Un día de verano en la sauna

Una pareja de novios entra a una sauna de Madrid, uno de ellos se retira pero el otro encuentra placer por cada rincón de la sauna.

Hola, antes de empezar me describo, me llamo Cristian, tengo 24 años, soy moreno, 174cm, delgado (algo fibrado), bastante guapo, con ojos verdes y siempre me han dicho que no tengo pluma. Mi novio Jon tiene 22 años es también moreno, un poco más alto que yo, delgado y con algo de pluma, pero resultón y ambos somos vascos.

Bueno la cuestión que era verano y los dos teníamos vacaciones, así que decidimos ir a Madrid a pasarlo bien. Una noche después de cenar decidimos ir a un pub donde nos tomamos varios cubatas, al salir nos dijeron que si queríamos ir a una sauna de la ciudad y por no hacer el feo cogimos el papel.

Cuando nos habíamos decidido a entrar a otro pub, le dijo a Jon:

CR - ¿Oye?, ¿Qué tal estará esto de la sauna?

JON - No tengo ni idea. Nunca he ido a ninguna.

CR - Pues molaría probar.

JON - Pues sí.

Tras esta mínima conversación decidimos ir a la sauna que nos propusieron. Al llegar nos encontramos con varios tíos que andaban solamente con una toalla en la cintura y unas chanclas, lo que hizo que tuviera más ganas de entrar. Pagamos y nos dirigimos a los vestuarios, a mi se me iba la mirada a cada tío que pasaba.

JON - Joder!!! ¿Córtate un poco no? Te los comes con la mirada.

CR - Je, je, je... No es para tanto, simplemente que no estoy acostumbrado a todo esto.

JON - Para mí también es nuevo pero no voy mirando a todo "quisqui".

Tras esa reprimenda por parte de mi novio decidí cortarme un poco, aunque eso sólo duró unos minutos. Nos pusimos las toallas y las chanclas y entramos al baño turco donde habían varios hombres yo diría de más de 50. Nos miraron con lujuria, pero nosotros nos sentamos sin mediar palabra y estuvimos 5 minutos escasos. Fuimos a las duchas y me encontré con un chico de mi edad que estaba enjabonándose y al verme me dio la espalda, pensé: CR - No le molaré.

Pero al segundo vi como me hacía una señal con la cabeza y me fui a buscar a Jon.

CR - Mira, mira Jon. Éste tío está bueno ¿eh?. Me ha hecho una señal para que me vaya con él. ¿Qué te parece?

JON - Está muy bien la verdad, pero... ¿Tú crees que es buena idea entrar con él?

CR - Joder... Otra oportunidad como ésta no se si habrá... Tendremos que aprovechar ¿no?

Tras mucho meditarlo entramos a una cabina donde se encontraba el chaval, lucía un tatuaje en el torso, era moreno y muy masculino, además con la luz tenue que había en la cabina hacía todo más íntima y excitante.

Sin mediar palabra se quitó la toalla dejando ver un pollón de unos 18cm y gruesa sin empalmar. Jon se quedó estupefacto al ver mi decisión, ya que lo primero que hice fue arrodillarme y chupársela, como si fuera la última polla que hubiera a comer en la vida. Jon al ver mi reacción se dedicó a acariciarme la espalda y morrearme. Madre mía que morbo me estaba dando esa situación. Le comía los huevos que los tenía algo velludos pero apetecibles.

El tío era todo un macho y yo cada vez estaba más cachondo, me tocaba de forma sensual el ano, como haciéndome un masaje y yo estaba que iba a explotar y puso en situación de follarme.

JON - Cris, Cris... ¡Vámonos!

CR - ¿Cómo?, dije sorprendido.

JON - Vámonos, no quiero ver como te folla un desconocido.

El tío se puso las chanclas y la toalla y dijo: - Si no sabéis lo que queréis ¡no mareéis a la peña!

Los dos con cara de no saber que contestar, mientras el tío se largaba. Al salir el tío empezamos a discutir.

JON - Es que sabía que nos iba a ocurrir algo así. ¡Mira que lo sabía!

CR - ¡Va! Que no es para tanto. ¡Que nadie te ha puesto un puñal para que vinieras!

JON - Ya. Pero si he entrado ha sido por ti, porque querías venir. Bueno yo me piro al hotel y ya vendrás, te doy permiso para que te quedes.

CR - ¿Seguro? ¿No te enfadas?

JON - No. No me enfado, Lo único que no puedo ver como te tocan. Me hace daño. Así que me voy, disfruta.

CR - Vale.

Le di un beso tierno y ya no le vi en toda la noche, ahora con él fuera de juego todo sería más fácil, tendría más libertad.

Decidí tomarme una cerveza en el hole, donde vi que en un sofá había varios tíos, por lo que vi no eran españoles. Me bebí una Coca-Cola y presté atención, eran árabes, bufff - Con el morbo que me dan los moros.

Así que decidí pasar a la acción, me puse en el sofá que estaba justo enfrente de ellos y me quité la toalla para que vieran mi culito. Los moros que hablaban en árabe entre ellos se miramos y dirigiendo su mirada a donde estaba yo y uno de ellos (el más joven) se puso hablar conmigo.

HAMED - Hola. ¿Qué quieres de nosotros? ¿Quieres que te “follemes”?, dijo con su acento claramente árabe.

CR – No estaría mal. Me encantan los árabes, sois muy machos.

HAMED – Je, je, je.

Nos “encantraría” follar a una putita.

CR – ¿Cómo te llamas?. Yo Cristian.

HAMED – Yo Hamed, soy de Maroc.

