Un dia de clase
Un dia de clase llega una chica nueva al grupo y sin esperarlo surje una situacion que me hace disfrutar de mi condicion de exhibicionista
El despertador me arranco de golpe del sueño en el que me encontraba y aunque me resisti no consegui seguir en el, asi es que tras contar unas cuantas veces hasta diez, por fin me incorpore sentandome en la cama, un escalofrio recorrio mi cuerpo al sentir el frio suelo bajo mis pies desnudos, rapidamente busque mis zapatillas debajo de la cama y tras ponermelas me dirigi al baño, realmente odiaba esas primeras horas del dia, las odiaba, no me sentia bien, todo me molestaba y no le encontraba sentido a ninguna accion que tuviera que hacer, pero no tenia otra, el colegio me esperaba y aunque con gusto me hubiera metido de nuevo en la cama, sabia que no podia hacerlo a menos que deseara que todo el universo cayera sobre mi en forma de gritos de mi madre.
Con la toalla alrededor de mi cuerpo, sali del baño, ya me sentía un poco mas humana, así es que plantándome delante del armario, abrí sus puertas para buscar la ropa interio que usaría ese dia, mientras abria uno de los cajones me saque la toalla quedando desnuda, observe el reflejo de mi cuerpo en una de los espejos que había en el interior de las puertas, contemple mis pechos colgando al estar inclinada buscando las prendas, estos habían crecido en estos meses, o a mi me así me lo parecía, deje de prestar atención a mis tetas y seguí rebuscando entre la ropa hasta que por fin encontré lo que buscaba, sin pensarlo mas para no volver a cambiar de opinión me puse el fino tanga deslizándolo por mis piernas hasta que cubrió mi coño depilado, a través de la fina tela casi se podía ver claramente mis labios sonrosados, me gire para observar como la tela desaparecia entre mis glúteos para asomar por encima de estos en una pequeña cruz coronada por tres pequeños brillantes, me gustaba verme así, casi expuesta, desnuda, porque llevar eso y nada prácticamente era lo mismo. Además, una vez aceptada mi condición de exhibicionista completamente, me excitaba mucho saber que mi indumentaria me podría dar el placer que buscaba en cualquier momento.
Para terminar me coloque el sujetador, que realmente confirmo que mis pechos habían crecido estos meses algo mas de lo normal, ya que a duras penas conseguía que mis tetas se mantuvieran dentro de las copas, quedando casi la mitad de la aureola fuera de ellas, bueno pensé, tampoco importaba tanto. Tras el visto bueno inicial, me coloque la camisa blanca del uniforme el chaleco color vino y la falda tableada de cuadros del mismo tono que el chaleco, por ultimo me calce los altos calcetines por debajo de la rodilla y los zapatos de tacón bajo, ya estaba lista para irme a clase, y tras coger la mochila me dirigí abajo a desayunar con mis hermanos.
Había quedado con mis amigas, como siempre, en un bar que había a medio camino del colegio, la mañana era soleada y al bajarme del autobús sentí el calor del sol calentándome la espalda, era agradable además había un olor fresco a esas horas de la mañana que invitaba a pasear por la rambla, sin prisa, pues aun quedaba cerca de media hora para entrar, disfrute del paseo hasta la cafetería donde había quedado.
Nada mas entrar las vi al fondo del local, parecían unas gallinas alborotando todo el gallinero, desde la entrada podían oírse sus voces y risas, sonriendo me dirigí hasta ellas, siendo recibida con una sonora bienvenida a base de besos y gritos al mismo tiempo que me hacían sitio para que me sentara en la mesa, solo faltaba Carmen, que como siempre venia tarde, era algo típico en ella, y la verdad ya no nos molestaba, cuando apareció por fin, nos dimos cuenta que venia acompañada de una chica nueva, esta era bajita, mucho mas que nosotras, con el pelo muy largo y cara de no haber roto un plato en la vida, llevaba entre los brazos una carpeta que ocultaba sus enormes pechos, cuando nos la presento nos explico que era vecina de ella y hoy era su primer día de clase, todas nos presentamos dándole cada una un beso en la mejilla para después llenarla de preguntas sobre su vida, no es que nos importara mucho pero la vena cotilla que todas llevamos dentro debía ser alimentada.
Por fin llego el momento de irnos o llegaríamos tarde, así es que decidimos prepararnos para ir a clase, este momento era como un ritual, este consistía en arreglar nuestro atuendo, así es que entrando en el baño de dos en dos nos preparamos para ello.
Cuando me toco a mi, cogí de la mano a la nueva que se llamaba Teresa y me la lleve conmigo, una vez dentro le explique que salíamos de casa de una manera, pero que aquí nos cambiábamos y nos poníamos mas a la moda, por decirlo de alguna manera, su mirada me indico que no entendía de lo que le estaba hablando, así es que para no perder tiempo explicando comencé a prepárame yo misma.
