Un día cualquiera

Mujer joven, historia real. Trabajo y sexo.

Llevaba un día entero en la universidad, eran las doce y media más o menos. Llegue a casa, le vi. Su pelo estaba despeinado, estaba en bóxers. Me miro, era infantil, no estudiaba de fiesta en fiesta. Un chico malo. Me atraía pero hoy mucho mas. Ni me miro, algo normal en él para ser exactos. Yo soy morena, alta, delgada y muy estudiosa. El me odiaba y por desgracia me tocaba vivir en el mismo apartamento que el. Me fui al baño, deje la puerta entre abierta y la verdad lo hice aposta. Me desnude despacio y canturree en alto, quería que me oyera. Me encerré en la ducha, pero deje un agujero. Me metí y llene la bañera empezó a recorrer mi cuerpo con mis manos, me deje seducir por el placer. Baje mis manos poco a poco, y sin quererlo ni beberlo me empezó a masturbar. Seguí haciéndolo y a la vez jadeaba. Oí el ruido de la puerta pero no pare, es mas lo exagere. Abrió un poco la ducha, yo le mire. Me miro mientras se reía poco a poco. Se quito la camiseta y yo me levante y me puse contra la pared. Entro, pero no apagamos el agua, era muy excitante ver como caía sobre nosotros. Me puse encima de él, me agarre a su cintura con mis piernas. La tenia aun puesto el pantalón, con una erección evidente, mientras yo me restregaba contra él mientras buscaba en su bolsillo un condón. Lo encontré, Salí corriendo a mi cuarto. Me quede jugueteando con mis piernas, esperándole. Me tumbe en la cama.

-Dámelo, ¿no?

-Algo tendrás que hacer si tanto lo quieres.

Entonces, el se deslizo poco a poco a mi coño, me lamio poco a poco y jugaba con el dedo en mi bello. Yo, muerta de placer, le cogí del pelo y agarre la almohada. Entonces cogí el condón, baje poco a poco por su estomago y se lo puse, se la moví poco a poco. Lentamente y él me puso a cuatro patas mientras me follaba sin control. Era cariñoso pero a la vez salvaje. Después terminamos, a la hora más o menos.

-No sabía que eras así.

-¿Así, como?

-Salvaje, perfecta y así...

Me reí mientras le besaba y recorría todo su cuerpo con mis manos. Volvimos a hacer el amor, esta vez fue precioso. Al tiempo empezamos a salir, y así cada noche tenemos sexo descontrolado.