Un día en la oficina

Por fin mi jefe me pilló sin bragas en la oficina.

Les voy a contar de mi experiencia en el despacho de mi jefe una tarde de viernes. Comenzaré por contarles qué pasó el día anterior. Yo trabajo como su asistente en un despacho jurídico.

Deben de saber que soy una chica muy caliente y nunca uso ropa interior.

El día anterior al "evento" en la sala del licenciado, me tocó estar cotejando actas con Susy, la chica de la recepción. La recepción está subiendo la primera escalera del costado izquierdo y se ve perfectamente desde afuera abajo. Bueno, yo ajusté todas mis faldas de uniforme para hacerlas minifalda y pues resulta que yo estaba en el cotejo de actas con Susana y obvio, tenía que estar inclinada un poco hacia delante, y de vez en cuando, de reojo, vi que estaba Juanito, el que lava y acomoda los coches, haciendo cosas a la entrada del despacho, y me di cuenta que a cada rato me volteaba a ver. Siempre me ha gustado que me vean, así que pensé, "que se regocije un rato Juanito, al fin que solo me ha de alcanzar a ver las piernas. En eso, entra Blanquita, otra de las chicas que trabaja en el despacho, sube las escaleras y se me acerca diciéndome al oído "oye Brendis ven tantito" – "¿qué pasó?" le dije yo- "oye, ¿no traes ropa interior verdad?" ¡Uf! Me puse roja, azul, verde, de todos los colores! Le dije "¿por qué?" – "se te ve todo desde allá abajo, le estás dando un súper show a Juanito"

Obvio me pasé del otro lado de la mesa de recepción para seguir con lo de las actas, pero me quería morir. Hasta miedo me daba volver a voltear a ver a Juanito jeje, Ni modo. Al poco ratito se me pasó el susto y me empecé a poner mega caliente, pues me encanta ser exhibicionista. El caso es que me tuve que meter un ratito al baño con mis plumones consentidos y ya sabrán, me masturbé de lo lindo, con un plumón por la vagina y otro por el culito.

Ya mas al rato en la tarde, después de haberle platicado a Blanquita de que el calor y que no se qué, y que a veces no usaba bragas, etc., estábamos arriba, y en esa parte del despacho, las ventanas quedan frente al escritorio, a contra luz, estaba Blanquita en su lugar y yo enfrente de ella, entre su lugar y las ventanas y me voltea a ver la falda y me dice "no inventes Brendis, ¡a contra luz se te ve todo!" pues ya ni modo, el problema es que la sala privada del licenciado está igualita, siempre que entraba, su escritorio estaba justo enfrente de las ventanas, o sea que si se había fijado bien, le había estado dando show a contra luz siempre. La ventaja de algunas veces, es que andaba rasurada, o sea que aunque se viera a contra luz era mas difícil distinguir, ¿no? Pero en esos meses previos al evento, andaba peludísima jeje, petición de mi novio.

Todo eso fue el jueves. Bueno el viernes cuando me estaba vistiendo, ya me había puesto bragas y bra, pero me volvió a ganar lo caliente y me los quité y así me fui al despacho. El licenciado todos los viernes a la hora de la comida, se iba con sus amigos y agarraba la fiestita y siempre regresaba medio borracho, a veces con sus amigotes a seguirla y a jugar cartas en su privado. Bueno, ese día no fue la excepción y llegó con dos de sus amigos y se subieron a la salita y a los cinco minutos me pide que suba para llevarle los documentos a firma, y entonces sentí el miedito… me hubiera puesto ropa interior, les juro que me dieron ganas de irme a mi casa o de salir corriendo, pero bueno, ni modo. Subí con los papeles y ya estaban los tres con sus copitas de tequila sentados en la mesa de cartas, los tres viendo hacia las ventanas. Entré rápido medio tapándome con los papeles, se los dejé al licenciado en la mesa y rápido me di vuelta también medio tapándome con las manos sin que se viera muy obvio para irme rápido pero en eso me llama el licenciado para preguntarme de varios de los papeles a firmar, "y este de quien es? Y este otro para qué, y no se que" y clarito me di cuenta de que los tres me estaban viendo, me puse súper nerviosa. Cuando por fin me dejo ir, sentía como me quemaban las miradas de los tres. Me quería morir. A los diez minutos otra vez me llamó para que subiera por los papeles y te juro hasta pensé en pedirle la chamarra a alguien para amarrármela, pero imaginen, se iba a ver súper obvio así que subí con todo y pena. Llegue y el notario me dio los papeles, estaban a media mano de cartas así que según yo estuvo mas tranquilo que la primera vez, recogí los papeles y bajé rápido. Ya como a las 7, ya casi para irme, otra vez me llama el licenciado "Brendita puedes subir un minuto por favor?" ahí voy de regreso. Al menos a esa hora ya no había luz afuera como para que me vieran algo.

Entro y me dice "pasa pasa, ven, te invitamos un tequilita", - no licenciado muchas gracias, como cree, ya casi es hora de irme – pero el muy cabrón ya me lo había servido. Total me senté y en lo que menos les platico ya me estaban sirviendo el cuarto o quinto. Para esto, ya se había ido uno de los amigos, ya nada mas estábamos el licenciado, su cuate Maurín y yo. En eso, se para el licenciado para servir los otros chupes y regresa y pone en la mesa de cartas 2 billetes de 500 y me dice "oye Brendita, aquí el Maurín y yo hicimos una apuesta y necesitamos de ti para saber quien ganó. Maurín dice que traes calzones blancos, y yo digo que negros, cómo ves?, si ninguno le atinamos, tú te quedas con la lana de los dos, pero nos tienes qué enseñar" No puede ser!!! Si no fuera por los tequilas, de verdad que me da un ataque!!! En ese entonces yo ganaba un poquito arriba de 4 mil al mes… mil pesos me caían muy bien, así que ni modo, agarré valor además del que ya tenía con lo tequilitas y le dije, "pues los dos perdieron licenciado, ninguno le atinó" obvio los cabrones ya sabían que no traía y me dijeron "a ver, enséñanos de qué color son" – es que, es que, es que no traigo licenciado, "¿no traes? A ver, si quieres los mil pesos nos tienes que enseñar", me paré y me acerqué a él y le dije bueno, pues vea, y en ese momento me metió las manos debajo de la falda y en ese momento comenzó la acción.

El licenciado y su amigo resultaron ser un par de degenerados – al igual que yo-, y terminamos teniendo sexo por más de dos horas. Hicimos de todo, me lo hicieron oral, vaginal, anal, primero uno, luego el otro, después los dos al mismo tiempo. La verdad es que yo practico el sexo anal muy seguido, me gusta más que me la metan por el culo que por la vagina, si alguien me pone en cuatro y me comienza a lamer el culito, seguro acabará haciendo de mí lo que sea, simplemente no me puedo resistir a un perrito anal. Lo que sí nunca había hecho, ni siquiera con mi novio y sí terminé haciendo ese día, fue chupárselas a los dos hasta que se corrieron en mi boca y por supuesto, no me dejaron escupir, por lo que terminé tragándomelo todo… El pervertido del licenciado, me estaba penetrando por el culo mientras tragaba la corrida de Maurín, y en cuanto éste terminó, de inmediato sacó su miembro de mi culo y lo llevó directo a mi boca, me hizo chuparlo profundo y con un frenesí indescriptible hasta que se corrió en cantidad monstruosa, sentía que me ahogaba, solo tragando todo pude volver a respirar.

Todavía cuando llegué a casa de mi novio, sentía restos de semen en la garganta y esófago, la boca me sabía a mi propio sexo anal, y así besé a mi querido novio