Un encuentro esperado (2)

-¿Te gusta fuerte no?- Le dije jalándola del cabello, su cuerpo se contorsiono elevando más el culo, se la metí hasta el fondo sin compasión, ella grito y se aferró al cubrecama...

El aire estaba cargado de energía, como una estática palpable en el ambiente, desde donde me encontraba podía ver la ciudad entera, sus luces parpadeando, la realidad, al menos para el resto, mi realidad era aquí entre los bosques, sola, como había sido toda mi vida, mitad esto y mitad aquello, nunca sería aceptada por ningún bando, pero aquí estaba haciendo las veces de espía, un gruñido animal me hiso volver la cabeza hacia una formación rocosa, unos ojos color amarillo resplandecieron atraves de la oscuridad

-¿ tenemos novedades?-

Dijo una voz proveniente de aquellos ojos, no usaba la boca para hablar, eran pensamientos

- Mi señor-

Le respondí telepáticamente mientras le hacía una reverencia

-¿ localizaste a la familia real?-

-Si mi señor, viven en el campus de la universidad tal y como nos habían informado, tengo la dirección exacta de una de las gemelas-

-Bien-

Dijo la voz y unos gruñidos complacidos irrumpieron en la noche, tres pares de ojos amarillos más aparecieron

- Averigua las otras direcciones antes del anochecer de mañana-

-Lo intentare mi señor-

Dije haciendo una reverencia, pero la figura enorme me golpeo tirándome para atrás, jadeando mire a los ojos de la bestia, su aliento fétido me respiraba directo al rostro, las fauces abiertas mostraba la hilera de colmillos amarillentos

- No lo intentes…hazlo-

El animal camino dejándome aturdida en el césped, los otros rugieron una especie de risa y juntos se alejaron por el bosque


-Este bastardo, ¿Cuánto tiempo más le tendremos que esperar?-

Lalvia se paseaba por la habitación con los brazos cruzados sobre el pecho, sus pantalones de cuero crujían a cada paso que daba, su cabello negro azotaba el aire como un látigo

-Lavi cálmate, él dijo que ya venía-

Laldia hablo calmada desde la ventana desde donde miraba a la calle, su voz podía sonar tranquila pero la manera en que se mordía las uñas delataba sus nervios. Eduardo jugaba con un lapicero dándole vueltas sobre la mesa, y yo bebía mi quinta cerveza lleno de ansiedad. Rage nos había citado a todos para contarnos las últimas novedades, su visita por el viejo continente no solo traía noticias sobre la hechicera vampira que estaba buscando, también sobre algunos viejos enemigos de los vampiros, ellos tenían una tregua de 100 años pero por alguna extraña razón, hacia unas semanas aquel acuerdo se había roto. Rage se materializo en medio de la sala, Eduardo y yo saltamos de nuestras sillas mientras las gemelas acostumbradas a esta clase de aparición miraron a su hermano

-Hermano-

Dijo Laldia corriendo para abrazarlo, Lalvia se limitó a hacer un movimiento con la cabeza, ellos dos no se llevaban bien

-Quisiera algo de beber-

Dijo Rage dejando una maleta de viaje en el piso y sentándose, tenía la cara demacrada y la barba muy crecida, la típica expresión de un hombre que tiene muchos problemas encima y pocas soluciones para todos ellos. Laldia corrió a la cocina y le trajo una botella de whisky y un vaso, Rage se sirvió lleno y de un solo trago se bebió el contenido

-Encontré al hechicero-

Dijo sirviéndose un nuevo vaso, todos los rostros se miraron entre sí con alegría, esto era una buena noticia ¿no?, entonces por qué Rage se veía tan miserable

-¿Hechicero?, pensé que era mujer-

Dijo Laldia tomando de la mano a Eduardo

-Bueno eso…ehmmm…en realidad es un él pero también un ella, ah mierda, no lo puedo explicar lo tendrán que ver ustedes mismos-

La expresión de Rage era extraña, hasta se podría decir que cómica, parecía un padre tratando de explicarle sobre sexo a su hija de 14 años

