Un día de playa cualquiera 3

Después de un día en la playa con una tarde entretenida, nuestras dos parejas se dirigen a un pub donde empieza una noche de sexo desenfrenado.... Continuación del 1 y 2, recomiendo leer los 3 juntos.

Este relato es la continuación del relato “un día de playa cualquiera” del apartado “voyerismo” y de su segunda parte “un día de playa cualquiera 2” del apartado “intercambios”. Os aconsejo leer los otros dos relatos para conocer el contexto y entrar en situación.

Una vez fuera del reservado vamos a pedir una copa y nos sentamos en una de las mesas de la esquina. Empezamos a charlar sobre lo que había pasado y lo que estaba pasando esta noche, la chica tenia curiosidad para saber mi opinión al respeto de todo lo que estaba pasando, y yo, yo no sabía lo que quería, yo simplemente cada minuto que pasaba estaba más caliente.

-          Lo estás pasando bien? me pregunta sentada con la cara muy cerca de mi

-          Claro, tu no? Respondo, a 2 centímetros de su oreja, poniéndole una mano sobre el muslo

-          Sí, claro que sí, pero siempre se puede mejorar verdad? Cruzando las piernas, y aprovechando el momento del cruce para subir la falda de su vestido por sobre de sus rodillas.

-          Como lo mejorarías tu? Digo yo empezando a subir un poco la mano entre sus muslos.

-          Pues me gustaría ver lo que hacen mientras me masturbas, la verdad…

-          Si? Solo quieres verlo? O quieres estar ahí? Pregunto cómo si supiera algo que ella no sabe.

-          Quiero verlo, y quiero que me masturbes, nada más por ahora.

-          Me parece suficiente, por ahora, claro! Respondo.

Después de estas palabras, la agarro por la mano y me levanto, ven, sígueme. Nos adentramos en el almacén del bar y entramos en una pequeña sala donde está mi amigo, que parece sorprendido y exaltado al vernos.

-          Qué haces aquí? Me dice, escondiendo algo detrás suyo

-          Ahora nos toca a nosotros, vete que ya debes haber disfrutado bastante.

Mi amigo pone cara de pena, mirada baja y sale del despacho. El despacho es pequeño, con una butaca detrás de la puerta, encarada a la pared. Al otro lado, una mesa vacía y una silla de oficina. Se notaba que era un despacho para llevar las cuentas, pero que no se usaba en la actualidad.

-          Ponte cómoda, le digo a la chica después de arrastrar el sillón delante la puerta para que no entre nadie.

-          Cómo de cómoda? Pregunta ella haciéndose la remolona.

-          Así, por ejemplo! Respondo enérgicamente, agarrando su fino vestido por el escote y arrancándoselo, rompiendo las tiras que le sostenían por los hombros y dejándola en ese conjunto de ropa interior tan parecido a un bikini negro que llevaba.

-          Ufff… dice ella, mordisqueándose el labio sensualmente, mientras piensa donde se sienta.

-          Ven aquí, siéntate en la mesa, estaremos más cómodos. Le digo mientras la ayudo, agarrándola por el culo a subir encima la mesa.

Una vez sentada en la mesa, le quito el sujetador y el tanga y la dejo desnuda del todo. Me giro hacia la pared. Hay un estor negro, de plástico, que parece que no lleve a ningún sitio, pero lo subo igualmente.

-          Los querías ver, verdad? Al otro lado del estor, hay una ventana que da directamente al espejo del reservado.

-          Ostras!!!! Qué fuerte… así que… tu amigo lo estaba viendo todo? Dice mientras se empieza a acariciar la entrepierna con los ojos fijados a la ventana

-          Si, era el trato a cambio de tener el reservado para nosotros 4 toda la noche.

-          Oye.. y a cambio de la sala, no quiere nada? Tu amigo está bastante bien… Dice ella con voz de deseo mientras se empieza a introducir dos dedos en la vagina.

-          No sé…algo pedirá supongo… ya lo veremos. Respondo, mientras me empiezo a arrodillar delante de ella y a acercarme a su sexo con la boca.

