoran nada. Cualquier tío en mi situación estaría alucinando, con tres tías buenísimas en una casa en la montaña, la imaginación daría para mucho en ese momento, pero yo cansado de ser el animal de compañía favorito de Carmen (que no el único) y el chofer de sus amigas. Mi vida no va a ninguna parte, a pesar de que el camino esté alumbrado con neones y asfaltado con purpurina. De tal pensamiento me saca una vibración en el bolsillo, es mi teléfono móvil, un mensaje de Cristina, que ha llegado bien pero que se ha artado de llorar, que me llama para quedar y charlar conmigo y que gracias por todo.

"¿Quien te manda un mensajito a estas horas?, no te irás a marchar, ¿no?". "Si te vas Carmen va a tener que substituirte", me dice Alicia, yo encojo los hombros, guardo el móvil y la verdad, me da igual todo ya. "Tendremos que llamar a algún coleguilla para que no se sienta sola y la acurruque, jajaja." Y Carmen, ni corto ni perezoso, responde que no hace falta ningún tío, y se pone de rodillas en el sofá y le pega un morreo a Alicia. Ésta se limita a responder y se funden en un abrazo y un beso eterno... se lo están montando delante de mi, y yo, involuntariamente, tengo una erección consecuente al momento, o sea, enorme.

Todo se precipita en un instante, se meten mano a saco, pasan de Laura y de mi. Me siento en el sofá de enfrente, y Laura se deja caer a mi lado. El café va a esperar, ellas son los churros con chocolate... Laura y yo nos miramos perplejos, no decimos nada. Nos limitamos a mirar a las otras dos. De pronto alza sus caderas y afloja su pantalón negro, se lo desliza por los muslos y finalmente se lo saca de una patada. Cierra los ojos, y empieza a acariciarse por encima del tanga, que va desapareciendo entre los labios de su coño depiladito... Yo estoy alucinada, no puedo evitar tocarme por encima del pantalón, Carmen me pide que me la saque. "¿A ver como se te ha puesto?"

Carmen se ha desecho de los tirantes del vestido y le cae por debajo de los pechos, que Alicia sabiamente besa mientras su mano libre busca su propia entrepierna. Carmen tiene un cuerpo fibrado, típico del deporte y la juventud, sus senos no son grandes, pero son firmes y duros y sus pezones pequeños y oscuros. Toma la mano con la que Alicia se está masturbando ya y se la dirige a su coño, y substituye la herramienta de placer de su amiga por una de las suyas...

Me la saco y empiezo a pajearme despacio, disfrutando del espectáculo al que de momento nadie me invita a participar. Me aflojo los pantalones y me los saco como Laura, que sentada a mi lado ya está a mil, termino desnudo del todo.

He pasado de casi quererme ir a querer arder en ese sofá, de hecho lo estoy haciendo. Me doy cuenta que Laura me está mirando "Qué grande y que gorda la tienes papito." Estira una mano y me acaricia el miembro, yo me quedo congelado, mi mente me dice que aun puede pasar algo que todo lo de al traste y vuelva a ponernos a todos en nuestro sitio. "Carmen, me voy a follar a Toni", Laura no pregunta, afirma, y todo se desata en un segundo, se sienta a horcajadas encima de mí. Le abro la blusa y le bajo el sujetador. Le doy la vuelta y suelto los cierres liberando sus pechos y su cuerpo de estrecheces... son los pechos más hermosos que he visto jamás... siempre he deseado ese cuerpo voluptuoso que ni en mis mejores sueños me he permitido por creerlo inalcanzable. Sé que gasta una 110 de pecho, pero no es el tamaño, es la forma, el color, la separación, es demasiado para mi, y ella misma tira de mi cabeza hacia ellos, me limito a chuparlos con avidez y a mordisquear los pezones con los labios sobre los dientes mientras los repaso con la lengua, intento meterlos completamente en mi boca, pero es imposible.... su humedad traspasa su tanga y moja mi ombligo, se restrega contra mi paquete de una manera sensual y enérgica a la vez, mis manos van de sus divinas caderas a sus nalgas haciendo círculos, subiendo y bajando por su espalda, acaricio su melena rizada y rojiza. Así estamos varios minutos, besándonos y mordiéndonos, lamiéndonos y chupándonos los pezones de nuestros pechos, turnándonos en nuestro propio desenfreno.

Mientras, Alicia se ha quitado el vestido, lleva un tanga minúsculo rojo (por la noche de que se trata) que resalta la figura de sus caderas y sus poderosas piernas, su pecho tampoco es grande, pero también es firme y duro, no en vano ella y Carmen van al mismo gimnasio juntas. Carmen se deshace del vestido también, casi rompiéndolo, y se tumba de espaldas, Alicia se recuesta sobre ella y la besa, se arranca el tanga, literalmente lo rompe, y hace lo mismo con el de Carmen, le pasa una pierna por debajo, y esta encantada le facilita el trabajo, sus sexos están ahora unidos, se frotan, el de Alicia está rasurado excepto por una fina tira de bello encima y el de Carmen por completo, un triangulito casi imperceptible, están como locas, poseídas, Alicia le introduce dos dedos en la Boca a Carmen, que esta lame como si fuera un pene.

