Un día en la playa
Fuí a tomar sol sola y termine con una relación fenomenal hasta hoy.
Me gusta tomar sol, aunque los médicos advierten sobre los daños que ocasionan los rayos solares, me fascina el color tostado que da el sol, y creo que me queda bien ya que soy rubia . Generalmente parto temprano para ubicar un lugar que espero que no se llene de publico y pueda tomar sol como a mi me gusta. Mi minúsculo bikini, preferentemente hilo dental brasileño o argentino, que dejan ver claramente mis caderas y nalgas, y el top también pequeño que deje entrever mis grandes y firmes pechos.
Esa mañana de un día semanal, como de costumbre partí temprano con mi pequeño cooler donde llevo bebidas y algo para picar, amen de mis aceites de cocos, aceleradores y otros mercunjes propios para un buen tostado. Busque el lugar que creía adecuado para tomar tranquila sin molestias de chiquillos corriendo tras pelotas, jugadores de paletas y voyeristas. Sólo tenia en mente tomar sol, descansar y leer. Encontré el lugar adecuado entre unas rocas, abrí mi quitasol para poner mis bártulos bajo este con el fin de que no se caldeen, extendí mi toalla, me saque mi vestido y quede en mi pequeñísimo mini tanga. Me cubrí con mi aceite de coco y lista para tomar sol y leer.
En eso estaba después de un par de horas cuando para desgracia mía llego una pareja dispareja. Ella una mujer de unos cuarenta y cinco años, gorda como la mujer del circo y llenas de joyas que se veían absolutamente reales. Por el otro lado, su marido a quién dirigía como a un sirviente de la misma edad de ella o talvez un poco mayor, pero muy bien conservado. Por su apariencia daba la impresión de ser un tipo cuidadoso de su cuerpo, bien musculoso, bien rasurado, tanto su cara como su cabeza, de cara bien varonil, tostado, con su traje de baño bien ajustado cosa de mostrar bien las joyas que poseía la gorda. Para mi desgracia la gorda descriteriada decidió ubicarse bastante cerca de donde Yo estaba, casi pegados. En un principio pensé mudarme, pero después decidí no darle en el gusto a la ballena y me quede, ya que pensé que la gorda me quería sacar pica y hacer sufrir a su machote.
Al poco rato comenzó la gorda a pedirle a su consorte que la embadurnará en crema, se debe haber gastado por lo menos dos potes, se hecho a dormir y su consorte leía un libro. Yo me había puesto de guatita, desabrochado el tirante de mi sostén y dormitaba culo arriba, cuando de repente siento una pierna que comienza a rozar la mía. Abro los ojos y me encuentro con la vista fija en mi del príncipe consorte sonriéndome. Yo asustada corrí mi pierna, no quería problemas con la gorda aunque el tipo valía la pena. Al poco rato volví a sentir su pierna, esta vez no abrí los ojos y tampoco hice ningún movimiento para correr mi pierna.
Sentí que el se movía de posición y esta vez no era una pierna sino que una mano que comenzaba a tocar mi pierna. Me quede tranquila y mantuve mis ojos cerrados, estaba un poco asustada, pensaba si la gorda lo ve nos mata a los dos. La mano suavemente comenzó a subir por mi pierna hasta llegar a mi nalga. Sentí un pequeño pellizcó, abrí los ojos y me encontré con su cara que me miraba y sonreía maliciosamente. Yo le sonreí de vuelta y el ahora abriendo su mano apretó mi nalga, Yo seguía sin moverme, al contrario corrí mi pierna más cerca de él, para que así pudiera agarrar metiendo sus dedos por la ranura que separan mis nalgas. Lo hizo y apretó más fuerte. A esa altura Yo estaba más decidida y como dije el tipo valía el riesgo. Mire sobre él y vi a la gorda dormida, al levantarme y como tenía sueltos los tirantes de mi sostén que va amarrado al cuello y a la espalda este quedo en la toalla y mis senos al total descubierto.
Ágilmente aprovecho a tomarme uno de ellos con firmeza alcanzando apretar mi pezón. Rápidamente corrí su mano y me coloque el sostén. Me levante y camine buscando un lugar más oculto entre las rocas. Encontré un poza casi rodeada completamente de rocas menos un lugar donde entraba y salía el agua del mar. Antes de sentarme volví mi cabeza para mirarlo y sonreírle, dándole a entender que si eres macho ven que te espero. Me senté, tenía calor y el agua enfrío mi calor corporal pero a la vez aumento mi calor interno, mis deseos de sexo prohibido. Ahí estaba pensando en como me gustaría hacerlo cuando apareció frente a mi.
