Un encuentro fortuito
La penetración es la solución
Tenía 18 años en ese entonces, tenía un novio, alto moreno, delgado, que siempre me hacia suspirar, me tenia loca, enamorada, a pesar que tenía un pene delgado y de unos 15 cm, sus movimientos y su boca me hacían ver el cielo. Yo, morena de 1,65 flaca en ese momento hoy con unos kilitos de más y siempre con grandes pechos y redondos.
Estábamos con mi novio solos en el living mirábamos una película, no recuerdo su nombre, pues, está claro que no la mire, nos besábamos con pasión, lo monte con ropa, para poder besarlo mejor, dejando mis pechos a la altura de su boca, me encanta que me muerdan los pechos y me los laman, y a él le encantaba morderlos, tocarlos y jugar con ellos, sin dudar, al verlos frente a su rostro, me bajo la camiseta de tirantes y comenzó a succionar mis pechos, provocándome tanta excitación que no dude en comenzar a moverme, a montarlo con ropa, mientras sentía su pene dudo entre mis jeans, me pare bruscamente y baje sus pantalones, comencé a comerse su rico pene, me caía todo en la boca, lamia de arriba-abajo, mientras con mis manos tocaba sus huevos, me encantaba, las cosas se ponían cada vez mas fogosas, tanto que no nos aguantamos, nos desnudamos allí mismo, me recosté sobre la alfombra, él me abrió las piernas y me penetro, fuerte, duro, como tanto me gusta, me lo metía y sacaba con fuerzas su exquisito pene, mientras que con su boca mordisqueaba mis pechos, estábamos fuera de nuestro ser, éramos uno, había tanta pasión, que no escuchamos la puerta abrirse, mi padre llego, nos vio en ese acto, agarro a mi novio y lo increpo, le ordeno vestirse, e irse del lugar, a mi me miro fijamente tenia un rostro enojado, su niñita estaba siendo penetrada frente a sus ojos por un chiquillo, me miro con decepción y me ordeno que subiera a mi habitación.
De pronto me encontré en mi cuarto, triste y frustrada, no solo nos habían descubierto, no había podido terminar y lograr el maravilloso orgasmo y no sabía hasta cuanto no podría ver a mi novio, sin más me puse pijama una blusita y shorts de algodón, eran alrededor de las 20:00 hrs, pero por la vergüenza preferí quedarme en mi pieza y dormir, apague la luz e intente conciliar el sueño, tanta calor hacia en aquella tarde, que abrí mi blusita e intente dormir así. Entrada la noche algo me despertó, mi padre estaba con las yemas de los dedos recorriendo mi cuerpo, su intención no era despertarme pero lo hizo, lo miré y el estaba distinto, sus ojos estaban fijos en mis pechos, cuando se dio cuenta que yo estaba despierta me tapo la boca y me susurro al odio, > así que te gusta que te lo metan?< >yo te hare gozar putita> no creía lo que estaba pasando, mi propio padre, tenía miedo, no sabía cómo reaccionar, si gritar, correr, cerré los ojos esperando que sea un sueño.
Para mi desgracia, no era un sueño, allí, estaba mi progenitor sobre mí, chupando como loco mis pechos, los mordía, los movía, los piñizcaba, los succionaba con su boca como loco, no pude resistirme y emboce un gemido, creo que le gusto escuchar mi voz, ya que sus succiones se volvieron más profundas y largas, mis gemidos aumentaron y mi entrepierna se sentía mojada, mis movimientos me delataron no espero mucho y se dirigió a mi sexo, se deshizo de mi ropa y me miro mi vagina, antes de lamerme, me dio 5 palmadas que me hizo estremecer entera, suspire, y comenzó a lamerme, introdujo su lengua hasta el fondo, sentí cada lugar de mi vagina tocada por su lengua, era maravilloso, jamás me habían lamido así, no podía seguir aguantando, tome su cabeza entre mis manos y lo presione sobre mí vulva, tuve un orgasmo de ensueño, todo mi cuerpo se movió con él, me sentía exhausta , pero estábamos lejos de terminar.
Mi padre se levanto de su lugar, me miro y me dijo > esto aun no acaba, eres mi puta, y harás lo que tu madre nunca quiso hacer conmigo< sus palabras me provocaron miedo, no sabía lo que me esperaba, me agarro el brazo y de un solo movimiento me dio vuelta, estaba boca abajo, se puso a la altura de mis nalgas, y comenzó a lamerme el ano, era una sensación que jamás sentí, era mi primera vez que alguien me tocaba allí, una sensación extraña pero agradable, me comencé a excitar nuevamente, mis gemidos automáticamente salieron de mis labios, cerré los ojos para sentir mejor su lengua, no paso mucho y acomodo su pene en la entrada de mi ano, comenzó masturbándose con mis nalgas, luego de apoco fue introduciendo su pene en mi, en momentos sentía dolor, me quejaba y el retrocedía para estimularme nuevamente y volvía a introducirse lentamente, creo que no se pudo aguatar más ya que de un golpe me lo metió todo, grite de dolor, el se quedo quieto atrás mío, mientras me mordía el cuello susurrándome >quédate tranquila, esto te gustará< me quede inmóvil y comenzó a moverse lentamente dentro de mí, pude sentir su pene, grueso dentro de mi interior, respire profundo y comencé a disfrutar, mis primeros gemidos lo alentaron y comenzó a envestirme con más fuerzas, y mucho más rápido, termino en mi trasero con un gemido.
Se paro, se vistió y se fue…….