Una vez dicho eso, ella no deja de mirar por la ventana, me agarra la cabeza y la aplasta contra su sexo. Yo hago una primera aproximación con la lengua contra su clítoris, hago un par de lametazos suaves, haciendo círculos y presionándolo un poco con el dedo mientras paso la lengua alrededor. Después de ver que su clítoris estaba lo suficientemente hinchado y fuera de sí, beso apasionadamente su vagina entera. Me la como literalmente, besándola con la boca entera, introduciendo la lengua entre sus labios, jugando a meterla dentro de la vagina mientras aparto los labios con las manos. Yo me centro en ella, mientras ella, entre gemido y gemido me cuenta lo que está viendo y todavía se excita más, y me excita más a mí.

-          Ahora están contra la pared, no se ve muy bien, sólo veo el culo de mi marido moviéndose, contrayéndose, y sus piernas flexionadas para tener apoyo. Tu mujer está con la espalda contra la pared, abierta de piernas, las piernas rodean la cintura de mi marido. Con la boca le está besando el cuello, mientras mi marido no deja de penetrarla. UUUffff… que caliente estoy, Joder!, sigue comiéndome, no pares, no pares, me voy a correr!!!

Tu mujer tiene una cara de placer que no se la aguanta, creo que está chillando, o gimiendo, creo que se está corriendo. UUUffff… yo también me corro, Joder!!

Las imágenes de la ventana, y seguramente mi hambre de sexo, hicieron que se corriera en nada, se estaba relajando un poco, aunque yo seguía comiendo ahora más suave con el primer objetivo cumplido.

-          Para, para un momento y mira como se corre tu mujer, levántate.

Yo hago caso y me pongo de pie, mirándolos, es verdad, ella se está corriendo, pone una cara de guarra que hace años que no veía.

-          Cuantas veces crees que se habrán corrido ya? Me pregunta.

-          No sé, se lo preguntamos? Les mandamos un Was ahora que parece que paran para coger fuerzas?

Así lo hacemos, cada uno pregunta a su respectivo cómo va la cosa, y después de preguntarlo, sin esperar respuesta, ella aprovecha que estoy de pié para arrodillarse delante de mí y empezar a lamerme el miembro. Es delicada, empieza agarrándolo fuerte para bajar la piel y ver el glande rosado como saluda, húmedo y brillante. Lo resigue con la lengua, dándole círculos, mientras con la mano, agarrando el miembro por la parte de abajo va moviendo la piel muy despacio arriba y abajo.

Después de la primera aproximación, la lengua pasa a ser un beso apasionado, y el miembro empieza a entrar dentro de su boca qué cierra con fuerza para apretármelo.

“piticlin”, “piticlin”. Los dos móviles suenan a la vez. Yo no me atrevo a mirarlo ahora, quiero disfrutar de ella. Pero ella, estira el brazo sin sacar mi miembro de su boca para agarrar el suyo y leerlo, a lo que yo respondo con lo mismo.

Lee el wassap sin tan siquiera dejar de comérmela. De hecho, mientras lo lee, aun se la mete mas y mas dentro. Yo lo leo en voz alta.

-          Mira que me dice mi mujer – “Ufff… una pasada, no sé cuantas veces me he corrido, esto es alucinante, este tío me ha hecho de todo y de todas las maneras, y dice que quiere maaasss!!!”

Al acabar de leer, ella, sin parar de comerme el miembro, me alarga su mano con el móvil, entiendo que para que lo lea, y así lo hago, notando que la boca cada vez se mueve mas y mas rápido y aprieta mas mi miembro.

-          Mira ahora tu marido – “Uffff… vamos muy bien, tu amiga es una guarra de cuidado, pero me he acercado un par de veces con los dedos al culo y me ha apartado la mano… así que ahora, la voy a poner a 4 patas y se lo empezaré a comer, a ver si también aparta mi boca ”

Después de leer esto, se metió el miembro entero dentro la boca. Sus labios tocaban mi pubis, y su mirada hacia arriba buscaba mis ojos para verme la cara.

-          Me voy a correr ya!!! Cuidado que me correréee… Aviso, porque no sé qué intenciones tiene.

