Un dulce y amargo recuerdo (Parte 1)
A veces el deseo te siega, esta es la historia de Micaela.
… No me gusta comenzar mi día sin hacer mi rutina mañanera, consiste en hacerme café, hacer mis ejercicios matutinos y ver televisión. No soy persona de madrugar, eso no va conmigo pero ahora que voy a la universidad mis clases comienzan a las diez de la mañana lo que me da tiempo a ver televisión y hacer demás cosas. Estudio psicología en una universidad privada de mi país. Me llamo Micaela, tengo aproximadamente veintiún años, estoy soltera y esto es una parte de mí.
Hoy es 23 de marzo y mi día comienza con el pie derecho lo que significa que todo lo que haga en el día de hoy me saldrá de maravilla, salgo de mi cómoda y espaciosa cama y me dispongo a darme una ducha la cual dura algunos quince minutos si no tengo que lavar mi cabello. Era una mujer con obesidad, me canse de estar así y puse de mi parte y comencé una buena alimentación y hacer ejercicios, los cuales me ayudaron a entrar la masa corporal que necesita mi altura y mi cuerpo, no soy del todo delgada pero peso doscientas libras menos las cuales me hacen sentir la mujer con el mejor cuerpo del mundo. A mis dieciséis años le dije a mis padres que era lesbiana, lo cual para mi madre fue una noticia no del todo buena ya que soy hija única y para mi padre fue algo normal, nunca viví con él y nunca le importe lo que su opinión a mí no me importaba en absoluto. Para decir verdad nunca me di la oportunidad de estar con un hombre en la sexualidad me parecían algo tosco y brutos, siempre me gusto la delicadeza y el buen trato y sabía que solo las mujeres me lo podían otorgar ya que a ellas le gusta lo mismo. Tuve aproximadamente dos novios y los dos fueron unos imbéciles, daban náuseas y nunca me atrajeron sexualmente los categorizo como mis mejores amigos con besos aceptados. Ahora bien, cuando cumplí mis diecisiete estuve sexualmente por teléfono con mi primera mujer, me excito al máximo ya que comenzó hablarme con sensualidad y simplemente me excito no cabe más. A los dieciocho, estuve con mi primera novia la cual duramos dos años y medio, fue una relación muy intensa por así decirlo, fue algo que teníamos más discusiones que momentos felices y los momentos felices los resolvíamos con sexo. Luego de un tiempo la relación se enfrió y ambas tomamos la decisión de terminar por el buen camino aunque químicamente la sexualidad entre ambas nunca enfrío siempre estuvo la llama encendida, como le dicen.
Ya cuando por fin estaba soltera con algunas libras\kilos menos me dije a mi misma que esta sería la oportunidad perfecta para estar con un hombre, claro está sin una relación solamente sexo, a casi la mayoría de los hombres le encantaría que una mujer solo quiera sexo lo cual anotaba puntos a mi favor. En la noche del sábado, tenía una salida con varias amigas de la universidad, una salida de chicas. Para ese día decidí vestirme para acaparar miradas, buque en mi armario un traje color negro con lentejuelas color plata en el borde, el traje era pegado me llegaba justo siete pulgadas debajo de mis glúteos, unos zapatos de tacones alto los cuales me harían ver como una modelito, un maquillaje sin exagerar ya que no soy de las chicas que le encanta maquillarse todo el tiempo y el cabello ondulado pero suelto. Eran las ocho de la noche y tenía que pasar por Estela, mi mejor amiga. La había invitado porque quedamos las chicas de la universidad llevar más gente para conocernos y en plan de socializar. Llegamos a la discoteca y pedimos algunos tragos, en eso miro al muchacho que trabaja en el bar y tuvimos un cruce sexualmente de miradas ambos sonreímos yo tome mi bebida Estela la de ella y nos fuimos del bar hacia donde estaban las chicas.
Micaela: Hola Chicas, esta es mi mejor amiga Estela – se las presento y ellas rápido la saludaron y la entraron en ambiente.
