Un encuentro casual

Esta es una pequeña historia de una vivencia que tuve muy recientemente y en la que disfrute mi faseta como chica con un hombre que me trato y me hizo sentir como tal, espero sea de su agrado, tanto como para mi fuè el vivirlo, la verdad es que como en Jalapa es muy poca la gente que me conoce, me anime a hacer realidad algo que tenìa en mente desde hace mucho tiempo, esperemos que se vuelva a repetir, besos... Melina.

UN ENCUENTRO CASUAL

Hola, antes que nada déjenme presentarme, soy una chica travestí de closet, mi nombre como chico, por obvias razones no lo doy, aunque mi nombre de chica es Verónika Melina, tengo 30 años y soy bisexual, lo que quiere decir que tanto me gusta tener relaciones intimas con chicas, también me encanta estar con chicos que me traten como una dama, ya que eso si, nunca he estado con un chico estando yo como tal, mas que en mi faceta de chica y aunque mi atracción por sentirme una chica inicio aproximadamente cuando tenia 12 años, y mi primera ves que tuve relaciones fue teniendo 15 con un primo de una novia que tuve, mi plenitud como chica se da hasta hace aproximadamente unos 5 años que fue cuando vivía con una chica que era bisexual al igual que yo y que empezó ella misma a hacer crecer en mi el deseo por los hombres, aunque actualmente ya no nos vemos, bueno después de esto les paso a relatar mi historia.

Recientemente por cuestiones de trabajo estuve en la ciudad de Jalapa, Ver. Lugar en donde hay cierto consentimiento hacia chicas travestis y transexuales y chicas genéticas que se dedican a ejercer la prostitución, una noche en que estaba en el hotel donde me hospedaba se me ocurrió la idea de salir a dar un paseo por algún antro gay y asistí a uno que se encuentra en una zona muy céntrica y que aunque es un lugar muy pequeño, es agradable el ambiente y puede estar una sin problemas, (ojo, asistí vestido de chico), pues bien, resulta que al estar ahí, empecé a entablar conversación con un hombre de unos 45 años, alto, muy bien vestido y arreglado, estuvimos platicando por espacio de unas tres horas, en las que no hubo ninguna insinuación por parte de ninguno de los dos hacia el otro, solo como dos buenos amigos, hasta la hora de salir, le dije lo siguiente.

-Bueno Juan me tengo que retirar (Juan era su nombre).

-Yo también ya me voy, si gustas te doy un aventón a tu hotel.

-No gracias, no es necesario.

-Esta bien, nos vemos en otra ocasión.

-Perfecto, hasta luego.

Ahí quedó toda la conversación y me retiré a mi hotel, que quedaba cercano al lugar en donde fui.

Al día siguiente que era sábado, decidí asistir nuevamente, después de bañarme y arreglarme (otra ves de chico), al llegar me llevé la agradable sorpresa de encontrar otra ves ahí a Juan, y acercándome después de haber ordenado una cerveza para mi, lo saludé y el me invito a compartir con el su mesa.

Ya teníamos aproximadamente una hora de platica cuando me di cuenta que estaba mirando con mucha atención a una chica travesti muy guapa, morena, delgada aproximadamente de 1.70 mts. de estatura y arreglada de una forma muy elegante aunque juvenil, ya que dicha chica no tendría mas de 22 años, pero muy guapa y bien formada, haciéndome comentarios que empezaron a hacerme sentir con una excitación y un palpitar de mi corazón cada ves mayor y mas acelerado.

-Ya viste que bien se ve, esta bien rica, solo de imaginar el cuerpo que se le ve también y todos sus encantos que oculta. Esto lo decía mientras sonreía de forma por demás lujuriante.

Cabe hacer el comentario que desde que iniciamos nuestra platica el día anterior, en ningún momento dio muestras de evidente homosexualismo o bisexualismo, aunque en ese momento no dejó lugar a dudas de que además de ser tolerante, también practicaba o sentía atracción por este estilo de vida.

La velada continuó con pláticas acerca de su atracción por las chicas travestis, y experiencias sexuales que ya había vivido hasta ese día, pero aun así sin ningún tipo de insinuación ni nada por el estilo, por parte de ninguno de los dos, dieron las 2:30 hrs. Y decidí que era hora de marcharme, ya que tenía compromisos al día siguiente, por lo que le comunique a Juan mi decisión y el nuevamente se ofreció a llevarme a mi hotel, aceptando yo esta ves.

