Un día sí y día no tras el confinamiento
Sinceramente se me había ido de las manos, quizás era por mi estado caliente y excitado a no poder, más salido que una perra en celo, deseoso de polla que estaba, tanto que cuando se me ha puesto uno a tiro ni lo he dudado, acabando con dos en el mismo ascensor.
Un día sí y día no tras el confinamiento
Como suele pasar te levantas calientes, con un empalme de caballo con ganas de saciarlo, pero mi mujer no está por la labor, excusándose con una y otra excusa, soltándome…
- “Tan salido como siempre, además no puedo tengo la regla”.
Como si eso fuera una excusa, pues no hubo vez que no acabáramos haciendo, acabando como… ‘La Matanza de Texas’, pero bueno me tengo que aguantar. De todas formas, tengo previsto una salida a eso de las nueve de la mañana, encuentro que no es otro que, con un conocido, persona que desea darme ‘carne en barra’. Deseando que mi mujer se marche y quedarme solo, pues comenzaré a prepararme para mi amigo, bueno eso y calmar de alguna manera mi calentura… uuummm!!.
Tras quedarme solo, me voy al portátil a modo de ver el correo del trabajo y los emails de comentarios de conocidos, comentarios en referencia a mis experiencias publicadas en ‘www.Todorelatos.com’, pues en otros portales las han publicado sin mi permiso. Donde no hay vez que suelo pensar que he aprovechado mi vida sexual mucho, no poniéndome demasiadas pegas ni objeciones a la hora de practicar algo, dejándome hacer. Y mientras me desvisto, me miro al espejo y me veo, descubriendo que aún estoy aprovechable, claro está no soy aquel chaval que se inició a los trece años, ni ese otro a los dieciocho y los veinticinco años, perro soy la unión de todos.
Muchas veces pienso con cuantos he estado y pierdo la cuenta, no recordándolos a todos, no recordando a cuantos se las he comido y menos cuantos me han follado. Pero si recuerdo los primeros o al menos los que me iniciaron, hombres mayores, ancianos que le temblaban la mano cuando acariciaban un cuerpo joven y desnudo. Vejestorios que me instruyeron como otros no tan mayores, donde me inicie como hetero pues era puro objeto de deseo por ellos, un objeto de vicio que mancillar y la cosa que yo aun sabiéndolo… me dejaba. Incluso me han forzado, pero aquello queda para adentro, pues no me afecto psicológicamente ni nada por el estilo. Tengo muchas experiencias por no decir una infinidad, donde me he dejado contagiar por algunos en sus fantasías, convirtiéndome en lo que decían que no era, haciéndome pasar por otros u otras, pero bueno todo al tiempo.
Comienzo a prepararme con un buen baño y limpieza rectal, gracias a mi última adquisición que es una ducha anal, tras salir limpito del baño, me coloque un tanga de color negro. Estoy súper caliente y salido, dándome por colocarme las pinzas en los pezones, vaselina en mi culito y oler algo de Popper, acabando por coger un pepino que tengo guardado. Pepino de veintiséis centímetros y seis de diámetro, preparado ya con un condón, buscando siempre que sean grandes y a ser posible… gruesos, para poderme dar bien fuerte y hacerme correr solo, preparación que suelo hacer cada día.
Luego voy a la cocina, donde coloco el pepino el agarrador del primer cajón, altura que emula la de cualquier macho, retrocediendo y que este falo resbala una vez tras otra por entre mis glúteos… ooohhh!!. Esto más que ponerme de los nervios me pone cardiaco perdido, mi miembro que para nada esta erecto aunque emana por mi glande un hilo de líquido preseminal, miembro al cual me hice una jaula como para evitar que tuviera erección alguna.