Laura me espeta que ya no puede más, salta para atrás y de rodillas ante mi me agarra de los bóxer, tira de ellos, yo alzo las caderas, y mi pene sale disparado, lo agarra con ambas manos, y le da un inocente besito en la punta, lo mira por un instante, y mirándolo dice: "pórtate bien y tendrás tu premio". Vuelve a sentarse sobre mi y sin tiempo a pensarlo, se me empala hasta las entrañas, con mis manos sobre sus caderas, la atraigo un poco más hacia mi y nos besamos.

"Que rico Carmen, que rico lo que escondía Toni, que puta con suerte todo este tiempo, tu ni te muevas papito, solo agarrame fuerte del culo para adelante y para atrás". Así lo hago, al tempo que va marcando ella, que se tira para atrás, apuntando al cielo con sus pechos. Quiero acariciarlos, pero me coge las manos y me las pone otra vez en sus caderas, así Toni, así me gusta más mi amor... va cogiendo velocidad y noto que le sobreviene el primer orgasmo...

Alicia, a todo esto, lame la almejita de Carmen mientras con sus brazos estirados le masajea también los pechos. Carmen agita la cabeza y arquea la espalda, gime y respira con fuerza, cada vez sube más el tono y Laura gira la cabeza: "Quiero ver mejor eso, que caliente se ve", se saca mi pene y se da la vuelta sentándose sobre mi dándome la espalda, y se la vuelve a meter, mis manos ya no pueden estar más en sus caderas, van de estas a sus pechos, los masajeo, los amaso con mis manos, la aparto ligeramente para ver mejor la comida de coño que Alicia le está haciendo a Carmen, que ahora ya tiene un par de dedos de su amiga en su ano entrando y saliendo, lubricados por sus propios flujos vaginales. Laura sigue encadenando orgasmos ayudada por mis dedos acariciando su clítoris, yo ya no puedo más, me voy a correr, y eso en el coño de la amiga de tu novia, aunque vaya a dejar de serlo por que después de esta orgía seguro que se cortan cabezas y la mía va la primera, no está bien, así que la empujo hacia delante, la hago ponerse de rodillas sobre la mesa de centro que separa ambos sofás, y me arrodillo ante sus nalgas, qué vas a hacer papito?

Empiezo a lamerle el ano y con los dedos acaricio su clítoris, noto que le gusta y que se dilata rápidamente, mi lengua va de su coño a su ano, y mis dedos van deprisa

"Ya, métemela ya Toni, métemela por el culito mi amor..." Me incorporo, pongo la punta de mi pene en la entrada de su ano y me estoy quieto, ella empieza a recular contra mi, yo sólo lo mantengo cogido, y centímetro a centímetro van entrando todos, a Carmen nunca puedo meterle más de la mitad de golpe, pero disfrutamos luego como enanos, ahora, con toda mi polla en ese culo divino procedente de Venezuela, apretadita y calentita, me siento en el paraíso, Laura no es una novata en el sexo anal, aunque probablemente nunca antes había sentido una lengua en esa zona de su cuerpo. Empiezo un leve movimiento hacia arriba, atrás, abajo y dentro de nuevo, así poquito a poco, sacando y metiendo cada vez más, Laura me pide duro, "dame duro Toni" me dice, en esto Carmen se tira para atrás, escapando de la boca hambrienta de su amiga, me mira como alucinada, no se si a mí, o a los pechos de Laura que deben moverse como las mariposas..."No le has dicho a Alicia que te gustaría ver como le como el coño? Ven Alicia".

Carmen la dirige haciéndola recostarse sobre lo que queda de mesa, por suerte es suficientemente grande y resistente para nuestros pesos, separa las piernas y Carmen se arrodilla ante ella comenzando una comida salvaje mirándome a mi a los ojos directamente, yo estoy concentrado en disfrutar de todo a la vez, del culo de Laura y sus caderas, de la cara de vicio de Carmen, y de la mano de Alicia que se posa en mi culo, pero que no dura mucho tiempo allí, ya que los pechos de Laura son irresistibles. "Alicia que puta eres" le dice Laura, pero no le retira la mano, "Me voy a correr", y por respuesta de Laura obtengo: "Córrete en mi culo, no la saques, correte en mi papito". Ese venazo de papito me acaba de desarmar y me descargo completamente en lo más profundo de su ano, a 22cm de la superficie.

Lo mejor estaba por llegar, eran las 7 de la mañana, yo había tenido el orgasmo de mi vida, y pensaba que nada ni nadie podría superar el polvo que había tenido con Laura, que superar mis sentidos, sentimientos y emociones de aquel momento, sería imposible... no tardé en darme cuenta de que el rizo se podía rizar, pero eso, es otro relato.

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