Un dia con Amocarlos1 (a la mañana siguiente)

Menuda noche habia pasado, pero estaba feliz y encima volveria a verlo dentro de nada. Sus piernas ya temblaban.

Un día con AMOCARLOS1 ( a la mañana siguiente)

Esa noche se acostó pronto, su cuerpo no podía más.

Estaba agotada.

Tenía los músculos tensos.

Parecía que le habían dado una paliza ( y en poco se equivocarían) .

Se acostó abrazada con el peluche que su Amo le había regalado, recordando lo que había sentido durante el día.

Su sueño no fue nada plácido.

Le costó dormirse y se despertó varias veces.

Su cuerpo entumecido no dejaba de recordarle a su Amo.

Al poco de conciliar el sueño, sonó la alarma de mensajes del teléfono.

Era su Amo.

_ Cuando quieras puedes venir.

Ella le contestó, despertándose de golpe.

_ Me ducho y voy. Te mando mensaje cuando salga.

Se levantó y se fue a la ducha.

Se duchó rápidamente.

Se recogió el pelo.

Y se vistió para él, falda y blusa.

Entonces fue a llamar a su marido para decirle que salía.

Al poco ya estaba montada en el coche mandando un mensaje a su Amo.

_ Diez minutos.

Arrancó el coche y fue con él.

Subió a la habitación directamente y entró sin llamar.

Él la esperaba.

Se acercó a ella, le acarició el rostro.

_ Desnúdate.

Ella se quitó la ropa.

_ ¿Que tal has pasado la noche?

_ Bueno, mas o menos.

Tenían poco tiempo así que no se entretuvieron mucho.

Los dos se recostaron sobre la cama.

Él le acarició los pechos marcados.

¿Qué mejor manera para despertarse que con los labios de tu sumisa?

Ella sabia que él lo quería pero esperó que se lo indicara.

Cuando este lo hizo ella lo agarró con sus labios.

Lo recorría entero, o se entretenía con su glande.

Pero él no estaba dispuesto a que ella lo dejara seco tan pronto, así que le pidió que se pusiera a cuatro patas sobre él, quedando así bien a su alcance.

Con su culo bien a la vista y a la altura apropiada para sus manos.

Él empezó a meterle un vibrador en la vagina y a jugar con él.

No tenían mucho tiempo y quería dejarle un buen recuerdo que le durara hasta la próxima vez.

Ella pensaba recibir algún azote esa mañana, pero él solo quería verla gozar.

Cambió la postura, para tener mas comodidad de movimientos.

La dejó boca arriba y sus labios acariciaron su sexo.

No tenia piedad con ella y su cuerpo se estremecía por momentos.

Deseaba correrse ya.

No aguantaría mucho con ese ritmo.

_ Por favor, mi Amo. Deja que me corra.

_ No.

Él no dejaba de jugar con el vibrador y ella lo sentía como nunca.

Sus labios tampoco ayudaban mucho a calmarla.

Pronto perdería el control si no le daba permiso.

_ Por favor, te lo suplico. Deja que me corra.

_ Aun no.

Él sabia que estaba al límite.

Su cuerpo se contraía.

Ella intentó morderse el brazo, pero él la vio en el acto.

_ Esas manos arriba.

Ella obedeció.

No podía más.

_ Te lo suplico. Por favor.

Entonces sus labios se acercaron de nuevo a su clítoris.

_ Córrete vamos.

Ella estalló por fin.

_ No voy a parar, quiero que cuentes las veces que te corres. ¿Entendido?

Casi sin aliento logró contestarle.

_ Sí mi Amo.

Su cuerpo se contrajo, una vez y otra y otra, bajo sus caricias.

_ ¿Cuántos llevas?

_ Creo que nueve mi Amo.

Y continuó torturándola con el consolador.

Lo sentía penetrarla hasta el fondo y deslizarse de nuevo por su vagina.

Era consciente de todos y cada uno de sus movimientos.

Los orgasmos continuaban en una cadena sin fin.

_ ¿Cuántos?

_ Doce mi Amo.

_ Creo que podemos llegar a quince.

Y continuó penetrándola sin tregua.

_ ¿Cuántos?

_ Ahhh!!! Quince mi Amo.

_ Bueno veinte me parece un buen número.

Y siguió.

Ella no podía más.

Ya no era dueña de su cuerpo ni de sus reacciones.

_ ¿Cuántos?

_ Dieciocho mi Amo.

Siguió observando su rostro como sé contraia en cada orgasmo.

_ ¿Cuántos?

_ Diecinueve mi Amo. Ahhhh!!!!! Veinte.

Él disminuyó el ritmo, pero no dejó de moverse muy despacio.

_ Por favor, te lo suplico. No puedo más.

_ ¿Quieres que saque esto?

Y entonces sacaba el vibrador de su vagina muy despacio pero cuando estaba fuera lo volvía a meter y le arrancaba un jadeo.

_ Uyyyyyy!!!!! Pero vuelve a meterse.....

_ Por favor!!!

La tuvo un rato así jugando lentamente, hasta que intensificó el ritmo de nuevo.

_ Por favor mi Amo, si sigues así volveré a correrme.

_ Hazlo.

Y ella estalló de nuevo una y otra vez.

_ ¿Cuántos?

_ Veinticuatro mi Amo.

Pero no estaba satisfecho aun, así que continuó.

_ ¿Cuántos?

_ Veinticinco mi amo. Por favor!!!!Ahhhh!!!! Veintiséis.

Él disminuyó el ritmo al fin y paró dejándole el vibrador dentro.

_Gracias mi Amo.

_ Quiero que entiendas que por mucho que supliques te correras cuando yo quiera y las veces que yo quiera. ¿Comprendes?

_ Sí mi Amo.

Entonces él dejándola penetrada por el vibrador le indicó que se la chupara.

Ella así lo hizo.

Poniendo su empeño en satisfacerlo.

Se la chupó lo mejor que pudo manteniendo el vibrador dentro de ella.

Hasta sentir como él se tensaba y notar como descargaba en su boca. Tragó todo dejándolo limpio y reluciente.

_ Hoy no te voy a azotar, pero me los debes para la próxima.

_ De acuerdo.

Ya era hora de separarse y esta vez no sabían hasta cuando.

Se despidieron en la habitación y se fueron hacia los coches que los alejarían en direcciones opuestas.

_ Hasta luego rubia.

_ Hasta luego moreno.