Un día de Furia.

Un día normal, debido a unos asaltantes, le saco un provecho que nunca hubiera pensado.

Estaba ese día en el gimnasio haciendo cardio, mi cuerpo no es perfecto, pero necesito hacer ejercicio o cojo peso enseguida, no soy de los que se matan haciendo deportes, sino que necesito quemar calorías.

Pues como decía, estaba haciendo mis ejercicios, con mi música y a mi bola, cuando veo desde la cristalera que tiene la zona de cinta delante, ajetreo en la calle, y me dije que debía de ser alguna manifestación o algo parecido, se veía a gente caminando por la calle, calle estaba llena y no se veía policías cosa rara, ya que siempre la hay cuando se organiza una.

Estaba entretenido viendo lo que pasaba la calle, mirando con la vista en la calle, pero concentrado en lo mío, cuando me llama la atención una luz, por el rabillo del ojo, me fijo y veo que hay un coche aparcado ardiendo.

  • ¡coño!- exclamo y paro, dando a stop en la cinta.

El resto de la gente que está en el local, se acerca a la cristalera y para de hacer lo que estuvieran haciendo, había como unas 20 personas en la zona de maquinas donde estaba.

Estábamos todas mirando hacia afuera.

  • ¡Dios a ese policía le están apaleando!- exclamo una chica.

  • ¿qué está pasando?- pregunto otra chica.

A algunos se les notaba en la cara la preocupación, nuestro gimnasio esta en un centro comercial, por lo que las puertas están abiertas, no sé si eso lo pensaban los demás, pero yo si.

Fuera todo se iba de madre, se veía a gente pegando a gente, algunos de los "manifestantes", sacaban a gente de los coches y les empezaban a pegar o apalear con lo que tuvieran a mano.

Se veía a gente tirada por el suelo sangrando, coches parados en medio de las calles y a esta gente rompiendo cristales y locales.

Ya tenía claro, que allí no estaba seguro y que debía o salir por patas o esconderme en algun lado o atrincherarme, hasta que todo volviera al orden.

El tema es que por ahora no se veía a la policía y no sabía cuando iba a tardar todo esto, además, estaba anocheciendo y de noche todos los gatos son pardos.

Como tenía claro que esto no duraría mucho y no me planteaba ir al aparcamiento a buscar mi coche, me imaginaba que mucha gente intentaría salir con el coche, decidí esconderme o en el centro comercial en algún local.

Lo malo del centro comercial, es que no veía claro que local seria el adecuado. Si estos tíos eran vándalos, cualquier puerta que estuviera rota, la echarían abajo pensando que había algo de valor detrás y la frustración, de no encontrar nada seria luego pagada con quien encontraran escondido.

Empecé a mirar en el gimnasio y era lo que pensaba, no había nada, las salidas de emergencias daban a la calle, hubo gente que decidió intentarlos y vimos como los esperaban en la escalera y los golpeaban y pegaban, más de uno de los armario ropero lo intentaron, pero eran demasiados para conseguirlo y aunque se defendieron, acabaron con tal paliza que no se levantaron, después de caer al suelo.

Hay tuve claro que debía esconderme, después de cerrar las puertas de emergencias, nos quedamos dentro varias personas, como 10, algunas chicas la mayoría estaban asustadas, ya que vieron como a algunas de las que intentaron huir, se las llevaron para un callejón lateral de la calle y no hay que ser muy imaginativo que no era para charlar amigablemente con ellas, las que se quedaron, llorando gritaban que les hacían.

Yo poco a poco me fui apartando del grupo y buscando algún sitio donde esconderme.

Nada no había ningún sitio, todo eran puertas que daban a un cuarto, oficinas, y los vestuarios, no había nada, estaba desesperado.

Una de las chicas, una de las monitoras, que conocía de verla, ya que yo iba por libre, se me acerca.

  • ¿ qué vas a hacer? - me pregunta.

  • Estoy buscando donde esconderme.- contesto.

