Un encuentro inesperado

Una visita de los mas comun al lugar mas normal me lleva a una situacion de lo menos esperada.

Bueno primero que nada quiero decir que esto que voy a contar me da mucha pena y hasta cierta vergüenza ya que yo desde chica eh sido educada con un sentido de la cristiandad muy estricto a lo cual le doy gracias a mis padres y a dios, pero hay ciertas veces que el pecado y la lujuria le ganan aun a la persona mas devota y esto fue lo que me paso a mí.

Yo me case cuando tenía 19 años con mi primer y único novio ya que mi cuerpo era ese de una mujer normal, ni muy voluptuoso ni muy plano, a él lo amo con toda mi alma pero ya que el al igual que yo era cristiano de educación no era el mejor acompañante del mundo que digamos pero la historia no tiene que ver con él, a mis 20 yo quede embarazada y me empecé a dedicar a los quehaceres de la casa aunque nunca pensé que lo que me pasaría me marcaria tanto.

Cuando tenía unos 2 meses de embarazada fui con mi ginecólogo para mi revisión de rutina, ese doctor había sido el mismo doctor que siempre me había atendido desde la primera vez que fui y ya me conocía muy bien, esa vez me presento a su nuevo asistente que estaba estudiando con él, el muchacho tendría unos 26 años y no era el más guapo pero si tenía su encanto.

El hecho fue que me examino como siempre hablando con su asistente sobre ciertas cosas que no entendí y luego dudo un segundo, me dijo que había una pequeña "anormalidad" en el cuello del útero y que necesitaría unos exámenes, yo acepte ya que me dijo que los exámenes no tardarían y salió unos momentos.

-Sarah era tu nombre verdad?- me pregunto el joven

-si…-

Empezamos a platicar de ciertas cosas y luego me dijo algo que me asusto mucho, me dijo que podría tener un problema con el bebe y que necesitaba revisarme, yo ingenua e ignorante le dije que estaba bien y me senté en el típico lugar abriendo mis piernas, el me dijo que para ver mejor ocupaba poner mis piernas sobre unos soportes de esos que usan las embarazadas cuando van a dar a luz, yo no sabiendo que eran obedecí y quede completamente expuesta a él con las piernas abiertas y levantadas.

El miro mi cosita asintiendo de vez en cuando como si de verdad lo estuviera analizando y luego tomo un pequeño tubo de metal, lo acerco a mí y levemente toco parte de mi cosita, yo jadee por el contacto con el frio metal y un escalofrió de placer me recorrió la espalda.

-oh, es cierto que tu sensibilidad es inusualmente delicada-

Eso ya me lo había dicho mi doctor antes y el se encargaba de no hacerme sentir incomoda pero este joven no pensaba hacer lo mismo, con descaro recorrió toda mi cosita con el pequeño tubo de metal haciéndome jadear y estremecerme en el horrible placer que sentía, logre jadear un no como intento de hacerlo parar pero no pude, en ese momento me estaba muriendo de vergüenza y de pena.

El empezó a usar sus dedos y yo trataba de cerrar las piernas inútilmente, mi cuerpo estaba paralizado, no sabía que estaba pasando o porque pero sabía que dios me estaba castigando, el metió un dedo en mi cosita casi haciéndome gritar y rio.

-wow si que te mojas muy rápido-

Estuvo jugando unos segundos y luego acerco su cara y empezó a lamer mi cosita, en ese omento yo empecé a llorar, no lo estaba disfrutando para nada y me sentía totalmente impotente, le dije que se detuviera y él se detuvo.

  • el bebe….-

-no le va a pasar nada, el sexo no les perjudica en lo mas mínimo además nadie te está forzando, si no quieres solo dime que me detenga ahora mismo-

Pero él sabía que no podía decirlo, sonrió y se bajo el cierre del pantalón, su instrumento salió del pantalón y yo cerré los ojos, solo sentí cuando me agarro de las piernas y me empezó a penetrar leve pero constantemente, me tape la boca con tal de no gritar de placer y lloraba mientras rezaba a dios para que me perdonara por estar disfrutado de eso.

Después de unos minutos los dos nos vinimos al mismo tiempo y el comenzó a penetrarme de nuevo, aun no había acabado pero escuchamos ruido fuera y rápidamente el se arreglo y me arreglo para que pareciera que no había pasado nada, cuando entro mi doctor él y yo estábamos sentados como si nada hubiera pasado.

El doctor me dijo que no había ningún problema pero que tomara ciertas medicinas que él me iba a recetar para bajar una inflamación que tenía en el cuello del útero pero que no era nada grave, luego le dijo a su asistente que escribiera la receta mientras él hacia una llamada telefónica, el salió del cuarto y el ayudante se paro y fue hasta donde yo estaba.

Me tomo de la mano y me hizo pararme y recargarme en la mesa exponiendo mi parte de atrás hacia él, me levanto la larga falda que yo llevaba puesta y me bajo mis calzoncillos con una mano y sacando su instrumento con el otro.

-ya no mas….-

-ya te dije que si en serio quieres que me detenga solo tienes que pedírmelo directamente-

Pasaron unos segundos de silencio y el sonrió, me estaba controlando completamente con solo su actitud, sentí su instrumento en la entrada de mi parte trasera y me asuste muchísimo.

-por ahí no….-

Pero no acaba de decirlo el ya me había penetrado usando sus manos para hacerme sentir gran placer con cada movimiento, me tenía que morder el labio para no gritar y sentía como liquido corría por entre mis piernas, el siguió unos minutos y entonces los dos nos corrimos juntos de nuevo, quede jadeando sobre el escritorio y él se salió de mi untando sus dedos en mi cosita.

Saco sus dedos llenos de mis líquidos y los suyos que estaban empezando a salir de mi cosita y me los llevo a la boca los cuales por reacción los succione y limpie como si fueran una paleta helada, me supo horrible pero al mismo tiempo delicioso, me arregle como pude y salí del lugar con la receta lo antes que pude, durante todo el trayecto a casa sentía como los líquidos recorrían mi entrepierna recordándome ese momento.

Nunca mas volví a ver al joven aun cuando seguí yendo a ese ginecólogo, nunca supe su nombre ni nada de él y en ese tiempo estaba casi segura que había sido el diablo que me había llenado de lujuria y placer solo para llevarse mi alma, pero ahora no estoy tan segura.