Un día en el parque

Siempre es muy recomendable hacer deporte. Os lo garantizo

Para los madrileños este ha sido un puente de mayo muy largo, dos días de trabajo, lunes y martes, y después con un dia de vacaciones pillar cinco días enteritos.  Yo me había cogido ya la Semana Santa, así que estos días no iba a salir, pero me cogí el dia aunque fuera para vaguear por casa sin hacer nada en especial.

El jueves me levanté con intención de hacer un poco de ejercicio, así que cogí la bici de montaña y me fui a dar unas pedaladas a un parque que quedaba cerca de casa. Es bastante grande, con muchos caminos para correr, para bicis, para andar simplemente, zonas verdes, lago, y demás, está bastante chulo.

Con esto del puente además estaba bastante tranquilo, ya que en fines de semana normales se pone a tope de gente, así que aproveché a disfrutarlo. Me crucé con algún que otro ciclista, algún corredor, pero eso, tranquilito.

Además, se me alegró la mañana al ver por delante de mi a una madre pedaleando también con su hijo. Ella como de treinta y tantos años, rubia, con el pelo recogido en una cola de caballo, y el niño como  de siete u ocho. El,  con su casco puesto,  iba por delante de ella y ella detrás vigilando lo que hacía.  Aminoré un poco la marcha para hacer un ratito de mirón ya que ella iba vestida con una gorra normal, un top ajustado que la dejaba la cintura al aire y un pantalón de chandal,  pero que iba un poco bajo, con lo cual llevaba toda la parte alta del tanga por fuera. Ese triangulito a medio ver y ese culo que se adivinaba tan bien formado me produjo un morbo tremendo. Pedaleé unos metros por detrás de ellos, hasta que ella se dio cuenta que yo iba anormalmente despacio y se giró un poco mirándome y apartándose como para dejarme pasar.  Aceleré un poco para ponerme a su altura, saludando al pasar,

--Hola, buen día hace para montar en bici, verdad?

--Ehh, si, desde luego

--Da gusto ver a una mamá tan guapa hacer deporte con su hijo. Tu marido no debería dejarte sola, la dije sonriendo

--Siempre viene, hoy no podía por un tema de trabajo

--Bueno, siendo egoísta, no puedo por menos que alegrarme

Sonrió, bajando la cabeza,

--Gracias, hasta luego, me desvío aquí.

--Adiós, hasta luego

Yo seguí mi marcha, mirando un poco hacia atrás cuando les pasé, sonriendo para mis adentros y pensando en lo berraco que me había puesto con ese culo en movimiento.  Llegué a la parte central del parque donde estaba el lago y me dispuse a dar unas vueltas alrededor a buen ritmo ya que ahí los caminos están muy bien trazados y muy llanos.  Cada vuelta pueden ser como unos dos kilómetros y pico y normalmente doy cuatro o cinco a tope para pegarme una buena sudada.  Eso fue lo que hice y cuando terminé aparqué la burra en un arbol tirándome en el cesped a recuperar fuerzas.

Estando tumbado,  me di cuenta de que muy cerca,  por detrás de mi estaba ella, también sentada en el verde y el crio un poco más alejado jugando con otros niños.  Cruzamos nuestras miradas y los dos sonreimos,

--¿toca descansar un poco, no?, le dije

--Si, hoy calienta el sol y tirar detrás del niño,  al final cuesta

--¿quieres un poco de aquarius?, veo que solo llevas agua y además está fresquito

--Mira, si, te lo agradezco, me vendrá bien

La acerqué la botella y se puso a beber a morro de ella, mientras yo aprovechaba para echar un vistazo a sus tetas que se marcaban debajo de su top.  Ella se dió cuenta pero no dijo nada, limitándose a sonreir mientras me devolvía la botella.

--ahhh, perdona, que no la he limpiado

--no te preocupes, la dije, bebiendo yo también a morro mientras la miraba. No sé si era por lo salido que estaba ya en esos momentos, pero estaba convencido que ese juego que ella estaba iniciando debía ir a más.

Dejé la botella a un lado y me senté más cerca de ella, prácticamente a su lado

--¿te importa?

--no, para nada, el parque es de todos

Se quedó callada mirando hacia el crio que echaba unas carreras en la explanada de enfrente con otros niños más.  Me armé de valor y puse una mano encima de su pierna.

--¿y ahora?

--¿eres un poco lanzado, no?

--¿me permites que te diga una cosa?

--claro, dime

Me acerqué a su oido sin quitar la mano de encima de su rodilla,

--desde que iba detrás de ti en la bici me tienes muy cachondo y queriendo saber como es exactamente el tanga que te sobresalía por encima del pantalón

--jajajajajajajajajajaa!!!!!, de verdad?

--si, de verdad.  ¿me lo enseñarías?

Siguió con el juego, sonriendo,

--¿sería solo enseñártelo?

--ya sabes que no

--jajajajajajajaja!!, ya sabía la respuesta. ¿has visto a mi hijo jugando ahí enfrente, verdad?