Ante la dificultad de que este juguete no acaba de entrarme, acabe por colocarme de puntillas y en una de esos deslizamiento, acabo por sentir como este se me introduce dentro, metiéndome al menos seis centímetros… aaahhh!!. Centímetros que me quedo inmóvil a modo de adaptarme, esnifo un par de veces más Popper, comenzando ahora el juego de emular la penetración, siendo yo el que mueve las caderas y ese objeto se me introduce… aaahhh!!. Acabando por quedarme quieto e inclinado hacia delante, cuyas nalgas las tengo en pompa y comienzo a abrir y cerrar ese cajón, cuya inercia es un mete saca que me hace morder mis labios o mi brazo ante tanto dolor como placer… aaahhh!!.
Y como los infortunios no vienen solo, puedo decir que, en las cúspides del placer, comienza a sonar mi puto móvil a eso de las ocho y media, no siendo otra persona que llama que la zorra de mi mujer. Cabrona que me hace saber que quizás tenga que recoger yo a los cri@s del colegio, cosa que me jode, pues entonces voy a estar muy limitado de horario. Acabando esta por proponerme hacerle yo un recado, y de este modo no tendría que ir, acabando por ponerme en contacto con mi amigo y hacérselo saber…
- “Tengo un imprevisto x culpa de mi mujer, no sé cuánto tardaré”.
Respondiéndome mi amigo, y acto seguido preguntarme…
- “Okey tú me dices… vale. ¿Cómo estás?”.
Molesto acabo respondiéndole que liado, acabándole por contar que más bien me lio mi mujer en realizarle algunas cosas, cuya conversación fue…
- “Jo… que plan”.
Preguntándole por saber cómo esta, y responderme…
- “De momento bien, con ganas de verte”.
Tras hacerle saber que las mismas ganas que tengo yo, haciéndole ver que las ganas y el deseo es mutuo. Respondiéndome este…
- “Sabes que me gustas, no solo por lo puta que eres, sino porque eres un tío competente”.
Respondiéndole agradecido, y claro está molesto por el plantón dado, aun no siendo mi culpa…
- “Ya me gustaría ser con todos, de momento y por lo que tenemos actualmente, hay mucho enreda suelto”.
Soltando mi amigo…
- “Si, pero sabes tengo ganas contigo, estoy muy caliente, ¡imagínate que había comprado velas nuevas y una soga para jugar contigo… uuummm!!”.
Escuchándole lo último que me ha puesto aún más caliente, y contarle lo que me he hecho esta mañana temprano, nada más marcharse mu mujer a modo de prepararme para él. Contándole…
“Pues yo he comenzado temprano, metiéndome caña…”.
“Me he colocado alfileres en los pezones, ¡siempre que no falten… uuummm!!”.
“Me he colocado la jaula, ¡ante todo sexo con dolor… uuummm!!”.
Soltándome este…
- “No me cuentes más cabrón… que te tengo ganas, uuuffff!!... como me estas poniendo”.
Sigo con mi explicación, pues me gusta ser malo con él, sabiendo bien el castigo que me va a dar. Diciendo…
- “Cuando me he metido el pepino, he echado un par de lagrimones… no por el placer dado, sino por las ganas que tengo de cambiar el pepino por tu polla y no por un calabacín”.
Respondiéndome este…
- “Y yo guarrear… y colocarme contigo, siempre con Popper”.
Preguntándome por el objeto de sustitución…
- “Y Como vas con el cambio, pues el grosor de un calabacín es la polla… eeehhh””.
Respondiéndole que el cambio se nota, pero mi idea es de estar más abierto, no que cada vez que estoy con uno, mi orificio parece más el de un virgen por lo que cuesta la penetración. Explicándole que por mucho que me doy y cada vez más grueso como que no me quedo abierto, diciéndole que los calabacines gruesos como el puño gustan. Soltándome…
- “Ya, normal eso no es plan, pero como una polla y una buena preñada… no hay nada”.
