Un día en mi vida

Su prima de 20 años va a su casa... pero que buena que está...

Era un día tranquilo yo estaba en mi piso jugando en el ordenador, de pronto sonó el timbre, yo me levante y me dirigí hacia la puerta para contestar al telefonillo.

Diga.

Contesto una voz muy delicada y dulce.

  • Soy yo Ana.

Era mi prima pequeña de 20 años, una adolescente de pelo rojo como el fuego y rizado, igual que el mar enfurecido, sus ojos verdes intensos que atraían hasta el hombre mas cabal su cuerpecito dulce, tierno suave sus curvas provocativas acariciadas por aquel vestido blanco que dejaba entrever su lindo pubis, con una piel blanca pura sin pecas sus labios carnosos.

Sube ahora te abro.

Voy.

Mientras subía por las escaleras yo arrime mis ojos al visor para ver cuando llegaba ala entrada y abrirla, al mismo tiempo escuchaba sus pasos por el pasillo y la escalera.

Cuando llego abrí la puerta de sopetón para intentar asustarla.

Buuu.

Aaa, jó tío como te pasas.

Ja ja ja, tranqui que soy yo.

La deje entrar sin mas sustos, que muchacha mas hermosa pensé.

¿Que tal estas?.

Bien ¿y tu? Bueno como siempre ya sabes aburrido en lo mío. ¿Cómo que has venido?.

Nada pasaba por aquí y he subido a verte haber que tal estabas que hacia ya tiempo que no nos veíamos y como nunca llamas ni para decir que estas vivo.

Y es que yo hacia ya un año que me había pirado de casa y me había trasladado de mi pueblo a la capital de la comarca, San Antonio, donde vivían mis tíos. Había encontrado un pisito no muy grande pero sí acogedor y no muy lejano del centro.

Bueno pero no te enfadas verdad.

No te preocupes si yo te entiendo ya me gustaría estar en tu situación yo tampoco dejaría que mi madre invadiera mi casa con lo pesada que resulta algunas veces.

No estarías preocupada por mi jajaja.

Tonto que estas tonto la próxima vez no subo y te dan.

Era una broma no te pongas así, ven pasa al salón y sienta que hablaremos un rato y te daré el CD que me pediste la ultima vez.

Ella se dirigió hacia el salón cuando llego se sentó en el sillón cruzando lentamente sus piernas.

Yo por el contrario me fui a la cocina a por unos refrescos. Me senté enfrente de ella dándole una coca cola al mismo tiempo.

Bueno dime que tal tus padres y de novios que tal andas.

Mis padres están bien me han dado recuerdo para ti. Y de novios no me preguntes que estoy harta de los tíos son todos unos infelices unos verdaderos críos.

Bueno no será para tanto.

Mientras hablábamos a mi de vez en cuando se me iba la mirada hacia sus pechos los tenia tan redondos sus pezones a través del vestido parecían tan duros que no podía resistir mucho la tentación de mirarlos o si no fuera mi prima le tiraría los tejos.

En un momento de descuido ella se dio cuenta y no sé que es lo que pensaría pero cada vez mas me los ponía mas a la vista, mi pene empezaba a erguirse como una seta.

Ella se dio cuenta y desvío su mirada a mi sexo, nos callamos un momento yo no podía pensar en nada mas que acariciarle los pechos lamerle el seno tocarla hacerle el amor ella cada vez más roja por el ardiente calor que tenia, se empezó a desabrochar la blusa yo intentando reprimir mis instintos tomaba la coca cola muy deprisa, de pronto ella se abalanzó sobre mi besando acariciándome mi pene que estaba apunto de reventar mi mano en un intento de apartarla con un empujón, tocó sus pezones estaban tan duros que al mismo tiempo de sentirlos mis instintos afloraron y ganaron la batalla a mi cordura.

Empecé a acariciar sus duros pechos mordiendo dulcemente sus pezones ella gemía de placer mientras yo gozaba con sus gemidos y sus caricias en mi pene. no aguantábamos mas y nos desnudamos esparciendo la ropa por todo el salón la eche sobre el sofá y besándola en su vientre empecé a bajar mi cabeza en dirección a su sexo pero en vez de chuparle su rojizo coño le chupe su entrepierna su excitación hizo que sus gemidos se convirtieran en gritos de placer asta que penetre con mi lengua en su coño rojizo sonrosado y caldoso por la excitación del momento.

Gemido tras gemido ella me volteó y se puso encima mía lamiéndome asta llegar a mis huevos acariciándolos y lamiéndolos, solté un gemido de placer mi estomago se estremecía por sus lamidos, empezó a chuparme mi gran polla parecía que no le iba a caber en su pequeña boquilla pero que coño como la chupaba donde habría aprendido a chuparla de esa manera que placer tan intenso iba a reventar entonces se levanto y puso su chocho encima de mi polla no podía creer lo que estaba apunto de suceder.

Empezó a bajar su sexo hacia mi pene introduciéndolo lentamente hasta que ya dentro empezó a moverse hacia arriba y abajo estaba tan calentito y apretadito que mi pene sentía todos los movimientos de su pelvis yo la agarre por los pechos intentándola acariciar, pero su propio movimiento que al parecer le estaba dando tanto placer me impedía acariciarla como yo quisiera pero daba igual el placer que sentía ella lo demostraba con cada grito de placer que daba. Tanto placer nos producía que en un momento de descuido casi nos corremos pero aguantándolas ganas y apartándola para reservarnos la puse a cuatro patas y empecé a darle un beso negro lamiendo todo su culo apretadito e introduciendo mi lengua por su esfínter estaba su coño aguado ella entre gemido y gemido me pidió con voz suave que la penetrara por su esfínter yo obedeciéndola puse mi pene su altura acercándolo y acariciándole con el mismo a su esfínter empecé a notar mientras lo introducía, como su mano por debajo acariciaba mis huevos yo gemía sin poder parar por el gusto que aquello me estaba proporcionando, empecé a mover mi pelvis de adelante hacia detrás primero muy lentamente y cuando notaba que ya la pasión nos desbordaba mi pelvis, que se movía mas y mas deprisa hasta que en un alarido de placer por parte de los dos nos corrimos de gusto.

Ella después se apartó y diese la vuelta asta ponerse enfrente de mi pene lo empezó a chupar de tal manera que el placer que me producía su pequeña limpieza me hizo derrumbarme de placer mis piernas temblaban por el placer ella sudaba por el calor tan intenso que habían producido nuestros cuerpos.

Después de esto ella solía venir de vez en cuando a verme y disfrutábamos de una agradable y excitante tarde.

Siempre recordare a Ana como mi prima favorita.

por Francisco J.