A lo que ella la saca un poco del fondo de la garganta, no sé si para degustarla o para respirar, y la empieza a comer por la puntita mientras me la masturba con la mano. Me corro a los 5 segundos. Cuando sale la primera gota, ella la vuelve a meter más dentro de su boca, como si quisiera que no se perdiera ni una gota. Se la acaba toda, la deja bien limpia, se levanta rápido, agarrando lo que queda de su ropa, y acelerada dice:

-          Vamos, yo no me pierdo lo de ahora ni loca. Mi marido está loco por su culo, y por lo que hemos hablado con ella, siempre dice que no le gusta, y que no se va a dejar follar nunca el culo….

-          Y qué crees que pasará, pregunto yo, que también conozco los gustos anales de mi mujer.

-          Pues, la pondremos tan caliente que no sabrá decir que no.

Salimos rápido del despacho dirección al reservado. De camino, nos cruzamos con mi amigo, y ella, con la aceleración y las prisas lo para de golpe.

-          Dónde vas tú? A volver a mirar, degenerado?

-          Ejem… El traga saliva sin saber que decir…

-          Anda, déjate de tonterías (le dice mientras le agarra del brazo) para mirar desde aquí, ven con nosotros.

Sin darle ni la opción a negarse, lo arrastra al reservado, sabiendo que su marido y mi mujer están dentro desnudos. Abre la puerta, entra ella con él de la mano, yo detrás.

-          Tú te desnudas, y te sientas en esta silla, le dice al chico, que obedece no sé si por ganas o por miedo de ella, que sigue con las ordenes:

-          Y vosotros dos, que hacéis aquí parados? Tú, a 4 patas, le dice a mi mujer, y tu, cómeselo todo que queremos ver como lo haces.

Todos obedecieron, así que yo y ella nos quedamos de pie a ver como él le comía el sexo a ella desde detrás. Nos pusimos delante de ellos, uno al lado del otro, de manera que yo quedaba justo delante la cara de mi mujer, y ella a mi lado, mientras su marido empezaba el juego, ella la ponía en situación.

-          Mira, me acabo de comer la polla de tu marido y ya la vuelve a tener bien dura, sabes por qué verdad guarra? Porque quiere ver como mi marido te folla el culo. Y ése de ahí… ese de ahí nos estaba mirando desde detrás del espejo… así que ahora se masturbará delante de nosotros y si se porta bien, ya veremos qué le dejamos hacer.

Todo esto, lo decía mirándole a los ojos, pero sin dejar de masturbarme delante de ella, acercando cada vez más mi miembro a su boca. Su marido, ya estaba empezando a lamerle el culo sin que ella dijera nada. El juego avanzaba exactamente como ella había planeado, así que me metió la polla dentro de su boca para que mi mujer se olvidara del resto.

Su marido, había conseguido que el ano de mi mujer se empezara a relajar, y ya estaba intercalando lametazos, con escupitajos, azotes, y círculos alrededor del ano con el dedo, que entre una cosa y otra empezaba a entrar….

Ella no se podía quejar, porque su boca estaba ocupada. Estaba disfrutando de mi miembro creo que como nunca antes lo había hecho…

El dedo de su marido ya estaba dentro del todo y jugaba por su ano dentro y fuera, y de un lado al otro, moviéndose para seguir dilatando.

Pero la mujer no tenía suficiente con esto, quería mas, así que siguió moviéndonos como si de figuras del tetris se tratara…

-          Tu chavalín, como tienes la polla? Estas caliente, verdad? Te gusta lo que ves?

-          Ejm… uufff… ejm… mi amigo estaba calentísimo, y a la vez algo avergonzado.

-          Si tu, déjate de ejem y levanta y ven aquí, que esta guarra ya tiene demasiado vista esta polla.

Lo agarra por el brazo y lo pone en mi sitio para que mi mujer siga con él. Ella se pone delante de la silla de la esquina, y desde ahí, me hace una señal para que me acerque a ella.

-          Tú ven aquí, y siéntate que vamos a verlos jugar aquí sentados bien cómodos….

