Un día de vacaciones
Un día normal en las vacaciones estando Mi esclava y Yo en el pueblo
Mi niña maria y Yo estamos en el patio del pueblo; es un día cualquiera de las vacaciones de verano y, aunque nos encontramos el Uno con la otra, estamos haciendo cosas diferentes; Yo estoy escribiendo un nuevo relato; ella está con el matamoscas jugando y repeliendo la invasión que estos insectos parecen querer llevar a cabo en el patio mientras acaba de preparar la comida.
De pronto, maria ve que una mosca se posa en Mi espalda y ¡zass! golpea con dureza y precisión; aunque el insecto muere, el matamoscas se clava en la musculatura de Mi espalda cogiéndome con los músculos tensos y Me produce un aguijonazo fuerte y doloroso que hacen que Me queje con fuerza.
- Venga, no se me queje que no he podido hacerle daño que ha sido un golpecito de nada.
- tu te creerás que no Me has hecho daño pero… Me has debido pillar en mala postura o algo así porque, la verdad, Me duele como si Me hubieras golpeado con otra cosa y no con un matamoscas.- la contesto mientras no puedo ocultar Mi cara de dolor.
- No me puedo creer que tenga un Amo tan quejica.- dice ella.
- txiki, Me has hecho daño te lo puedo asegurar.- digo ya medio enfadado.- de hecho, no puedo seguir escribiendo.
- ¿De verdad Le he hecho daño, mi Amo???.- pregunta con asombro y preocupación.
Asiento con Mi cabeza incapaz de proferir una palabra más; creo que, por fin, Mi cara lo dice todo pues ella se levanta con presteza y viene a Mi lado a abrazarme e intentar consolarme.
La beso pero no puedo evitar Mi cara de dolor. Al verlo, ella Me lleva hasta la hamaca apoyándome en su hombro y, rápidamente, empieza a masajear y besar la zona dañada. A los 5 minutos, y dejándome tumbado en la hamaca, entra dentro de la casa a por el Algesal para aplicármelo en un breve pero intenso masaje.
se acerca a Mi cara y Me mira con intensidad a ver cómo Me encuentro; la tomo de la barbilla y, acercando su cara a la Mía, la beso apoderándome de su boca.
- No te preocupes que, ahora mismo, vas a compensar esto que Me acabas de hacer.- la digo de forma inesperada para ella
la tomo entre Mis brazos, sin poder evitar el gesto de dolor, y Me levanto de la hamaca. Así, cogida, la llevo al comedor del patio y la coloco en el sofá con las manos apoyadas en el asiento y las piernas juntas. Levanto su falda y, con un tirón brusco, introduzco la braga por el interior de la raja del culo.
Sin solución de continuidad, empiezo a azotarla con rapidez y fuerza “increscendo”. ella hace como que se resiste meneando el culo y haciendo como que lo quita de donde van a parar Mis azotes mientras grita de forma queda:
- ¡Ay!, ¡Ay!; pare, pare, pare... que solo ha sido un accidente y, además, no tiene derecho a hacer lo que está haciendo, ¡Ay!, ¡Ay!
- Sí, sí; solo ha sido un accidente pero en vez de correr a curarme te has estado cachondeando de Mi.- la respondo.- además… ¿dices que no tengo derecho?? Tengo todo el del mundo pues tu misma has dicho que eres Mía; Mía en cuerpo y alma.
- Sí, claro que soy Suya, pero no hay derecho a que me de esta soberana azotaina por una bromita de nada. ¿Además, no Le dolía el hombro??
- Sí, Me dolía y Me duele pero, si te percatas, solo te estoy azotando con una mano… la derecha.- siendo esto cierto, la verdad es que, a pesar de la molestia en el hombro, la estoy sujetando contra el sofá con la mano izquierda.
Como quien no quiere la cosa; caen en su culo sus buenos 50 azotes que se lo dejan deliciosamente rojo; paro y acaricio con delicadeza ese culo que Me pertenece. Lo siento caliente y receptivo, siguiendo con su movimiento a Mis caricias.
Sin dudarlo, muevo Mi mano izquierda de la espalda a buscar la raja del coño de Mi esclava y empiezo a acariciarla; está muy húmedo e, instantáneamente, sus quejas son reemplazadas por suspiros, placenteros suspiros debido al nuevo tratamiento.
- Afff, afff.- suspira de forma queda.- sí, mi Amo, siga, siga así; hágame correr, por favor, se lo suplico; hágame tocar el cielo con la punta de los dedos. Afff
Con suavidad, con eficacia sigo en Mi masturbación mientras Mi mano se va llenando con los fluidos que manan de ella.
Paro y de su garganta sale un quejido suave de protesta hasta que se percata que es para cambiarla de postura.
Poniéndola ante Mi, la quito la ropa, primero el top y el sujetador; Me agacho y tomo sus pezones enhiestos con Mis dientes y con Mis labios, succionándolos.
Mientras tanto Mis manos desatan su falda dejando que caiga hasta sus pies; ella levanta los pies y de una patada la manda lejos de donde estamos; a la falda la sigue la braga y ella repite la maniobra mientras Mi mano derecha lleva sus brazos a Mi cuello y la izquierda se apodera de sus labios vaginales mientras, azotando los muslos, indica imperiosa que abra las piernas para permitirme hacer lo que deseo.
Sigo con el tratamiento aplicado y del coño vuelven a destilar los flujos; ella se agarra a Mis hombros mientras sigo succionando, alternativamente, uno y otro pezón.