Pero para no alargar aún más, debo decir que finalice la tarea a las doce de la mañana, hora no buena para ir a buscar a mi semental, no quedándome otra que hacérselo saber y dejándolo para otra ocasión. Donde este me ha propuesto…
- “El próximo día no te salva nadie, quiero hacerlo muy guarro y cerdo, quiero follarte a saco, acabando por hacer un 69 hasta corrernos, intercambiarnos la leche de boca en boca”.
Tras colgar, me prepare para irme al menos a correr/caminar, me prepare colocándome mis calzonas (pantalón corto deportivo), el suéter y botines, colocándome mis auriculares inalámbricos y salir. Camine por la ruta habitual, cambiando finalmente la vuelta por quererme pasar a echar la primitiva, pasando por delante de uno de tantos bares, pero que este tenía tres veladores en la calle y ocupado dos de ellos. Veladores que de uno de ellos un señor se me quedo mirando y que me soltó algo que no puede escuchar gracias a mis auriculares, pero que tras echar la primitiva, volví por el mismo camino de vuelta. Viendo de lejos que aún siguen esos consumidores, uno sentado en un velador para cuatro personas, y otro de pie junto una mesa alta… tomándose una cerveza fresquita.
Persona que es un hombre mayor no muy alto, pero sí de aspecto corpulento, cuyos cabellos blancos vana a juego con su mascarilla, mascarilla que la tenía por debajo de la barbilla, pues este estaba fumando y tomándose una bebida. Pues eso, estaba pasando de vuelta, cuando esté que me estaba mirando fijamente le ha dado por soltar, quizás más bien porque pensaría que no le escucharía como la vez anterior, eso de...
- "Hola guapo, ¿Te atreverías a darle una mamada a este viejo carcamal?”.
Dice y calla para poder darle una calada al cigarro, escuchándome responderle…
- "Bueno y… ¡porque… no!!, si la tienes limpia y tienes sitio… cuando quieras".
Sea quedado tan blanco como sus cabellos. Caballero que está entorno a los sesenta años o quizás algunos más, cuya vestimenta era un pantalón de lino, camisa de manga corta blanca a cuadros azules y zapatos. Fue escucharme y segundos después contestarme…
- "Te podrías esperar unos minutos, vengo acompañado por un amigo, y la verdad no esperaba tu respuesta".
Tras contestarle con un vale, esté qué iba en dirección hacia el interior del bar, no sólo para pagar, sino para despedirse del amigo. Cuando sea detenido, dirigiéndose hacia mí, y me dice…
- "Y si en vez de uno… seríamos dos, pues la verdad no sé qué decirle a mi amigo, y si le digo la verdad, este seguro que querrá unirse, por eso te lo pregunto".
Dudo, quizás porque cuando salí de casa por mi cabeza no estaba en poderme liar con uno, como imaginad acabar con dos, pero tras unos segundos en recordar el día de ayer, pensé en porque no. Acabe por hacerle saber que vale, este conforme vuelve a dirigirse al interior del bar, cuando vuelve a detenerse y tras girarse, vuelve otra vez hacia mí. Donde tras llegar, vuelve a preguntar…
- "Por cierto… tú eres un chapero, ya sabes un putito”.
Ante mi cara de sorpresa, acaba este por volverme a soltar…
- “Me refiero a que … tú no cobraras… no!, pues no tengo un 'duro'".
Respondiéndole y dejarle claro… que no, que solo lo hago por el morbo y claro está por puro placer y nada más, volviendo esté a girarse y esta vez cuando entró dentro del bar, tras pagar y ver como se dirige hacia su amigo, acabando por hablar o proponerle lo hablado. Amigo que me miro desde su velador, acabando por salir del interior del bar, dirigiéndose ambos hacia donde estaba. Soltándome el amigo…
- "Vendrás preparado y con ganas, pues yo tengo con los huevos cargadito, y con ganas de follar bien duro, tanto que quizás que cuando regreses a tú casa, iras con la sensación de no poderte sentar en lo que queda de semana".
Soltándome el otro…
- “Síguenos”.