-¿Tenemos que ir para allá?-

Pregunto Eduardo

-No, él va a venir aquí-

-¿QUEEEE?-

Dijimos todos a coro

-Le conté ciertas cosas y desea venir y ver con sus propios ojos la “situación”-

El miro a la pareja que se tomaba de las manos

-Pero no te dijo si estaba dispuesto hacerlo-

Dijo Laldia

-No, no lo dijo, solo me dijo que vendría en esta semana, y que acá decidiría que hacer-

Al menos no se había negado, eso era algo

-Y que era lo otro de lo que querías hablar-

Pregunto Lalvia en el tono que solo reservaba para hablar con Rage, algo así como “preferiría chupar clavos oxidados que dirigirte la palabra” o algo así

-Ese asunto prefiero discutirlo en privado solo con ustedes-

Miro a sus hermanas como suma concentración, seguro les estaba diciendo algo con el pensamiento

-No Rage, Eduardo será muy pronto uno de nosotros así que tiene derecho a saber, y Gerardo vive con uno de nosotros así que también le incumbe-

Laldia cruzo los brazos sobre su pecho como zanjando la cuestión, Rage puso ambas manos sobre su rostro

-Tienes razón-

Dijo el suspirando

-En mi búsqueda del hechicero, fui a buscar algo de información con nuestro tío, ahí me entere de lo que está pasando, hace exactamente tres semanas los licántropos han empezado a movilizarse y atacar colonias de vampiros-

-¡LICANTROPOSSS!..Como hombres lobo-

Dije casi gritando, Lalvia y Rage me miraron como queriéndome tragar vivo

-Si Gerardo hombres lobo, ellos han sido nuestros enemigos por siglos, aunque antes de eso eran nuestros esclavos-

Me explico Laldia amablemente

-Pero todo eso seso con la asunción de nuestro tío al trono, el llego a una tregua con ellos y pararon los altercados-

Dijo Lalvia caminando hasta la ventana

-Ellos eran nuestros esclavos, se rebelaron contra su encierro y empezó la guerra, hubieron muchas muertes en ambos bandos, nuestro tío paro todo eso, pero como estaba diciendo antes que me interrumpieras, ellos han empezado atacar a nuestra gente nuevamente y no sabemos el motivo-

Rage termino de explicar la situación y se sirvió su tercer vaso de whisky

-Así que esos malditos perros súper desarrollados están atacando otra vez y sin motivo-

Lalvia sonaba feroz, la ventana que tenía frente a ella vibro ligeramente por su ira

-Nuestro tío está tratando de averiguar que es lo que sucede, ha mandado mensajeros para pedir una reunión con el rey de los licántropos pero ninguno ha regresado y el rey licántropo no ha aparecido por el castillo-

Dijo Rage, todos nos quedamos en silencio era obvió lo que les había sucedido aquellos mensajeros

-Esto es muy extraño, debe haber habido algún tipo de provocación por nuestra parte para que ellos se pongan de este modo, ¿no creen?-

Laldia miro a sus hermanos esperando alguna respuesta

-Ellos son animales, debieron quedarse como esclavos-

La voz de Lalvia era fría y llena de odio

-Muy de acuerdo contigo-

Dijo Rage

-La falta de tolerancia y personas como ustedes es lo que desato la guerra en primer lugar-

Acuso Laldia mirando enfurecida a sus hermanos

-Es mejor que nos calmemos todos-

Eduardo tomaba con fuerza a su novia de la mano como evitando que se parara y atacara a sus hermanos

-Hasta que sepamos qué es lo que quieren y tras que andan, nuestro tío nos enviara a tres soldados de su guardia personal-

Informo Rage tomando otro vaso más de whisky, la botella ya casi estaba vacía

-No necesitamos niñeras-

Dijo Lalvia rechinando los dientes

-No los pedí yo, fue una orden de mi tío, así que si tienes algún comentario, por favor mándale un mail y no me jodas-

Dijo Rage mirando la espalda de su hermana, sus dedos se serraron con fuerza alrededor del vaso que sostenía, los ánimos estaban demasiado caldeados en esa sala

