Un encuentro inesperado

Un viaje a la playa resultó ser mucho más de lo que esperaba.

Un Encuentro Inesperado

(por tico1982)

Me llamo Alejandro. Soy de San José, Costa Rica y tengo 20 años.

Nunca antes he escrito nada. Esta es la experiencia más agradable que he tenido en toda mi vida y me gustaría compartirla con todos. Sucedió este verano pasado, en Enero. Espero les guste.

Así comienza...

Íbamos de paseo toda mi familia y algunos vecinos de mi barrio en un autobús que contratamos para llevarnos a un hotel de playa en el Pacífico. Yo iba al lado de mi mejor amigo Leonardo contando chistes, escuchando música, entre otras cosas.

En cuanto llegamos al hotel, repartieron las habitaciones. Después de registrarse, las 38 personas que íbamos de excursión llevaron a las habitaciones todas sus maletas y un sobre que se le dio a cada grupo de 4 con las llaves de donde íbamos a pasar el resto de la semana y un brazalete para cada uno que debía ponerse para que en el hotel, la gente del servicio lo distinguieran como un huésped.

Como éramos 38 personas y las habitaciones son de 4, en una habitación quedaría solamente un pareja. Y qué creen... si. Mi amigo Leo y yo compartiríamos la habitación. Solamente para nosotros dos. Sin embargo en ese momento no me esperaba lo que iba a suceder.

Les voy a contar algo de mí y de él. Yo soy delgado, 1.70. 58 Kg. Me considero bisexual, activo, aunque nadie lo sabe ni mucho menos lo sospecha. Salgo con amigas y con amigos... y me divierto con ambos. Leo es muy parecido a mí. Tiene 19 años. Él es más delgado que yo, mide 1.69 y pesa menos que yo. Él parece ser hetero, pero en estos días nada se sabe con certeza. De la misma forma que yo oculto lo mío, él podría estar ocultando lo suyo.

Continuemos... Una vez instalados, salimos a nadar a la piscina, comimos, cenamos, tomamos cócteles, en fin... hicimos todo lo que se puede hacer en un hotel con el servicio de "todo incluido". En la noche fuimos a un show y conocimos un par de muchachas muy guapas. A eso de las 2:30 a.m. nos fuimos a dormir.

Nos despertamos a las 12 al día siguiente. Ya el comedor estaba cerrado para ser abierto en el almuerzo a las 12:30, así que no desayunamos. Nos pusimos las pantalonetas para entrar a la piscina y pedimos un par de piñas coladas mientras estábamos tomando sol junto a la piscina.

Después de un rato yo estaba dormido, y creo que Leo también. De repente oí venir a mi sobrino de 13 años. Se llama Francisco pero le decimos Tito. Se acercó a Leo y le dijo al oído:

  • Quiero que me lleves a tu habitación

Yo me hacía el dormido porque me desperté cuando Tito se acercó. Leo se levantó y se fueron ambos al cuarto. Yo los seguí un par de minutos después. Llevé mi cámara fotográfica (siempre la tengo a la mano en los paseos a los que voy) y el paño que tenía. Había algo extraño porque nunca mi sobrino le había pedido a un amigo mío que lo acompañara a hacer algo.

Con mucho cuidado de no hacer ruido me acerqué por atrás del cuarto, abrí la puerta corrediza de vidrio un poco y corrí la cortina. Cuál fue mi sorpresa cuando pude ver a mi mejor amigo con la verga entre las nalgas de mi sobrino de 13 años. Leo gemía de placer y Tito estaba boca abajo, tenía la cabeza en la almohada para que los gemidos no se escucharan. Me pareció muy excitante, así que no hice nada, simplemente encendí mi cámara.

Leo culiaba a Tito increíblemente. Lo tomaba por los hombros y le hundía la verga hasta que los huevos chocaban contra las nalgas de mi sobrino. Mientras veía como Leo se cogía a mi sobrino, pensaba qué iba a hacer. Mientras tanto, Leo le dio vuelta a Tito y puso sus piernas sobre sus hombros y mientras le daba duro por las nalgas, también lo besaba, luego le mamaba la verguita sin dejar de hacer sus vaivenes.

Cuando iba a venirse, Leo sacó su verga de Tito y se la meneaba en el pecho. Yo saqué mi cámara que estaba lista y FLASH. Capturé en mi cámara a Leo mientras tenía a mi sobrino desnudo con la verga afuera mientras se masturbaba frente a él. Obviamente ambos vieron la luz de la cámara y se sorprendieron. Ya Leo se había regado todo en mi sobrino.