Cosa que hice y me les seguí hasta un bloque de pisos que estaba a unos diez metros, abriendo este el portal y dejándome pasar, caminamos hasta el ascensor, montándonos y tras pulsar la última planta, no dejamos de mirarnos. Siendo el amigo quien dio el primer paso y colocar una de sus manos en mi pecho, mientras que yo dirigí mi mano hacia su entrepierna, viéndome tomado por el cuello por el primero al cual le llamare ‘el canoso’.
Palpé una y luego la otra, acabando por hacérsela a ambos al mismo tiempo, cogiendo estos y con descaro sacarse sus pollas hay fuera, proponiéndome aprovechar la subida, pidiéndome que me agachara y que comenzara a comérsela, cosa que hice. Me agaché, colocándome en cuclillas y comencé a chupársela al canoso que por cierto no calzaba nada mal, comencé a introducírmela en la boca, chupando sobre todo su glande y lamiendo la punta dentro. Mientras el otro no dejaba de acariciarme la cabeza, deslizando la mano por mi nuca hacia mi cuello e introducirse entre mi cuello y el suéter hacia mi espalda. Soltándome…
- “Uuummm!!, no tienes pelos en la espalda cabrón”.
Chupe durante unos minutos la polla del canoso que por cierto no era muy grande, pero sí muy gruesa y dejarla ante las peticiones del amigo, amigo que su polla era lo opuesto a la del canoso, esta era muy larga y menos gruesa, una de esas que dan gran placer disfrutar… uuummm!!.
El canoso que de santo tenía bien poco, cogió y me quito tirando de mi suéter hacia arriba, dejándole que me lo sacara, volviendo de nuevo a esa gran polla, chupe y trague hasta que tuve arcadas, notándose perfectamente que había pasado mis amígdalas… aaahhh!!. No dejando estos de alabar la mamada y mi tarea, entre gemidos y suspiros, mientras el canoso le ha dado por jugar con mis nalgas, dándole por magrear mis nalgas y comenzar a dedear mi orificio… ooohhh!!. ¡Percibiendo que vengo preparado y aprovechando por introducir hasta dos dedos en mi orificio… uuummm!!, mientras sonreía y le hacía saber a su amigo…
- “Escucha que el muy maricón viene listo… eeehhh!!”.
Comenzando el muy cabrón por descalzarme e intentar tirar de mis calzonas hacia abajo, acto que puse pegas y claro está objeciones, no dejando de decirles…
- “Esperad… esperad, como se abra la puerta nos van a pillar, no quiero que me cojan desnudo… no es plan”.
Estos a modo de tranquilizarme o eso pienso, me dijeron…
- “No te preocupes que vamos a la última planta donde vivo solo yo, cuando se abra la puerta vamos directo a mi piso, nadie te vera más que solo nosotros”.
Decir esto y me quedo solo con mi tanga y los calcetines, prenda primera que estos aluden a la condición de ‘maricona’, e incluso de ‘travesti’ de closet, soltándome el amigo…
- “No te preocupes que sí te gusta ponerte estas prendas… por mí no hay objeción, además te digo más, sí quieres, cuando estemos en mi casa, te puedo dejar algunas prendas de mis hijas, pues de mi mujer no va a poder ser… ya que soy viudo”.
Y me he dejado convencer, acabando por comérsela al amigo al tiempo que el canoso me ha metido ahí mismo, no me lo creía, no se me había pasado por la cabeza como he mentado previamente. No estaba con la idea de liarme con uno y menos dos, pero menos todavía el liarnos en el mismo ascensor, cosa que ya no era eso la cuestión, sino el dejarme despelotar para acabar siendo follado. Sinceramente se me había ido de las manos, quizás era por mi estado, caliente y salido, deseoso de polla que estaba, tanto que cuando se me ha puesto uno a tiro ni lo he dudado.