-Entonces…cuando vienen los soldaditos-

Pregunte mirando a Rage

-Estarán aquí en unas horas-

Todos nos quedamos en silencio unos minutos como meditando las implicaciones que tendría en nuestras vidas si aquellos lobos decidían venir y atacarlos

-No sabía que eran de la realeza-

Dijo Eduardo trayendo a todos de regreso a la sala, era verdad eso nunca lo habían contado

-Bueno mi amor, no es tan importante tampoco, nuestro tío (el rey), es hermano de nuestro padre, nosotros somos toda la familia que él tiene, su compañera murió embarazada, fue atacada por licántropos, luego de eso el decidió terminar con la guerra-

Laldia le sonrió con dulzura y Eduardo se derritió por completo en su silla

-Es por eso que él quiere protegernos y nos manda a parte de su guardia…además me advirtió que podrían haber espías-

Dijo Rage severo

-Estaremos alertas-

Dijo Lalvia dejando la habitación

-Sera mejor que yo también me valla-

Los mire a todos despidiéndome

-Gerardo-

Me llamo Rage, yo lo mire sobre el hombro

-Estate alerta, todos estamos en peligro, lamento mucho que te hayas visto envuelto en un problema que no es tuyo-

Podía sentir en sus palabras una pena genuina, enserio lo lamentaba, suspire sonriendo

-Eduardo es mi mejor amigo, casi como un hermano, todo lo que tenga que ver con él es mi asunto-

Eduardo me miraba emocionado y con los ojos brillosos, yo me sentía igual, si seguía unos instantes ahí, iba a empezar a llorar a moco tendido así que salí de la casa. La noche estaba despejada y el calor sofocante, un trago era lo  que necesitaba

-Humano-

Lalvia estaba recostada contra la casa, con una pierna apoyada contra la pared y en la mano un cigarrillo, ella también necesitaba un trago y me había esperado para ir juntos

-Vamos a emborracharnos-

Le dije guiñando un ojo, ella sonrió mostrando sus filosos y largos caninos. Llegamos al bar y nos sentamos en el lugar que antes era mío y de Eduardo y ahora era mío y de Lalvia, pedimos una botella de vodka, luego de brindar nos tomamos el primer trago de un solo tiro, ambos permanecimos en silencio bebiendo de a pequeños sorbos

-¿nunca te sientes sola?-

Le pregunte a Lalvia, ella me miro sorprendida

-Estado tantos siglos solo conmigo misma que ya no sabría qué hacer con alguien más a mi lado-

Respondió sacando un cigarrillo y prendiéndolo, me ofreció uno, yo no fumaba, pero esta noche que más daba, le acepte y lo encendí

-Pero aun no respondes a mi pregunta-

Ella me observo unos segundos antes de responder

-Decirte que me siento sola es reconocer una debilidad y no me gusta ser débil-

En pocas palabras era “si me siento sola pero como soy una vampira lesbiana que patea traseros no me puedo sentir así”, sentí lastima por ella, era tan hermética y cerrada en si misma que jamás lo admitiría ni haría nada por remediarlo

-Ahh…necesito sexo-

Me informo ella mirando al lugar, estaba en modo cacería

-Mira lo que tenemos al fondo-

Me dijo tomando otro trago de vodka y sonriendo solo para mí, mire a donde me había dicho y dos preciosuras rubias y llenas de silicona reían tontamente

-Vamos-

Me dijo parándose de su silla y agarrando la botella de vodka

-Ehmm…hoy no me siento con ganas-

Le dije apartando la mirada de las rubias que habían empezado a cruzar y descruzar las piernas en una clara invitación

-No jodas humano son dos-

-eso nunca te ha representado un problema-

Le dije riendo

-Esta noche también necesitas de un poco de sexo anónimo, así que no me hagas arrastrar tu triste culo-

Tenía razón, luego de la bomba que nos había lanzado Rage bien podría ser esta nuestra última “cena”