Llegamos al hotel y yo me sentía toda ganosa aunque algo intimidada, por lo que al llegar solo nos despedimos cortésmente e intercambiamos números de teléfono por si de repente a alguno se le ocurría llamar al otro.

Paso una semana y no hubo ni llamadas del uno al otro ni asistí al lugar, lo que si en las noches cuando llegaba al hotel y me travestía, me dedicaba a pasearme ya a altas horas de la noche por el hotel de forma furtiva, imaginando que iba Juan a mi lado, siempre cuidando de no encontrarme con nadie en los pasillos, bajaba por escaleras, subía uno o dos pisos por el ascensor y me paseaba por el hotel hasta regresar a mi habitación después de una hora de pasearme, pensando en ese hombre.

El siguiente viernes nuevamente aparecí por el local en donde conocí a Juan cerca de las 22:00 hrs. y me ubiqué en una mesa cercana a la pista pidiendo una cerveza, no había pasado ni media hora cuando llegó Juan, e igual que siempre muy bien arreglado y se veía muy guapo, con su voz ronca y profunda me saludo por mi nombre de varón, y empezamos a platicar de cosas superficiales que nos habían pasado a lo largo de la semana, hasta que llegó nuevamente la chica del sábado anterior y se desvió la conversación hacia ella.

-Mira que bonita esta esa niña.

Esta ocasión vestía un pantalón blanco entallado y una blusa roja que se amarraba al frente y con mangas como abombadas en los hombros y cuello con solapas altas, así mismo calzaba unas zapatillas rojas de tacón bajo muy sensuales.

-Pues si se ve muy bien, tienes razón. ¿Por qué no le invitas algo o le haces la plática, si gustas me puedo retirar de aquí para que te sientas cómodo?

-¿No como crees? Esta muy linda, pero la verdad es que me siento muy intimidado para invitar a una chica y mostrarme abiertamente como bisexual, me encanta poder estar con una chica travesti, y mas si es bonita, pero ella se ve muy niña, a decir verdad me voy mas por chicas travestis que se vean ya un poco mayores que ella, además gusto de verlas vestidas de manera un tanto mas formales y con ese toque de encanto que les da la edad a las mujeres mayores a esa edad.

-Pues en eso tienes razón, siempre como que el que te llegue a ver alguien conocido en algún lugar así como que da cierto temor y más si te ven con una chica flirteando, a decir verdad yo también prefiero lo discreto.

-Bueno, pero también como te digo, me encanta el tipo de travesti que gusta de usar medias, ligueros, tanguitas, zapatillas, chicas que cuidan así como su aspecto en cuanto a su maquillaje y ropa, también los detalles de coquetería.

Dios mío que acababa de escuchar, justo lo que a mi como chica mas me agrada el cuidar, por lo que se había alimentado tanto mi espíritu fetichista y mi gusto por lo femenino.

Seguimos platicando por espacio de una hora mas hasta que decidí que era hora de retirarme, ya que la verdad me daba mucha vergüenza el abrirme completamente y declararme travesti frente a Juan.

-Bien, pues yo me retiro, nos vemos luego.

-Espera, pago y te acompaño hasta tu hotel, no traigo carro hoy y me queda de paso el acompañarte.

-Bueno si gustas ahora te llevo yo a tu casa, yo si traje auto hoy, por que me quedé en otro hotel y esta un poco mas retirado en el que estoy hospedado hoy.

-Perfecto, gracias.

Salimos del local y abordamos la camioneta que traía, una tipo voyager, de esas que traen dos asientos independientes adelante y dos hileras mas de asientos en medio y hasta atrás. Misma que tenía los cristales oscurecidos de fábrica, detalle que no pasó desapercibido para Juan.

-¿Que tan buenas son estas camionetas?

-Pues como todos los vehículos, cuidándolos no dan lata.

-Tienes razón, y ¿tú le mandaste oscurecer los vidrios o ya los traía así?

-Ya los traen así, y resultan muy prácticos, sobretodo para cuando no quieres que vean hacia adentro ( y le lancé una sonrisa cómplice).

-Muy cierto, lástima que hoy no hay nada que no queramos que no se vea.

-¿Y como sabes. Que tal si encuentras una chica travesti como a ti te agradan? ¿A poco no le harías nada?