Me vieron y se quedaron mudos, se les notaba en la cara un pánico increíble. No sabían qué decir o hacer. Los dos estaban desnudos, uno sobre el otro y yo frente a ellos. En parte estaba enojado porque, cómo alguien iba a cogerse así a un muchachito de 13 años, y además de eso, a mi sobrino.

Rompí el silencio y les dije:

  • ¿Que piensan hacer ahora?

Obviamente mi pregunta iba dirigida a Leo. Tomé a Tito de un brazo, junté su ropa del suelo y se la di para que se volviera a vestir. Leo ya se ponía sus calzoncillos y pantaloneta. No llevaba camisa porque antes estábamos "bronceándonos".

Llamé a Tito aparte y le dije:

  • Vete donde Cristina (mi hermana) y quédate tranquilo. Si mi idea sale como la planee, no tendrás que preocuparte, pero si no, todos (mi familia) van a darse cuenta de lo que hiciste hoy.

Y lo saqué de la habitación. Me quedé con Leo a solas y le dije:

  • Ay amigo!!! Lo que acabas de hacer es serio... y tengo pruebas de lo que hiciste (la foto). De ahora en adelante, tendrás que hacer todo lo que te diga.

Leo tiene un hermano de 14 años. Se llama Alex. Se parece a mi sobrino porque tienen casi la misma edad. Ellos andan juntos y juegan siempre entre ellos. Van a la misma escuela y están en la misma aula. Alex es mayor que Tito por 3 meses.

  • Trae a tu hermano. No me gustó lo que le hiciste a mi sobrino, así que lo mismo le voy a hacer a tu hermanito. A menos que quieras que le de la foto a mi hermana y entonces vas a parar a la cárcel unos... 20 años.

No le quedó más remedio que ir por su hermano. Yo lo acompañé a buscarlo. Estaba con Tito en la playa haciendo castillos de arena. Tito recién había llegado a acompañarlo cuando nos llevamos a Alex. Me quedé un momento con Tito y le dije.

  • Esta es mi venganza. Como Leo te hizo lo que te hizo, lo mismo le haré a su hermanito. Si resulta bien, nunca nadie se enterará de lo que hiciste, así que no comentes NADA.

Se quedó con la boca abierta, pero tranquilo al fin. Haciendo castillos de arena.

Alcancé a Leo y Alex los dos iban camino a nuestra habitación. Le dije a Alex:

  • Vamos a jugar un juego muy bonito, tu hermano solo nos va a ver, pero él está de acuerdo en que juguemos tú y yo solos.

  • ¿De qué se trata?

  • En cuanto lleguemos a la habitación, te lo explicará Leo, te va a gustar, es divertido.

  • ¿Y porqué Tito no vino con nosotros? Tal vez hubiera querido jugar.

  • Porque Tito ya jugó con tu hermano. Ahora me toca a mi jugar contigo.

Llegamos al cuarto y Leo le dijo a Alex:

  • Bueno, Tito y yo hicimos lo que tú vas a hacer con Ale. Quítate la ropa y acuéstate boca abajo. Quizá te duela un poco al principio pero al final te va a gustar. Tito fue muy valiente conmigo y cuando terminamos a él le gustó mucho.

  • Ahh! vamos a coger. ¿Pero eso lo pueden hacer dos hombres?

Nos quedamos atónitos, pero en estos días, hasta los más pequeños saben de qué se trata esto.

  • Claro, dije yo. Leo cogió con Tito y después él se fue a jugar contigo a la playa. Ahora te toca a ti.

  • Y me va a doler, ¿verdad?

  • Si, al principio, pero una vez que te acostumbres, te va a gustar.

No vi a Leo muy animado, más bien estaba algo triste, pero no le quedó más remedio. Ver a un hermano ser penetrado no es algo que se ve todos los días. Le dije que él también tenía que desnudarse porque no quería que fuera a salir corriendo a llamar a alguien.

Alex estaba acostado boca abajo. Yo ya estaba desnudo. Le dije: date la vuelta y chúpamela. Alex me cogió la verga con ambas manos y se la llevó a la boca. Mamaba delicioso. Se metía la mitad y la sacaba, la metía y la sacaba. No le cabía toda pero lo hacía muy rico. Bajaba hasta los huevos y los lamía. Parecía que lo había hecho antes, pero no era tampoco un experto. Volvía a la verga. Yo estaba a mil... era delicioso. La verguita de Alex medía como 13 cm., pero estaba toda parada, apuntando hacia el cielo. Yo se la cogí y se la movía, él seguía chupando y chupando, gemía pero de placer. Leo estaba ya templadísimo.

