Un encuentro inesperado

Ambos ciber-amantes se dejan llevar por la emocion de una entrega que se habian prometido, tiempo atras, en miles de fantasias.

Todo había comenzado como una simple charla entre dos personas que estaban perdiendo el tiempo sanamente en la red, pero de allí nació una gran amistad. Con el pasar de el tiempo y con algún intercambio de fotografías, comenzaron a nacer entre ellos una gran atracción física, y psicológica.

El se llamaba Ricardo y ella Mariana. Su historia comenzó cuando después de muchos años de hablar por Internet, decidieron encontrarse frente a frente para conocerse y poder dar rienda suelta a esta gran relación amorosa que ya habían edificado con los años.

Esa tarde, Ricardo la esperaba en el aeropuerto después de que ella le había llamado para darle todos los datos de su vuelo… la ansiedad de el no se hizo esperar.

Esa noche, se arreglo como nunca en su vida, se preparó para todo y tenía miles y miles de planes para el tiempo que pasaría Mariana en su país.

Y después de una larga espera, llego el tan esperado momento.

El la diviso a lo lejos en la sala de desembarque, ella al igual se percato de su presencia y dejaron que en un abrazo y un beso el encuentro de lo que seria una gran visita, comenzara.

El la llevo a comer, a bailar, a jugar bolos, a conocer toda la ciudad, a ver un museo, etc.

Pasados unos días, se demostraron más que un amor, entre ellos nacía una pasión que se les desbordaba por los ojos, por los dedos, por los poros del cuerpo… en fin.

Esa noche, después de haber estado dando vueltas en la ciudad comprando mil y una cosas, ambos llegaron a la habitación de el hotel donde ella se alojaba.

Se sentaron en la cama a conversar como era previsto todos los días que habían pasado juntos, pero esta noche era diferente, esta noche había amor en la atmósfera.

El comenzó besándola, besándole el cuello, besando sus orejas… ella solo podía suspirar y dejarse llevar por aquel momento, solo eso podía hacer pues también era su intención dejar que toda esa espera de amor por fin rindiera frutos.

Ella, en cambio, dejo que su mano se aferra fuertemente a la pierna de el, mientras estaban sentados paralelos el uno al otro.

Pero la pasión que el desenfrenadamente dejaba escapar, no se hizo esperar.

Se tumbo sobre ella y comenzó a acariciarla y besarla por todo el cuerpo… no importaba que hubieran unas prendas de vestir en el camino… eso seria lo de menos… pues su anhelo por poderla hacer suya era insaciable.

Ella solo dejaba que el tomara el control, simplemente se dejaba llevar por aquel momento.

El comenzó entonces a besarla en los pechos… y fue ahí donde decidió quitarle la camisa… no podía creer lo que estaba mirando… se encontraba frente a una de sus más grandes fantasías hechas realidad… frente a el estaba ella, con una gran disposición de dejar que todo lo que el quisiera hacerle fuera posible.

Fue entonces cuando ella misma decidió quitarse su brasier… Ricardo no podía creer la fortuna que tenía. Estaba frente a la mujer que por tanto tiempo había amado, con la que había compartido tantas cosas, con la que había reido y en ocasiones llorado. La mujer que estaba dispuesta a entregarse en cuerpo y alma a el en este momento.

Comenzó dando pequeños besos, como aquel que encuentra un tesoro y jamás lo dejará, en su vida, escapar.

Después comenzó a descender en un camino de besos por todo su abdomen, se encontraba entonces frente a su falda, aquella pequeña falda que poco cubría y mucho tapaba, mostrando solo lo necesario para la imaginación de todo aquel que deseaba una mirada lanzar.

Lentamente dejo que sus manos palparan el majestuoso tesoro que se hallaba debajo de aquella hermosa falda y más allá de su ropa interior.

Ella solo entre gemidos murmuraba palabras que lo alentaban a continuar, a seguir con aquella tarea que ambos habían prolongado por tanto tiempo.

Decidió entonces comenzar a quitarle su ropa interior y fue ahí cuando ella comenzó a sonrojarse y solo podía observar, sentir, gemir y disfrutar de todo lo que se veía venir.

Una vez que Ricardo dejo caer al suelo su delgada y sexy ropa interior, se detuvo un segundo para ver la maravillosa flor que se abría frente a sus ojos, era algo celestial, era algo mágico.

Con la más entregada oportunidad de satisfacer los deseos de Mariana, comenzó a frotar su lengua contra sus partes más intimas… Mariana solo podía sentirse en el cielo… jamás en su vida había sentido tan sentimiento, ambos estaban realizando una fantasía que habían compartido por muchos años en sueños.

Después de una gran estimulación a su clítoris, y una gran precisión en todos los movimientos con su lengua… Mariana estallo en un gran y fuerte orgasmo… era el primero de muchos que se veían venir.

Ahora Ricardo, en su afán por satisfacer a su hermosa pareja, dejo que sus dedos hicieran todo el trabajo necesario, comenzó a lamer, besar, y mordisquear sus pezones, mientras sus dedos lentamente y a veces rápidamente se introducían en la mojada vagina de Mariana. Esta vez ella lo apretaba con más y más ganas, solo gemía, murmuraba cosas románticas y lo apretaba con fuerza, mientras el continuaba dándole, la mayor estimulación sexual que ella había tenido en su vida.

