Un día de recuerdos y calidez
Sentir el sueño y vivir la conexión del placer en el recuerdo es vibra el deseo que existe en el pensamiento. Cuando llegaba a esa habitación cálida, confortable, dónde se encontraba el aroma que despierta la aventura de conquistar un romance momentáneo, sin promesa, sin futuro, sin esperanza; co
Sentir el sueño y vivir la conexión del placer en el recuerdo es vibra el deseo que existe en el pensamiento.
Cuando llegaba a esa habitación cálida, confortable, dónde se encontraba el aroma que despierta la aventura de conquistar un romance momentáneo, sin promesa, sin futuro, sin esperanza; con ello la emoción de sensaciones distintas, como un cóctel picoso y morboso de ansiedad, de afán y desespero. Así el instinto llena las ganas de sertir su cuerpo tibio, el cruce de miradas que forza cada una de las partes del cuerpo y seduce el ritmo de la respiración, la búsqueda tímida de un dulce beso, deseando encontrar la pasión y dejando llevar al momento presente, que con suavidad abraza y entrelaza la unión de dos cuerpos deseosos. Con el juego de las manos que va quitando cada prenda y deja al descubierto el cuerpo ardiente, ansioso de saborear su carne, mis ganas me forzan a apreciar morbosamente, cada una de las partes de su cuerpo, y de inmediato, mi voluntad, me obligaba a undir la mirada en la erección y firmeza de su miembro al descubierto, sin anuncio mis manos lo toman suave sintiendo la humedad que aprieta subiendo y bajando con firmeza. El beso interminable apasionado se desliza por su cuello y lo único que se escucha es la respiración ansiosa de placer que baja por el pecho que con suavidad, recorre la lengua acompañada de un dedo entre los labios que hacen vivir en carne el encuentro de aquel recuerdo. Una pausa hace encontrar nuevamente la firmeza de su miembro en erección que sin pensar mis labios toman con ternura, la lengua apenas sale y humedece el momento , mis manos quieren ayudar y sus manos con dulzura recogen el cabello que oculta la ricura de ver saborear entrar en mi boca, cuando el silencio invade la habitación se escucha el chasquido que mi boca hace en su pene, que siente el sabor vainilla que existía cuando escurría.
El tiempo pasar en mi boca es interminable, solo sentir succionar con un apretón de labios, que recorre y goza probar comiéndomela toda con desesperación de arriba a abajo subir bajar saboreando sin parar, frotando mis labios una y otra vez, tan delicioso.... Interrumpe el recuerdo de estar sentada en sus piernas, dónde la mirada se encuentra hasta la espalda baja, que encuentra el inicio de mis nalgas sobre sus muslos, el acercamiento me inspira a rodear su cuello con ternura buscando la mirada que ordena ocultar los dedos de la mano derecha entre mis piernas, mientras otra mano terzas rodea mi torso y sus dedos a penas tocan mis pezones.
Poco a poco el movimiento crece y mi vagina cada vez esta más húmeda. Sentía que su pene estaba que estallaba, sentía esa fuerte necesidad de ser penetrada pero me gusta pensar en lamer y succionar su pene, era inmensamente satisfactorio, Otro pensamiento se apodera de mi cuando recuerda como sus manos toman mi trasero y se apoderan del el, apretando mis nalgas cual tesoro valioso fijando la mirada queriendo fundirla en su piel. Mi clítoris físicamente alcanzó su forma magna pensando en el chasquido de sus dedos en mi cavidad vaginal, de ida y vuelta explota el néctar vaginal que interrumpe el pequeño espacio en mi cabeza retoma un nuevo recuerdo cuando tomaba mi cintura y me recostaba boca a bajo para penetrarme y que con movimientos inexactos hacían desear más...