Lo primero que hice fue sacarme el chaleco y cambiarlo por una fina chaqueta de punto del mismo color, de esta manera podía desabrochar un par de botones de la camisa formando así un escote lo suficientemente generoso para que se luciera el pecho, luego me saque la camisa por fuera de la falda y esta la subí lo suficiente como para que la falda me llegara mas arriba de medio muslo justo un par de dedos por debajo del culo, dejando la camisa por fuera para que no se notara la parte de arriba de la falda que había enrollado sobre mi cintura, por ultimo baje los calcetines dejándolos enrollados sobre mis tobillos, así mis piernas quedaban totalmente al descubierto, cuando termine me la quede observando unos segundos.
Ahora te toca a ti, le dije, pero Teresa solo me miro con los ojos abiertos como platos, como vi que no se atrevía a moverse, decidí actuar, y tras sacarle la mochila le hice sacarse el chaleco, con el fuera, observe que la chica tenia unas tetas enormes, debía de usar seguramente una ciento diez como mínimo, plantándome delante de ella, introduje mis dedos entre los ojales de la camisa y le desabroche un par de botones, al hacerlo la tensión de la camisa hizo que el escote se abriera mostrándome una piel blanca y suave que envolvía sus enormes tetas, a través del escote se podía observar el enorme canal que las separaba perfectamente, estaba claro que hoy este punto seria uno de los mas vistos por los compañeros de clase.
Luego tras sacarle la camisa se la subí haciendo que ella misma se la sujetara, así con toda la barriga al aire le desabroche la falda al tiempo que se la fui enrollando sobre ella misma, cuando encontré la altura deseada volví a abrochársela y deje que soltara la prenda de manera que esta ocultara mi trabajo. Ante mi descubrí un bonito y sexi cuerpo, aunque era pequeña tenia una bonita figura, un vientre plano, unas piernas con unos fuertes muslos terminados en unas pantorrillas algo regordetas pero bien definidas, en definitiva, muy bonita.
Le volví a dar una ultima ojeada y tras pensarlo dos veces, le solte el pelo que llevaba agarrado con una goma, así de esta manera, tenia un aire de inocencia que se cambiaba según ibas bajando la mirada.
Por fin salimos las dos del baño, la hice salir a ella primera, deseaba sentir las miradas de los hombres que en ese momento había en la cafetería cuando la vieran salir, ya que había que cruzar toda la cafetería para volver a la mesa donde nos encontrábamos.
La sensación de victoria fue genial, Teresa acaparo la atención de todos según iba andando por el bar, el movimiento de sus pechos junto con la visión de sus piernas desnudas fue épica, cuando llegue a la mesa la observe unos segundos con una sonrisa en la cara, ella tenia la cara roja, y aunque intento decir que así no podía ir a clase todas le dijimos que si que podía, y sin darle mas tiempo a protestar, nos dirigimos hacia el colegio.
El caminar así vestidas, me hacia sentir bien, notaba como todos los chicos que nos cruzábamos giraban la cabeza, incluso cuando nos parábamos en un paso de cebra, los coches se detenían para vernos pasar, cosa que hacíamos lentamente para sentir las miradas en nuestros cuerpos, así poco a poco fuimos llegando al centro.
La mañana paso como todas, quitando el interés que la chica nueva había creado en la facción masculina del colegio, cuando sono el timbre marcando la hora del patio, salimos al exterior, con nosotros vinieron un par de chicos compañeros de clase, todos juntos nos dirijimos hacia una pequeña granja que había al lado del colegio, en ella almorzábamos regularmente.
Cuando nos sentamos después de pedir comenzamos a hablar de las cosas típicas del dia, yo observaba a Teresa que estaba cayada en una esquina de la mesa, la verdad es que era muy timida, quizá demasiado, y el sentirse observada no lo llevaba muy bien, pero aun así, aguantaba sin decir nada, intente darle conversación para así de esta manera hacer que se relajara un poco, la verdad es que yo imaginaba como se sentía, pues así me había sentido yo la primera vez que me había vestido así, por eso sabia que todo pasaba una vez que te sintieras normal.
Mientras Teresa me contaba una historia sobre su vida, observe que en una mesa enfrente nuestro habían un par de chicos de otra clase, estos nos observaban comentando algo entre ellos, desde luego no sabia que podía ser, pero por su manera de interactuar estaba casi seguro que era algo sobre nosotras, observe que de todas las chicas que estábamos sentadas en la mesa, a las únicas que podían observar bien era a nosotras, ya que estábamos en la esquina de la mesa, y para comprobar mi intuición decidí hacer una prueba.