-¡Uy! Pues va a estar medio en chino encontrar algo así.

-¿Quién sabe? Tal ves esta mas cerca de ti de lo que te imaginas.

Entonces volteo Juan y se quedo mirándome a los ojos.

-De verdad ¿eres travesti o te estas burlando de mi?

-Dime ¿Qué harías si es que en verdad lo fuera?

-No sé tendrías que averiguarlo tu misma.

Cuando me dijo eso… "tu misma", eso fue lo que accionó el botón para decidirme a entregarme de una ves por todas a Juan.

-Muy bien, pero sería un poco incomodo en la camioneta ¿no crees?

-Mira, ¿Te parece si te cambias aquí y vemos si vamos a algún lugar?

-Esta bien, acepto la propuesta.

Juan me dirigió a un estacionamiento público que estaba vacío y en el que no se veía ni un alma, la verdad me dio un poco de miedo pero esa misma sensación de peligro hizo que mi excitación aumentara y puse mano a la obra en mi arreglo, que a decir verdad ya tenía planeado, pues ya desde que me bañe en el hotel, me rasuré las partes que se ven sexys sin vellos y traía conmigo mi equipo para mi transformación. Mientras Juan hacia las veces de vigía.

Pasé a la parte posterior de mi camioneta y me desnudé dejándome solamente el corset con liguero, las medias negras y mi tanga de hilo dental que vestía debajo de mi ropa de chico, procedí a colocarme mi blusa blanca de seda y una falda azul que me llegaba arriba de mi rodilla por poco y que se ajustaba a mi cuerpo haciendo que lucieran mas mis nalgas.

Procedí con el maquillaje, aplicando la base en un tono bronceado, apliqué sombra para ojos en tonos azules, me enchiné mis pestañas y me aplique rimel, perfilé mis labios con un tono café oscuro y rellené el interior con un tono cobrizo.

Para terminar, peiné mi cabello que tengo un poco largo dándole volumen y finalmente me calcé mis zapatillas negras. Y fue cuando abrí la puerta deslizable trasera y apareció Verónica Melina frente a Rafael.

-¡Vaya que te ves rica! Y ya que preguntaste que te haría de ser travesti es momento de que te lo demuestre.

Se acerco a mi, me abrazó y poco a poco fue acercando sus labios a los míos, a lo que yo me dispuse a jugar un poco a fin de enardecerlo y que me deseara mas, ya que al estar a escasos milímetros de que me besara, me voltee en otra dirección, haciendo que se siguiera de frente, volvió a intentar acercárseme y nuevamente reaccione de la forma anterior, hasta que dijo desanimado.

-Pensé que ibas a ser un poco menos difícil.

-Hijole que difícil soy ¿verdad?

-Si ya me desanimé.

-¡Uy! Que fácil te rindes.

Me acerque rápidamente, lo abracé y le entregue uno de los besos mas apasionados y llenos de deseo que he dado en mi vida, primero con fruición, chupe su lengua y poco a poco mordía sus labios suavemente sin dañarlo, pero haciéndolo que se encendiera y empezara a emitir bufidos de deseo, mientras me abrazaba.

Poco a poco fui sintiendo como iba creciendo su bulto entre sus piernas en la medida en que lo besaba y el me acariciaba por completo mi cuerpo, ahí en medio del estacionamiento, junto a la camioneta, poco a poco fui acariciando su rico pene por sobre su pantalón, y sentía su calor trasmitirse a través de la tela, lo sentía vibrar en mi mano mientras le hacía una masturbación sobre su falo con su ropa de por medio, estaba el recargado sobre un costado del vehículo y me detuvo haciéndome un paso hacia atrás para desabrocharse su pantalón y su boxer, dejando expuesto al aire libre toda su masculinidad para que después de admirarla con detenimiento me acercara poco a poco para empezar a acariciarlo suavemente, despacio, disfrutando cada milímetro de su fibrosidad expuesta.

Era un gozo indecible el que experimentaba al sentirme excitada por la situación presente que vivía, estar al aire libre acariciándome con un hombre tan varonil y tan guapo en plena calle, acariciando su pene tan lleno de vitalidad.