-Después de ti-

Le dije a Lalvia, ella rio complacida y lidero la marcha hasta la mesa de las niñas plásticas. Conversamos un poco bebiendo y fumando, las muchachitas eran estudiantes de intercambio, rusas, ellas ya estaban ebrias, y Lalvia y yo les seguíamos los pasos

-Que les parece si seguimos esta fiesta en otro lado un poco más…privado-

Dijo Lalvia guiñándoles un ojo y sonriendo tan seductora que hasta una piedra se habría mojado

Ellas rieron y hablaron en su lengua, luego de ponerse de acuerdo salimos los cuatro tambaleándonos. Lalvia tenía agarrada a una de las rubias por la cintura, la mujer le besaba el cuello y le acariciaba el culo a Lalvia, yo y la otra caminábamos sin tocarnos, no mentía cuando había dicho que no estaba de humor.

-Que desean tomar-

Pregunto Lalvia abriendo la puerta del departamento, las dos rusas contestaron a coro

-Vodka-

-Pues vodka será-

Las rubias se sentaron en el sillón y empezaron a reír y hablar en ruso, yo me sentía un idiota así   que seguí a Lalvia a la cocina

-Lalvia enserio no estoy de humor-

-Humano no seas patético es solo un polvo, es más, si quieres la hipnotizo para que cuando acabes con ella se valla al instante y no te pida esa mierda de abracitos post follada-

En ciertas ocasiones, Lalvia podía ser mucho más despiadada con las mujeres que un hombre

-No, está bien, yo me hare cargo-

Le respondí resignado. Solo alcanzamos a tomar un vaso más de Vodka, Lalvia estaba tan caliente, que poco más y desviste a la mujer frente a nosotros, tomándola de la mano fueron a la habitación de ella y se encerraron, yo me quede a solas con la otra que miraba a los lados

-Este…quieres ir a mí-

Pero ni siquiera había terminado la frase cuando la rubia ya estaba de pie moviendo la cabeza afirmativamente, valla nunca había sido tan sencillo. Apenas entramos y cerré la puerta la mujer se me abalanzo a la boca, su lengua me penetro y su manos recorrieron mi pecho bajando por mi vientre, sus enormes senos se refregaban contra mí con fuerza, sus manos hábiles me subieron el polo quitándomelo de un tirón, ella siguió con la ligera blusa que traía, Jesús, esos senos eran como dos melones maduros, ella pellizco sus pezones diminutos y rosados poniéndolos tiesos, empezó a retroceder con una sonrisa lasciva en los labios, se sentó en la cama y abrió las piernas, ahí mierda , no tenía ropa interior, su raja estaba completamente depilada y mojada, a pesar de la distancia vi el brillo de su liquido sobre sus labios vaginales, mi polla se erecto al segundo golpeando contra el pantalón, rogando que la dejara salir a jugar, ella me llamo con el dedo, y sus piernas se abrieron aún más, en un segundo me puse delante de ella, me bajo el pantalón y los boxers con un jalón, mi polla brinco y su boca voló a chuparla, dios , era una maldita aspiradora, me succionaba la verga como si en lugar de pulmones tuviera un motor, sus labios se ajustaban deliciosamente alrededor de mi tronco, subiendo y bajando mientras una mano me masajeaba las bolas, su lengua experta recorrió mi glande mientras con la mano lo apretaba, hiso salir una gota de mi líquido y lo esparció con la punta de su dedo, esta mujer era una maquina sexual, ella me soltó el miembro y se paró frente a mí, me beso los labios mordiéndolos y penetrándome con su lengua, luego me dio la espalda y se arqueo ligeramente sobando sus nalgas contra mi verga, avanzó un poco más y se acomodó en la cama a cuatro patas, el culo perfectamente redondeado a mi merced, la tome por las caderas para traerla más al borde de la cama, ella rio y se dejó atraer, pero antes de penetrarla con mi pene le metí un dedo a la raja, estaba mojadisima, gimió fuerte moviendo en círculos sus caderas con mi dedo aun ensartado en ella, era todo lo que podía soportar, agarre mi verga y la puse en la entrada, me succiono como lo había hecho su boca, de golpe entro todo y ella se empezó a moverse contra mí, entrando y saliendo