Veo por su cara que tiene pánico, supongo que yo también debo tenerla, ya que a ella le falta poco para llorar. Su angustia debe ser mucha.

Si a mí me pilla, supongo que lo peor será llevarme una paliza, pero ella sabe que lo suyo no será agradable.

Os describo a la chica, es una morena, con el cuerpo torneado por el deporte, tiene poco pecho, pero un cuerpo muy definido. Pelo largo y oscuro y piel bronceada por el sol supongo.

Esta buenísima y es la típica tía a la que te gustaría entrarle, solo por el hecho de estar cerca y comértela con los ojos.

Me pongo las manos en la cintura y miro hacia el techo suspirando, no veo sitio para esconderme. No hay falso techo ni nada, no sé qué hacer...., entonces me doy cuenta del aire acondicionado o mejor dicho los conductos del aire acondicionado. Son planos y anchos, lo suficiente para que quepa una persona, además me fijo que tienen unos enganches que le pasa por debajo y los agarra al hecho cada 1.50 m aproximadamente.

Empiezo a mirar y observo que en la entrada hay unas maquinas que están debajo del aire acondicionado.

  • ¡ tengo una idea! digo en voz bajo, como pensándolo.

Veo que a ella se le ilumina la cara y se acerca.

  • ¿qué vas a hacer?- le pregunto

  • ... .no sé, ¿ me puedo esconder contigo?- me pregunta encogiendose y desesperada.

  • vale, pero nada de decírselo a la gente y debes estar callada para que no nos pillen. En todo momento. ¿ de acuerdo?- le digo mirándola a la cara y acercándome a su cara.

  • vale- contesta, casi susurrando.

  • todo lo que te diga, debes hacerlo, nos jugamos la vida- le digo con voz muy despacio y lentamente.- ¿lo entiendes?-

-si- lo que me pidas.

-ok- le respondo.

La cojo de la mano, noto que tiembla. Y la llevo hasta el aparato que veo mas cómodo y fácil de subir. Empiezo a escuchar gritos y cristales rotos dentro del centro comercial. Debo darme prisa.

-quítate los zapatos- le susurro mientras me empiezo a quitar los míos, los ato con los cordones, unos a otros, y me los pongo en el hombro. Ella hace lo mismo.

En ese momento se va la luz y todo queda en penumbras. Ella pega un pequeño grito.

-¡ Silencio!- le susurro.

Todavía con algo de luz, empiezo a subirme a la maquina no es fácil, pero no es imposible. Cuando mi cabeza se queda por encima del aire acondicionado, le indico a la chica que se acerque y le tiendo la mano. Ella la coge y la ayudo a trepar.

Al subir, su cuerpo se roza con el mío y observo que está totalmente fibrada, dios que buena esta. Decido que como igual me matan , debo aprovechar la oportunidad que tenga y sobarla todo lo que pueda.

Mientras sube, la giro, para que su culo se roce con toda mi polla, que llevo pantalones cortos y holgados y ya la tengo algo morcillona.

Ella no se si se da cuenta, si está asustada, pero con las manos en mis caderas, la ayudo a que suba por la maquina, hasta que su culo esta a la altura de mi poya. Dios que gusto.

  • ahora apoya las manos en el conducto y elévate, te ayudare a elevarte.- le digo, sé que no le hace falta, pero le pongo una de las manos en el culo y la elevo. ¡dios que culo!

Me da que esa mujer no ha probado un dulce en su vida. A ver si hay suerte y le puedo meter carne en barra, después de que todo esto se acabe.

  • gracias- me responde tímidamente. Debe estar súper acojonada, en una discoteca ya me estaría montando un espectáculo por la mitad de las cosas que le acabo de hacer y los seguritas echándome a la calle.

Una vez que ella está arriba, yo me subo con algo mas de dificultad, pero subo y ponemos los zapatos, a la altura de nuestras cabezas apartándolos con los brazos. El conducto debe tener entre 90cm ó 1 m de ancho, nos tenemos que pegar, lo bueno es que está pegado a la pared, por lo que ella se pega a la pared y yo me pego a ella.