Mientras nos besábamos yo acariciaba su miembro erecto y el poco a poco empezó a acariciarme trepando por mis piernas hasta llegar al borde de mis medias a medio muslo y el al darse cuenta de dicha prenda, se encendió mas de lo que ya estaba hasta ese momento, subió todavía un poco más hasta adentrarse en mi tanga donde haciéndola a un costado sacó mi pene ya también erecto y empezó a sopesarlo con su calida mano, me subió un poco la falda, dejando libre mi pene y nos abrazamos dejando nuestros penes acariciándose uno con el otro, sintiendo el calor mutuo que emanaban, mezclándose los jugos que hacían obvia nuestra excitación.

Después de un lapso que se me antojo eterno por el placer que experimentábamos, empecé a sentir la necesidad de sentir su cálido miembro dentro de mi boca, me hinque en el piso del estacionamiento, haciéndolo que se sentara en el borde interior de la camioneta y comencé a prodigarle caricias con mis labios, primero de modo exploratorio unos pequeños besitos, luego recorrí con fiereza todo lo largo de su tronco con mi lengua, desde sus testículos, hasta llegar a la cabecita que tenía descubierta por tener su circuncisión, esta operación la ejecuté repetidas ocasiones, arrancándole suspiros de placer a Juan, después, al tenerlo ya bien lubricado con mi saliva, decidí emprender una acción más efectiva, acerque mi boca a su cabecita y lo engullí, poco a poco sus bien puestos 20 cms. según calculé al medirlo con mi mano que aunque no es muy grande si alcanza estando extendida la medida de una cuarta (20 cms.), teniendo un diámetro aproximado de 4 cms.

Lo succionaba a veces rápido, a veces despacio, alternaba mis mamadas, con chupeteos por los costados de su tronco, en realidad no se cuanto tiempo estuvimos así, pero habrá sido cosa de unos 20 minutos, cuando repentinamente empecé a sentir que su respiración se hacía mas y mas agitada y su pene comenzó a hincharse por lo que me aparte un poco y comencé a manipularlo con mi mano, mientras únicamente acariciaba su cabecita con mis labios y comenzó a eructar borbotones de rico semen, uno y otro, y otro más en total emitió unos 6 o 7 trallazos de semen muy abundante y espeso, cayendo este en mi boca, cara, cuello, y cabello, dejándome toda pringada de este, haciéndome sentir muy caliente, se acerco a mi y me dio un beso de lengua muy rico y en el que compartimos sus restos de semen que había depositado en mi boca.

-Ahora es tu turno mi reina

Me subió a la camioneta y cerro la puerta, me senté en uno de los asientos y el se acercó para besarme nuevamente, me acariciaba estando yo con las piernas abiertas y el hincado frente a mi con su pene algo flácido en la entrada de mi cavidad anal, acariciaba mi pene con sus manos, y yo hacía por alcanzar el de el para estimularlo y hacerlo erectarse nuevamente, pero al ver que de momento no se conseguía el propósito, tomó la iniciativa de bajar su cabeza a la altura de mi entrepierna en donde se dedicó a acariciar mi ano, pene y testículos alternadamente. Primero me acariciaba con la lengua en mi estrecho ano, haciendo por introducirla en él, de ahí pasaba a acariciar mis testículos y se brincaba hasta mi pene succionándolo y a la vez presionando con sus labios a lo largo del tronco, seguidamente me dio a chupar uno de sus dedos y empezó a acariciarme alrededor de mi ano hasta que poco a poco lo fue penetrando arrancándome quejidos por el doble gozo que experimentaba, primero al sentir como me succionaba y el sentir la penetración de su dedo. Estaba aumentando el calor por la excitación en los dos y nuevamente se erecto su pene, mismo que acercó a mi cuevita hirviente de deseo e inicio penetrándome en la misma posición en la que se encontraba, el hincado entre mis piernas y yo sentada, posición que mantuvimos por un lapso de unos cinco minutos en que estaba gozando al máximo, posteriormente, se salio de mi interior y fue a sentarse a otro de los asientos posteriores, en donde yo llegué y me senté sobre su falo haciéndome doler un poco, pero soportándolo ya que ese dolor en muy poco tiempo se convirtió en un disfrute como pocos, así, mientras el me penetraba estando yo cabalgándolo, el masturbaba mi erecto miembro que ya emitía algo de liquido transparente que anunciaba mi próximo orgasmo.

