Un dia con Amocarlos1 (tarde - 2)

La habia dejado completamente sola y completamente penetrada. Cuando regresaria?

Un día con AMOCARLOS1 (tarde 2ª parte)

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Entonces se fue, dejándola de rodillas sobre la cama.

Desnuda y con los ojos vendados.

Penetrada por los dos lados y esperándolo.

No estuvo mucho rato así, pero la postura era muy incomoda.

Se estiró un poco para desentumecerse, siempre sin dejar que se salieran los vibradores, y regresó a la posición inicial.

Escuchó ruidos.

¿Sería él?

Esperó.

Escuchó abrirse la puerta y seguidamente su voz.

Sí, era su Amo.

_ Me olvidé la cartera.

Había ido a por bebidas.

Comprobó la posición de los vibradores e hizo ver que se iba de nuevo a pagar las bebidas.

Subió el volumen de la tele, para que no se le escuchara y abrió la puerta de la habitación volviéndola a cerrar.

Ella escuchaba atentamente.

Podía sentirlo, sentía su presencia.

Sabia que no estaba sola.

Sabia que él quería observarla, saber si obedecía.

Ella intentó ser natural y complacerlo sin que él se diera cuenta.

Lo sintió acercarse.

De repente notó su mano recorrer su columna vertebral.

Se arqueaba bajo su tacto.

Entonces él hizo que se agachara un poco para tener mejor acceso a los vibradores.

Jugó un rato con ella.

Estaba muy excitada.

Cuando su cuerpo empezaba a contraerse bajo las manos de su Amo, este la dejó con los vibradores encendidos en su interior y se sentó frente a ella.

Ella sabia lo que él quería así que empezó a chuparle la polla.

Él quería que se sintiera llena por todos sus agujeros y lo estaba.

Penetrada a la vez por los dos consoladores y sintiendo la polla de su Amo en su boca.

Él le agarró la cabeza y acompasó sus movimientos.

No estuvo mucho rato así, él tenia otros planes para ella.

Ella le besó los pezones, lo acarició, pero al poco él se levantó y continuó torturándola con los vibradores.

Entonces sonó el teléfono de su amo.

Era otra de sus sumisas que quería fastidiarlo un poco.

Él se propuso aprovechar la llamada para ponerla en un compromiso, de manera que le pasó el teléfono para que se saludaran.

La hizo cambiar de posición para que fuera más cómodo.

La dejó boca arriba pero seguía penetrada por los vibradores y él no dejaba de acariciarla.

Ellas dos no habían hablado nunca o sea que no sabían que decirse y la situación en que esta se encontraba no favorecía mucho el dialogo.

No sabían que decirse y su Amo no se estaba quieto.

Seguía acariciándola.

Su voz se entrecortaba.

Las dos compartían el mismo amo, de manera que pronto encontraron su punto de unión.

La conversación siguió un buen rato.

Ahora hablando entre ellas, ahora con su Amo.

Pero este no se estaba quieto.

Necesitaba correrse, pero no podía.

Intentaba aguantarse como podía, incluso mordiéndose un brazo.

Su Amo seguía contándole a la otra sumisa lo que sucedía y esta le propuso que le atara las manos para evitar que se mordiera.

A su Amo le encantó la idea.

Hizo que se incorporara un poco y ató sus manos a la espalda.

Ya no podía morderse el brazo, solo le quedaba el labio, pero no era lo mismo.

No podría aguantar mucho mas sus caricias y él tan tranquilo charlando por teléfono.

Contando a su otra sumisa las reacciones de esta.

_ Por favor, mi Amo. Deja que me corra.

Él no le hizo el menor caso, seguía charlando y riendo con su otra sumisa.

Ella no podría soportarlo mucho más.

Él intensificaba los movimientos por momentos.

_ Por favor mi Amo, deja que me corra.

_ ¿Qué dices?

Él le acercó el teléfono para que la otra sumisa pudiera escuchar sus suplica.

_ Por favor mi Amo, deja que me corra te lo suplico.

_ No.

Y siguió charlando como si tal cosa.

Era desesperante, deseaba correrse.

No podía controlar su cuerpo.

Entonces él se despidió de su otra sumisa y una vez colgado el teléfono se dedicó intensamente a ella.

Ahora ya era imposible soportarlo.

_ Por favor!!! Te lo suplico mi Amo. Deja que me corra. Por favor!!!!

Su voz se entrecortaba por la excitación, casi no podía articular las palabras.

Él acercó los labios a su sexo y la acarició con su lengua.

_ Córrete ahora!

Ella se liberó por fin, bajo sus manos y su boca. Pero él no se conformaría con un solo orgasmo.

Ella estalló por fin en un orgasmo.

Él no dejó de acariciarla son su boca y manos.

_ Por favor, detente.

_ ¿Detente? Ni lo sueñes.

Siguió acariciándola y penetrándola sin tregua hasta que los orgasmos se encadenaron. Era imposible llevar la cuenta.

Su cuerpo no dejaba de arquearse en un orgasmo sin fin.

_ Por favor mi Amo. Se lo suplico, no puedo más.

Él accedió por fin y paró con sus caricias.

Ella intentaba recuperar el aliento.

Él la incorporó y le desató las manos.

Se sentó en la cama con ella sentada entre sus piernas.

Ella sabia lo que quería, y su boca fue a saciarlo.

Deslizó suavemente su lengua por toda su polla, recorriéndola toda.

Haciéndola crecer con cada caricia.

Puso su mente y sus labios a trabajar para su Amo.

Sabia que a él le encantaba aquello, tenerla así entregada para hacerlo gozar.

Sus manos lo acariciaban.

Pero él no quería aun que aquello terminara y la apartó de nuevo.

Ella deseaba sentirlo en su boca, aquello era casi un castigo.

_ Lame mis pies.

Ella así lo hizo.

Agarró uno de sus pies y chupó sus dedos de uno a uno, recreándose en ellos.

Pasando su lengua por debajo de ellos.

Luego la planta del pie.

Con el otro pie repitió la operación.

Su lengua se deslizaba por entre los dedos, por la planta.

Su Amo parecía relajarse.

Ella en cambio no sabia como podía soportar aquellas caricias en los pies.

Pero a él le gustaban y eso era lo único importante entonces.

Al cabo de un rato le indicó que continuara en sus pezones.

_ Demuéstrame como sabes hacerlo zorrita.

Ella se acercó a sus pezones y deslizó su lengua por ellos muy suave dibujando círculos.

Ahora un pezón, ahora el otro.

Los succionó.

Los mordió suavemente.

_ ¿Estás excitada verdad?

_ Sí, mi Amo.

_ Chupamela, las zorritas cuando están calientes es cuando mejor lo hacen.

Sin hacérselo repetir se puso a chuparle la polla.

Le encantaba hacerlo y esta vez sabia que lo disfrutaría.

Chupó, acarició, succionó,...

Sus manos se entretenían en su ano, mientras su boca aumentaba el ritmo.

Su Amo estaba a punto de correrse y ella gustosa lo recibió en su boca, dejándolo después completamente limpio.

Era ya hora de despedirse, ella debía volver a su vida.

Se vistieron y se arreglaron y salieron a tomar algo como si aquella tarde fuera lo más normal del mundo.

Ahora si llego la hora de decirse adiós.

_Bueno, ¿te espero mañana?

_ Sí, intentaré estar aquí pronto.

_ Vale manda mensaje.

_ Vale.

Se dieron dos castos besos en las mejillas y se despidieron hasta la mañana siguiente.