Parado frente a mi y mirando hacia donde estaba la gorda se puso a jugar por sobre el traje de baño con su miembro, el que se notaba que estaba totalmente erguido. Yo me puse a acariciar mis senos casi al descubierto por el pequeño sostén. El sin retirar la mirada a la gorda, me miraba de reojo y vía como me acariciaba mis pechos y el continuaba jugando con su miembro. Esa actitud y la pillería que estábamos haciendo me excitaba enormemente. Lentamente desamarre ambos tirantes y mi sostén cayo, ahora jugaba con mis pechos totalmente al desnudo, jugaba con ellos con mis manos y como son grandes y firmes me lamía los pezones con mi lengua. El seguía jugando Yo seguía excitándome. Después de unos minutos comencé a desabrochar las tiritas de mi tanga. Lentamente una y después la otra. Tome las dos tiritas juntas levante un poco mi cola y tire suavemente abriendo lentamente mis piernas para quedar totalmente desnuda.
El seguía de pie, ahora ya mirándome más fijamente. Comencé a jugar con ella, el ir y venir del agua me excitaba mucho al golpear contra ella. Estaba muy caliente y deseaba que viniera asía mi con su verja al aire. La deseaba dentro de mi, deseaba mamarla, besarla y chuparla toda. Que entrara en mi boca. Sentir su semen, mientras el ir y venir del agua me producía masturbación. Así estábamos cuando lentamente comenzó a caminar asía mi. Las rocas le cubrían mas arriba de la cintura, no había problemas mientras la gorda no se despertara. Seguía caminando hasta llegar muy cerca mío paro y comenzó a bajarse el traje de baño.
Delante mío tenía una preciosa y grande berga, envidie a la gorda pensé la mejor carne para las perras. Con traje de baño fuera continuo avanzando hasta que me hizo sentir su berga en mi cara. La busque sin tocarla con mis manos, como una ternerita busca la teta de la vaca. Con mis manos continuaba jugando con mis senos y el ir y venir del agua hacia su trabajo de masturbarme. Al estar su berga completamente erguida me fue fácil lamerla y besarla. El había doblado y apoyado su torso contra la roca, lo que lo hacia aparecer como que descansaba y al tener libre sus manos comenzaron a buscar y jugar con mis senos.
Los apretaba, masajeaba y tiraba de mis pezones. Yo mientras tanto había dejado de lamer y estaba chupándola y él empujándola hacia adentro de mi boca. En más de una oportunidad me dieron arcadas de tan adentro que fue. Estaba excitada y gozando de placer. En eso estábamos, cuando paro y me hizo a mi colocarme como él estaba antes, parada apoyada contra las roca y mirando hacia la gorda. El se agacho y comenzó a darme el beso negro más excitante de mi vida. No daba más, sólo quería sentir esa enorme berga dentro de mi, y por todos mis orificios. El mirar a la gorda me daba mucho más placer, tenía a su macho a mis pies besando y lamiendo mi ano. Que más quería Yo en esos momentos. Miraba a la gorda y pensaba que desprecio.
En esos estábamos, cuando sus manos suben por mi espalda llegan a mis hombros y con fuerza me obliga a bajar. En cuatro patitas sobre el agua estaba cuando comienzo a sentir que sus manos abren con fuerza mis nalgas y su sexo comienza a introducirse por mi ano. Con fuerza me daba y me dio una y otra vez. Yo quería gritar de placer, pero no podía despertar a la gorda, así que callaba. Me dio hasta que sentí que comenzaba a acabar. Me corrí para sacármelo de dentro de mi, me di vuelta y comencé a mamarlo, quería que acabara dentro de mi boca y así fue. Que placer tuve, fue maravilloso.
Mientras se lo chupaba, con mis manos me masturbaba y también acabe. No besamos en la boca y Yo todavía con su semen dentro de ella. Yo se lo di a él y el me lo devolvió. Rápidamente se vistió y volvió donde su ballena. Yo me quede ahí, desnuda dentro de la poza de agua esperando que ésta bajara mi temperatura interna, porque aunque había sido maravilloso, todavía quería más.
Me quede una semana en la playa, nos volvimos a ver en una tienda de comestibles. El andaba solo de compras. Volvimos hacerlo en playa, pero esta vez fue mucho más intenso porque no estaba la gorda a la vista. En la ciudad nos hemos visto varias veces y cada vez me deja más extenuada y él dice que Yo a Él.