Después de 5 minutos, Alex seguía mamándome la verga, extasiado. Leo se tocaba solo y yo le metía un dedito al hoyito de Alex, después dos y después tres, los tres del centro. Alex decía que le dolía, pero yo lo incitaba para que siguiera mamando.

  • Tres dedos no es nada comparado con lo que te voy a meter ahora, le dije.

Alex se sonrió, como si quisiera hacerlo ya. Lo tomé de la cintura y lo puse boca arriba con sus piernas en mis hombros. Mamé por un rato su verguita que estaba toda paradita. Leo se la meneaba solo como loco. Después llegó el momento que esperaba.

Me unté mucho lubricante que tenía en el closet en mi verga. Tomé mi verga con mi mano y con la otra sostuve a Alex y sin más preámbulo, se la hundí toda de una vez en el hoyito de Alex. Él gritó pero lo besé para que nadie fuera a escuchar. Leo se levantó pero le hice señas de que se volviera a sentar donde estaba.

Con la verga dentro de Alex, empecé mis movimientos de vaivén. Suavecito al principio. Alex dijo que le gustaba pero que le dolía mucho. Yo aceleré mis embestidas y Alex gemía. Ahora se la metía y sacaba rápido, le dije que se moviera y entonces Alex empezó a mover la cintura. Yo quieto y todo el placer me lo daba este pequeño muchachito. Era delicioso ver como él mismo se provocaba solo el placer de sentir mi verga dentro de él.

Detuve mis movimientos y le di la vuelta. Acomodé a Alex en posición de perrito y se la volví a meter toda de una vez en su hoyito (me encanta hacer eso). Lo cogí del cabello y lo besé. Alex correspondía y lo hacía muy bien. Yo empujaba hasta el fondo y sacaba de nuevo. Ya no me importaba lo que estuviera haciendo Leo en ese momento. Yo solo cogía con Alex. Este pequeño hacía unos sonidos que me volvían loco y que hacían que mis embestidas fueran cada vez más fuertes. Me detuve porque casi me vengo.

Saqué mi verga y me acosté en la cama. Alex se sentó sobre mi sin que se lo dijera. Acomodó con su mano mi verga en su hoyito y él solo se movía. Arriba y abajo. Su pequeña verguita estaba tan parada que le dije a Leo.

  • Ven a mamar.

Se levantó de donde estaba sentado y con su boca empezó a chupar la verga de su hermanito. Imagino que estaba también tan caliente que se olvidó de todo. Alex se movía para arriba y abajo con mi verga dentro de él y Leo le mamaba la verga. Se la comía toda. Para entonces todos estábamos tan sudados que nuestros cuerpos resbalaban unos con otros.

Le dije a Leo que se acostara en la cama y puse a Alex a mamarle la verga. Yo me acomodé para volver a hundirle mi herramienta a este pequeño que nos estaba dando un gran placer. Ahora se podrán imaginar, un chiquillo recibiendo una vergota por la boca y otra por el culo. No podía haber nada mejor en el mundo en ese momento. Yo me movía tan rápido que casi me vengo de nuevo. Me detuve por unos instantes con la verga dentro de Alex.

  • Yo también quiero cogerme a mi hermano, ¿puedo? preguntó Leo.

  • Claro, después de todo es tu hermano. Y entonces Alex se sentó sobre Leo que estaba acostado. Igual que me lo hacía a mi hace un rato, ahora se lo hacía a su hermano. Se movía arriba y abajo. Este muchachito es una bestia. Yo para entonces tomé el papel de Leo de hace un rato, le comía la verguita a Alex. Después de un rato, Alex dijo:

  • Quiero sentir a los dos dentro.

Nos quedamos estupefactos. Sin embargo, Alex se acostó sobre su hermano el cual tenía aún la verga dentro. Yo con mi mano, acomodé la mía y la metí un poco. Aún tenía el hoyito muy cerrado para aguantar dos, pero sería por poco tiempo.

Ahora parecíamos un sándwich, con Alex en medio. Tomé impulso y empujé todo lo que podía. Alex gritó pero su hermano para silenciarlo le tapó la boca y lo besó. Luego gemía y decía que se sentía rico. "Duele mucho, pero se siente bien". Las embestidas que yo hacía no eran muy rápidas como antes porque no quería hacerle daño a Alex, pero él lo disfrutaba. De pronto, Leo dijo: "Me voy a venir". Yo sentía que también iba a estallar y no quería aguantar más. Sentí como salía el semen de Leo del hoyito de Alex y me regué también. Ambos nos venimos al mismo tiempo dentro del culo de Alex. Fue increíble.