Adriana: Hola Estela, yo me llamo Adriana, la de azul es Roxana, la de violeta es Yimar y la de negro con turquesa es Alexa. – les presento cada una señalando con su dedo pulgar.
Estela: Hola Chicas, como les dijo Mica yo me llamo Estela. – rápido entraron en ambiente y comenzaron a ligar y a reír.
Yo por mi parte no buscaba con la mirada al chico del bar, a decir verdad no estaba mal y para comenzar la noche sería un buen ligue, podría tener bebidas para mí y mis amigas gratis y eso me hacía bastante feliz. Al pasar un rato el Dj coloco una canción con mucho ritmo lo cual mis amigas y yo nos dirigíamos con nuestras bebidas al centro de la pista para bailar, algo así como baile lésbico si una mujer heterosexual y religiosa lo llamaría. Al cabo de algunos treinta minutos un mesero nos lleva unas copas lo que cada una ya había pedido anteriormente el mesero se me acerca y….
Mesero: Hola chica, esto te lo envía el – dice señalando a mi chico del bar – es para ti y para tus amigas.
Micaela: Oh, okey... muchas gracias – busco una libreta de mi bolso y le envió una nota que lleva escrito la palabra “gracias” y un beso con mi labial – oye, le ¿podrías dar esto a tu compañero? – el mesero asiente, reparte las bebidas a mis amigas y desaparece entre la multitud.
Micaela: Chicas les propongo un brindis, porque haya más noches como esta, porque haya más bebidas gratis como estas y por nosotras que estamos solteras. ¡SALUD! – todas brindamos y nos reíamos. Al cabo de un buen rato, les digo que necesitaba ir al tocador, necesitaba ir a retocarme el maquillaje y obviamente a ligar alguna chica que quiera un par de besos y algunas caricias.
Cuando estoy llegando al baño mi chico del bar me detiene, me aguanta por un brazo y me lleva imagino a la salida de la parte de atrás del lugar, allí nos besamos, besos lentos suaves, caricias por mis piernas, su lengua se encuentra con la mía y ambas bailan una danza que nosotros provocamos, ya tenía la respiración un poco agitada, lo aguanto por la cintura y lo acerco a mi cuerpo, noto su miembro chocando con mi abdomen, sentía unos grandes escalofríos solo quería que me tocara, quería sentir sus dedos penetrándome hasta llegar a un orgasmo. A mitad de los besos el me pregunta que si deseaba que me tocara a lo cual solo pude asentir con la cabeza.
Me levanto el traje y me rozo con la yema de sus dedos mi clítoris ya a este tiempo estaba húmeda, con el solo roce de sus dedos me estremecí, hacia círculos los cuales me volvían más loca de lo que ya estaba dejo de besarme y deposito su cabeza en mi cuello, mordiendo y besando el mismo. Con uno de sus dedos me penetro, y por poco corrompe mi ser, lo penetro despacio lo cual me volvía más loca y eso él no lo sabía lo sacaba con agilidad y así lo hacía una y otra y otra vez, ya estaba perdida por el éxtasis de su penetración, quería sentir algo más grande dentro de mí, sin importar que fuera un desconocido y fuera mi primera vez con un hombre, realmente eso era lo que yo deseaba, no me importaba su pasado ni su presente solo quería sentir su miembro dentro de mi… sin más ni menos, le abrí el broche de su pantalón y sacando aquel majestuoso miembro lo coloque en la punta de mi vagina con mi mano lo apreté y lo roce con mi clítoris (debo agradecer que eso lo aprendí de los videos porno), con mucho cuidado lo coloque en la entrada y le dije que me penetrara, él ni corto ni perezoso me penetro, sentí como todo mi ser se rompía, como inundaba mi cuerpo como me llenaba… lo introducía lentamente y lo sacaba de igual forma, sentía que ya íbamos a llegar al orgasmo y con un movimiento ligero me voltee y me coloque a su disposición pegada y mirando a la pared de espaldas a él me penetro más rápidamente haciéndome estallar en mi propio éxtasis, dejándome sin respiración y acabando con mi ser en unos segundos que para mí fueron horas eternas, saco su miembro dentro de mí y nos dimos un último beso el cual fue el de despedida, arregle mi cabello, mi vestido, mi maquillaje y volví a entrar al lugar con el detrás de mí y dando un pequeño azote de complicidad en mi trasero. Busque a las chicas en la mesa y ya estaban bastante tomadas les dije que se quedaran en mi apartamento ya que yo era la única que residía cerca del lugar al otro día las llevaría a recoger sus autos y ellas de tan ebrias que estaban accedieron.
