Un día de lluvia
Un día de lluvia, quedar para tomar un café y acabar jugando y descubriendo placer...
Ese día llovía y decidí quedar con una amiga que hacía tiempo no veía; debíamos de ponernos al día de nuestras vidas y es tarde era maravillosa para estar en casa, tomar algo caliente y charlar.
Llegué a su casa a media tarde y tras los besos de rigor, comenzamos a contarnos cosas: se había enamorado hacía poco de un lindo muchacho, como ella decía, y estaba muy ilusionada.
Charlamos, reimos, nos contamos cosas y de pronto, en esa tarde de lluvia, suena su teléfono: "Estoy en la puerta de tu casa, mojado y quisiera subir para verte y secarme"
Dicho y hecho; subió y tras las presentaciones, se fue al baño para secarse.
Que te parece, me preguntó
Muy guapo, le dije. Que edad tiene?
56 años, como yo.
Es un maduro muy interesante
Al poco salió, seco y se sentó a nuestro lado. Sus labios carnosos y sus canas de gris perla me fascinaban.
Charlamos y poco a poco entramos en más intimidades.
Susana me ha dicho que sois muy amigos
Si, es cierto, dije yo
Es mi mejor amigo, dijo ella
Espero contar con esa amistad y que podamos ser excelentes amigos los tres, dijo él.
Se que eres gay, me confesó mirándome a los ojos
Si, lo soy, nunca lo he ocultado
Creo que con la edad vamos borrando fronteras y somos un poco de todo, o tú no lo crees así? me preguntó
Si, quizás, si. No se, yo no me veo con una chica en una relación sexual si no hay un chico, dije yo
A mi me pasa igual, si no hay una chica, tampoco me veo, pero, vaya, debemos de probar a ver que son esas cosas que no hacemos.
Su sonrisa me fascinaba, nos estaba seduciendo a los dos.
Ampliamos la conversación con hipotéticos deseos de romper fronteras sexuales, con experiencias y más sonrisas. Se notaba que los tres estábamos muy cómodos y había gran desenvoltura en la conversación.
Optamos por abrir una botella de vino y beber y brindar.
Entre el calor de la casa, las sonrisas, la conversación y el vino, decidimos poner música y bailar, y bailamos, yo con mi amiga, mi amiga con su novio, su novio conmigo.... los tres a la vez.
Poco a poco me iba excitando y tenía miedo que se notara la erección, pero en un apretón de "acércate más" mi amiga me noto la dureza y puso su mano en ella; yo me puso rojo, avergonzado y la voz dulce del novio llegó a mis oidos "no pasa nada, el sexo es natural y todo aquello que nos excita, debemos vivirlo de forma natural y placentera".
Nos acercamos más y comenzamos a besarnos, a tocarnos, a acariciar, a buscar....
Al rato nos fuimos quitando ropa y cuando solo quedaba la ropa interior, Susana planteó irnos a la cama. Aceptamos. Allá, seguimos con los besos, las caricias, las manos tocando y buscando partes del cuerpo, lamiendo y nos quitamos la ropa interior.
Aquello me excitó mucho, nunca había tenido la posibilidad de un coño tan cercano ni un pene heterosexual. Estaba muy excitado y me bajé a lamerle la polla; me fascinaba chupársela a un hetero. Él me aparó y me besó los labios y puso mi cabeza para chupar el sexo de ella mientras él me hacía una mamada. Me exctaba sobre manera todo aquello, saber que un heterosexual estaba dándome placer y entregarme a él, me gustaba mucho.
Chupamos, besamos, tocamos, lamimos, creo que no quedó una sola parte del cuerpo que no la pasáramos con la lengua: no solo los sexos y los anos, también las espaldas, los glúteos, las nucas, los pies...
La excitación era grande
y de pronto, Raúl, el novio, se sitúo detrás de mi empujando para que penetrara a su chica, era la primera vez que penetraba a una mujer, y de pronto, noto como su polla entra dentro de mi ano, abriendo y llegando hasta el fondo.
Su boca mordía mi nuca y yo besaba a su chica y ambos penetrábamos; yo a su novia y él a mi. Sentirme penetrado por un hetero me fascinaba. Y seguimos, seguimos hasta que al fin nos corrimos. Notaba el calor de su semen en mi culo y notaba la corrida que yo había tenido en el coño, la suavidad del clítoris me fascinó porque hacía que el masaje fuese sedoso y muy placentero.
Una vez que los tres nos habíamos corrido, en la cama, tocándonos, charlamos de la experiencia.
Maravillosa y bonita y placentera
Para repetir
Debemos explorar más posibilidades
Tenemos mucho para investigar
Palabras que permitieron que esas fronteras desaparecieran, que la confianza fluyera, que el placer fuera amplio y satisfactorio y estaba claro, era el inicio de una excelente amistad, como el tiempo ha demostrado.
Esa fué mi primera vez bi
Alfpeen