  • por cierto, me llamo Juan, ¿y tú ?- le pregunto.

  • Miriam- me responde muy bajo.

  • vale ahora nos estamos calladitos y  sin movernos, o nos la jugamos- le digo-

Miriam asiente con la cabeza. Estamos así un rato. Ella tiembla un poco, la abrazo y meto su cabeza en mi pecho. Intento que se sienta protegida y aprovecho para bajar mi mano por su espalda hasta su culo. La dejo ahí un rato, haber si dice algo. Como no dice nada, al cabo de un rato, empiezo a mover mi nao en círculos, mientras la miro a los ojos y le doy algún beso en la frente.

Ella solo pega su cara más a mi pecho y se deja hacer.

Al cabo de un rato, oímos ruido fuera, en la entrada del local que ocupa el gimnasio. Creo que alguno de los empleados han intentado bajar la persiana y no han podido, porque al poco oigo entrar al varias personas, por las voces, por lo menos 3 ó 4 y empieza a pegar gritos y patadas a las puertas, entran al vestuarios de los tíos  mientras veo que se queda fuera 1, con la puerta abierta. Oigo gritos dentro y golpes de algo contra un cuerpo, el golpe seco de estar apaleando a alguien, que deja de gritar a los pocos minutos.

Miriam gime algo y debo quitar mi mano de su culo hacia la boca.  Me mira aterrorizada y le aparto la mano un momento y pongo el índice delante de mi boca, para que se esté callada.

Oigo risas desde abajo, los tipos se dedican a destrozar las cristaleras, o por lo menos a golpearlas. De repente oigo un grito de una mujer, no creo que son dos. y los tipos se meten en unas de las clases de aerobic, y para su desgracia, encuentran a dos chicas que empiezan a gritar y suplicar.

Estos individuos empiezan a gritarles, soeces y las chicas gritan, solo oigo como les gritan para que se desvistan y luego el rasgar de ropas.

  • ¡ pero qué buenas están!- grita uno de ellos, mientras los demás se ríen.

Giro un poco la cabeza y observo unas figuras y como hay dos de pies y otras 4 acostadas. Las chicas gritan y maldicen, pero al cabo de un rato, solo sollozan. Mientras estos no dejan de hablar entre ellos de que buenas están. Al cabo de un rato, veo que una de ellas grita, de nuevo y luego la otra.

  • ¡ dios que culo tienen!- gritan dos casi a la vez- los otros se ríen, mientas se ponen de pie y se suben sus pantalones.

  • por ahora tenemos suerte- le digo a Miriam. Y le vuelvo a indicar con el dedo que este en silencio. Veo que está llorando, por lo que le paso el dedo pulgar por la nariz hacia los ojos, solo faltaría que nos delatara por sorber las lagrimas.

Como veo que estos están a lo suyo y no nos encuentras, decido volver a poner mi mano en su culo, y a sobárselo todo, mientras ella no deja de pegar su cara a mi pecho.

Decido ver hasta dónde puedo llegar y como tiene una esas mallas para hacer deporte súper apretadas, decido bajársela un poco y sobarle el culo directamente.

Mientras hago esto se oyen los gemidos de las chicas que están siendo violadas y las risas y gemidos de los que se las están beneficiando.

Veo que lleva un tanga debajo de las mallas y se lo aparto con un dedo y empiezo a jugar con su culo. Voy masajeando el agujero por fuera, y poco a poco metiéndolo.  Para que no gritara, le pegaba la cara más a mi pecho con la otra mano que había pasado por debajo de su cabeza.

Llego un momento que pude meter la primera falange del dedo. Me costó algo, pero entro, al meterlo, Miriam, dio un respingo y giro sus caderas y abrió las piernas. Lo cual me indicaba, que tenia vía libre.