A los tres nos encantó lo que hicimos. Cuando nos levantamos, Tito entró por la puerta que yo había dejado abierta un par de horas antes y dijo:

  • Me gustaría hacerlo con ustedes tres un día. Yo con mi tío y tu con tu hermano y luego intercambiamos, ¿qué les parece?

  • Genial, dijo Alex. Me encantó lo que hicimos hoy. ¿Se va a repetir?

  • Si tu quieres, podemos hacer algo, le dije a Leo.

  • Arreglemos las cosas para luego.

Saqué el rollo de la cámara y lo destruí frente a Leo y Tito. Les dije:

  • Ahora no se tienen que preocupar por esto. Nadie va a saber lo que sucedió aquí hoy y lo que sucederá el resto de la semana. Alex no sabía de lo que hablaba, pero no preguntó.

Yo hablé con mi hermana y Leo con la mamá para pedirles que dejaran a Tito y Alex dormir esa noche con nosotros. Y qué creen... tuvimos su consentimiento. Esa misma noche la pasaríamos los cuatro juntos. Yo disfrutaría de los hoyitos de mi sobrino y de Alex nuevamente, y quizá, el de Leo.

Lo que sucedió esa noche fue indescriptible. A eso de las 11 p.m., mandamos a ambos muchachitos a despedirse y dar las buenas noches a sus respectivas mamás. Mientras tanto, Leo y yo definíamos quien iba a empezar con quien. Quedamos en que yo "dormiría" con Tito y Leo con su hermano.

A las 11:30 de la noche tocaron la puerta. Eran Tito y Alex. Alex tenía algo en la mano. Era una botellita de aceite, del que usan en los bebés. La sorpresa que tuvieron al entrar fue que estábamos Leo y yo totalmente desnudos pero con las vergas aún normales, no estábamos erectos.

Ellos entraron y se quitaron la ropa. Ahora todos estábamos en cueros. El calor en la noche en la playa siempre es tremendo, así que antes de "dormir" decidí darme una ducha. Todos acordamos que sería estupendo bañarnos juntos los cuatro. Puse a llenar la tina (la cual es muy grande) con agua tibia y nos metimos todos. Tomé a Alex en mis brazos y Leo a Tito. Mientras les mamábamos las verguitas, ellos nos enjabonaban. Nos tocaban el culo y nos golpeaban las nalgas. Acosté a Alex en la tina y bajo el agua le mamé otro rato la verguita, saliendo de vez en cuando para respirar. Leo se antojó e hizo lo mismo con Tito.

Al rato, intercambiamos y ahora era Alex y Tito quienes mamaban bajo el agua nuestras vergas. Fue increíble. Pero nos levantamos, terminamos de ducharnos y nos salimos. Cada quien se secó y salimos del baño.

Las dos camas son más o menos grandes. Caben perfectamente dos personas acostadas en cada cama. Aún desnudos, todos nos sentamos en las camas con quien íbamos a dormir. Alex con su hermano y Tito conmigo.

Tito se levantó y prendió el televisor. Pasando canales se percató de un canal para adultos. Nos quedamos viendo un rato el tele y 10 minutos pasaron cuando noté las vergas de todos bien paradas. El programa terminó y pusieron una serie gay. En una casa estaban haciendo una cogida de las buenas. Los cuatro nos pusimos templadísimos y decidimos hacer lo mismo de la película.

Yo lo quise hacer en el suelo, estaba más frío y eso me excita mucho. Leo se pasó a mi cama porque ahí podía ver mejor el televisor. Los dos grupos en nuestra habitación harían lo mismo cada instante igual que en la película.

Empezamos con un 69 genial. En el suelo y en la cama los cuatro iguales Alex y Tito encima de Leo y yo. Yo le comía la verga a Tito y Leo al hermano mientras Tito y Alex mamaban frenéticos nuestras vergas. Después de un rato, la película se tornó monótona y apagamos el televisor.

Hicimos un círculo en la cama y todos mamaban la verga de alguien. Leo me la mamaba, Tito se la mamaba Alex, Alex al hermano. Alex sacó el aceite que trajo y todos nos untamos. Tito a mi, Alex al hermano y viceversa. Para entonces ya cada quien estaba con el que le correspondía.

A partir de ahora voy a contar lo que sucede conmigo y Tito para no hacer más largo esto.

Una vez llenos de aceite, juntamos nuestras vergas. Sobre Tito hacía el vaivén con nuestras vergas juntas. El aceite daba una sensación fría que poco a poco se fue volviendo cada vez más caliente. Nuestros cuerpos resbalaban. Las pichas chocaban, se sentía genial.