-¿Te gusta fuerte no?-

Le dije jalándola del cabello, su cuerpo se contorsiono elevando más el culo, se la metí hasta el fondo sin compasión, ella grito y se aferró al cubrecama, la saque toda y se la volví a meter con fuerza mientras le jalaba el cabello, era una yegua siendo domada, le solté el cabello, y la tome por la cintura, decir que se la metía era poco, la perfore como un taladro hidráulico entrando y saliendo con fuerza y con velocidad, estaba a punto de vaciarme, pero como no me había puesto condón no me quise arriesgar y venirme dentro de ella, la tome por el pelo sin importarme si le dolía o le gustaba y la hice sentarse frente a mí, ella abrió la boca sabiendo lo que venía, tome mi verga con una mano y me empecé a masturbar, ella se relamió esperando su regalo, sentí mis nalgas tensarse, y eyacule sobre su cara, ella se tragó lo que le había caído en la boca y lo que le chorreaba por los pechos lo recogió con un dedo y se lo llevo a los labios chupándolo como el más rico manjar, en otro momento me habría parecido excitante, delicioso, la verga se me habría vuelto a poner dura, pero esta vez lo vi todo tan sucio, tan asqueroso, tan impersonal, solo un polvo cualquiera, lamente no haber dejado que Lalvia la hipnotizará para que se fuera, no quería tenerla cerca de mí, estaba a punto de pedirle lo más educadamente posible que se fuera, pero no hiso falta, ella ya estaba completamente vestida y tomando su cartera, ni siquiera me miro cuando salió de la habitación. A pesar de haber tenido un orgasmo me sentía tenso, esa sensación de vacío me presionaba el pecho, frustrado me puso el bóxer y Salí a la sala en busca de una trago más de aquel vodka, la sala estaba oscuras pero distinguí en la penumbra un cigarrillo

-Eso fue rápido-

Dijo Lalvia dándole una calada a su cigarrillo

-Lo mismo digo-

Le respondí sentándome frente a ella sin prender las luces

-Es solo un entretiempo-

  • ¿no te cansas nunca de lo mismo?-

Le pegunte tomando la botella y bebiendo directo de ella

-Haber humano tengo 600 años en este planeta eh visto de todo y hecho de todo, para mí ya no hay nada nuevo-

-¿No crees en…en el amor?-

Lalvia rio amargamente ante mi pregunta

-Humano, esa palabra no existe en mi diccionario y tampoco debería en el tuyo si sabes lo que es bueno-

Tome otro trago y suspire sintiéndome harto y cansado de cuanto me rodeaba

-Y tu hermana y Eduardo-

-Siempre hay una excepción humano, y ellos lo son, puedo ver en sus mentes la adoración y amor, han sido muy afortunados eso no lo puedo discutir-

-Entonces si crees en el amor-

Le pregunte esperanzado

-Creo en el amor que se tienen ellos eso es todo, el resto para mi es la misma mierda, follar, beber, pelear-

Nos quedamos en silencio ella fumando y yo bebiendo

-¿Nunca te has enamorado?-

Le pregunte temiendo que me mandara como era su costumbre a la mierda, ella se quedó en silencio y a pesar que no la podía ver por la oscuridad la sentí revolverse en su asiento tensa

-Haces las preguntas más idiotas humano…no ha aparecido hombre que me haga sentir tal cosa-

De la nada una forma se materializo en medio de la sala, mi susto fue tal que caí de espaldas con sillón y todo chillando como una niñita, Lalvia dio un salto en el aire y saco una daga que brillo atraves de la oscuridad, donde la guardaba ya que estaba solo en ropa interior nunca lo sabremos, ella descubrió los colmillos gruñendo, de pronto la luz se encendió, un hombre casi tan ancho como la puerta que tenía detrás nos observaba calmado, la mandíbula cuadrada y prominente estaba relajada, los ojos de un azul eléctrico se mantenían fijos en la daga que sostenía Laldia

-Buenas noches-

Continuara…