CR – Muy bien, os espero en aquella cabina mientras hablas con tus amigos. Y me fui.

Estuve esperando 5 minutos hasta que alguien golpeó la puerta. Toc, toc, toc. Y abrí la puerta. De repente entraron cuatro machos árabes, tendrían de 24 a 30 y pico. Uno tenía barriga y velludo, con bigote, otros dos eran delgados uno con vello y otro sin nada en el cuerpo y por último Hamed, que era el más guapo, con barba de dos días, fibrado y olor a macho.

HAMED – Aquí estamos todos, éste es Mohammed (señalando al más mayor), éste Abdel (uno de los delgados, el que tenía vello) y éste Rashid (el que no tenía vello).

CR – Yo me llamo Cristian y este culito es vuestro. – Quiero que me tratéis como una putita.

La reacción de los tíos fue de lascivia, se quitaron la toalla, dejándome ver todos esos manjares. Salvo el más mayor todos tenían verdaderos pollones, de 20cm como mínimo, gruesos y circuncidados. Hamed, era el más moreno de piel de todos y el que más morbo me daba.

Me arrodillé y empecé a mamar el rabo de Mohammed, sabía a pre seminal pero eso no iba a impedir que siguiera mamando. Al momento se incorporaron Abdel y Rashid con sus dos grandes pollones, mientras Hamed me tocaba sin parar mi culo.

Yo disfrutaba como nunca, como me encantaba chupar esos rabos, incluso hubo un momento que me dolía la mandíbula. Rashid echó saliva a mi culito que ya estaba medio abierto y empezó a jugar con mi agujerito mientras yo seguía gimiendo y mamando los otros rabos sin cesar.

RASHID - ¿Tienes condón?, me preguntó.

CR – No, no tengo. Me sorprendió su perfecto español.

RASHID - ¿Entonces?

CR – Clávamela.

Rashid sonrió y me la clavó, yo sentí llenarse mi culo por completo

RASHID – Mmmmm. ¡Que culito más bueno tiene esta putita!

CR – ¡¡¡Ahhhhh. Siiiií!!!

HAMED – Mirad la puta como gime.

Rashid me estaba partiendo en dos, literalmente y yo me estaba muriendo de placer. Hamed, Mohammed y Abdel me follaban sin parar la boca, mientras tanto hablaban en su idioma, cosa que hacía ponerme más cachondo todavía.

CR - ¡Dadme hostias¡ Escupirme¡

Los tres se miramos y empezaron a darme hostias mientras yo se la comía, cuando noté que Rashid me cogía más fuerte y noté  que su leche mora inundaba todo mi ser… Ufff que gusto.

Acto seguido se puso detrás de mí Hamed y me la metió sin previo aviso apenas 2 minutos después se corrió como un caballo. Mohammed hizo lo propio, se corrió en mi boca, yo para no desperdiciar cada gota de su líquido me metí su glande en mi boca, haciendo disfrutar como un loco al moro más mayor. Yo me quedé tirado en el suelo lleno de leche por todos sitios, pero aún quería más. Cuando ya se iban todos incluso Abdel que no se había corrido les dije.

CR – No os vayáis todavía. Quiero que me meéis.

Los cuatro moros se miraron de nuevo y sacaron sus miembros todavía semi erectos y empezaron a mearme. He de decir que nunca se me había pasado por la cabeza que unos moros me follaran y violaran de esa manera y menos que me mearan pero ya que no estaba mi novio y estaba en una ciudad que no es la mía, ¿Qué mas daría?.

Se mearon en mi cara, en mi pecho, en mi culo, en fin, en todo mi cuerpo, mmmm. Ya cuando terminaron se fueron todos y Mohammed me dedicó un gapo en toda la cara como despedida.

MOHAMMED – Bueno puta hasta la próxima. Y se rio.

Yo quedé tirado en el suelo de la cabina escupido, meado, y llenado por todos los lados de leche por aquellos machos árabes que me habían follado.

Salí del cuarto, dirigiéndome a las duchas, cuando una voz me llamo la atención.

ABDEL - ¿Estás bien amigo?

CR – Sí. Mejor que nunca. Le indiqué con la cabeza.

ABDEL - ¿Te apetece tomar un café y hablar?

CR – Vale. Me ducho y salgo enseguida.

Estuvimos hablando durante unos minutos y nos dirigimos a una cabina, solo los dos. Su primera reacción fue besarme, cosa que me sorprendió ya que no sabía que a los árabes les gustara besar.

ABDEL - ¿Sabes? ¿Tú gustarme “mocho”?

CR – Ah ¿Sí? Asintió Abdel con la cabeza y me dio un abrazo.

Antes de irme Abdel me dijo que el era de Argelia, que tenía 28 años y que a veces venía por aquí, pero no mucho y me dio su número.

Ya cuando llegué al hotel vi una nota de mi novio diciéndome que me dejaba porque no se había ido de la sauna y vio como entre a la cabina con “esos tíos”. Yo avergonzado no le llamé ni nada. Pero no pasé la noche sólo, llamé a Abdel que me recibió con un abrazo y un beso.

A partir de ahí mi vida cambió, cambié de ciudad, me mudé a Madrid y me puse a vivir con Abdel, ¿Quién me lo iba a decir?

ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO, ÉSTE ES MI PRIMER RELATO, ESPERO MEJORAR CON EL TIEMPO. Y POR SUPUESTO HABRÁ UNA SEGUNDA PARTE DE ESTE RELATO “MI VIDA CON ABDEL”.   ¡GRACIAS A TODOS!