Un despertar inesperado

Un joven, por querer retribuir a su novia, pasará minutos de agustia y deseperación a causa de un malentendido.Su eventual agresor: su propio padre. "Ahora me río, pero en ese minuto me cagué de susto".

Hola amigos. No sé si soy muy caliente, yo creo que no. Lo cierto es que cuando el sexo se hace rutinario hay que tratar de encender nuevamente la chispa e intentar cosas nuevas… Aunque aquello traiga consecuencias inesperadas y que nos hagan pasar un mal rato.

Había cumplido dos años con mi novia Cecilia. Éramos la pareja perfecta se podría decir. Teníamos gustos parecidos, nos llevábamos muy bien y en la cama… bueno, éramos 100% compatibles.

Nos gustaba innovar. La verdad es que yo era el que hinchaba para hacer cosas como tirar en lugares públicos, a ella no le gustaba mucho, pero igual accedía. Una vez me contó que una amiga que yo no conocía le tiraba los cortes.

Estoy segura que esta mina es lesbiana.

Podrías invitarla un día al departamento

Lo que quería el fresco! El sueño del pibe.

Pero mi amor, hazle un regalito a tu pololo que te quiere tanto.

Ya te dije que a Paula le gustan las minas no los hombres.

Es que no me conoce- dije agrandado- Te apuesto que yo la conquisto antes que tú.

¿Cuánto?

150 lucas (alrededor de 200 dólares)

Ok.

Así, un día la llevamos a nuestro depto. Tomamos unas cervezas, después unos golpeados. Cuando estábamos los tres bien curados comencé a besar a mi polola con sus respectivos manoseos y todo. Me quitó la camisa. Paula sólo miraba.

Acércate Paulita- le dije.

No lo dudó. Como era de esperar comenzó a acariciar a mi mujer, a quien, por cierto, no le molestaba para nada. Claro, estaba ganando la apuesta. Nos fuimos desnudando los tres y yo también me pegaba mis atraques con Paula. Yo estaba tirado en el piso mientras Cecilia me hacía una conferencia de prensa (léase: chupaba la verga) y yo le peinaba la alfombra a Paula (lamía su concha). Después que acabé, Paula se encargó de mi pedazo, metiéndoselo de una sola estocada, en tanto que mi novia le masajeaba las tetas y la besaba.

Me sentía en la gloria! Dos minas muy ricas para mi solito.

Luego le tocó el turno de recibir placer a mi polola. Se puso en cuatro, pero encima de Paula refregándose sus vaginas. Yo le daba por el culo.

Cada uno pedía lo que se le antojase en su respectivo turno. A Paula la amarramos. Estaba de pie con los brazos en alto atadas sus muñecas a una lámpara que colgaba del techo, mientras Ceci y yo le dimos una rica sesión de placer oral.

De más está decir que la apuesta no la gano ninguno. Paula es, a todas luces, bisexual y Cecilia no anda muy lejos tampoco, aunque sólo hasta esa noche lo descubrió.

Después de ese episodio sucedió lo que me esperaba: mi polola me pidió hacer un trío con otro hombre.

Me negué rotundamente. No, cero posibilidad. Otro huevón culeándose a mi mina delante de mí!!!!...... Ni cagando. Está fuera de discusión.

Sí, ya se lo que están pensando: Le gusta a él no más. Puta el huevón egoísta!

Lo acepto… pero así soy yo. Además nunca me comprometí a nada… o sí?

Se enojó tanto que quedé con cargo de conciencia. Quizás se va a acostar con cualquiera de puro picada- pensé. Así es que quise compensarla y fui a un sex shop.

Compré el vibrador más grande que había, mucho más grande que mi pene.

Aprovechando que mis padres estaban de viaje la invité a pasar la noche a mi departamento.

Mi amor, ya que quieres ser penetrada por dos vergas a la vez te tengo una sorpresita.

Cuando se lo mostré se cagó de la risa.

Así que esta es la sorpresa.

Te va a gustar.

Rápidamente nos desnudamos. Luego del jugueteo previo, entró en acción mi compañero, que dicho sea de paso era de color negro lo cual le agregaba aún más morbo. Cuando los dos estuvimos dentro de ella (yo en su concha y "el negro"en su culito) gemía y gritaba como loca.

Luciano ayyyyyy! Me van a matar….

Te dije que te iba a gustar.

No sé cuantos orgasmos tuvo esa noche. Sólo sé que lo pasó bomba.

Como a las 10 de la mañana me despertó para decirme que se iba porque tenía clases. Seguí durmiendo….

Un combo en el hocico me despertó. Era mi papá que había llegado de improviso a casa.

Despiértate maricón de mierda!

Yo no entendía nada. Me sangraba el labio. Mi mamá lloraba a los pies de la cama. Mi papá emputecido me gritaba cosas que yo no captaba.

Te vas a hacer hombre, mierda. Ningún hijo mío es maricón.

Viejo, que pasa?

¿Qué pasa, maricón, qué pasa?- una hinchada vena cruzaba su frente, parecía que estallaba- ¿qué chucha significa esto?- :su dedo índice apuntaba al suelo.

Ahí entendí todo. Habían descubierto a mi buen amigo Jhonson (así lo bautizó Cecilia) tirado en el piso. Mojado todavía.

Me salí de la cama para esquivar un nuevo manotazo. El desnudo completo que exhibía ante mis padres no ayudaba mucho a calmar a mi viejo.

Papá, déjame explicarte.

Nada de explicaciones. Nos vamos ahora mismo a putas!

No es mío papá. Es de Cecilia, ella me lo pidió.

Mi viejo no quería creerlo. No me escuchaba. Por primera vez en mi vida lo veía llorar. Cuando se logró calmar un poco le dije que la llamara, que ella le explicaría todo. No me pescó y se fue a su pieza. Mi mamá seguía llorando.

En el velador encontré mi salvación. Era una nota de Cecilia. Como no me pudo despertar me dejó un mensaje: "Mi amor, ésta fue la mejor noche de mi vida. Nunca pensé que tú y el aparatito me pudieran entregar tanto placer. Te amo. Cecilia".

Ella nunca supo lo que pasó. Pero siente que mis padres la miran de otra manera. Yo por supuesto que me hago el huevón.

  • Son ideas tuyas, gordita, son ideas tuyas.