Me levanté de la posición que tenía y me recosté en la alfombra del vehículo y el levantando mis piernas y colocándolas sobre sus hombros volvió a penetrarme, se acercaba hasta besarme y seguía manipulando mi miembro, ya había pasado cerca de 45 minutos en que iniciamos dentro de la camioneta y el calor estaba al máximo, en una concupiscencia completa de pasión, me penetraba haciendo circulo dentro de mi trabajado culo, entraba y salía una y otra ves, sentía las gotas del sudor de él cayendo sobre mi cuerpo y esto me enardecía, me besaba y me decía palabras dulces que lo único que hacían era aumentar mi excitación y deseo, me hacía sentir completamente una chica.

Repentinamente sentí que aceleraba sus movimientos y su pene se acercaba nuevamente al momento del clímax máximo, me sacó su verga de mi ano y se retiró el condón y mientras yo tomaba el miembro de él para manipularlo, el hacía lo mismo con el mío, fue entonces que empecé yo a derramar mi semen en sus manos y sobre mi abdomen, gozando como una loca, mientras el empezaba también a echar su rico néctar sobre mi pene ya de por si pringado con el mío propio, se agacho y me succiono mi pene recogiendo todo el néctar de los dos haciéndome gritar de lo exquisito que fue el sentir esta sorpresiva pero muy agradable caricia llena de morbo. Subió hasta mi boca y lo dejó caer en ella mientras yo ansiosa la abría para recibirlo y terminando besándome, los dos, llenos de gozo, sudando por cada poro de nuestros cuerpo y muy cansados.

Después de unos minutos de descansar, nos acomodamos la ropa dentro de lo que se pudo, y nos dirigimos a una gasolinera que se encuentra ya en las afueras de Jalapa con dirección a Veracruz, que ya en altas horas de la noche esta casi vacía.

El entró al baño de hombres mientras yo me dirigí al de señoritas con una maleta en donde cargaba algo de ropita para cambiarme, entre y cerré desde adentro poniendo el seguro, y procedía a desnudarme, echando toda mi ropa sucia en una bolsa para enviarla después a lavar. Procedí a lavarme la cara y retirar todos los rastros de semen que ya se habían secado formando una especie de cáscara, como a penas era la 1:00 de la mañana decidimos que aún había tiempo para ir a dar una vuelta juntos por ahí por lo que me arreglé nuevamente.

Me coloqué otras pantaletas tipo tanga, de encaje y su brasier a juego, pantimedias transparentes en color ala de mosca, una falda gris que me queda muy entallada y una blusa lila y unas zapatillas de tacón alto que tienen cubierta la punta y con tiritas que dejan al descubierto el talón, me maquillé esta ves en tonos grises, nuevamente me apliqué rimel y mascara en mis pestañas, delinee nuevamente mis labios y apliqué un tono lila nacarado a mis labios y otra ves como nueva, salí del baño y ya se encontraba Juan esperando por mí, abordamos el vehículo yendo manejando él y se dirigió nuevamente a Jalapa, llegamos al centro y aparcó la camioneta, descendimos de ella y empezamos a caminar juntos sin dirección fija, a veces abrazados, otras mas tomados de las manos.

Disfruté como no tienen idea del caminar a su lado, el roce del viento sobre mis piernas enfundadas en las pantimedias y escuchar el taconeo de mis zapatillas contra el concreto de la banqueta, me sentía protegida al lado de Juan que sin ser un hombre fornido, causaba respeto su imagen, caminamos por espacio de una media hora y llegamos a la zona de los lagos y en un área aislada junto al lago, nos recargamos en una baranda y empezamos de nuevo con nuestro jugueteo, de besarnos y acariciarnos nuevamente. Dada la oscuridad existente, nos recostamos en un prado con pasto mullido entre matorrales que impidieran la mirada a cualquiera que pasara por ahí.

Nuevamente saqué su pene de su aprisionamiento y comencé a chapárselo, y en menos de lo que les digo, ya estaba listo otra ves para la acción, momento en que el me recostó, subió mi falda hasta la cintura y descubrió que traía pantimedias.

-Y ahora ¿Que hago?

-Pues quítamelas.

-No, me encanta como se te ven, además de su suave textura, tengo una mejor idea.