Pues ahí estaba yo, inclinado comiéndome una polla, babeante de líquido preseminal y babas propias, cuyos labios hinchados y garganta dolorida por el tragar de su miembro… uuummm!!. Mientras era penetrado por el canoso, ese hombre cuya pollón me estaba abriendo demasiado para su amigo, miembro grueso que aún no muy largo me daba placer… uuuffff!!. Fue abrirse las puertas del ascensor en el momento que llegamos a la planta, que tuve que decirles yo que habíamos llegados y que saliéramos, sacándolas de mis orificios protestando. Saliendo el amigo sin llegar a guardarse su polla hasta la puerta y abrirla, entrando y esperando que nosotros hiciéramos igual, yo llevaba mis prendas, mientras el canoso iba detrás de mí con mis botines en mano, y aprovechaba con tocarme el culo. Soltándome…
- “Joder que buen culo tienes”.
Replicándole el amigo, soltándole…
- “Las mariconas no tienen culo, sino coñitos… ja ja ja”.
Nada más entrar me han conducido al dormitorio del amigo, eludiendo que estaríamos mejor en el caso que llegara sus hijas antes de tiempo, cogiendo el canoso y fue tirar mis botines al suelo, para empujarme y hacerme caer sobre la cama. Viéndome como este tras tirar de mi tanga, comenzar a comerme mi miembro, chupándolo con ansias y aunque pensé que no me la levantaría, fue sus ganas y sus dedos penetrándome mi orificio, que mi polla se me puso dura. Me dedica toda su atención, mientras su amigo había desaparecido, acabando por preguntarme el canoso…
- “Tú follas también, o solo eres una maricona que solo chupa y se deja follar”.
Respondiéndole…
- “Yo soy pasivo y algo sumiso, me gusta chupar y ser follado, y si quieres me la puedes chupar, pero no follo…”.
Respondiéndome al momento…
- “O sea que eres una maricona”.
Momento que aparece su amigo por la puerta, soltando este tras escuchar al canoso…
- “Pues mira lo que te he traído maricón, unas prendas que la verdad no pensaba que mi hija se pusiera esto”.
Canoso que me había cogido por las caderas y tirar de mi hasta la orilla de la cama, levantando mis piernas hasta dejarlas descansar sobre sus hombros y dirigir su glande hacia mi orificio, introduciéndomela despacio poco a poco… ooohhh!!. Sintiendo nuevamente el dolor por su grosor, pero el enorme placer de sentirla de nuevo dentro, comenzando este a penetrarme lentamente y suavemente… aaahhh!!. Momento en que veo las prendas que ha traído el amigo de su hija, prendas que no eran otras que… tangas, ligueros, medias, corpiños, y algunas que otras. Prendas que seguro que se las pone como es obviamente para su novio, chico que debe de ponerse como un toro viéndola de semejante manera y como no… uuuffff!!.
Postura que el amigo aprovecho para metérmela en la boca, tragándomela hasta los mismos huevos, deteniéndose pues no quería correrse y cambiar ambos de lugar, siendo ahora el amigo quien me penetra. Amigo que como bien me hizo saber me follaría muy duramente, promesa que cumplió pues las embestidas fueron endiabladas… aaahhh!!. Dejándome bien preñados, soltándome eso de…
- “Como me hubiera gustado haber pasado el confinamiento contigo, hubiera estado follando todos los días, y seguro que acabarías siendo la nena de la casa”.
No sé cuánto tiempo habíamos estado, pero salí de su casa a eso de la una y media del mediodía, me marche en compañía del canoso, ascensor cuya bajada aprovecho para meter mano. Y que, en el mismo portal, no ha dejado de preguntar dónde vivo, pues desea que repitamos otro día y hacer posible en mi casa, pues deseaba follarme con las braguitas de mi mujer. Aceptando el quedar para otro día, aunque el amigo, me ha propuesto quedar para follar tres o cuatro veces a la semana, cosa que he aceptado.
Bueno os dejo, espero que os haya gustado, ya me decís que os aparecido. Estaré esperando vuestra respuesta, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).