Yo me siento en la silla, y ella, sin pensarlo, se abre de piernas y me monta, despacio, con calma, los dos mirando el espectáculo mientras ella se va moviendo encima de mí al ritmo de su marido. Su marido, al vernos, decide meter otro dedo en el ano de mi mujer, que está entretenida con la polla joven de mi amigo que no sabe ni dónde mirar… Mi mujer, está excitadísima, no se opone, ni parece que se vaya a oponer a nada, así que el marido de ella, decide atacar y empieza a meterle la punta del miembro por el ano. Ella gime, no sabemos si de dolor o de placer. Cada gemido de ella, es un trozo más del miembro de mi amigo que se mete en la boca. Decide agarrarlo fuerte por el culo, para metérsela bien dentro, cómo diciéndonos a todos que quiere más. Así mismo lo interpreta el marido de ella, que después de jugar con la puntita mientras nos mira cómo vamos follando, empieza a meterla más dentro.

Ya está casi del todo dentro, cuando de repente, la mujer sin dejar de montarme decide intervenir.

-          Vale, ya está bien, ya habéis jugado mucho no? Parad, levantaros, miradnos…

Ellos hacen caso, mientras ella empieza a moverse más rápido encima de mí, para seguir dando órdenes.

-          Y ahora, tu chaval, siéntate en la mesa. Y tú, guarra, fállatelo encima la mesa que te mueres de ganas de seguir follando.

Ellos no se niegan, así que él se sienta y ella lo monta, encima la mesa, de rodillas, con los dos cuerpos inclinados hacia delante. Los movimientos de los 4 son cada vez más rápidos, y se empiezan a escuchar gemidos de placer bastante intensos. Mientras, el marido de ella, se saca un bote de vaselina de dentro uno de los bolsillos del pantalón que estaba desde que llegamos, debajo una de las sillas. Se unta su miembro bien untado, de caras a nosotros, sin que mi mujer lo vea. Mi mujer empieza a gemir, parece que se va a correr muy pronto…

Ahora es el momento, cuando más rápido se mueve ella, cuando más profundos son sus movimientos de cadera, se pone detrás de ella y acerca su polla recién lubricada a su ano.

Mi mujer nota la punta detrás, pero lejos de parar de moverse, alarga un poco el movimiento para que entre…. Estamos todos muy calientes.

Nosotros dos, nos corremos al momento viendo el espectáculo, mi mujer se corre por la follada del chaval que aun tiene un poco mas de aguante porque se había corrido unas cuantas veces en el despacho y en la silla mientras miraba, así que no va a parar de follársela aunque ella esté exhausta. Y el marido de ella, empieza a follarle el culo a mi mujer justo cuando ella se corre, como si no quisiera que su placer terminara.

Finalmente, los dos hombres que se están follando a mi mujer, se corren dentro de ella, que explota en otro orgasmo que la deja sin aliento. Les pide que paren, que la dejen tumbarse en el suelo, que necesita aire.

Después de esto, nos levantamos, le digo a mi mujer que mejor se tumbe en la mesa, que estará más cómoda, ella me hace caso, pero no sabe que es una trampa.

Aprovecho que está desnuda, caliente, cansada, excitada, tumbada en la mesa con las piernas abiertas, relajada, para acercarme a ella, y empezar a masturbarla con las 2 manos, una de ellas en el clítoris, la otra dentro la vagina buscando el punto “g”.

No hace falta mucho tiempo para que ella, sin saber qué estaba pasando eyacule a chorro por deleite de los 4 que estábamos presentes en la sala.

Después de un rato de relax, nos ponemos algo de ropa y nos vamos del pub. Esta noche, decidimos ir a dormir cambiados de parejas, así que me voy a casa de la amiga de mi mujer, y ella se va con su marido….

Quedamos a las 12 del mediodía en la playa, con la intención de que nos dé tiempo a descansar y a echar un buen polvo íntimo de despedida con nuestros nuevos amigos.

FIN

*Cómo siempre, espero vuestros comentarios por aquí o por mail. Espero que os haya gustado la trilogía.