Un día especial
Recibo una foto tuya, vestida con un conjunto de ropa interior
Sábado, 11:00 de la mañana, ya llevo 4 horas trabajando y aún me faltan otras 8 para cumplir con mi jornada, mi teléfono suena por primera vez en la mañana, lo miro y tengo un mensaje tuyo - Buenos días- y muchos besitos, me extraña, te doy los buenos días y te pregunto qué tal estás –Desnuda, joajana- me respondes, - que pena que tengas que trabajar, hoy mis papis me dejaron solita- De repente mi pene comienza a hincharse, no me da tiempo a contestar cuando recibo una foto tuya, entre tus dedos una balita, con un pequeño hilo de tus babitas –jejejeje buenos días mi amor – me vuelves a repetir, yo no salgo de mi asombro – quien fuera balita para estar entre tus piernas- -Hoy me eh levantado como una gatita- y me mandas un audio imitando a una gatita, y de fondo se escucha la vibración de la balita. Yo estoy que se me va a reventar la poya. No vuelvo a saber de ti en un rato, me imagino retorciéndote de placer en la cama, tus manos estrujando tus pechos, tu sexo empapado por la acción de la balita.
Al cabo de un rato, vuelvo a recibir un mensaje tuyo - ¿Cómo estás? –Ahora muy bien ¿y tú que tal estas? Te respondo. Pasan unos minutos y recibo una foto tuya, vestida con un conjunto de ropa interior y uno de tus juguetes en la boca, en el pie de la foto rezaba el siguiente mensaje: muy cachonda. Mi poya vuelve a crecer a niveles nunca antes visto, se hincha de sangre queriendo salirse del pantalón, como puedo me hago una foto y te la muestro- Mira como me estás poniendo. Y me respondes con una foto de tus dedos muy mojados, seguida de una de tu brillante entrepierna, tus labios hinchados, tu vagina empapada. – Necesito sentir tu lengüita Robe, durante otro rato no volví a saber de ti, de repente me llegan una serie de fotos, en ellas ya te habías desecho de tus braguitas, me mostrabas tus conejito y tu culito bien abiertos a cuatro patas, otra donde estabas recostada en la cama, tus pechos duritos y tu cara mirándome fijamente muy sensualmente, un primer plano de tu agujerito por donde asomaban unas perlitas saliendo. En otra estás sentada de cuclillas, con tu conejito bien abierto tus pezones mega erizado, y un enorme pene de goma del que solo se ve la mitad el resto está penetrándote, tu cara es un poema. Yo no sé qué responderte, solo puedo mandarte un emoticono, con la lengua fuera.
- ¿te gusta mi juguetito nuevo?
- Sí mucho, se ve que te hace gozar
- Siiiiiiiii mucho, quiero probarlo contigo, quiero jugar con mis dos juguetitos
Vuelves a desaparecer, y lo siguiente que sé de ti son unas fotos, completamente desnuda, muy sudada, una cara de felicidad que no te cabe en la cara y se traslada a tus pechos, duros, erizadisimos, lo siguiente que veo es tu reflejo en el espejo, estás arrodillada enfrente del espejo, mostrándome tu cuerpo ensartado por el enorme falo de goma, y una de tus manos tapando el agujerito de tu culo, entre tus dedos se acierta a ver un reflejo lila, estabas completamente llena –Solo me falta tu lechita me dices en el siguiente mensaje, otra foto mamando el juguete nuevo. Ya solo me quedan 10 min para salir del trabajo y te lo comento –Salgo del trabajo y subo directo a tu casa. – No subas cariño, me duele el conejito de tanto tocarme hoy, ya mis papis están llegando
- Eres una puta, no me hagas esto, estoy deseando follarte, me tienes muy caliente
Tu respuesta fue una foto bien abierta, tu coño estaba rojo, tus corridas manchaban de blanco toda tu vagina, tu culito muy abierto, aún guardaba un juguetito también todo manchado de blanco, tu lengua lamía ese enorme falo, mientras veía esa imagen recibo una nueva nota de audio -Soy tu puta, tu gatita en celo- de una manera tan sensual que me tuve que sentar a coger aire. –Nos vemos el martes, ya solo quedan 2 días- me volviste a escribir.
Una vez que llegué a casa recibo una nueva notificación, un correo entrante, lo abro y recibo una serie de videos mientras te masturbas, conecto mi webcam, te llamo y comienzo a pajearme viendo cómo te muerdes los labios y tus manos se meten entre tu pijama, tu cara comienza a cambiar, tus ojos no pierden detalle de mi poya, y los dos nos corremos el uno para el otro.