- ¿me dará mi Amo permiso para correrme y ofrecerle mi placer?.-susurra a Mi oído con voz dulce y melosa.
- Por supuesto, Mi más preciosa perrita; puedes hacerlo.- la contesto mientras levanto Mi cabeza para que su cara se apoye en Mi pecho.
Con sus brazos en Mis hombros y su cara enterrada en Mi pecho, empieza a correrse de forma continua y sin dejar de destilar mientras oigo su quejido indicando que se encuentra totalmente a gusto.
Levanto su cara y la miro con cariño. Está con los ojos semicerrados y una gran sonrisa de felicidad en la cara.
- ¿Has visto como Me has puesto la mano???.- la pregunto.- ¿y cómo nos has puesto de tus jugos???
- La verdad, mi Amo es que es Ud un poco guarrete, ehhhh.- Me contesta con una sonrisa inmensa en la boca.- venga, venga conmigo que vamos a lavarnos bien.
- De acuerdo.- asiento Yo.- vamos a la ducha a quedar bien limpios y bien sanos.
Me dirijo al cuarto de baño con ella cogida de la mano.
Antes de entrar Yo en la ducha, ella Me desnuda y entra, pone el agua a la temperatura que Me gusta y Me hace un gesto con la cabeza para que entre.
Me lava, de arriba abajo, con especial cuidado en Mi cabeza y en Mi polla dela que, una vez lavada, comprueba con su boca la limpieza y empieza un lento y gustoso mete-saca. la paro con Mi mano y salgo de la ducha para secarme y ponerme el albornoz. ella se encoge de hombros pues no entiende Mis motivos pero, por una vez, no los cuestiona.
ella se acaba de duchar y se da aceite hidratante por todo el cuerpo. Sale, se seca y se va a poner el albornoz cuando se lo impido tomándola por la espalda de ambas tetas y tirando de los pezones hasta que se pone de puntillas. ella suspira con intensidad mientras apoya su espalda en Mi pecho.
En esa postura, la tomo y la llevo hasta nuestro cuarto en el que la hago colocarse doblada por la cintura y con las manos apoyadas en la cama.
Suavemente, la acaricio y Mis manos toman y retuercen sus pezones; una de ellas se desliza por su vientre acariciándola y recorriéndola, recorre la raja de su vagina y acarician el clítoris; la otra recorre su espalda y su trasero acariciándola y pellizcándola, masajeándola y azotándola de forma alternativa. ella… suspira de placer y excitación. Mis manos deslizan aún mejor gracias al aceite.
Aprovechando el momento, Yo empiezo a introducir Mis dedos en el coño que Me pertenece acariciando el interior; primero uno, luego dos; a continuación son tres los que acarician y excitan el coño por su interior mientras Mi pulgar presiona sobre el agujero del culo presionando el esfínter.
ella se apoya más fuertemente pues siente que las fuerzas pueden fallarla y Me dice:
- No pare; por favor, no pare. me encanta sentirlo en mi interior. No pare, por favor.
Me acerco a su cara y la beso mientras sigo manipulando en su interior. Despeino su pelo y ella emite un pequeño quejido de protesta. Vuelvo a besarla y acariciar su cara.
- Deseo meter Mi puño dentro de ti, perrita Mía; hace mucho que no lo hacemos y Me apetece.
ella Me mira, sonríe y asiente con un rápido movimiento de cabeza.
La tomo en mis brazos de nuevo y la apoyo boca arriba en la cama. Vuelvo a manipular su coño y su clítoris y ella destila jugos como si fuera una fuente.
El aceite lubricante que llena Mis manos hacen más fácil la penetración y, primero, uno; luego, dos y tres dedos entran en el interior de su agujero para masturbarla más frenéticamente.
Introduzco el cuarto dedos y haciendo media circunferencia la masturbo; coloco el pulgar en medio de los otros dedos y empujo. ella se queja, se nota como la duele pero también contribuye a la acción empujando hacia abajo.
Por fin, con un sonido sordo Mi mano penetra en su interior, la mira a la cara mientras acaricio sus entrañas y la digo:
- Esto te va a doler, Mi perrita linda.
Giro Mi puño dentro de ella y ella sofoca un grito al tiempo que su cara refleja la dicotomía entre el dolor y el placer. Acaricio su cara y ella Me sonríe y Me besa cogiendo Mi mano con las dos suyas.
Vuelvo a girar Mi puño y no puede evitar un grito de placentera angustia. Acaricio de nuevo su cara y la digo:
- No te quejes que sé que te está gustando.- sigo preguntando.- ¿qué eres ahora mismo, Mi niña perra??
- Soy Su marioneta haré lo que Ud desee y como desee; Se lo puedo asegurar.
- Pues levanta y ven a Mis brazos.
Mientras hablo tiro de su coño hacia Mi; su cara refleja el esfuerzo que realiza para subir a Mis brazos y enlazarme por el cuello, refleja el dolor que Mi empuje en sus entrañas la produce y la felicidad que la embarga.
- me… me corro, mi Amo; me coooorro. Siga, siga por favor, me coooorro.
Agotada cae encima de la cama desmadejada y Yo, con todo el cuidado que puedo, extraigo Mi mano de su interior con un ligero sonido de descorche.
ella Me sonríe y se acurruca junto a Mi al tiempo que dice:
- Creo que deberé matar más a menudo moscas en Su espalda, mi Amo querido.