Sin poder evitarlo… después de muchos minutos de gran desenfreno… Mariana volvió a estallar en otro orgasmo… Esta vez se sentía en las nubes… nunca en su vida nadie la había tratado de esa forma.

Ricardo se detuvo para observarla unos segundos, no podía creer que una mujer tan hermosa, tan maravillosa, tan especial estuviera totalmente desnuda y a su completa disposición frente a él. Mariana era una mujer sumamente hermosa… un cuerpo celestial… unas medidas perfectas… una cintura estrecha… una cadera lo suficientemente ancha, no le quitaba delicadeza a su cuerpo… unos senos perfectos… una piel canela que parecía esperar el tacto… era sin duda el hombre más feliz de el mundo.

Después de haberse saciado y recuperado un poco, esta vez Mariana decidió tomar las riendas de la situación tumbo a Ricardo sobre la cama y comenzó a desvestirlo, parecía que la espera ya no iva a ser más larga… decidió quitarle la camisa, el pantalón, los boxers en el menor tiempo posible… pues su deseo sexual tenía que quedar satisfecho en el menor tiempo posible.

Una vez cumplido su objetivo, se detuvo para verlo… frente a ella se encontraba él totalmente desnudo y en medio de los dos… un pene lo suficientemente grande para satisfacer sus necesidades… Mariana no espero un segundo más y tomo el pene de Ricardo y comenzó a darle suaves besos en la cabeza… después fue lentamente introduciéndolo en su boca… era grande, seguro que no le iva a caber todo, pero hizo lo mejor posible… Ricardo esta vez no podía dejar de sentir y sentir miles de cosas en su cuerpo

Por un largo tiempo Mariana estuvo dándole el mismo placer que él le había proporcionado a ella momentos atrás.

Después de un largo ir y venir de sus labios sobre el pene de Ricardo… Mariana decidió que era la hora de por fin unirse para ser uno al fin.

Viendo la situación en la que se encontraba Ricardo, Mariana aprovecho para montarse en su pene y comenzar a cabalgarlo… una vez que se unieron en un gran choque de cuerpos… ambos gimieron de una forma inesperada.

Era entonces el momento de compartirse toda esa pasión que se habían jurado durante tanto tiempo.

Sus cuerpos sudaban, sus gemidos eran evidentes, ambos acariciaban todos sus poros, ambos se tocaban hasta el más pequeño rincón de sus cuerpos, ambos dejaban que el momento comenzara a rendir frutos…. Era la hora de satisfacerse el uno al otro.

Un largo tiempo estuvieron agitándose… adelante y atrás…. Arriba y abajo… adentro y afuera… parecía que no tuviera final

Tomaban diferentes posiciones, el cambio de lugar con ella, esta vez el tendría el control de la situación, ella se coloco sobre la cama y el comenzó a penetrarla… primero lentamente… después un poco más rápido… hasta que al final nada podría detenerlos.

Ahora ella sugirió que se colocara el detrás de ella para que de esta forma ella se dejara penetrar "desde atrás"… el sin más ni más… simplemente dejo que ella tomara la posición indicada para darle placer… y así lo hizo… comenzó entonces a penetrarla desde atrás… la tomo de la cintura y la atrajo hasta el… ella solo se dejaba llevar por el momento… por la situación… por el mejor instante que hasta ahora había tenido.

Mientras que el la penetraba… ella no pudo evitarlo… y una vez más estallo en un orgasmo… no podía creer que este hombre que la había amado tanto tiempo en la distancia, le estuviera proporcionando un placer nunca antes soñado.

Al ver la excitación que le había producido a Mariana… Ricardo no pudo evitarlo más y dejo escapar un gran chorro de satisfacción dentro de ella… era la situación deseada… ambos habían satisfecho sus cuerpos, sus mentes, sus almas y se habían dejado llevar por lo que parecía la perfecta situación.

Mariana se tumbo esta vez satisfecha sobre la cama… pero parecía que el hambre de sexo para Ricardo no había terminado… fue entonces cuando comenzó a abrirle las piernas a su amada y por última vez iva demostrarle por que la amaba tanto, por que la deseaba tanto

Una sesión de sexo oral se veía venir otra vez. Mariana no podía creerlo… estaba recibiendo una sesión de el mejor sexo oral que jamás había tenido… la lengua de Ricardo parecía no tener control… parecía no tener final… se movía en todas las direcciones habidas y por haber… simplemente no se detenía… parecía tener control propio

El cuerpo de Mariana, que hasta ahora parecía totalmente satisfecho sexualmente, despertó más y más sensaciones que estallaron en un unos cuantos gemidos, movimientos, y sentimientos de pasión.

Y vio como el mejor de los orgasmos se presentaba frente a ella… era este el ultimo… era este el mejor… era este el que él estaba buscando en ella… era este el que ella jamás pensó que alguien podía proporcionarle

Todo había sido consumado.