Un fantasía lejana, finalmente cumplida

Lo que nunca pense que podria pasar, gracias al internet y consejos de gente con gustos como yo me permitieron hacer lo que tanto deseaba y que me diera resultados, tener sexo con mi mama.

Hola: Mi nombre es Victor, tengo 18 años y vivo en una ciudad del Norte de México. Puedo decir que mi familia es como una de tantas: papá, mamá, dos hermanos menores a mi, y yo. En esta historia solo entramos mi mami y yo. No participan ninguno de los demás miembros de mi familia. Desde hace tiempo noté que me nació un raro sentimiento de deseo hacia mi madre: es una mujer madura, gordita, lo que mas llama la atención es ese culito y esas piernotas, cara bonita, de cuerpo con formas muy adecuado a sus 42 años, seria, morena y un poco bajita de estatura. Ese sentimiento era un deseo irrefrenable de espiarla cuando se baña, cuando está en los momentos de intimidad con mi papá, cuando se cambia, etc. Pero también debo aclarar que ese deseo se vio aumentado desde que hace algunos meses, cuando descubrí en la red, a través de las tantas páginas de relatos eróticos, como se dan las relaciones entre padres e hijas, entre hermanos, entre primos y entre madres e hijos. Siento que me encuentro dentro de este último grupo. Una de estas noches, después de las 2:00 de la mañana, bajo una soberbia excitación se me fue el sueño, y mientras en casa todos descansaban, me levanté y me metí al Internet, y para mi gran sorpresa localicé en el Chat a un redactor de este tipo de relatos a quien hacía tiempo había dado de alta entre mis contactos, y con la charla que tuvimos fue suficiente para incrementar la soberbia excitadan tanto que terminé masturbándome y tirando chorros de espesa y caliente leche como nunca lo había hecho. Hacía tiempo que había leído los relatos de este ciberamigo; son tan excitantes que me atreví a incluirlo en mi lista de contactos; para mi gran satisfacción, mi desconocido ciberamigo me aceptó y fue una grata sorpresa que coincidiéramos en el Chat a esas horas de la madrugada. Después de intercambiar preguntas y charlar de la tentación, el alto riesgo y las posibles secuelas que posteriormente pudiera generar una relación filial madre/hijo, nos introducimos más en el tema y me recomendó propiciar que mi madre tomara la iniciativa partiendo de una discreta provocación. He escuchado y observado a mis padres cuando sostienen relaciones sexuales. Creo que sus encuentros son ríspidos, sin sabor ni variedad: mientras ambos se cubren con la ropa de cama, mi padre se sube sobre mi mamá, quien abriendo sus piernas lo recibe y emiten ambos ahogados gemidos. Una vez que terminan, mi papá se baja y los dos se quedan dormidos. He deseado ver que lo hagan de "caballito", de "patita de ángel", de "perrito", etc., pero siempre ha sido en la misma forma, por eso digo que no tienen variedad para hacerlo. Yo me había masturbado viendo y oliendo las prendas íntimas de mamá, de hecho le había robado 3 ropas interiores de ella, las tenia escondidas y siempre las usaba para masturbarme. Tiraba mis chorros de leche sobre ellas y seguramente que ella lo detectó más de una vez, o me vio cuando lo hacía; en otras ocasiones me sorprendió masturbándome viendo videos porno de incesto o con maduras ya que llegó a decirme "que no hiciera esas cosas", pero sin mencionar que pasara algo mas relevante. La espiaba cuando entraba al baño para asear su cuerpo: a través de una rendija observaba como se desnudaba, pude ver su panocha peluda y cómo se separaba sus labios vaginales para lavarse. Desconozco si mi mamá se percató que la espiaba, pero algo en mi interior me dice que ella si se dio cuenta. Mi ciberamigo me recomendó que propiciara la situación de que mi madre tomara la iniciativa partiendo de una discreta provocación. Concretamente me dijo que me acostara en trusa, que me excitara y me parara mi verga y que "accidentalmente" me destapara dejando al descubierto mis calzones, de forma tal que mientras me hacía "el dormido" mi verga se me saliera por la entrepierna para que mi madre me observara y se excitara. Pues bien, en cuanto dejó de hacer frío por las noches, el clima nos invitó a dormir más ligeritos. Entonces puse en juego la recomendación de mi ciber amigo y ¿qué creen que sucedió? Pues nada más y nada menos que mi madre cayó producto de la excitación que le provoqué al dejar, "mientas dormía", mi verga parada saliendo por la entrepierna de mi trusa, y logramos tener algunos encuentros íntimos. Las primeras noches no pasó nada. Mamá solamente se inquietaba, ya que pasaba varias veces frente a mi cama; con