Llegando a mi apartamento, llegue tan exhausta que tome una ducha y cuando salí ya todas andaban dormidas una encima de las otras en la sala, me dio tanta risa que buque unas sábanas y las arrope, me fui a mi habitación y me quede dormida rápidamente. Al otro día, despierto por el delicioso aroma del café, salgo de la habitación y todas mis amigas estaban hechas un asco pasando la resaca del día anterior, Estela estaba preparando el café, las vi silenciosamente y me fui al baño a darme otra ducha y despertar por completo. Cuando salgo del baño, estaba Yimar afuera del mismo quería pasar a vomitar, si, que asco. Al finalizar la tarde todavía ellas estaban en mi casa, vimos películas, reímos, hablamos de nuestras historias de amor, yo era cien por ciento lesbiana ante ellas y sabían que tenía relaciones con mujeres y hablábamos de lo más normal. Al caer la noche, las lleve a donde estaban sus autos y a Estela a regresar a su hogar. De camino ella me pregunta que a donde había cogido la noche anterior que había desaparecido por un buen rato.
Estela: Mica, para donde cogiste anoche – bien intrigada la muchacha.
Micaela: Para ningún lado Estela, estaba bailando y conociendo personas – sé que es mi mejor amiga y que puedo ser un libro abierto con ella, pero eso era alguna de mis fantasía y solo quería guardármelo para mí.
Estela: Bueno, ¿mañana vamos a comer? – Ella y su hambre eterna – iré por ti, ¿a qué hora paso?
Micaela: Sabes a la hora que yo como ve por mí a las cuatro y media.
Estela: ¡Perfecto!
Nos dimos un abrazo de despedida y me dispuse a manejar hasta mi hogar, entre a la carretera y escuchando la canción de “Gata Bajo La Lluvia” de Roció Durcal, me recordó tanto a mi ex pareja ya que se la había dedicado cuando decidimos terminar la relación. Llego a mi hogar y busco mi computadora portátil y comienzo hacer mis tareas, soy de las personas que cuando comienzan algo hasta no terminarlos no se salen de las computadoras. En eso suena mi móvil con un mensaje de Yimar en un grupo de WhatsApp que habíamos creado.
Yimar: Chicas!! Gracias por anoche de verdad que la pase increíble, esperamos que se repita.
Micaela: Ay Yimar después que vomitaste mi baño, ¿Tú crees que yo quiero volver a salir contigo? – en son de broma.
Yimar: Micaela, ni me lo recuerdes. Pero tú eres mi lesbiana favorita así que si vamos a salir de nuevo.
todas ríen
Ya pasadas las diez de la noche, me entra un poco de sueño, verifico el móvil y observo que tenía más de treinta mensajes del grupo de las chicas, cosa que no me había percatado pues lo tenía en modo avión. Cuando me pongo a leer cada uno de los mensajes, observo que Alexa cuenta que desde hace un tiempo está hablando con un chico y que ayer en la salida lo vio pero como él estaba laborando no pudo saludarlo. A mí me entra un escalofrió y rápido pienso que es mi chico del bar, pero luego ella indica que él era mesero lo cual ya respiro profundamente y continuo leyendo… Me quedo dormida con el celular en la mano y me doy cuenta cuando la alarma suena y por poco revienta mis oídos sensibles hechos de porcelana, pego un susto el cual me deja sentada en la cama y hago mi rutina mañanera.
Han pasado ya ocho semanas, resumidamente dos meses…