Un día de lujo
Nos dejamos llevar, y la sensacion de no poder evitarlo, nos hizo gozar de placer a los tres.
UN DIA DE LUJO
Mi pareja y yo, estamos pasando por un momento muy bueno sexualmente, ella tiene 31 años, y yo le saco seis. Siempre me ha gustado sacar lo mejor de mi cuerpo, y no le pongo límites, al tema del sexo.
Yo soy bisex pero nunca he tenido relaciones con un hombre en ningún aspecto sexual, por el contrario, siempre he tenido fantasías cuando he estado en la intimidad.
Mi pareja, lo ha sabido de siempre, y alguna vez, me ha regalado hacer mis fantasías realidad, eso sí, siempre entre los dos.
Compramos por Internet, todo tipo de consoladores, los cuales compartimos los dos.
Llevamos 11 años casados, dos hijos a nuestras espaldas, y desde hace un tiempo, parece que buscamos un algo más, o mejor dicho, un alguien más en nuestras relaciones sexuales.
Aunque siempre ponemos una excusa, nos da miedo el traer a alguien, y que por pasarlo creemos que bien, un día, uno de los dos nos encaprichemos de ese alguien más y nuestra relación se rompa por una estupidez como esta.
A mí personalmente, me encantaría traer una chica, la cual sea bisex, y que entre los dos podamos hacer gozar a mi pareja, y hacerla descubrir su bisexualidad, que aunque ella dice que no, yo sé que en el fondo la pica la curiosidad.
Y a la paz, yo tendría una fantasía súper excitante, hecha realidad.
Mi pareja dice que un hombre, y yo pienso, -que bien un hombre ayudándome a dar placer a mi esposa, que la verdad, me gustaría que un día, y solo bajo mi consentimiento, alguien la pegara un polvo de hacer historia.
Pero por otro lado, me imagino a un hombre haciéndolo con mi esposa, y es algo que mi mente, no comparte, y al final me niego.
Por otro lado, y dada mi bisexualidad, pienso: - ¿y si traemos un hombre que sea bisex y activo? Así, podríamos follarnos a mi esposa entre los dos, y llenar sus dos agujeros a la vez, y hacerla gozar como nunca.
Y también, mientras la como la almeja a mi mujer, podrían llenarme mi culo al mismo tiempo. Seria lo más.
Hace poco tiempo, contacte con un primo mío por msn, y empezamos a charlar. Yo no soy nadie, pero tengo el Don, de que cuando alguien quiere confesar algo, vienen a mí. No me preguntéis por qué, pero es así.
Nos hemos criado desde pequeños en mi casa, y casi me atrevería a decir que somos como hermanos. Lo cual hace que nos conozcamos bien.
Parece ser que escribiendo, no nos da vergüenza decir realmente como somos, y si tenemos que salir del armario, lo decimos y punto.
Un día de esos que estábamos en el Chat, me confesó que era gay, pero que no se atrevía a decirlo en casa, pues sus padres son de los que siempre se han burlado de los gay.
Se sincero con migo y yo con él, el me contaba y yo le contaba. Ahora yo sé que el es gay, y el sabe que yo soy bisex, claro que también lo sabrán todas aquellos que lean este relato, pero ahí queda eso.
Un día el se presentó en casa por sorpresa, serian las seis y media de la tarde más o menos, nos saludamos, estuvimos tomando algo después mi familia y él, y después le invitamos a que cenara con nosotros, a lo que él accedió.
Nos fuimos a casa, preparamos la mesa, nos sentamos a cenar largo y tendido, y después, que si el café, la copa, el cigarrito. Y total, que pasaron las horas, y él dijo: -Bueno, estoy aquí muy a gusto, pero me tengo que ir, es muy tarde.
Mi mujer contestó, _quédate a dormir, tenemos de momento una cama libre, además, como te vas a marchar ahora, son casi las doce y media de la noche, y tienes una hora y cuarto hasta tu casa. Además, has dicho que mañana no trabajas.
Casi no hubo que insistir, se le veía cansado, y el que lo sabía, no se atrevió a conducir de noche, solo, y por que no decir, que con una copa, aunque no era de más.
Se lo preguntamos una vez más, y con una sonrisa y agachando la cabeza, accedió a quedarse.
Los chicos ya se habían acostado, y dormían placidamente, nosotros tres, nos fuimos al salón, donde viendo un programa algo subidito de tono, seguíamos hablando.
Al cabo de un rato, mi mujer se despidió y se fue a la cama. Tanto ella como yo, no estamos acostumbrados a tomar copas, y las dos que nos habíamos tomado, nos dieron un puntito, que acompañado del programa de la tele, se marchaba a la cama con una sonrisita en los labios, que hablaba por si sola. Uff, algo quería.
Mi primo y yo, estábamos acabando un cigarrillo que nos estábamos fumando. Una vez acabado, no íbamos también a la cama. El se metió en la habitación de al lado y yo me dirigí a la mía.
En cuanto me quedé en calzoncillos, me dirigí hacia la habitación de mi primo, le hice una señal para que se viniese conmigo y en silencio, él se quedo perplejo, puso una cara de asombro, pero me siguió.