Acercó su cara a mi entrepierna y con los dientes halo el puente de mis pantimedias, habiendo una rasgadura lo suficientemente grande como para hacer a un lado mis pantaletas y darle salida a mi ya excitado pene, se recostó en el pasto y yo opté por ponerme sobre él para así realizar el infaltable 69, succionándonos mutuamente uno al otro, mientras yo acariciaba su falo con mi boca y manos, el a mi también y a la ves penetraba con un dedo en mi ano y luego otro y otro más, hasta que ya sentía como penetraba el aire fresco por mi culo, me encontraba de lo mas excitada, de solo pensar que aunque era una noche con algo de niebla y oscura, alguien que pasara cerca nos podía descubrir por nuestros gemidos y fue cuando ya no me pudo contener y empecé a vaciarme, momento que capto Juan y me succión con mas fuerza haciendo que saliera de mi hasta la ultima gota y el recibiéndola en su calida boca y bebiéndola toda.

Me levanté y estaba acomodándome para cabalgarlo cuando veo entre los matorrales a alguien observándonos y aunque no dije nada, pude descubrir que estaba masturbándose con nuestra imagen mientras nos entregábamos haciendo el amor, era un chico de no mas de 20 años, que nos miraba con lujuria y deseo y veía como su verga erecta salía de su pantalón y la manipulaba con rapidez.

Poco a poco empezó a invadirme Juan con su miembro, sentía como iba penetrando hasta dentro de mi orto y su calor me invadía, ya una ves acomodado en mi interior, empecé a moverme ahora yo en círculos y haciendo una serie de presiones con mi esfínter sobre su verga dura, caliente y húmeda, mientras tanto nuestro espectador se dio cuenta de que ya lo había visto, entonces me agachaba, besaba a mi hombre en los labios y así fue como le comente que estábamos dando espectáculo y que lo esta gozando mucho, cosa que enardecido a Juan y así mientras me mecía sobre su duro falo, le aventaba a nuestro fisgón miradas de deseo y le enviaba besos para darle confianza y se acercara, pero fueron en vano todos esos gestos, pues nunca se acerco, ya habían trascurrido cerca de 10 minutos cuando empecé a sentir como Juan se derramaba en mi interior, sentía los trallazos disparados de su verga hasta lo mas profundo de mis intestinos, sentía como lo caliente de su leche me hacía sentir algo nunca antes sentido pues era la primera ves que alguien me vertía todo su semen en mi interior sin uso de condón, era una sensación rara que se mezclaba con mi excitación, toda la viscosidad de su semen invadir mi interior y como poco a poco iba escurriendo hasta empezar a gotear a través de mi ya no tan apretado ojete y mientras gemíamos por causa de los estertores del orgasmo, veía como nuestro fisgón se derramaba entre los arbustos a no mas de 10 metros de nosotros, se guardaba su miembro y se retiraba de la escena.

Juan y yo quedamos en la posición en que estábamos realizando nuestro acto de lujuria y deseo, yo acuclillada sobre el y el recostado sobre el pasto, nos besábamos con ternura y todavía con algo de deseo, hasta pasados unos 5 minutos reparamos en que ya eran cerca de las 4 de la madrugada y en menos de dos horas amanecería, por lo que rápidamente nos levantamos nos acomodamos la ropa, yo me retoque rápidamente el maquillaje y enfilamos hacia una calle cercana, en donde abordamos un taxi que nos llevó hasta donde dejamos la camioneta, ya en ella, me cambie de ropa y me dí cuenta de cuanta leche salía de mi ano, esa leche que deposito Juan en mi interior y que tanto disfruté al recibirla, nos besamos una ves más y me cambie de ropa.

Una ves cambiada me dirigí a dejar a Juan a su casa y quedamos en vernos en la noche, llegué al hotel y me puse a recordar todo lo vivido por la noche y para no olvidar algún detalle, lo escribo aquí, hoy en la noche veré a Juan nuevamente, por cierto, en el camino a su casa, platicamos de la posibilidad de que el contactara a un amigo que al igual que el, le atraen las chicas travestis como yo, para ver que podemos hacer juntos los tres, a ver que pasa, ya les contaré si es que es algo interesante, si alguien tiene algún comentario o desea que nos conozcamos, escríbanme a (veronikamelina

@hotmail.com)

, podemos pasar momentos de muy rico gozo mutuo, lo único que pido es que sean gente de muy amplio criterio, sin inhibiciones, abiertos a todas las variantes de este tipo de relaciones, y eso sí, que sean completamente sanos y que no hagan uso de ningún tipo de droga, besos

Verónica Melina.

Esta fotografía me la tome el día que salí con Juan, antes de irme al antro.