--si

Se puso un poco más seria, se levantó,  y mirando directamente a mis ojos se dio la vuelta apoyándose en el árbol que había al lado. Con su cabeza girada, sin dejar de mirarme metió dos de sus dedos por los costados del chandal y tiró de el hacia abajo lentamente. Ufffffff, lo hacía de una manera tan sensual, la prenda se deslizaba tan lentamente, la piel de su culo aparecía tan despacio, el triángulo de su tanga emergiendo y que parecía la prenda más erótica del mundo, todo ello junto me provocó una erección inmediata de la que no me di cuenta hasta que la polla me empezó a doler por el bulto que se estaba formando en mis pantalones apretados de ciclista. Ella bajó sus ojos desde los mios hasta mi sexo con esa sonrisa tan terriblemente sensual y mordiendo ligeramente su labio inferior, diosssssssssssssssss!!!,

--¿está bien así?   ¿es suficiente?

Me acerqué a ella y la abracé tal cual estaba, aplastando mi rabo contra su culo, su piel ardía. Busqué su boca que se me ofreció ansiosa y la besé mordiendo sus labios, metiendo mi lengua profundamente, buscando la suya y enredando las dos en un juego totalmente lascivo. Mis manos se metieron por dentro de su chandal buscando su coño, el cual estaba totalmente empapado,

--ven, siéntate, nos pueden ver y no quiero que hablen de ti como una mala madre

Me senté y me recosté con la espalda en el arbol, las piernas abiertas y poniéndola a ella de espaldas a mi. De esa manera el que nos viera a lo lejos sólo vería una pareja mirando a los niños jugar, pero una de mis manos estaba por dentro de su camiseta apretando sus tetas, retorciendo sus pezones, y la otra metida en su coño ardiendo, mis dedos la masturbaban, recorrian sus labios externos desde abajo hasta arriba deslizándose abriendo su rajita sin entrar totalmente en ella,

--ummmmm, sigue, sigue así cabronazo, no te pares ahora

--tranquila que no lo haré, vamos quiero sentir como gimes y como te corres entre mis dedos

--siiiiiii, más, sigue por favor !!

Mis dedos la martirizaban mientras restregaba mi polla, que me la había sacado por encima del pantalón, por su culo y su espalda. Ella echaba su cabeza hacia atrás para besarme dejándose hacer.  Hundí uno de mis dedos en su coño de repente provocando un gemido por su parte que tuve que sofocar comiéndola la boca porque por el camino de abajo pasaban un par de ciclistas totalmente de paseo y que la podían haber oido perfectamente. De hecho miraron un poco a la derecha, hacia donde estábamos, pero solo pudieron ver eso, una pareja besándose, todo normal.

--!!eres un cabronazo !!!, me dijo al tiempo de morder mi labio

--si?, de verdad lo soy?, si te parece mejor paro. ¿eso es lo que quieres?. Quiero que me digas si paro, o si lo que quieres es que te folle, no con uno, sino con dos, con tres dedos, vamos dímelo putita, quiero oírtelo decir,

--ni se te ocurra parar!!!, fóllame con los dedos que quieras, pero sigue más, me tienes totalmente salida, termina por dios, termina o me va a dar algo!!!, dijo, al tiempo de echar su mano hacia atrás para tocar mi polla. Con la mano girada intentó cogerla, estaba durísima, é intentó pajearla. Yo seguí en su coño, abrí un poco más sus piernas y la metí dos dedos, dentro, muy dentro, en forma de gancho, con la palma de la mano hacia arriba pajeando su coño por dentro, buscando su punto G. Ella se tapaba la boca con el dorso de la mano é intentaba respirar. Buscaba aire mientras movía sus caderas intentando que mis dedos llegaran a todos los rincones de su cueva totalmente encharcada. Metía y sacaba los dedos continuamente deleitándome con el ruido de sus líquidos. Cogí uno de sus pezones con dos dedos y lo apreté, lo retorcí haciendo que se mordiera su propia mano para no gritar mientras con su otra mano por encima del pantalón apretaba la mia,

--más, más, mássss, sigue, quiero más, apriétalos, hazme daño, me voy a correr, me voy a correr, más fuerte, mete tus dedos más dentro por favor, necesito correrme yaaaaaaaaaaa!!!

Seguí apretando sus pezones, iba de uno a otro tirando de ellos a lo que ella respondía con más gemidos, casi gritos, mientras yo lamía su cuello a la vez que lo mordisqueaba. Mis dedos entraban en un rio, la tenía metida ahora dos, ahora tres, entrando y saliendo sin parar, incrementando la velocidad todo lo que podía, estaba a punto, casi sollozaba, su cuerpo empezaba a convulsionarse, se calló, no decía nada, podía ver sus ojos cerrados y su mano crispada encima de la mia, ella no estaba en esos momentos, ella no estaba allí, en ese momento sé que la hubiera dado igual que llegara su hijo a pedirle la merienda, estaba en ese punto de no retorno,

--ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, diossssssssssssssssssssssssssss, yaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, yaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!

Su cuerpo tembló como una tormenta, se puso totalmente rígida

, sus piernas se cerraron en torno a mi mano, su mano se aferró con más fuerza si cabe a la mía, sus piernas rebotaban en el suelo espasmódicamente, noté mis dedos totalmente encharcados y una mancha de humedad que se empezó a dibujar en su pantalón, hasta que poco a poco,  pasado casi un minuto eterno, empezó a recuperar la consciencia y a relajar su cuerpo.  Respiró profundamente mirando al frente, giró su cabeza sonriendo, buscó mis labios y nos besamos levemente, se separó un poco de mi y me dijo,

--Te voy a matar, creo que me he meado. Llama al niño y vámonos a casa que tengo que cambiarme.