Le metí en mi habitación, le dije que se sentase en los pies de la cama, mi mujer estaba recostada hacia su lado de la cama, y se estaba haciendo la dormida.
Me metí en la cama con toda naturalidad, mi primo perplejo aún, no se movía de los pies de la cama, encendí la luz de la mesilla de noche, pegué mi pecho a la espalda de mi mujer, y echándole la mano por encima, la empecé a tocar las tetas. Ella accedió a que se las tocara, sin moverse, como ha ella le gusta, dejándose hacer.
Me las ingenié después, para que mi primo ocupase mi lugar, mi primo no daba crédito a lo que estaba pasando. Con gestos le pedí que acariciase las tetas de mi esposa, y así lo hizo.
En ese momento me dio un vuelco el corazón, me encantó el hecho de ver como mi primo la estaba metiendo mano a mi mujer delante de mí.
Mi mujer, se estaba poniendo cachonda por momentos y echó su mano para detrás para alcanzar mi polla, que no era la mía, claro está.
Le metió la mano por el calzoncillo a mi primo y le tocó toda la polla, la cual la tenía endurecida hasta los límites.
Claro está, que mi esposa, noto alguna diferencia, pues tampoco mi primo calza mal paquete, y se dio la vuelta para ver que pasaba.
Al ver que era mi primo quien estaba tacándola, y al verme a mí en los pies de la cama, viéndolo, se quedó sentada en la cama, tapando con sus brazos sus tetas, y nos miramos los tres durante un par de segundos, y nos empezamos a reír los tres, aprobando mi mujer lo que estaba pasando.
Entonces me abalancé sobre ella y nos besamos en un beso muy ardiente, nos pusimos los tres más cachondos que la música de los caballitos, y empezamos ha tocarnos los tres.
Recosté a mi mujer en la cama boca arriba, y la empecé a chupar todo el cuerpo, mi primo también empezó a meterla mano, acariciando sus tetas, y mordisqueando sus duros pezones, yo me baje a su rajita, y empecé a comérsela.
Mi mujer ya tenía su chochito húmedo y muy bien lubricado. Así estuvimos un buen rato, y mi mujer estalló en un orgasmo enorme, como nunca antes lo había tenido.
Después de eso, se incorporó y le empezó a chupar toda la polla a mi primo. A él se le salían los ojos de las orbitas, entonces y con cierto asco, o miedo, no sé, me metí a ayudar a mi mujer a chuparle la polla a mi primo, ella aparto un poco la cabeza, sin dejar de chupar, pero dejándome sitio a mí para ayudarla.
Fue una sensación extraña para mi, pues esa era la primera vez que yo me metía algo así en la boca, pero la sensación de miedo o de asco que tenia, se fue pasando, y poco a poco me animaba más y más a ello.
Mi mujer no se conformaba con una, así que no me soltaba la mía, y empujándome un poco, me tumbó boca arriba en la cama y empezó a chupármela a mí también. En seguida mi primo se puso también a chupármela, y entre los dos hicieron que me corriera como un campeón.
Después de mi corrida, mi primo puso a cuatro patas en la cama a mi mujer, y sin más preámbulos, se la metió hasta dentro, bombeando y bombeando hasta agotar a mi mujer.
El todavía no había tenido ningún orgasmo y yo empecé a comerle el culo a mi mujer, y una vez lubricado el culo empecé a metérsela despacito por todo el culo. Mi mujer estallaba de placer, tenía los dos agujeros llenitos de carne bombeando una y otra vez, y tuvo otro orgasmo explosivo.
Estuvimos un rato descansando, agotados del desmadre, pero mi primo, no podía aguantar mas, y se puso a chuparme de nuevo la polla, me dio la vuelta como si fuese una croqueta, y empezó a lamerme el culo. Yo flipando con la situación, me coloque a cuatro patas, busque el conejo de mi mujer, y empecé a comérselo. Mientras, mi primo chupaba con deseo mi agujerito, y en cuando pudo, lubricó mi culo con gel para la ocasión, y me penetro hasta los huevos. Me causó un gran dolor aquello, que en segundos superé, y se fue transformando en un placer brutal. El bombeaba y bombeaba con fuerza, yo creía estar soñando, y note como su polla convulsionaba dentro de mi culo y estallaba en un orgasmo que me inundó el culo de leche.
Se acababa de hacer realidad mis fantasías, era mi primer trío, el primero para mi mujer y para mi primo, aparte de su primer trío, fue hasta su primera vez que estaba con otro hombre.
A la mañana siguiente, nos levantamos, nos sentamos a desayunar, entre risas y suspiros de placer, comentábamos detalles de lo ocurrido, después mi primo se marcho a su casa y nosotros a nuestras obligaciones. Pero esas miradas de complicidad, que hubo entre los tres esa mañana, no me quedó más que pensar que estamos deseando volver a hacerlo de nuevo. Lo cual por mi parte, no me importa en absoluto, y supongo que ha ellos tampoco. Lo único que digo yo, que si hay próxima vez, en esa ocasión, sepamos los tres que lo vamos ha hacer, pues ese día no sabia si la reacción de mi mujer podía ser buena o no.