mis ojos "entrecerrados" yo veía que me observaba la entrepierna. Yo le había tomado la hora en que ella pasaba frente a mi cama. Siempre era como a las 11:30 de la noche, cuando ya mi papá y mis hermanos dormían. Una de esas noches se acercó a mi cama, tomó la sábana y me cubrió la verga totalmente dura. Poco a poco se fue dando el acercamiento. Otra noche, antes de cubrirme con la sábana, se sentó al borde de la cama y me estuvo observando en silencio mi entrepierna. Finalmente me cubrió y se retiró. Yo me quedaba de a mil, pero mi mamá no debería de darse cuenta que yo no dormía y que todo era producto de un plan recomendado por mi ciberamigo. Otra noche toco mi cabecita que estaba muy lubricada y vi como luego chupaba sus dedos saboreando mis líquidos preseminales. Empecé a notar que mi mamí me veía de forma diferente. Poco después empezó a apretar mi verga y como que intentaba masturbarme, pero abiertamente no se atravía. Luego fue más allá. Besó mi cabecita llena de líquido preseminal. La siguiente noche no solo besó mi cabecita, sino que se tragó toda mi verga. La succionó un buen rato, luego me cubrió con la sábana y se retiró. Y esta escena se repitió 3 veces en el mismo número de noches subsecuentes. Yo me quedaba súper excitado y no descansaba hasta que recurría al auto-alivio. La gran oportunidad se presentó al tener vacaciones por el cambio de semestre en mi bachillerato, mientras que mis hermanos estaban en la escuela y papá por motivos de trabajo había salido fuera de la ciudad. Me quedé dormido hasta ya muy avanzada la mañana: "por el calor que hacía" dormía en trusa y "me destapaba accidentalmente". Mamá entró a mi recámara: me vio que yo estaba destapado y como siempre mi verga parada "se me salía accidentalmente por la entrepierna de mi trusa". Mamá se sentó al borde de mi cama; la empezó a tocar, a besar y finalmente la empezó a succionar como nunca. Recuerdo que esa mañana ella solo estaba vestida con una bata suelta de casa. Luego me pude percatar que debajo de la bata no traía absolutamente nada. Bajó mis trusas, primero hasta mis rodillas y finalmente me las quitó. Mi verga, mis pelos y mis huevos quedaron en total libertad. En total silencio se subió a mi cama, y acuclillada se acomodó entre mis piernas chupando frenéticamente. En silencio siguió deslizando sus labios a lo largo de mi estómago hasta llegar a mis tetillas. Cuando llegó a mis tetillas, en silencio tomé su cabeza con mis manos y empecé a meter mis dedos entre sus cabellos. Ambos gemíamos de placer. El plan que mi ciberamigo me había recomendado estaba dando resultados. Mientras se horcajaba (como caballito) en mi cuerpo, sin despegar sus labios de mi piel, subió por mi cuello hasta llegar a mis labios. Entonces comprobé que su cuerpo estaba cubierto solamente por su bata de casa. Fuera de ésta mi mamá estaba desnuda, ya que los pelos de su panocha que tanto había visto al espiarla cuando se bañaba, raspaban, primero mis piernas, después mi estómago y luego se empalmaron con los pelos que coronaban la raíz de mi verga. Hundió su lengua en mi boca y parecía que era una leona en celo. Empinó un poco sus caderas y su pubis, y sin despegar sus labios de mi boca, tomó mi verga con su mano derecha y la dirigió a su abertura. La panocha de mi madre estaba totalmente húmeda: sus líquidos habían mojado mis piernas y mi estómago, al deslizarla totalmente excitada. Mi verga se hundió hasta el tope en el interior de mi madre y ella inició un suave vaivén que nos trasladó a mundos desconocidos para los dos. La fuerte excitación de ambos no nos permitió prolongar demasiado el momento; pero si fueron como 4 minutos al final de los cuáles, entre gritos, jadeos y suspiros explotamos en el orgasmo tantas veces deseado. La potencia de mis 18 años y el deseo contenido durante tantos meses, de poseer a mi madre, no permitieron que mi erección disminuyera en lo más mínimo. Sin sacar mi verga de la abertura por la cual llegué al mundo, mi madre volvió a cabalgar hasta sacarme nuevamente más chorros de abundante leche, en tanto ella se corrió como 4 veces más. Este fue el principio de una relación que hemos mantenido en secreto, y sobre la cual ni mi madre ni yo hablamos nunca. Nunca nos hemos recriminado nada. Nunca hemos tocado el tema. Nuestro secreto es muy nuestro. Nos amamos, nos damos amor y mucho sexo y para ello sobran las palabras, sobre todo cuando papá sale de viaje y mis hermanos están en la escuela. Si tienes experiencias de este tipo o bien, este relato te ha gusto, puedes mandar tus mensajes a la siguiente dirección: updare@hotmail.com