Le dije a Tito que me la metiera en el culo. Me di vuelta y boca abajo, Tito se cogió la pichita con la mano y me la puso en el hoyo del culo. Empujó y sentí donde entró la cabecita. Cuando gemí, Tito inició los empujones y las sacadas. Es delicioso sentir una verguita de 13 cm. en el culito. No se siente dolor, sino un morbo que lo hace excitarse tanto… Con mis manos, buscaba el culito de Tito e introduje un dedo. Brincó de dolor, pero de placer. Con mi mano empujaba más para que su verguita llegara más hondo en mis entrañas. Fue estupendo.

Me levanté y mientras le mamaba la verga, llené mi mano con el aceite que trajo Alex. Poco a poco unté las paredes del hoyo de Tito con mis dedos. Le dije:

  • Te la voy a meter.

Asintió con la cabeza y se puso boca abajo. Él solo abrió las piernas y esperó. Le puse mucho aceite en la espalda, en el culo y en las piernas. Yo llené mi picha con aceite, me puse en el pecho y en las piernas también y sin esperar más… Se la hundí toda de una vez. Gimió tan fuerte que tuve que empujar su cabeza contra la almohada.

Me movía mucho y las embestidas eran rápidas y fuertes. Nuestros cuerpos resbalaban por el aceite. Después de un rato, le di vuelta a Tito. Le puse mucho aceite en el pecho y en la pichita y se la volví a encajar en el culito tan apretadito que tenía. Pecho con pecho nuestros cuerpos resbalaban por el aceite y el sudor de la situación.

Momentos después Alex y Leo se pasaron a nuestra cama. Alex quería coger con Tito, así que Leo y yo estaríamos juntos. Alex se puso en perrito y Tito le encajó la pichita en el hoyo. Leo dijo que quería ser como su hermano y de la misma manera, le metí toda mi herramienta de un golpe. Las embestidas que le di fueron tan fuertes que sin querer me vine. Cuando me levanté, Leo ya había llenado las sábanas con semen.

Los muchachitos seguían sus movimientos. Ahora era Alex el que se la metía a Tito. Exhaustos, Leo y yo observábamos a los chicos coger. Se nos empalmó de nuevo las vergas y Leo tuvo una idea.

Vamos a hacer una fila. ¿Quien quiere ir abajo? Alex levantó la mano y se acostó en un instante. Yo quería metérsela de nuevo a Alex, así que lo llené de aceite y me acosté sobre la espalda de Alex. Puse mi verga en su hoyo, la introduje y esperé. Después sentí que Tito me llenaba la espalda de aceite y Leo se puso sobre mi. Acomodó su vergota en mi culito y la hundió tan fuerte que sin querer empujé la mía en Alex y éste gimió. Ahora Tito se la metió a Leo y empezamos los movimientos.

Se sentía tan rico tener a dos personas sobre mi y a una debajo. Sentía que iba a explotar. Las embestidas de Leo eran tan fuertes como se las di yo antes a él. Todos teníamos los movimientos coordinados para que nadie se saliera del otro. Nos movíamos despacio pero fuerte y entonces grité:

  • Ya me vengo.

Y exploté en el culito de Alex. Tito gritó y dijo que ya terminó. En ese momento sentí que mi culo se llenaba de semen. Leo se vino dentro de mi. Alex dijo que se quería venir con Tito y entonces Tito se puso boca arriba con las piernas en los hombros de Alex. 30 segundos y Alex y Tito estaban todos mojados de un líquido semitransparente los dos. Era la primera vez que se regaban así.

Esa noche fue increíble. Al día siguiente, nos levantamos a la 1 porque sonó el teléfono. Era la mamá de Leo y Alex preguntando si íbamos a ir a comer. Dijimos que si, nos bañamos juntos, vestimos y fuimos.

Durante la semana, tuvimos otros encuentros. Algunas noches yo lo hacía con Leo. En las tardes, solamente se repitió el grupo una vez más. Otras veces fueron solamente en pareja. Nos escapábamos Tito o Alex y yo a coger en la habitación con la excusa de que íbamos a jugar cartas o ajedrez.

Desde esa semana hasta hoy seguimos teniendo sexo. Mi sobrino vive en mi casa con su mamá. Leo y Alex viven a 4 casas de la mía en el residencial. Cuando alguien se queda solo en casa, telefoneamos al otro para que vaya a la casa y que la aventura continúe.

Espero que haya sido de su agrado

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tico1982@hotmail.com