Con el dedo medio y sin sacar el índice de su trasero, decido tantear y veo que su vagina, está empezando a lubricar. Le debe ir el peligro, porque no lo entiendo, yo que estoy algo empalmado, decido sacar el dedo del culo le aparto la cara de mi pecho y se lo meto en la boca, ella la abre y lame el dedo, sin problemas, me lo lame, dando vueltas con la lengua y enroscándola alrededor del dedo. Al cabo de un rato, lo saco de su boca y lo dirijo de nuevo hacia su ano y poco a poco , primero girando alrededor de sus nalgas, y acercándome en espiral, lo voy dirigiendo hacia el orificio, hasta que al final, como si callera hacia él, lo introduzco en el.

Primero una falange, luego otra, hasta que al final, entra todo el dedo. Al meter todo el dedo, ella pega un pequeño respingo. Con todo mi dedo dentro de su culo, lo dejo ahi y atiendo a los ruidos de abajo. Creo que ya han acabado con las mujeres que habían violado, porque no oigo nada , ni gritos ni nada. Veo que están saliendo por la puerta, cerca de donde estamos, y se dirigen hacia la puerta, entiendo que se habrán desahogado y salen hacia el centro comercial.

Ya no se oye más ruido dentro del local, pero si fuera, por lo que decido, aprovechar mi oportunidad y embestir a Miriam, como ella está casi ya boca abajo, le saco el dedo del culo y le bajo los pantalones, me resulta muy fácil, ya que le levantado algo el culo y se bajan bien, le bajo también el tanga y me dispongo a ponerme encima de ella.

  • silencio- le digo en un susurro. - Todavía pueden estar por aquí- decido aprovechar su miedo, para que no se resista y se quede muy sumisa.

Elevo un poco las caderas y me bajo los pantalones, hasta los tobillos y saco un pie. Ya tengo la poya totalmente empalmada. La visión de es culo hermosa y abierta de patas, me esta extasiando.

Me pongo encima de ella y le acerco la punta de mi polla a su conejo, le rozo un poco mi miembro por su almeja y noto, que esta algo húmeda, pero no lo suficiente. Porque decido meterla poco a poco. Primero la cabeza, que entra sin problemas, estoy asi, unos minutos, hasta que aprecio, que esta mas húmeda, y empujo un trozo mas dentro de ella. Ya noto que está bastante lubricada  y se la meto toda.

Dios bendiga esta sensación, que maravilla, el calor que siento es la gloria pura. Además saber que esta tía es de las que son intocables por mí. Es como si me hubiera tocado un premio gordo. Bueno, el gordo lo tiene ella dentro, ya que tengo una polla de 18 cm, hasta ahora ninguna mujer con la que he estado se ha quejado

Después de meterla toda dentro, me estoy un rato, disfrutando del momento. me pongo encima como si estuviera haciendo flexiones y me pongo a meterla y sacarla, despacio, esta gruta, ha tenido pocas visitas, o las que ha tenido, han sido de ocupantes más delgadas que la mía. Voy despacio disfrutando de la sensación de mi polla contra las paredes de su vagina, noto como me aprestan la polla, dios!, no me corro de puro milagro, ¿puede ser que se virgen?.

Empiezo a oír que Miriam esta gimiendo, en el centro comercial, se oyen gritos y roturas de cosas, pero cada vez menos, le vuelvo a indicar que este en silencio, mientras le sigo percutiendo a este lindo conejito.

Al cabo de un rato, no me puedo aguantar más y para con la polla fuera, para no correrme todavía. Pienso en metérsela en el culo, pero si el conejo, me ha costado, si se la meto por el culo, gritara como una condenada.

Decido después de relajarme un poco, volver a empezar de nuevo, se la meto por ese coñito tan rico y al poco tiempo sí que no puedo evitar correrme, esta vez, me quedo encima de ella con mi polla dentro soltando mi leche. Me echo a un lado al cabo de poco tiempo, y ella vuelve a pegarse a mi, sin decir nada.

Esa noche estuvimos en esa posición, hasta que se hizo de día. Volvimos a repetir mas veces esa noche.