Gire la cabeza en dirección a Teresa, como si le prestara toda mi atención, mientras que con el rabillo del ojo no perdía vista de los chicos, en esta postura relaje mis piernas descruzándolas, sabia que al ser las mesas altas no les seria muy difícil ver perfectamente por debajo de estas, pasados unos segundos lentamente fui abriendo las piernas hasta que note la tensión de la falda sobre mis muslos, al hacer esto, al momento note como su vista se perdía debajo de la mesa, sabia que no me equivocaba, note sus miradas de deseo recorriendo mis muslos expuestos que les guiaban hasta el corazón de mi entrepierna, para darle mas emoción, comencé a abrir y cerrar las piernas descuidadamente, como si no me estuviera dando cuenta de lo que ocurría, este movimiento les levanto la moral haciendo que se removieran en sus sillas, la sensación de saber que estaban excitándose mirándome volvió a hacerme sentir los nervios tan deseados en mi estomago.
Teresa en un momento dado, se quedo callada mirándome fijamente, para preguntar después que pasaba. Me sentí pillada, y sin saber que decir le conté entre risas lo que ocurría, ella no pudo evitar girar la cabeza en dirección a los chicos para volver rápidamente a girarla poniéndose colorada en el acto. Le pregunte si le molestaba que la miraran, a lo que me dijo que no estaba acostumbrada, y que por esa razón realmente no sabia que decirme.
Sin pensarlo dos veces le dije que girara un poco el cuerpo hacia ellos sin dejar de mirarme y hablar conmigo, pero que hiciera lo mismo que estaba haciendo yo, la explosión de color en sus mejillas me indico que no lo haría, pero para sorpresa mía, observe como poco a poco fue girando la cintura hacia los chicos al tiempo que no dejaba de mirarme.
Observe que al terminar de moverse, tenia la cintura totalmente expuesta a los chicos, y al hacerlo la falda se había subido mas de lo que ella pensaba, pero no le dije nada, al contrario, le hice saber como nos miraban, y lo divertido que era el echo de que fuéramos las reinas del local en ese momento, ella solo me sonrió, pero no cambio de posición.
Como ella no podía mirar sin que se notara demasiado yo le iba relatando lo que pasaba, al tiempo que le decía lo que debía hacer, así de esta manera cuando le indique que fuera abriendo lentamente las piernas le conté las caras de sorpresa de los chicos al verla, lo que no le conté fue que al habérsele subido mas de la cuenta la falda, apenas abrió ligeramente las piernas, las bragas quedaron al descubierto, pude observar como la tela se había pegado a sus labios marcando perfectamente su perfil, dando la sensación que no llevara nada, al haberse girado sin levantar el culo había arrastrado la braga moviéndola un poco dejando que una parte de su coño quedara medio al descubierto mostrando claramente sus vello vaginal, incluso observe como la tela se había oscurecido levemente debido a la humedad que la empapaba, ella no se atrevía a mover la cabeza, pero yo podía contemplarla desde donde me encontraba perfectamente, y si yo podía verlo, estaba claro que ellos también.
Le seguí indicando lo que hacer, al tiempo que le decía lo que yo estaba haciendo, que no era otra cosa que dejar las piernas lo suficientemente abiertas para que me vieran, pero el morbo estaba en ella, ya que se imaginaba que solo se estaría vislumbrando algo de su ropa interior, cuando lo real es que esta, estaba perfectamente a la vista.
Le pregunte si le estaba gustando eso, y entre risas nerviosas, me dijo que si, a lo que yo le volví a preguntar muy bajito si se estaba excitando, solo fue capaz de mover ligeramente la cabeza en señal de asentimiento, en ese momento yo si estaba a mil por hora, sentía como mi humedad comenzaba a empapar mi sexo, y no tardaría mucho en mojar la silla.
Cuando le pregunte exactamente que estaba sintiendo no supo contestarme, pero note por la manera en que sus pechos se movían que estaba bastante excitada, pude observar como en la camisa se marcaban perfectamente sus pezones y medio riéndome, se lo hice saber, pasando un dedo sobre ellos al mismo tiempo, ella soltó un respingo al notar el roce pero no dijo nada.
En ese momento mis compañeros se levantaron indicando que era hora de irnos, y tras el nos levantamos todos, yo me cogí del brazo de Teresa que se pego a mi, y así cogidas pasamos por delante de nuestros espectadores, para salir a la calle entre risas contenidas por los nervios, según íbamos andando ella me explico que nunca había echo algo así, pero que le había gustado, pero que por favor no se lo dijera a nadie, a lo que yo le conteste que quedaría entre nosotras, pero que no pasaba nada, y que no era nada malo, agarrándose mas a mi brazo entramos las dos cogidas al instituto.